martes, 24 de octubre de 2023

Apuntes sobre La Gran Guerra (1914-1918)

Soldados franceses  entreteniendo los ocios de la campaña dedicándose á la
la pesca en las orillas del Marne. Mundo Gráfico (1915)

Hace 9 años fue el inicio de la Gran Guerra, la I Guerra Mundial. Para conmemorar su centenario en el Centro Conde Duque se hizo una exposición de fotografías con el título La Gran Guerra. Una visión desde España. Este fue uno de los episodios más tristes de la humanidad, una guerra que asolaría Europa y se trasladó a las colonias de los países beligerantes, propagando el conflicto más allá de suelo europeo.   Apenas si tengo imágenes de la exposición pero conservo el tríptico que se publicó. En los últimos años me ha llamado la atención el buen número de asociaciones francesas que recuerdan esa guerra, como si se tratara del afianzamiento del sentimiento nacional, el ensalzamiento de sus héroes anónimos, los combatientes, sus monumentos y sus publicaciones.

AGMM F.00318. SECTION FOTOGRAPHIQUE DE L'ARMÉE
Ruinas del interior del Ayuntamiento de Arrás (Pas-de-Calais, Francia)

España no participó en esta guerra pero tuvo su protagonismo en la sombra. No tengo muchas noticias al respecto, ni certezas, España se ofreció al bando aliado -La Triple Entente formada por Francia, Reino Unido y Rusia-. Al inicio de la guerra (1914) entre otros países europeos se habían quedado al margen, quizá porque no tenían intereses que defender, España o como Italia que se mantenía indecisa. Desde Londres, se dispuso que España fuese proveedor de los aliados: acero, cemento, alimentos etc. y sólo entraría en el conflicto si  lo hacía Italia a favor de los alemanes. Italia finalmente entró en contienda en 1915 con la intención de recuperar territorios italianos en poder de Austria, haciéndolo del lado de los aliados de la Entente, lo que propicio que España se mantuviese neutral.

AGMM: F.00869. BuF A. Soldados alemanes  y franceses se ayudan
mutuamente en el camino de regreso, entre el Aisne y el Marne, julio 1918 

En el tríptico de la exposición podemos leer: "En la Gaceta del 7 de agosto de 1914 el gobierno de S.M. Alfonso XIII declaraba la neutralidad. Sensible a las necesidades de los combatientes y de sus familias, el ejército español colabora en labores humanitarias con la Oficina Pro-cautivos, creada por el Rey para encontrar a los desaparecidos en el frente, vigilar los campos de prisioneros y repatriar a los heridos graves."

AGMM F.047663 Ernest Brooks Curación de un prisionero alemán en
 Abbeville, Somme (Francia). 22 junio 1917

Al concluir la guerra (1918) España había llevado a cabo su cometido, como país neutral no tenía nada que reclamar y volvió a la situación en que se encontraba al inicio de la contienda. El país había pasado cinco años proveyendo de recursos a los países de la Entente, sin haber aumentado la producción, sino que ésta se había derivado al exterior detrayéndola del consumo interno. Al concluir la guerra no obtuvo compensación alguna, sin embargo sufrió un grave problema derivado del fin de la guerra: los países vencedores ya no tenían necesidad del suministro español y hubo de enfrentarse al proteccionismo de estos países que tenían la necesidad de revitalizar su economía: su agricultura y su industria.

La neutralidad de España provocó dentro del país desequilibrios sociales importantes producto de una economía especulativa provocada por el alza de precios y escasez de productos básicos como la harina, el pan y el aceite. Los ricos eran cada vez más ricos y los pobres más pobres, situación que provocó no pocos estallidos sociales. Interesante es el artículo que publica Nuevo Mundo del 3 de octubre de 1919: "Por nuestra parte, señalamos el hecho de que la guerra que ha enriquecido á muchas gentes, que ha abarrotado de oro los sótanos del Banco y llevado las cuentas corrientes á cifras increíbles, no ha creado para España una economía nueva (...) Frente a esta realidad los actuales ministros revolucionarios no tienen un solo arresto que subvierta las condiciones del trabajo en España con alguna mayor eficacia que la que puede producir la jornada de 8 horas o la reforma electoral ...".

