jueves, 7 de noviembre de 2019
El castillo de Coria
Al castillo de Coria se llega a través de la Puerta de San Francisco o de la Cava -porque conecta con la cava o foso del castillo- abierta en el siglo XVI en la muralla romana. Sobre ésta se puede ver un escudo de la ciudad a la derecha y otro escudo ilegible a la izquierda, y entre ambos una hornacina vacía. Traspasada la puerta a la izquierda de levanta el impresionante edificio que una cartela turística nos describe:
Ubicado al noroeste de la muralla romana, esta elegante torre del homenaje fue trazada por el arquitecto Juan Carrera entre 1473 y 1478 por mandato de D. García Álvarez de Toledo, Duque de Alba y primer Marqués de Coria. Un castillo cuyo emplazamiento actual posiblemente se deba a una fortificación anterior acometida por los Templarios en el siglo XII que predeterminó la configuración actual que presenta planta con figura de pentágono irregular, a modo de tajamar, que sobresale del recinto amurallado.
Completa la torre el denominado popularmente "Castillejo", pequeño cuerpo almenado intramuros en el que se ubica la puerta en recodo de entrada que, dotada de puente levadizo, era defendida por medio de una torre casamata circular además de un soberbio foso de enormes proporciones trazado por Tomás Bretón en 1473. Rematando decorativamente todo el conjunto fortificado, aparece una cornisa corrida de bolas o pomas alojadas en arquillos ciegos sobre canes que rodea todo el perímetro total de las almenas.
Pilar Mogollón en su libro Castillos de Cáceres, nos introduce en la importancia histórica de Coria controlando el paso del río Alagón como dan fe sus murallas romanas. En época visigoda se convierte en sede de diócesis y tras la ocupación musulmana fue reconquistada por Alfonso VII en 1142. Perteneció al señorío de los Templarios para pasar posteriormente a jurisdicción real hasta que en 1470 pasa al II Conde de Alba, y posterior I Duque de Alba, don García Álvarez de Toledo que lo compra al Conde de Coria don Gutierre de Solís. El de Alba mandará construir el formidable torreón como símbolo de su señorío "en el que campean las armas de los Álvarez de Toledo".
La actual fortaleza es una construcción del siglo XV, asentándose sobre una fortaleza anterior "según nos comunica el administrador del Duque en 1471 o 1472" remitiendonos a un documento citado por Cooper. No obstante, señala el propio Cooper, aunque los templarios fueron los primeros ocupantes de la ciudad después de los musulmanes y construyeran una fortaleza, su posesión duró poco tiempo por lo que "la ubicación de la obra de Coria, escondida en la acumulación de reformas posteriores, elimina cualquier conexión directa con los templarios". El castillo que vemos hoy es obra del cantero Juan Carrera quien ya trabajara en otras fortalezas iniciadas por el Duque de Alba como San Felices de los Gallegos (Salamanca) y Granadilla (Cáceres).
El castillo, nos describe Mogollón, está formado por la torre pentagonal adosada a la muralla romana "y una barbacana de la que se conserva algún lienzo con troneras cuneiformes y almenas", ésta a extramuros. "el denominado "Castillejo", en el recinto intramuros, tiene una puerta protegida por un matacán; todo el conjunto está realizado con sillares de granito rematado "por arquillos sobre canecillos que cobijan bolas. La torre pentagonal cuenta con garitas semicilíndricas en voladizo con el escudo de los Duques de Alba en lo alto de cada uno de los flancos. Está rematada por un pretil almenado". Destaca que en los muros se abren varias ventanas "con arcos de diversos tipos: lobulados, conopiales, escarzanos y en ocasiones con troneras debajo de ellas para aumentar la defensa".
Cooper añade más datos sobre el castillo: se construye en un lugar estratégico para la defensa de la ciudad: "en la parte alta, el ángulo más expuesto a un ataque, en donde llegaría primero una fuerza enemiga". Para resistir ese supuesto ataque se levantó, probablemente en el siglo XIV en el vértice del recinto romano, "una torre albarrana pentagonal", que hacia finales del siglo XV se desmocha "hasta las 24 hiladas más bajas de sillería para construir encima la esbelta torre que hoy se ve". Con esta obra la construcción albarrana fue anulada y se dotó, por extramuros, de "una barbacana con troneras, que continúa dentro de la ciudad para formar un pequeño recinto con una puerta en doble recodo". El acceso a la torre se hace desde el adarve de la muralla. Esta descripción está acompañada de un plano.
El interior, que no pudimos ver lo describe. Desde el adarve se accede "directamente en la cocina (...). Por medio de una escala, se baja al pasadizo albarrano y a la salida a la barbacana, donde estaba localizado el pozo. Una bodega formada vaciando el macizo de la base del pentágono es accesible únicamente a través de una portezuela desde la planta principal. Esta planta consiste en una alta cámara con bóveda nervada, dividida en dos pisos por un forjado. Una escalera empotrada en la pared sube a la azotea". Los sillares del recinto como los de las cámaras, el pasadizo y el adarve tenían marcas de cantero. De la torre Cooper dibuja dos escudos de armas que se corresponden con el de García Álvarez de Toledo, el primer duque de Alba, y el de la duquesa María Enríquez de Toledo, indicando que el del duque se repite en otras partes del conjunto.
Para esta entrada he consultado y citado, además de la cartela informativa turística, la siguiente documentación:
Castillos de Cáceres, Mogollón Cano-Cortés, Pilar, Ed. Lancia (León 1992).
Castillos Señoriales en la Corona de Castilla, Cooper, Edward, Salamanca, 1991.
La fortificación de España en los siglos XIII y XIV, Cooper, Edward, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
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