sábado, 27 de mayo de 2023

Castillo de Orgaz

 

Nuestra primera visita a Orgaz fue en 2016 siguiendo una ruta para ver algunos castillos por la provincia de Toledo. En aquella ocasión no pudimos ver su interior, visita que hacemos en un segundo viaje este 2023, y pocas cosas, al parecer, han cambiado desde entonces. Si la primera vez habíamos llegado desde Manzaneque, la segunda lo hacíamos desde Mazarambroz donde habíamos visitado su torre del siglo XIV.

Lienzo sur con la gran torre del homenaje a la derecha la torre circular

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

El señorío de Orgaz tiene su origen en la compra de unas tierras en el lugar que alguacil-alcalde de ToledoFernando Juanes de Alfarilla hace en 1220 a la parroquia de Santo Tomé de Toledo, institución a la que seguirá unida durante varios siglos. A su muerte en 1234, el señorío lo hereda su hijo, alguacil de Toledo, Gutier Hernández hasta su muerte en 1260; a éste le sucede su hijo Ruy Gutiérrez a quien Alfonso X le confirma el señorío. A éste le sucede su hijo Gonzalo Ruiz de Toledo, IV señor de Orgaz, el más famoso de los señores que poseyeron la villa y cuyo entierro inmortalizará El Greco dos siglos y medio después de su muerte.

Lienzo sur y puerta de acceso junto a la torre del homenaje

La persona de Gonzalo Ruiz de Toledo tuvo gran proyección en la corte de Castilla; el rey Sancho IV le concede en 1293, por ser "vasallo del infante don Fernando, mi hijo", el privilegio de celebrar un día a la semana mercado en la villa Orgaz. Con Fernando IV alcanzará el cargo de notario Mayor de Castilla y de Andalucía, cargos que confirmará Alfonso XI. En su ascensión en la corte, 1315 firmará como amo del Rey Alfonso XI. Será a su vez, hombre de confianza de la reina doña María de Molina durante la minoría de edad de Fernando IV y posteriormente de Alfonso XI. Como señor de Orgaz, instituye que por santo Tomás (21 de diciembre), en concepto de rentas por la cesión de unas caleras, el Ayuntamiento de Orgaz se hiciera a la parroquia de Santo Tomé en Toledo, parroquia que él había restaurado y ampliado, "una dotación de carneros y gallinas, vino y leña para celebrar la fiesta del santo, invitando a clérigos y dando de comer a cuarenta pobres de la ciudad". Gonzalo Ruiz de Toledo muere en 1323 y las donaciones se siguieron llevando a cabo hasta que en 1550 el párroco de Santo Tomé pone pleito por que los de Orgaz dejaron de aportar esta renta. Aunque el pleito lo ganó la parroquia toledana pronto dejó de satisfacerse.

Puerta de acceso renacentista de arco de medio punto y grandes dovelas

A Gonzalo Ruiz de Toledo le sucede al frente del señorío su hijo Martín Fernández de Toledo. Éste alcanzará tantos cargos en la corte como su antecesor, llegando a ser justicia mayor de la casa del Rey, y preceptor de Alfonso XI y Pedro I durante minoría de edad de ambos reyes, y ambos a su vez, confirmaron todos sus derechos. A la muerte Martín Fernández, le sucede al frente del señorío su hija Aldonza que casará con Pedro Núñez de Guzmán; este matrimonio introduce el linaje de los Guzmán andaluces en Toledo, cuyo escudo de armas, muy deteriorado, campea sobre la puerta de acceso del castillo.

Escudo de armas de los Guzmán sobre la puerta de acceso al castillo

En 1520 Carlos I concede a Álvar Pérez de Guzmán, a la sazón XI señor de Orgaz, el título de conde de Orgaz., no obstante los orgaceños se negaron a reconocer el nombramiento al creer que era una argucia del rey para atraer a su señor a su bando, pues coincide con el año del inicio de la Guerra de las Comunidades. El conde se uniría al ejército real junto a otros caballeros; por lo que fue declarado por la comunidad traidor, condición por la que podía ser expoliado y muerto sin juicio. En ausencia del conde los vecinos, partidarios de los comuneros, se atrincheraron en el castillo que fue incendiado por la tropas reales. Cooper comenta que probablemente Pérez de Guzmán fuese el constructor del castillo y nos trae un breve comentario sobre la personalidad del conde según un documento de principios del siglo XVII, "Don Alvar Pérez de Guzmán... señor de Santa Olalla y Orgaz... fue gran jugador, por la qual vino a mucha necesidad y así hizo muchas demasias a sus vasallos, de tal suerte que muchos se fueron a morar fuera de su estado...".

Lienzo este con la gran torre circular a la izquierda la torre del homenaje

La sucesión de Pérez de Guzmán, fallecido hacia 1555, es confusa, asegurando algunos historiadores que le heredó su hija Isabel quien, por ser monja, propició que el condado pasara a su sobrino nieto Juan Hurtado de Mendoza, que pertenecía a una rama menor de los Mendoza, y que en el XVIII recayese en José Crespi de Valldaura y Hurtado de Mendoza, de la familia valenciana Crespí de Valldaura que instalará en la ciudad de Ávila el archivo familiar. Según la cartela informativa que hay junto al castillo, en el siglo XIX la propiedad fue desamortizada, "siendo adquirida por Apolinar Moreno Ventas por 11.000 reales". Los herederos de éste lo venden en 1970 a Estanislao Llopis Llopis quien restaura el edificio del que sólo se mantenían en pie los lienzos, dándole el aspecto actual. A la muerte de su hija, Gema Llopis, última heredera de la fortaleza, en el siglo actual dona el castillo a la villa siendo en la actualidad propiedad municipal.

A la izquierda el lienzo norte con tres escaraguaitas, y lienzo oeste


EL CASTILLO

Como hemos visto, el castillo es una construcción tipo señorial que según Ruibal, se construye en los siglos XIV-XV. El edificio se encuentra en buen estado gracias a las restauraciones y consolidaciones que se han llevado a cabo en los últimos tiempos. Tras el ataque e incendio que sufrió el castillo por parte de las tropas reales durante la Guerra de las Comunidades, recordar que en él se habían encastillado los los vecinos partidarios de los comuneros, el edificio debió sufrir importantes desperfectos y a partir de entonce, inició un proceso de progresivo abandono, estado en el que llega al siglo XVIII.