1914

Mundo Gráfico. (11-11-1914). TRISTEZAS DE LA GUERRA. Cadáveres de una
aldeana belga y de un hijo suyo, entre las ruinas de su hogar, destruido por la
artillería,  cerca de Dinant. Fot. Hugelmann

De nuevo sobre la neutralidad española en la Gran Guerra, Mundo Gráfico de 11 de noviembre de 1914, inicia su crónica con un mensaje claro de Clemenceau, primer ministro francés, advirtiendo a España sobre su neutralidad: "Clemenceau ha advertido á España de que, manteniéndose en su neutralidad, no podrá concurrir el día de la paz al Congreso de las Naciones. Más que á nosotros, va dirigida la amenaza á Italia, pero por lo que pueda importarnos, bueno será ir meditando sobre la significación y la acción de ese Congreso, del que ha comenzado á hablarse como de un suceso, cuya realización está prevista y acordada".

1916

Mundo Gráfico. (13-12-1916) LOS GRANDES DESASTRES DE LA GUERRA.
Desolado aspecto que presenta el bosque de Delville, en el frente Occidental, después de
la ofensiva del Somme. Fot. Hugelmann. 

El 13 de diciembre de 1916 Mundo Gráfico publica un artículo titulado Psicología de la guerra que no deja de sorprender por las cifras de combatientes que proporciona, en un tono más cercano a las cuentas del Gran Capitán y a la frivolidad que a la realidad de un conflicto que duraba ya dos años y medio:  "Psicología de la guerra. La unidad de acción. Los que tomando en cuenta solamente la superioridad numérica y económica predijeron el aniquilamiento inmediato de los imperios centrales y siguen creyendo en su derrota, están apurando la copa de las sorpresas desagradables.
    El empuje heroico de los ejércitos de Francia y Rusia, al que se unió el de las excelentes, aunque reducidas tropas británicas y el de los pequeños efectivos disponibles en Bélgica, Servia y Montenegro, no fué bastante para vencer á un enemigo que en todas partes lograba reunir elementos para la resistencia.
    No varió el cuadro, de un modo sensible, la entrada de Italia en la campaña; y ahora vemos que la ayuda de los rumanos, con tantos afanes buscada, tampoco inclina la balanza de los sucesos, como era lógico esperar, por haber llegado a destiempo.
    Un recuento de los hombres disponibles en ambos bandos beligerantes nos demuestra que las ocho naciones que combaten en Europa contra Alemana, Austria, Bulgaria y Turquía -no englobamos Portugal y ni el Japón-, duplican con exceso la fuerzas que las cuatro últimas han podido movilizar, aun aceptando las cifras que más las favorecen.
    En opinión de von Bernhardi, y citamos un tratadista alemán para no ser sospechosos, el máximo esfuerzo de un país puede llegar á disponer en pie de guerra la décima parte de su población total. Según eso, Alemania dispone de seis millones de soldados; Austria de cinco; Turquía, de dos, y Bulgaria de 500.000; ó sea trece millones y medio de combatientes.
    El otro grupo, Rusia alcanza una potencialidad militar de 17 millones; Francia de cuatro; Inglaterra puede llegar a cinco, sin contar los 367 millones de habitantes de sus colonias; Italia pasa de tres; Bélgica y Rumania disponen de 700.000 y Servia de un cuarto de millón, lo que suman unos 30 millones haciendo uso de iguales módulos para la apreciación.
    Ya sabemos que el imperio moscovita no ha llegado, no con mucho á la cantidad mencionada, por sus deficiencias orgánicas, estando casi anulados los efectivos belgas y servios; pero, en cambio, la    Gran Bretaña y Francia han dispuesto de numerosos contingentes coloniales que compensan esas reducciones.
    Si á esto se une el dominio del mar y la facultad de traer recursos del mundo entero la superioridad resulta abrumadora, no pudiendo ponerse  en duda el triunfo de la "Décuple Entente".

A continuación el articulo detalla los múltiples errores cometidos por la "Entente" en los diferentes frentes que vienen a demostrar la desunión entre los aliados mientras que, pese a la inferioridad numérica "sus adversarios operan siempre con una armonía perfecta".


Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Mundo Gràfico,17 marzo 1915
Mundo Gràfico,13 diciembre 1916
Nuevo Mundo, 03 octubre 1919
Tríptico de la exposición La Gran Guerra. Una visión desde España, 2014

jueves, 19 de octubre de 2023

Alcazarén


Después de nuestra visita para conocer la iglesia de Almenara de Adaja continuamos nuestra ruta por un camino vecinal que nos dejó en la carretera N-601. En el cruce tomamos dirección a Valladolid; a pocos kilómetros llegamos a Olmedo. Cruzamos la villa del caballero sin hacer parada dirigiéndonos por la misma carretera hasta el siguiente cruce a unos 9 km. donde giramos a la derecha para llegar a nuestro destino: Alcazarén

Iglesia de San Pedro de Alcazarén

Su nombre Alcazarén, de origen árabe al-qasrayn, significa "los dos alcázares"; como nos dijeron en el pueblo donde según la tradición estos dos alcázares se ubicaban cada uno de ellos en lo que hoy son las dos iglesias de origen mudéjar que vamos a visitar: la Iglesia de San Pedro , edificio que tiene consolidadas sus ruinas y que conserva su ábside original, y la otra, la Iglesia de Santiago Apóstol, la iglesia parroquial que mantiene el culto y preside la Plaza Mayor, ésta también conserva el ábside mudéjar original, además de unas magníficas pinturas que decoran el ábside y que no pudimos ver. No obstante la tradición de los dos alcázares, en la guía de la Fundación Santa María La Real su nombre alude a un pequeño castillo "en la bifurcación del camino a Tordesillas y Simancas" del que tampoco nos pudimos informar. Iniciamos nuestra visita siguiendo la guía de la Fundación y la completamos con el Catálogo Monumental de Valladolid publicado en 1917-1927, de Francisco Antón.


IGLESIA DE SAN PEDRO

La primera visita fue a la Iglesia de San Pedro "catalogado como templo mudéjar de la fase clásica vallisoletana". De esta época tan solo se conserva el ábside siendo los muros barrocos y la torre del siglo XVI. El edificio se ha restaurado y consolidado recientemente. Según describe nuestra guía el templo constaba de una sola nave dividida por arcos fajones que sustentaban la cubierta abovedada. El ábside se construye a mediados del siglo XIII "con tramo del presbiterio levantado sobre banda de ladrillos dispuestos en vertical, base de mampostería, cuatro bandas de ladrillo y tres niveles de arquerías compuestos por cuatro arcos ciegos doblados y ligeramente apuntados". Esta descripción se corresponde con la parte recta del ábside del que sólo se conserva la meridional, mientras que la zona septentrional la ocupa la torre del siglo XVI.

Ábside de la Iglesia de San Pedro. La disposición de los arcos a tresbolillo
indica que los arcos inferiores forman un triángulo con los superiores

La parte curva del ábside, el hemiciclo, "cuenta con otros tres pisos de arquerías ciegas dobladas dispuestas al tresbolillo, además de tres ventanas de aspillera abocinada". En los laterales de la capilla mayor "aún son visibles los arranques del fajón que separaba el ábside del presbiterio, ordenándose éste con arcos de medio punto doblados y peraltados". Aunque el interior del ábside estuvo decorado con frescos góticos ya desaparecidos, que representaban un apostolado que llegaron a estudiar Charles R. Post y Francisco Antón, pinturas que están en sintonía con las de la vecina Iglesia de Santiago, y que Antón describe minuciosamente.

Tramo recto del presbiterio

Francisco Antón detalla así las pinturas desaparecidas: "Ennoblecen al hemiciclo de esta iglesia unas pinturas interesantísimas; quedan restos de ellas: parte de un apostolado que ocuparía todo el muro, al modo de la decoración de las basílicas primitivas. Las figuras que hoy se conservan son cinco Apóstoles a media altura de la pared; bajo ellos, un ancho zócalo de rayas como cuadriculado en losanjes, y, a los lados, más abajo, flanqueando a la mesa del altar, dos figuras más: un ángel y otra persona sentada". A continuación hace una descripción de cada una de los personajes representados, todos ellos "pintados al fresco y en colores rojo y negro, únicamente"; todo el conjunto de pinturas, concluye, "me atrevo a sospechar, en hipótesis rectificable, que estas pinturas tan interesantes son obra del siglo XIII, acaso avanzado, acaso tocando en el XIV". Las pinturas, indica, y el templo en general, son similares a la iglesia homónima de Toro (Zamora). Advierte el profesor que las pinturas se habían conservado gracias a una gruesa capa de cal y que si no se protegían iban a desaparecer, algo que al final acabó ocurriendo.

Interior del ábside con hiladas ladrillos en esquinillas, a soga y a sardinel.
En la parte superior debían estar los frescos hoy desaparecidos

Caminamos unos metros para tomar la calle Real hasta la Plaza Mayor. una plaza amplia donde se encuentra el Ayuntamiento y en el otro extremo de la plaza encontramos majestuosa, sobre un alto, la Iglesia de Santiago Apóstol.