Interior del castillo desde el adarve del lienzo oeste. A la derecha la torre del
homenaje; centro la torre circular y a la izquierda la escaraguaita noreste

Ruibal lo describe como un edificio que posee una formidable torre del homenaje de 20 metros de altura. Se encuentra emplazado en llano y contó con foso y antemuro, de éste quedan vestigios en su lado oeste. Cuenta con cuatro torreoncillos o escaraguaitas con matacanes, tres en las esquinas y el cuarto en el centro del lienzo norte, que defienden la base de los muros. Cuenta con patio renacentista cuyas columnas son reproducción a partir de la única original empotrada en el muro sur. En el lienzo este, "un curioso torreón semicircular, a modo de ábside", que presenta una profunda canaladura en el exterior por la que se evacuaban las letrinas. El edificio está construido en mampostería y sillares reforzando las esquinas de muros y de la torre del homenaje, a la vez que cuenta con abundante construcción en ladrillo en su interior. Conserva todas sus almenas.

Fotografía del interior del castillo en estado de ruina.
Copia que se exhibe en el propio castillo de Orgaz.

Cooper no dedica mucho espacio al castillo al que considera, como los demás castillos señoriales del alfoz al sur de "la ciudad imperial" en un terreno que ayuda poco a la fortificación, -es la misma sensación que tienen los viajeros al visitar el cercano castillo de Manzaneque-. Su planta, nos recuerda, es la de una iglesia "con campanario, ábside y hasta orientación como si fuera templo", debiendo su apariencia señorial a matacanes, garitas, almenas y a la ausencia de ventanas, y concluye que el estado de ruina en que se encontraba,-debió visitarlo antes de las reformas- impide conocer la disposición original de sus dependencias.

Patio de armas. Galería del lienzo oeste con columnas salomónicas

El edificio se organiza en torno al patio de armas en cuyo lado sur destaca la torre del homenaje, una torre de 20 metros de altura y 12 metros cada uno de sus lados, está coronada con almenas y diferentes tipos de troneras, aunque carece de defensa vertical. En la planta baja, vemos una estancia con bóveda de arista de ladrillo que data de la primera fase constructiva del castillo y que probablemente se destinase a almacén, se accede a ella desde el patio por la puerta independiente situada entre la puerta principal y el arranque de la escalera exterior que da acceso a las plantas superiores, posee una ventana que le proporciona luz y permite conocer el grosos del muro. El acceso a las plantas superiores se hace en altura para alcanzar la segunda planta, donde se abre una amplia sala con dos ventanas al oeste con sendos cortejadores; ésta debía ser la estancia principal del castillo donde se alojaba el señor.

Ventana que da luz al sótano de la torre del homenaja

En el lienzo norte se abre otra estancia, -en el plano que hay frente al castillo esta estancia eran dos cuadras con una gran bóveda apuntada de ladrillo a sardinel que se asienta sobre los muros construidos directamente sobre la roca madre.

Dependencia con bóveda apuntada de ladrillo en lado norte del patio de armas

El lienzo este, donde se levanta la torre circular, llamada de la capilla, ha perdido la crujía desde donde se accedía. La torre no pudimos visitarla, aunque según las fuente consultadas no era precisamente la capilla del castillo sino una torre albarrana que defendía por medio de unas troneras en la estancia superior el lado este del castillo. Cuenta con varias ventanas, a diferente nivel cada una de ellas.

El lienzo oeste es el más atractivo para los visitantes, cuenta con un soportal con cinco esbeltas columnas salomónicas -tan solo la encastrada en el muro sur es original-. En esta zona, en el interior de la estancia, se encuentra una cata arqueológica que muestra el nivel de escombros y la profundidad en la que se asentaba el castillo sobre la roca madre, por lo que es de esperar que emerjan datos más concretos sobre el origen de la fortaleza.

Cata arqueológica en el interior de las dependencias del lado oeste

Terminada nuestra visita al castillo, y después de la comida, hicimos una visita al cementerio de la villa. Allí pudimos ver una placa que recuerda la muerte de varios vecinos de Orgaz en un enfrentamiento contra una partida carlista conocida como Facción Palillos, muy activa en las provincias de Toledo y Ciudad Real. El hecho ocurrió en 1839 durante la I Guerra Carlista; y vuelve a ser recordado con una pequeña pirámide a unos kilómetros de Orgaz en la carretera de Arisgotas. Con estos datos nos propusimos rescatar ese episodio en otra entrada dedicada precisamente a las Guerras Carlistas y la Facción Palillos

Escaraguaita en el centro del lienzo norte

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Alvar Pérez de Guzmán, Vaquero Serrano, María del Carmen, ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es/biografías.
Castillos Señoriales de la Corona de Castilla y LeónCooper, Edward, Junta de Castilla y León, 1991.
Castillos de ToledoRuibal, Amador, Ediciones Lancia, León, 1992.
Gonzalo Ruiz de Toledo, Fernández González, Demetrio, ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es/biografías.
Martín Fernández de Toledo, Morollón Hernández, Pilar, ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es/biografías.

También se puede consultar un extensa historia del castillo en: 

http://wwwvilladeorgaz.es/orgaz-patrimonio-civil-castillo-edificio.htm


Marca de cantero en el exterior junto a la esquina suroeste

Estado del castillo en la década de 1960. Copia que se exhibe en el castillo

Lienzo norte y oeste con los restos del antemuro que defendía el castillo
Imagen de Rafael Moreno

Plano del castillo de 1881 del Instituto Geográfico y Estadístico junto
al castillo.

domingo, 14 de mayo de 2023

Facción Palillos: Guerras Carlistas


Después de nuestra visita a la torre de Mazarambroz, llegamos a Orgaz con el objetivo de visitar el castillo y comer en la villa. Por uno de mis compañeros de viaje supimos de la existencia en el cementerio de una lápida que recordaba a los vecinos fusilados y asesinados durante la I Guerra Carlista por la facción Palillos, facción carlista muy activa en La Mancha, por lo que decidimos visitarla después de la comida. La lápida se encuentra a la sombra de un ciprés en el centro del cementerio; en ella se puede leer:

Aquí yacen las cenizas de los nacionales de esta villa hechos prisioneros por las facción Palillos el 25 de febrero de 1839 y asesinados por la misma en la Porzuna después de someterlos a terribles martirios.
 R.I.P.
Les dedica este recuerdo la corporación municipal presidida por D. Ramón Perea de las Infantas y Avila