IGLESIA DE SANTIAGO APÓSTOL

Ábside de la Iglesia de Santiago Apóstol

La Iglesia de Santiago Apóstol es la actual iglesia parroquial; se encuentra en el centro de la población sobre un alto en la Plaza Mayor. Del edificio mudéjar conserva el ábside "que data de la segunda mitad del siglo XIII" elevándose sobre un zócalo de piedra; la guía describe su disposición: "consta de tres cuerpos recorridos por arquerías ciegas dobladas, de menor altura en el registro central y más alto el superior". 

Ábside de tres cuerpos corridos. El cuerpo central dispone de tres aspilleras

En 1986, comenta la guía, se desplazó el retablo barroco "para poder contemplar el hemiciclo del ábside -con doble nivel de arquerías y friso superior de esquinillas- y unos interesantes frescos de finales del siglo XIII ocultos por una generosa capa de cal que representan emblemas heráldicos de Castilla, un cortejo de santos, Apóstoles, una Anunciación y un Cristo resucitado mostrando las llagas de la pasión. En el segundo cuerpo hay restos de una Crucifixión casi perdida, flanqueada  por la Virgen y María Salomé". El resto del edificio, sus tres naves y la torre, son producto de reformas de los siglos XVII y XVIII.

De los tres cuerpos de arquerías los arcos del central son de menor tamaño

El interior no pudimos verlo y la descripción que hace nuestra guía de las pinturas es muy similar a la que hace Francisco Antón de las pinturas de San Pedro. Las de Santiago Apóstol imaginamos que Antón no debió verlas pues no hace ninguna referencia a ellas, y la descripción que hace del templo es esquemática haciendo referencia a la de San Pedro: "fue iglesia de la misma época y del mismo estilo que la anterior, de ladrillo también". Del ábside detalla: "De lo viejo queda el ábside, que es torneado, con tres zonas de arcaturas ciegas, de medio punto y la cornisa conocida". Destacar que el ábside carece del tramo recto del presbiterio.


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Como habíamos visto en la entrada de Almenara de Adaja, en el año 939 Alcazarén fue acosada por las tropas de Abderramán III camino de Simancas en la campaña que tenía como objetivo destruir, entre otras fortalezas a orillas del Duero, la de Simancas. Las tropas califales, según narra Vara, llegaron a Alcazarén después de haber asolado el castillo de Íscar -poco después, tras su paso por Alcazarén, harían lo propio con el castillo de Portillo-; en Alcazarén procedieron a arrasar cultivos y campos, pero no se menciona ninguna fortaleza. Tras la derrota de Abderramán III en Simancas y retirarse su ejército a Córdoba, el rey leonés Ramiro II ordena a Ansur Fernández, I Conde de Monzón, la repoblación del lugar, y sería desde Alcazarén junto a Portillo y Peñafiel, donde de sentaron las bases para extenderla hasta tierras segovianas. Durante los siglo XII y XIII fue fuente de disputas entre los obispados de PalenciaÁvila y Segovia; perteneció a la comunidad de Villa y Tierra de Olmedo pasando a poder real.

En el año 1140, la infanta doña Sancha, hija de la reina Urraca y Raimundo de Borgoña, y hermana del rey Alfonso VII, dona Alcazarén al obispo de Segovia en compensación por la pérdida de Peñafiel y Portillo de dicha diócesis. En 1181 el obispo de Segovia permutó con Alfonso VIII la vecina Mojados y Fuentepelayo por Alcazarén. En 1205 mantuvo un conflicto con el vecindario de Olmedo a los que acusaba de apropiarse de la villa que pertenecía a Segovia. Según Cooper, fueron "ciertos vecinos de Olmedo, de la diócesis de Ávila los que reclaman los diezmos de Alcazarén correspondientes al arciprestazgo de Cuéllar", perteneciente esta última a la diócesis de Segovia.  En 1247 el legado pontificio llegó a un acuerdo con las dignidades segovianas respecto a sus derechos sobre los templos de San Pedro y Santiago de Alcazarén.

Iglesia de San Pedro. Fotografía Francisco Antón.
Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid

En 1453 se firma en la iglesia de San Pedro la nulidad del matrimonio entre el príncipe Enrique, futuro Enrique IV de Castilla y su prima Blanca de Navarra hija del infante Juan, en aquel momento duque de Peñafiel y futuro Juan II de Aragón y Navarra; al parecer por presiones de Juan Pacheco que, tras derrotar a los Infantes de Aragón en la batalla de Olmedo (1445) pretendía alejar al futuro rey de Castilla de la influencia de los Infantes. El matrimonio se había celebrado en 1440 cuando Enrique contaba con 15 años, y "la documentación fehaciente revela que aquel matrimonio no pudo ser consumado".