Las noticias sobre la Facción Palillos son muy numerosas en la prensa de la época por lo que, para esta entrada, he decidido ceñirme al hecho al que hace referencia la lápida y la pirámide que rememoran el ataque de la facción carlista a Orgaz; también transcribiré algunos artículos de los periódicos de la época que, a modo de pinceladas, nos permitan introducirnos en ese relato. Vamos a iniciar éste con la crónica parlamentaria de Eco del Comercio de Madrid, en la que se reproduce la sesión en el Congreso de los Diputados de 4 de enero de 1838, un año antes de los sucesos de Porzuna en el que el diputado Ceballos (Juan Gerónimo de Ceballos, diputado por Ciudad Real) pregunta al ministro de la Guerra sobre la inseguridad que existe en la provincia cuya circunscripción representa, y sobre los indultos que indiscriminadamente se otorgan a los integrantes de la facción Palillos. En su intervención presenta un panorama desalentador que muestra en parte la inoperancia del poder político en ese momento.

"Leyóse la siguiente proposición del señor Ceballos: pido al congreso que el señor ministro de la Guerra se presente á manifestar cuál es el estado de la provincia de Ciudad-Real por lo respectivo á su ramo.
El señor CEBALLOS habiendo pedido la palabra para apoyarla dijo: Señores, los males que aflijen á la provincia de Ciudad-Real (que es a la que tengo el honor de representar), los que sufren las de Toledo y Estremadura, escitan los sentimiento de todos aquellos que se tienen por amantes de la patria; y mucho mas los de aquellos que tienen que reclamar para sus provincias la quietud y el sosiego que deben tener.
Las tres provincias citadas están en una completa anarquía; no se puede decir que allí exista orden. Los nombres de seguridad personal; y respeto a la propiedad, no son allí conocidos, porque los facciosos se apoderan de las personas, y ó bien las sacrifican, ó exigen por ellas sumas considerables. Respecto a la propiedad no la hay, porque esas bandas de asesinos de todo se apoderan, y las casas de tantos males consisten: primero, en que las fuerzas que en las provincias de Ciudad-Real y Toledo existían para la persecución de los facciosos, se han destinado para la conducción de convoyes, escolta de correos y prisioneros: objetos muy importantes, pero que al atender á ellos se descuida el principal; el aniquilamiento de los enemigos.
La segunda causa es la profusión con que se han concedido esos indultos á personas que no saben apreciar esta gracia, porque son hombres sin religión; y de aqui casi todos los que componen la facción de Palillos son gente que ha sido indultada dos y tres veces, porque cuando ven el lance mal parado se presentan, y luego que tienen ocasión vuelven á las andadas.
No quiero decir que los encargados de dirigir las operaciones militares en estas tres provincias, no han sabido cumplir con su obligación, porque no tengo datos para ello, sino nada me detendría en decirlo aquí con firmeza. El resultado de todo es, señores, que en el estado en que se encuentras las provincias citadas, si se interna en ellas algunas faccion del norte, puede el gobierno borrarlas de la lista de las provincias contribuyentes. Para evitarlo creo que no debe descansar hasta haber mandado tropas en número suficiente para aniquilar á los enemigos que en ellas se abrigan".

La respuesta del ministro interino de la Guerra fue que todos esos males ya existían antes de que tomara posesión el nuevo gobierno de la Nación por lo que ningún cargo puede hacérsele; no obstante, en cuanto tenga sobre la mesa la petición del señor Caballos se proveerá al ejército de los medios suficiente, consultada Hacienda, para acabar con los facciosos. Y, respecto a los indultos, asegura que su gobierno y él en particular, no ha concedido ninguno.

Calle Real de Orgaz desde la Puerta de Belén

En el relato que el Ayuntamiento de Orgaz publicó en 1906 recordando los hechos de 1839, respecto del poder político comentan: "Los Ministros se cambian con rapidez censurable, impelidos por la pasión prometen al pueblo lo que no pueden cumplir y se produce en la Nación un tan malestar que se deja sentir en los más apartados rincones de ella dando ocasión á que las gentes de malvivir se confabulen, y á la sombra del carlismo se arrojen en cuadrilla al campo, donde impunemente ejercen el secuestro, el robo, la violación el estupro y el asesinato".

A finales de diciembre de 1838, y en crónica de 1 de enero de 1839 publicado el día 11, se narra cómo 
una de las cuadrillas de la Facción Palillos ataca la población de Madrigalejo (Cáceres):

MADRIGALEJO (Estremadura) 1º de enero. Ayer al salir el sol vimos bajar por el camino de Navalvillar de Pela un grupo considerable de caballería; y como ninguna noticia teniamos de que pudiesen ser facciosos, nos persuadimos que eran tropa nacional: sin embargo se empezó á correr la voz de que tenían á algunos paisanos, y esto nos hizo dudar. Nos reunimos en virtud de esto 16 hombres, y nos retiramos á la iglesia, saliendo dos á reconocer qué gente era, pero este reconocimiento se hizo á poca distancia del fuerte porque era facil que la caballería cortase a los esploradores y los quitase la vida antes de llegar á dicho punto: los facciosos se pararon a la entrada del pueblo; y mandaron una guerrilla de caballería que se aproximó á tiro de perdigones á los dos esploradores nuestros; se dieron el quién vive, y respondieron Carlos V, dispararon los dos nacionales su arma, replegándose al fuerte; la avanzada facciosa lo hizo á su columna, que estaba en la Puentezuela fuera del pueblo. En este estado de ¿qué harán? se nos presentó por el alcalde un oficio del gefe faccioso titulado don Juan de Verser o Varser , capitan de Palillos que decía: que dicho su general le mandaba que viniese á poner en paz á este país, y que por lo tanto no se haría daño al pueblo ni á los defensores del fuerte; pero que era preciso que le entregasen nuestras armas y municiones, doscientas raciones de pan; 50 fanegas de cebada y mil duros, y de no acceder haría a este pueblo los daños que á Castelblanco, exigiendo que se le contestase por escrito. No teníamos ni quisimos (... ilegible) producto del alcalde, devolviéndole (...), y ofreciéndole las raciones de cualquiera especie que necesitase; pero negándonos a la entrega de las armas y cantidad pedida en metálico, y añadiendo que las raciones se les sacarían fuera del pueblo y que les hariamos luego en el momento en que entrasen en él ó robasen algún vecino ó casa. Volvieron á insistir en que se les diesen las armas y no sufriría nada el pueblo, y 15000 reales en vez de 20000. No se accedió a ello, y empezó el tiroteo, se bajaron de los caballos y cuidando de evitar los fuegos del modo que les fue posible, acometieron los tambores del fuerte, llevando por delante infinidad de mugeres y niños con leña y tizones encendidos para tomar los fuertes, y que nuestros disparos diesen en los paisanos, pero afortunadamente no sufrieron estos ningún daño de nuestra parte y matamos cinco facciosos, llevandose heridos algunos más que en muy mal estado dejaron los bagajeros al huirse de la facción: los defensores del fuerte no sufrimos ningún daño, retirándose la facción á las cuatro de la tarde. El pueblo ha sufrido mucho, han sido saqueado la mitad de las casas é incendiadas doce ó catorce ; algunas del todo reducidas a cenizas. No han respetado opiniones habiendo robado y quemado casas de acérrimos carlistas; pero lo más sensible de todo es el asesinato de siete hombres, cinco mugeres y un niño á cuchilladas y estocadas, sin otra causa que no querer las unas ceder a sus torpes deseos, y los otros huir de ellos porque les daban palos sin cuento ni consuelo: el pueblo ha quedado horrorizado y tiene una prueba práctica de lo que son los facciosos que no olvidarán nunca, ayer eramos 16 a defendernos y hoy somos 50.