En 1482, los Reyes Católicos, por carta fechada en Medina del Campo el 12 de marzo de ese año, "conceder al concejo y vecinos de Alcazarén en privilegio de ser francos, libres y exentos de aposentamiento entre otros privilegios y exenciones".

Iglesia de Santiago Apóstol. Imagen de Francisco Antón
del Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid

Una vez concluida nuestra visita, con el propósito de volver para ver el interior de Santiago Apóstol y las pinturas de su ábside, de nuevo tomamos la N-601, volviendo sobre nuestros pasos, dirección a Olmedo nuestra siguiente parada.

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Antón y Casaseca, F., Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid, (1916-1927), en aleph.csic.es
Censo-Guía de Archivos de España e Iberoamérica, Archivo municipal de Alcazarén, en censoarchivos.mcu.es
Cooper, E.La fortificación de España en los siglos XIII y XIV, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
Hernando Garrido, J.L.Todo el románico de Valladolid, Fundación Santa María la Real, Aguilar de Campoo, 2014.
Suárez Fernández, L., Enrique IV, ficha de la Real Academia de Historia en dbe.rah.es/biografias
Vara Thorbeck, C., La batalla de Simancas, del Al jandaq , o Batalla del Foso, Universidad de Burgos, 2018 en http://hdl.handle.net/10259/6519

Ayuntamiento de Alcazarén (edificio porticado de la izquierda) del siglo XVIII


jueves, 12 de octubre de 2023

Iglesia de Almenara de Adaja


La visita a la iglesia de Almenara de Adaja fue la primera parada de una breve excursión que nos llevaría a conocer algunas iglesias mudéjares de la provincia de Valladolid. Nuestra primera parada era ésta de Almenara de Adaja para continuar hasta Alcazarén y, retornando sobre nuestros pasos, concluir en Olmedo. La fecha no era muy propicia porque algunas de las iglesias no pudimos ver su interior al abrirse los fines de semana y aún faltaban dos días para el inicio de la campaña turística de verano.

Ábside de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción desde el este.

Habíamos salido desde Mingorría (Ávila) por la N-403 dirección Valladolid hasta el cruce con la N-601 cerca de Martín Muñoz de las Posadas (Segovia). Siguiendo la nacional dirección Valladolid, unos ocho kilómetros antes de llegar a Olmedo, encontramos el desvío a la población señalizado con el acceso a la villa romana de Almenara-Puras, un rico yacimiento de época tardorromana, que nos recuerda la antigüedad de la ocupación del lugar. Apenas si encontramos vecinos, tan solo uno que nos informó del estado de la iglesia que estaba en proceso de restauración tras haber sufrido un incendio, y nos remitió a un empleado que hacía labores de limpieza en el pueblo por si éste tenía la llave. La llave, nos dijo, la tenía el alcalde que no reside en la población por lo que no pudimos visitar el interior.  

Ábside desde el noreste a la derecha la sacristía

Siguiendo la guía del románico de la Fundación Santa María la Real, la iglesia se eleva  en el extremo oriental del caserío sobre un alto; está construida con mampostería caliza y ladrillo; llama la atención su esbelta cabecera que se eleva sobre la reducida nave barroca. La cabecera pudo acoger o ser en origen, en el siglo X, una torre vigía "similar tal vez a las de Coca y Olmedo", y apunta la posibilidad de que desde ella los cristianos pudieron vigilar los movimientos de las tropas de Abderramán III cuando se dirigían a atacar Simancas (939) tal como sugiere el profesor Julio González como veremos más adelante.

Cuerpo superior recrecido a partir de la línea de canecillos para ubicar en el
el campanario

El edificio tiene ábside semicircular y el tramo recto del presbiterio, desde el exterior solo podemos ver el meridional, y una sola nave. En el lado meridional se levanta el pórtico y la casa parroquial; y en la septentrional la sacristía que ocupa la parte recta de ese lado y que, según la guía "pudo haber formado parte de otra nave aledaña hoy desaparecida". Del ábside la guía hace la siguiente descripción: "alzado sobre un gran zócalo achaflanado, ciñe muros de mampostería y está perforado por vanos de medio punto doblados en ladrillo hoy cegados"; en origen el ábside estaba rematado "por una cornisa de ladrillo formada por canes de tres piezas escalonadas que desaparecieron en época postmedieval cuando fue recrecido por un gran cuerpo que doblaba su altura original", la cornisa aún es visible, desde donde arranca el recrecimiento que a su vez está rematado por grandes merlones construidos para albergar las campanas, esta reforma hizo necesario reforzar "el exterior del arco triunfal mediante grandes contrafuertes escalonados".