Hemos perdido mucho, pero paciencia, tenemos ya el gusto de habernos librado de la muerte por nuestros puños. A poco de marchar los facciosos, la avistó la columna de la línea, fuerte de 90 caballos de la Reina y 200 infantes y los corrieron hasta el Rincon, la columna ha pernoctado aquí y salió esta mañana en persecución del enemigo; han perdido una ocasión de acabar con la facción y acaso no se presente otra. 


En la crónica se hace referencia a las amenazas que los facciosos hacen a los nacionales de hacer los daños que habían provocado en Castelblanco (Castilblanco) Badajoz unos días antes, el 30 de diciembre de 1838, daños superados con creces en el caso de Madrigalejo. En aquella acción Castilblanco fue atacado por una facción Palillos al mando de El Capador, un francés cuyo oficio era castrador. Al frente de 250 jinetes y 50 infantes atacó la población defendida por 50 soldados y 10 paisanos que hubieron de refugiarse en la iglesia ante el elevado número de asaltantes. Las ofertas que les hicieran El Capador fueron rechazadas por los sitiados, por lo que los facciosos "prendieron fuego al pueblo por ocho puntos distintos, y se entregaron al robo y destrucción de cuanto se presentó á su vista, cometiendo toda clase de crímenes y tropelías que el pudor no permite enumerar". El balance fue la muerte de un hombre: Esteban Guerra Aguado, el incendio de 36 casas, más de 100 heridos y el robo de 60 caballerías que utilizaron para trasportar el producto de la rapiña.

A continuación la crónica vuelve a reiterar el asunto de los indultos: "Se sabe de positivo que los malvados de que se hace mérito son en su mayor parte de los indultados por el general Narváez, los cuales han vuelto á sus usos, ya por su malignidad ya por una invitación de Palillos, donde se les imponía pena de la vida al que no volviese á las filas bandálicas". Concluye la crónica confirmando la entrada de los facciosos en Madrigalejos.

Mancheta de Eco del Comercio de 10 de enero de 1839

De nuevo en el Eco del Comercio, del 3 de enero de 1839, dos meses antes de los hechos que se recuerdan en las inscripciones de Orgaz, leemos la crónica en la que se propone eliminar los grupos de apoyo que alientan a las facciones carlistas en los pueblos como medio más eficaz de erradicarlas:

"(...) El rigor saludable con los patrocinadores que dichos grupos tienen en los pueblos y en las bien entendidas y justas represalias contribuirán acaso más que los movimientos militares al objetivo indicado En Toledo y la Mancha se necesita más que parte alguna desarrollar este saludable sistema y ayudarle con la persecución activa. En la primera de dichas provincias campean todavía las hordas de foragidos causando grandes males; en la segunda se ha presentado nuevamente el feroz Palillos, y ha publicado el bando más atroz que salir puede de cabeza humana, de que ya dimos copia en anteriores números.
Contra esta ferocidad es necesario desplegar todo el rigor de las represalias y felicitamos al señor Aristizabal, comandante general de la Mancha, por el buen principio que ha dado al desempeño de su comisión, exortándole á que siga la marca comenzada, reforzándola tanto como lo exijan los desmanes de los enemigos.

Mientras tanto continúan los ataques de la facción a distintas poblaciones tanto en Toledo como en Extremadura; las represalias son sumarias y contundentes. En crónica de 11 de enero, antes del relato del ataque a Madrigalejo, se informa de una acción contra una cuadrilla de la facción Palillos al mando de un tal Polero que, tras ser detenido y confeso, es fusilado en Almagro:

"El capitán general de Castilla La Nueva, refiriéndose á comunicación del comandante general de las provincias de Ciudad Real y Toledo, fecha del 4, manifiesta que al regresar el capitán del 3.º ligero de caballería, don Ramón María Figueroa, de escoltar a Manzanares los caballos requisados, tuvo aviso de hallarse una partida de facciosos robando á unos carreteros en la venta Quemada, y apresurando aquel su marcha cargó decididamente á un grupo de siete, de los cuales quedaron cinco en su poder, entre ellos el cabecilla Polero, que por haber confesado que era capitán de la facción de Palillos fue fusilado en Almagro, cogiéndole igualmente cinco yeguas y otros tantos armamentos".

Iglesia de Santo Tomás de Orgaz

Los municipios, como el de Orgaz, según comenta la publicación de su Ayuntamiento en 1906, organizaron Milicias Nacionales con el fin de defenderse de los ataques de los grupos facciosos, la milicia estaba "preceptuada por la constitución política de 1837, la que por turnos vigilaba de noche las puertas de entrada de la población, y durante el día había en la torre de la iglesia un centinela encargado de avisar al vecindario, por medio de cuatro campanadas, la presencia de faccioso, a cuya señal se reunían los Milicianos, y comandados por su Jefe se aprestaban a la defensa". La defensa de Orgaz hasta entonces había sido eficaz y los milicianos habían rechazado en varias ocasiones a los facciosos.

Para conocer los hechos de aquel 25 de febrero de 1389 vamos a resumir la narración que el Ayuntamiento de Orgaz publica en 1906:

El día 25 de febrero de 1839 a las seis de la mañana sonaron las campanas de la iglesia como señal que anunciaba la presencia de facciosos. Acto seguido se reunió la Milicia Nacional de Orgaz, al mando de don Ramón Perea de las Infantas, que en diferentes ocasiones había conseguido rechazar a estos grupos. Salieron los milicianos al campo a caballo y a pie, desordenados, seguidos también a pie y a considerable distancia por su jefe don Ramón Perea de las Infantasel hijo de éste y otro vecino, en total 48 vecinos que formaban dicha Milicia.

Los vecinos divisaron en el camino de Arisgotas tres facciones de caballería y supusieron que irían, como en otras ocasiones, a robarles las labores por lo que se dispusieron a seguirlos. Los facciosos emprendieron la retirada hasta seis kilómetros de la villa, hasta el lugar "corrales de Silvestre". En este punto aparecieron 180 facciosos a caballo capitaneados por Rito Flores que cayeron sobre los milicianos pasando a cuchillo a 23 de ellos y apresando a 11 más, "sin otro fin humillatorio que exigirles gruesas sumas por sus rescates". Otros 3 consiguieron escapar perseguidos a caballos por 4 facciosos, "hasta cerca de la llamada puerta de Belén" donde los facciosos temerosos de ser disparados desde allí abandonaron la persecución. Detrás de los facciosos corrían otros a caballo; el capitán de la Milicia, y sus dos acompañantes salieron en defensa de los perseguidos creyendo ver en uno de ellos a otro hijo del capitán, dispararon sin hacer blanco y fueron también asesinados a cuchilladas "hasta desmenuzarlos el cráneo". Otros 2 milicianos consiguieron escapar a caballo; tal era la confusión que el primero de ellos creía que su perseguidor era un faccioso, y el segundo arreaba con toda furia a su caballo temiendo quedarse solo mientras que, el resto de facciosos creyeron que el segundo era de su grupo y que acabaría alcanzando al miliciano. Tal fue la excitación a la que sometieron a los caballos que uno de los  animales cayo muerto al llegar a la casa de su dueño.

Puerta de Belén hasta donde los facciosos persiguieron a los milicianos

Los facciosos acabaron entrando en el pueblo asesinando al menos a otras 9 personas, incendiando casas y violando a una mujer. En pleno pillaje una columna de tropas reales apareció con 25 leales que pusieron en fuga a los facciosos aunque éstos en su huida se llevaron consigo a 11 milicianos hasta Porzuna donde llegaron descalzos y ateridos de frío. Después de torturarlos les obligaron a escribir cartas a sus familiares pidiéndoles rescate que si no eran atendidas serían fusilados. De los apresados 5 fueron rescatados mediante pago y el resto fueron fusilados en la plaza pública y abandonados sus cuerpos hasta que el Teniente cura de Porzuna los recogió, ya en putrefacción, y les dio sepultura.

Pirámide que conmemora la muerte de los milicianos camino de Arisgotas

En El Castellano, periódico también de Madrid, publica el 13 de marzo de ese año la siguiente crónica en la se alude a los hechos de Orgaz y a quienes se rinde homenaje en la pirámide. Está fechada en Trujillo el día 9:

" En los días anteriores se presentaron en la Jara como prisioneros el titulado comandante de escuadron don Justo Hierro, un teniente y el asistente del primero: los tres han preferido sacrificar su libertad á permanecer unidos á Palillos.
Nuevamente se han presentado en la Nava el cabecilla Felipe Muñoz con 18 facciosos á caballo; Dicese que viene a vengar la muerte de su padre el tio Pedro, que ha sido asesinado por los Palillos; este tal tio Pedro fue antes presidiario y ahora por comisión de su hijo perseguia á los facinerosos que con nombre de carlistas solo se ocupaban en asesinar, robar y asolar.

En un breve se hace mención, en el mismo periódico, unas líneas más arriba del texto anterior, que unos días antes, debe referirse al jueves 3 de enero de 1839: "Palillos con dos ordenanzas llegó el jueves á Morella, y está con Cabrera". Es interesante esta cita porque en marzo de ese año Cabrera recibe la orden de reorganizar las fuerzas carlistas de La Mancha por lo que se supone que Palillos unirá sus fuerzas a las del Maestrazgo y marcharía al exilio una vez concluida la guerra en septiembre de ese año como indica la ficha de la Real Academia de la Historia.

Unos días después, el 24 de marzo  El Piloto, periódico de Madrid, detalla la liberación de Pedro Perea y el fusilamiento de unos de los nacionales secuestrados por la facción, Quintín López Mancebo por la imposibilidad de pagar su rescate debido a su pobreza. La misma crónica se repite al día siguiente en Eco del Comercio.
 
LA MANCHA. ASESINATO DE UN NACIONAL DE ORGAZ. ORGAZ 19 de marzo. Ningún acontecimiento importante , fuera de los que después diré, ha tenido lugar en estas cercanías desde el día 8 del actual, en que detallé a VV. los deplorables sucesos que presenciamos en esta villa el 25 de febrero. Desde entonces, sin descanso he llamado la atención de las autoridades superiores de la provincia con el fin de mejorar la desgraciada suerte que amagaba á los prisioneros, cuya vida se halla hoy en el mas inminente peligro, según ha dicho en el pueblo D. Pedro Perea, que era uno de ellos, y ayer á las once y media de la noche logró restituirse al seno de su familia desgraciada. Este, después de haber perdido en aquella jornada á su padre y hermano D. Ramón y Celestino, ha tenido que aprontar cien mil reales por su rescate.

Serían las tres y media de la tarde de ayer, cuando don Pedro se separó de los facciosos; pero antes fusilaron estos por órden del cabecilla Rito Flores, al nacional Quintin Lopez Mancebo, porque su pobreza no le permitía proporcionar medios de comprar su vida. Quedan reducidos á la mendicidad su muger y cuatro hijos menores.

Los ocho prisioneros que permanecen todavía en poder de la canalla, esperan una suerte igual, y tienen fijado el día 21 del mes próximo como último plazo que les conceden, para que, ó aporten las cantidades pedidas, ó sufran las penas de ser pasados por las armas.