Lado recto del presbiterio con cuatro arcos ciegos de medio punto. Se aprecia
el zócalo y en la  parte superior se observa una saetera. A la izquierda el
contrafuerte escalonado a la altura del arco triunfal

El tramo recto, el muro meridional exterior del presbiterio, cuenta con cuatro arcos ciegos de medio punto de ladrillo enmarcados por casetones rectangulares, según la guía originalmente éstos estaban revocados, algo típico del mudéjar toresano, datándose a mediados del siglo XIII. El cuerpo superior combina la mampostería y el ladrillo y en él se abre una saetera. 

Tramo curva del ábside se aprecian las tres vanos ciegos de ladrillo doblados
de medio punto, una línea de ladrillo entre los vanos y el zócalo, y en la parte
superior otra línea de ladrillo bajo la antigua cornisa también de ladrillo

El interior, como hemos comentado, no pudimos verlo aunque en la guía se detalla que "está completamente enlucido aunque pueden apreciarse en el hemiciclo del ábside la original disposición a media altura de arquillos de medio punto desdoblados y una imposta de nacela superior sobre la que se alza la bóveda de horno apuntada. El presbiterio posee dos cortos tramos cubiertos por bóvedas de cañón apuntado y arco fajón central. Los muros acogen arquillos dobles que carecen de lesena central, al estilo de la cabecera de la iglesia de Santiago en Megeces de Íscar".

Fachada Norte de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Como habíamos comentado, el profesor Julio González apunta la posibilidad de que en el siglo X  los cristianos pudieron observar desde la torre almenara, -torre vigía que mediante fuego o humo desde su azotea avisaba de movimientos del enemigo y en las costas de la llegada de piratas-, los movimientos de las tropas de Abderramán III cuando se dirigía a atacar Simancas en 939. Para este punto vamos a seguir a Vara Thorbeck que hace un pormenorizado y razonado recorrido de la expedición del ejército califal. El día 21 de julio de 939 las tropas de Abderramán III cruzaron por el Puerto de Tablada -se encuentra junto al Alto del León- la sierra de Guadarrama para adentrarse en territorio enemigo. El día 25 llegaron a la fortaleza de M.dma, lugar no identificado que según Chalmata puede ser la actual Olmedo, no obstante Vara cree que se corresponde con Coca. -La localización del lugar es importante porque dependiendo de una u otra población el trayecto varía sustancialmente, nosotros creemos que es más lógica la que propone Vara-. Permanecieron en el lugar dos días dirigiéndose después al castillo de Íscar que fue asolado; luego se dirigieron a Alcazarén donde arrasaron los cultivos y campos para terminar acampando a orillas del río Cega, quizá en la actual Mojados, donde cruzaron el río para dirigirse a Portillo donde llegaron el día 2 de agosto, concluyeron el trayecto en Simancas donde presentaron batalla a las tropas de Ramiro II de León el 6 de agosto. Siguiendo este itinerario es difícil que se pudiesen observar las tropas califales desde la torre toda vez que llegaron desde el Este; en esa dirección Coca dista 20 km y Alcazarén, algo más al Norte, unos 17 km. y hay que salvar los valles, del Eresma y del Cega y una línea de altos cercanos a los 800 m. de altitud. Almenara de Adaja se encuentra a una altitud de 776 metros.

En el centro de la imagen en el horizonte la torre de telegrafía óptica: Torre
Lutero a 865 m. de altitud al Este de Almenara de Adaja vista desde la iglesia 

Una vez concluida nuestra visita, siguiendo un camino rural llegamos a la carretera N-601 donde tomamos dirección a Olmedo para hacer nuestra siguiente parada en Alcazarén

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Hernando Garrido, J.L., Todo el románico de Valladolid, Fundación Santa María la Real, Aguilar de Campoo, 2014.
Vara Thorbeck, C., La batalla de Simancas, del Al jandaq , o Batalla del Foso, Universidad de Burgos, 2018 en http://hdl.handle.net/10259/6519