Mancheta de El Correo Nacional de 13 de abril de 1839

Terminamos con la publicación de El Correo Nacional del 13 de abril de 1839 la relación que hace el comandante general de Ciudad Real y Toledo en la que parece concluir con los hechos del 25 de febrero en Orgaz y las represalias que se tomaron:

NOTICIAS DE LA MANCHA Y TOLEDO
Represalias suspendidas. (Del Boletín Oficial de Toledo). Comandancia general de las provincias de Ciudad Real y Toledo.- Habitantes de las provincias de Ciudad Real y Toledo.- He ofrecido a vosotros a S.M. y al mismo Palillos que ninguno de sus atentados quedará sin castigo mientras yo mande en estas provincias. En virtud de esto, el primer aviso que tuve de que los malvados había fusilado siete prisioneros en Porzuna, dí la orden, que ya estará ejecutada, de fusilar otros tantos en Ciudad Real de los varios prisioneros que de allí y aquí deben sus vidas á nuestra generosidad, tan mal pagada por nuestros enemigos. Después supe que los asesinados en la Porzuna eran los infelices vecinos de Orgaz, de los cuales de algunos habían recibido ya cantidades exorbitantes por su rescate. Tamaña perfidia y atrocidad estremeció mi corazon y me hizo conocer era necesario un ejemplo más eficaz que el fusilamiento ya ordenado. Dispuse pues, y estaban ya entendidas las órdenes, que insaculando los nombres de todas las personas que tengo en mi poder de las familias de los rebeldes siguientes, Palillos, Valentín Ortega, Chalco, el Mestizo de Ajofrín, Revenga, Rito Flores, los Marrajos, el Chisme y Froilan de la Fuente, que fueron los que más figuraron en el hecho, se sorteasen otros siete que fuesen pasados por las armas en la plaza de la Constitución del desgraciado Orgaz, para hacer respetar á los facciosos con su propia sangre los santos derechos de la humanidad que atropellan á cada instante.

En este estado recibo á noche comunicacion segurísima entre los enemigos, en que se me manifiesta la oposición que encontró en muchos de ellos tan sangrienta catástrofe, producto solo del alma negra de Palillos, y de su segundo Madridejos, y que el temor de las represalias que yo tomase ha escitado sus ánimos hasta el punto de estar dispuestos á deshacerse de tan execrables malvados, y librar al mundo de la presencia de estos dos tigres, á quienes nunca se ve en el campo de combate, sino en el de los cobardes asesinatos. En vista, pues, de la reprobación universal que entre sus mismo secuaces ha tenido el crímen tan abominable, he resuelto no derramar aun por esta vez la sangre de sus partidarios, que reclamaban en justa espiacion los manes de las víctimas de Orgaz; pero como una advertencia de que otra vez seré enexorable , y que para que sepan los enemigos la suerte que espera á sus familiares, deudos y queridos, conmuto sin ejemplar la pena capital por 50 palos, que llevarán en la plaza mayor del pueblo donde están presas, , cada una de las personas de las familias expresadas, y sus mancebas detenidas. Repito que las muertes y asesinatos que se cometan por los rebeldes, ninguna quedará sin castigo; asi como las leyes de la guerra entre personas racionales jamás será violadas por mi. Toledo 5 de abril de 1839.-
El comandante general de ambas provincias
ARISTIZABAL.

Es copia.- El coronel gefe de E.M.
Jose de Orive
Es copia P.A.D.S.B.C.G. El coronel comandante de armas,
Rosendo Nevares

A continuación, en la columna siguiente, podemos leer unas noticias redactadas en breves, tituladas HORROROSAS NOTICIAS ATROCIDADES DE LOS FACCIOSOS DE LA MANCHA Y TOLEDO (Por Piloto) entre la que destaca el hallazgo de los cuerpo insepultos de los nacionales de Orgaz secuestrados y fusilados. Entre otras atrocidades detallan cómo el comandante Arribas llegó a los montes donde disponía su campamento "el infame Palillos y su canalla" donde encontraron un panorama aterrador, "un cadáver colgado entre dos árboles y carcomido de los lobos: este desgraciado parecia ser el alferez de coraceros que sorprendieron en las inmediaciones de Toledo"; a la izquierda de éste "estaba una cadena larga y delgada amarrada a dos árboles, de la cual pendían algunos trozos de hombres comidos de lobos"; y concluye, cuando encontraron los cuerpos de los componentes de la milicia de Orgaz que "Se hallaron también muertos é insepultos á los desgraciados prisioneros de Orgaz que se llevaron el dia que penetraron en aquella villa".

Vista de la población de Orgaz desde el adarve del castillo

Juan Vicente Rujeros, Palillos, según la ficha de la Real Academia de la Historia, nació en Almagro (Ciudad Real) en 1787 y no se tienen noticias de él después de 1839 cuando termina la I Guerra Carlista. Fue guerrillero y general carlista, en 1820 era agrimensor hacendado y poseía una fábrica de vinos y licores, y comerciaba con telas. Durante el Trienio Liberal (1820-1823) estuvo preso por desobedecer al gobierno y fue comisionado en secretos militares. Fue ascendido hasta alcanzar el grado de comandante, aunque en 1824 sólo se le reconoce el grado de teniente. Se ignora cuando se adhiere al movimiento carlista, pero en 1837 tenía el grado de brigadier. En 1838 intentó tomar Ciudad Real sin conseguirlo aunque aniquiló la columna realista que salió en su persecución. En junio de 1839 tenía a sus órdenes quinientos jinetes y trescientos infantes, aunque éstos solían actuar en cuadrillas de seis a ocho individuos, y contaban con el apoyo de varias poblaciones que los auxiliaban y abastecían. Como medida de seguridad, contaba con dos lugartenientes que lo seguían siempre separados y a distancia de él. Su hijo murió en combate contra las tropas isabelinas en febrero de 1839 y su madre, con 80 años fue fusilada ese mismo año. Tras la firma del Tratado de Vergara (31 agosto 1839) que ponía fin a la guerra, en septiembre el comandante general de La Mancha le propuso acogerse a indulto, aunque no se sabe si de buena voluntad o con el propósito de capturarlo. Es probable que, tras unirse a Cabrera en marzo de 1839, se marchase al exilio sin volver a tenerse noticias suyas.

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación;

Breve reseña que el Ayuntamiento de la muy noble, leal y antigua Villa de Orgaz hace de las víctimas inmoladas por la facción Palillos el día 25 de febrero del año 1839. Toledo: Imprenta Escuela Tipográfica y Encuadernación Colegio de María Cristina. 1906. Edición electrónica de Jesús Gómez, 2002. Disponible en: www.villadeorgaz.es/orgaz-faccion-palillos-relacion.htm
Eco de Comercio, 1838 de 04 Enero; 1839 de los días 03 y 11 Enero; y el 25 Marzo, BNE/Hemeroteca
El Castellano, 1839, 13 Marzo, en BNE/Hemeroteca
El Correo Nacional, 1839, 13 Abril, en BNE/Hemeroteca
El Piloto, 1839 de 24 Marzo; en BEN/Hemeroteca.
Juan Vicente Rujeros, Palillos, Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera, Alfonso, en ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es/biografias

miércoles, 3 de mayo de 2023

Castillo de Ampudia


Llegamos a Ampudia como parada en nuestra visita a la ciudad de Palencia. La población cuenta en su patrimonio con la magnífica Colegiata de San Miguel del siglo XIII, y un espectacular castillo también del siglo XIII. La visita a este último no fue completa, tan solo pudimos ver de su interior el patio de armas, lo único que estaba permitido fotografiar, y unas dependencias en dicho patio donde se pueden ver diversas colecciones de armas, piezas de arqueología, farmacia y etnografía, y unas interesantes silos subterráneos que algunos viajeros confundieron con aljibes; no obstante no pudimos acceder a las torres.

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

En la relación que hace Eugenio Fontaneda de las tenencias de Ampudia, cita primero al rey Alfonso VIII de Castilla que en 1188 incluyó la villa en la dote de su hija doña Berenguela. A principios del siglo XIII, el hijo de ésta, el rey Fernando III la cede en dote a su mujer doña Beatriz de Suabia. Siguiendo la secuencia, ahora con Cobos Guerra, la villa ya se encontraba fortificada a finales del siglo XIII, cuando se refugió en ella Juan Núñez de Lara. Éste se había rebelado contra la reina doña María de Molina en el conflicto por la sucesión de Fernando IV, apoyando a Alfonso de la Cerda en sus aspiraciones a la corona castellana. Tras poner la reina cerco a la villa, el de Lara huye y dos años después la entrega a la Corona a cambio de su libertad. En 1354, -según Fontaneda en 1352- pertenecía a Juan Alfonso de Alburquerque, que lo había recibido en herencia de su mujer María de Meneses; éste había sido privado del rey Pedro I y había caído en desgracia, circunstancia que precipitó rendir la villa ante la llegada del rey que regresaba del frustrado cerco al castillo de Montealegre. Aquí cabe señalar el relato de la época que hace Cooper del reinado y regencia de María de Molina,  proponiendo además que la posición de Ampudia en los Montes Torozos hacia invisible la fortaleza desde el castillo de Montealegre a no ser desde la desaparecida última planta de este ultimo desde donde sí podría haber contacto visual entre ambas fortalezas..

El castillo visto desde la población

A principios del siglo XV pertenece a Sancho Rojas, obispo de Palencia, que lo donará a su sobrino Pedro García de Herrera. En 1419 éste consigue del rey Juan II un privilegio para instituir mayorazgo con la villa. Este García de Herrera se casó con María Ayala; y les sucede su hijo García López de Ayala en 1457, que casó con María Sarmiento. Cobos nos detalla que estos últimos hicieron obras en el castillo y que la existencia de escudos heráldicos de los mencionados Ayala, Herrera y Rojas en la fortaleza, "podían pertenecer a cualquiera de los propietarios del siglo XV". Según Cooper, a colación de los escudos heráldicos, indica que son de la primera mitad del siglo XV, por tanto "demasiado temprano para la construcción del castillo" y que fueron los pleitos entre sus descendientes sobre la herencia de la que formaba parte Ampudia lo que mantuvo vivo el interés por estos apellidos. Nos recuerda que María Sarmiento, viuda desde 1488, junto a su marido habían realizado obras y mejoras en los castillos de "Enpudia e Orduña e Salvatierra e Salinillas e Quijana en que dis que se gastaran e gastaron fasta en quantia de cinco quentos de maravedis".

Esquina noreste del castillo. A la derecha zona derrumbada

Tras la muerte de éstos, en 1485, el castillo pasa a su hijo Pedro de Ayala, conde de Salvatierra (Álava). Éste durante la guerra de las Comunidades toma partido por los comuneros, debido en parte, según Cobos, por su enemistad con Íñigo Fernández de Velasco, duque de Frías y virrey de Castilla por Carlos I. El castillo es conquistado por los realistas y aunque es recuperado por los comuneros, tras la derrota definitiva de éstos el castillo y todos los bienes del conde de Salvatierra son confiscados en 1522. Tras la confiscación el rey asegura a los habitantes de la villa su intención de que ésta permanezca en poder de la Corona a perpetuidad; no obstante, tan solo tres años después, en 1525, vende la fortaleza y la villa "al hijo de Pedro de Ayala por veinte mil ducados"; éste había pleiteado con tesón por la devolución de los bienes familiares; sin embargo, al ser este Ayala menor de edad, la tutoría de sus bienes recae precisamente en Íñigo Fernández de Velasco que reformará la fortaleza que a la sazón servirá para alojar prisioneros a los Delfines de Francia, y residirá en ella hasta la muerte de su mujer la duquesa en 1527.

Escudo de armas del duque de Lerma sobre la puerta de acceso al castillo

Una vez agotada la línea primogénita de los Ayala, en 1597 la fortaleza pasa a manos de Francisco de Sandoval y Rojas, futuro duque de Lerma y valido del rey Felipe III. Según Cobos la principal reforma que hizo el de Lerma en el castillo fue "la colocación de su escudo, partido de sus armas con las de su mujer, Catalina de la Cerda, en contra del uso heráldico habitual". Cooper erróneamente atribuye el escudo a Cristóbal de Sandoval y Rojas y de la Cerda, primer duque de Uceda, e hijo del duque de Lerma. Según Cobos la pieza principal del castillo en época del duque de Lerma, fue su armería, que la incorpora en testamento de 1624 al mayorazgo de Lerma. La armería debió ser importante toda vez que en 1798, "cuando la visita el ilustrado don Rafael de Floranes y Encinas, por orden del duque de Berwick, a quien pertenecía el castillo, aún era excepcional" pese a que faltaban piezas que se habían enviado a Zamora con motivo de las guerras con Portugal en 1762.

Piezas de artillería en las inmediaciones del castillo

Hay que añadir, según el cuaderno de Turismo, que entre las casas que poseyeron el castillo se encuentra la Casa Ducal de Alba, y contó con huéspedes destacados, además de los mencionados Delfines de Francia y doña María de Molina, quien puso cerco a la villa a finales del siglo XIII. La estancia de Fernando el Católico fue menos agitada, el rey hizo estancia en Ampudia en tránsito a Valladolid el 14 de diciembre de 1515; poco tiempo después, agotadas sus fuerzas, el rey católico fallecerá en enero de 1516 según narra Fontaneda Pérez. Poco más de un año después recibe la visita de Carlos I, nieto del rey católico. Según Ortega Aragón, el joven rey y futuro emperador pernoctó en el castillo, invitado por el conde de Salvatierra, una noche de noviembre de 1517 camino de Tordesillas donde esperaba reunirse con su madre la reina Juana, al parecer fueron tantos los ruidos de animales y alimañas que le llegaban del exterior que Carlos no pudo pegar ojo, iniciándose así, con mal pie, la relación entre ambos que culminaría con el de Salvatierra apoyando el bando comunero, derrotado y expropiadas su propiedades como mencionamos antes. El huésped más asiduo fue Felipe III. Añade el cuaderno de Turismo que la amistad del duque de Lerma con el rey Felipe III propició que Ampudia acogiese al monarca en varias ocasiones, a la vez que, como sede de la Corte, se trataran asuntos de importancia para el Reino, incluyendo el definitivo traslado de la capital de Valladolid a Madrid en 1606. A partir de entonces la fortaleza atraviesa un largo periodo de abandono hasta ser adquirido en 1960 por don Eugenio Fontaneda Pérez, quien la restaura por completo. 

Cubo sureste de la barrera, a la izquierda la torre del homenaje


EL CASTILLO

Siguiendo a Cobos, del siglo XIII se conservan los cubos circulares de la muralla a la que posiblemente se adosó un primer castillo de planta rectangular con las dos torres cuadradas que dan hacia la villa. Añade que a continuación se eliminó la muralla que cerraba un lado del castillo y se sustituyó por la torre del homenaje actual a la vez que un muro de gran grosor y altura que, "con parapetos a ambos lados, protege el edificio de una colina cercana desde donde le podían batir fácilmente". Nos detalla parte del edificio que no vimos, "junto a la torre se dispuso un estrecho patillo de entrada con dos puertas, protegido por troneras y cuyo acceso exterior se eliminó en una reforma más tardía", en este acceso se construyó la escalera por la que se ingresa en la torre del homenaje sustituyendo la pasarela original volada sobre dicho patillo. La cuarta esquina del castillo, una posible torre en el lado contrario a la del homenaje, quizá porque no llegó a terminarse o porque se hundió "nos impide conocer el funcionamiento exacto del adarve que existe sobre el grueso y alto muro que las unía" al que sólo es accesible desde la torre del homenaje.

Torre del homenaje y hueco donde debía estar la cuarta torre

El parapeto, con sus garitas, -continúa Cobos- da unidad al conjunto de las estructuras (salvo el homenaje) y, por su similitud con el de Portillo, permite fecharlo en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XV. La similitud con Portillo también lo comenta Cooper "que se construye mediado el siglo XV (ca. 1446) tras reformarse el lienzo donde se encuentra la puerta de acceso añadiéndose dicha garita al adarve". Respecto a la garita señala su singularidad porque "tiene matacanes con dinteles llanos entre canecillos", que contrasta con el adarve liso. También coinciden en ambas fortalezas la posición de la torre del homenaje, "en una esquina del recinto", así como que el acceso a la entrada se haga en altura al nivel del primer piso, "por medio de una escalera de caracol practicada en un adosado", aunque Cooper atribuye la ausencia de la cuarta torre a su derribo por el impacto de un rayo.

Muro que unía la torre del homenaje y la cuarta torre desaparecida. 
Tanto el muro como la garita presentan hilera de matacanes

El patio conserva las arquerías que pueden fecharse bien de finales del siglo XV o principios del XVI, comenta Cobos, aunque no es posible saber si son originales del edificio. En su parte exterior "se rodeó el castillo con una barrera que cubre los tres frentes que quedaron al interior de la muralla de la villa y que por su aparejo parece obra distinta a la del cuerpo principal ", ésta se debió construir en la segunda mitad del siglo XV. Concluye con el análisis del puente de entrada, construido en piedra y con dos arcos previos al tramo levadizo, construido en 1538 por orden de conde de Salvatierra.

Arquerías del patio de armas


EPIGRAFÍA

Tanto Cobos como Cooper hacen mención a los escudos que aparecen en el castillo, en las yeserías góticas conservadas, que pertenecen a los Herrera, Rojas y Ayala como comentamos antes y que según Cobos podrían pertenecer a cualquiera de los propietarios del siglo XV, y hace hincapié en la inexistencia de otros escudos medievales en el edificio. Esto puede deberse posiblemente, por una parte, "a la costumbre del duque de Lerma de sustituir las armas originales por las suyas en todos los edificios en los que tuvo intereses" y, por otra parte, a las instrucciones que el mencionado Floranes dio a finales del siglo XVIII de "picar cualquier escudo que no fuese Herrera, Rojas o Ayala".

Escudo de armas de la familia Herrera en el patio del casillo

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Cobos Guerra, F. y De Castro Fernández, J.J.Castilla y León. Castillos y fortalezas, Edilesa, 1998
Cooper, Edward, Castillos Señoriales de la Corona de Castilla y LeónJunta de Castilla y León, 1991.
Cooper, Edward, La fortificación de España en los siglos XIII y XIV,  Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, 2014
Domínguez Casas, Rafael, El escudo del I Duque de Lerma en el MUVa, Universidad de Valladolid, 2009
Fontaneda Pérez, Eugenio, Discurso de recepción de académico. "Salvar un castillo".
Ortega Aragón, Gonzalo, Palencia insólita, Palencia 1997.
Rodríguez-Ponga y Salamanca, PedroPedro de Ayala y Sarmiento, ficha de la Real Academia de la Historia, en dbe.rah.es

Garita del lienzo norte similar a las que protegen la entrada y al igual
que la del castillo de Portillo, el muro carece de canecillo.

Cubo semicircular macizo de la cerca de la villa

Vista de la villa y torre de la Colegiata de San Miguel desde el castillo