sábado, 9 de marzo de 2024

Santorcaz


Iniciamos nuestra visita a Santorcaz siguiendo la guía del mudéjar madrileño de J. Jiménez en la que hace una brevísima referencia a la historia de su iglesia, íntimamente ligada al castillo de la Torremocha o, como comenta, lo que queda de él, toda vez que el ábside mudéjar se encuentra integrado en los muros de la cerca tras haberse adaptado como torre junto a una de las puertas de la antigua fortaleza. En la muralla, que cuenta con tramos de obra de sillería de piedra, encontramos un cubo de planta cuadrada, también mudéjar, a base de mampostería encintada, estilo toledano y muy primitivo que nos recuerda, concluye, a las murallas de Talamanca de Jarama.

Muralla de sillarejo y ábside de la iglesia. Entre ambas se sitúa la puerta

EL CASTILLO

La situación de Santorcaz, según comenta castillos de Madrid, es singular pues la mitad oriental pertenece al municipio, donde se sitúa la iglesia, y la mitad occidental es propiedad particular y, aunque se puede ver parte de la la muralla desde el exterior, no podemos contemplar el recinto completo. Como hemos comentado, el ábside de la iglesia se encuentra integrado en la muralla, y se fecha su construcción en el siglo XIII. El ábside se proyecta hacia el exterior, formando un bastión semicilíndrico que protege la única puerta de entrada que se conserva de la muralla. La puerta es un arco apuntado con jambas y dovelas resaltadas que se abre en un retranqueo de la muralla formando la entrada en codo al girar hacia el interior desde el ábside. 

Puerta de acceso entre el ábside mudéjar y la muralla

De la muralla se conservan varias torres de diferente tipología. Siguiendo el lienzo de sillarejo hacia el sur, encontramos la torre pentagonal también de sillarejo. Esta torre y el tramo de muralla que lo une a la puerta, posiblemente se construyese en una reforma del siglo XIV o principios del XV. De esta torre hacia el oeste se ha perdido unos metros el lienzo.

Torre pentagonal de sillarejo

El lienzo vuelve a surgir a partir de la cuadrada en el ángulo meridional. Está construida en mampostería encintada de ladrillo, como detalla Jiménez, mudéjar estilo toledano. A partir de aquí el resto de la cerca y las torres son de mampostería concertada, son los más antiguos y al igual que el ábside son del siglo XIII. En este tramo encontramos una cilíndrica en el ángulo suroeste, otra cuadrada en el centro del lienzo occidental, la torre albarrana de planta cuadrada en el noroeste. En el lado septentrional se levantan dos torrecillas separadas entre sí tan solo cuatro metros, por lo que es de suponer la existencia de una puerta para acceder a la residencia del Arzobispo de Toledo. Todo el adarve estaba protegido por un parapeto almenado.

Torre cuadrada de mampostería encintada estilo toledano

Aunque no existen restos, según algunos testimonios escritos, el caserío también estuvo cercado por una muralla de tapial en la que se abrían cinco puertas de las que, como hemos comentado, no queda resto alguno.

Ábside mudéjar y sacristía


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Por su situación Santorcaz se encuentra en un lugar claramente defensivo, al borde del páramo sobre un pequeño barranco que confluye con el arroyo de Anchuelo. Según el texto de la Comunidad de Madrid, el castillo carece de función estratégica pues no domina visualmente gran extensión de terreno; la población tampoco está situada en un eje de comunicaciones importante, ni cuenta con un suelo lo suficientemente fértil y, aunque se encuentra equidistante de los valles tan importantes como los del Jarama, el Henares y el Tajuña, no mantiene especial vinculación con ninguno de ellos. Concluye que su fundación se debe únicamente a que antes hubo una población anterior.

Lienzo oeste de mampostería concertada y torre cuadrada del siglo XIII

Santorcaz está poblado de antiguo donde se atestigua un poblado celtibérico carpetano del silo III a C. que se despobló antes de la llegada de las primeras legiones romanas a la zona. El poblado estaba asentado, no obstante, en el llamado Llano de la Horca, cerro contiguo al norte de Santorcaz., lugar donde se llevaban a cabo las ejecuciones de reos. Hacia el siglo X se asientan en la zona poblaciones bereberes formando una aldea de escasa entidad, aunque no muy sumisa al poder califal. Éstos posiblemente son los constructores de una torre vigía al pie del cerro anterior al del Llano de la Horca, lugar denominado Cuesta de la Torre o de la Torrecilla

Lienzo oeste junto a la torre cuadrada se abre un portillo

Tras la reconquista el lugar será repoblado y en el siglo XII, lejos ya la amenaza almohade, se constituye en cabeza de un territorio más amplio. Sobre su origen existen dos versiones; la más plausible es que la Corona la cediera al Arzobispo de Toledo de quien dependía gran parte del valle del Henares, y otra, quizá dentro del imaginario popular, la cesión fuese a los caballeros del Temple. Lo cierto es que a principios del siglo XIV Santorcaz estaba en manos de la mitra toledana, y lo más probable es que ya le pertenecería desde el siglo anterior, cuando la Corona hace entrega de un basto territorio al arzobispo Ximénez de Rada.

Puerta de acceso desde el interior

Las primeras noticias del castillo son de la segunda mitad del siglo XIV en época del arzobispo Pedro Tenorio (1328-1399), a quien se le puede atribuir la construcción de la torre albarrana y la torre cuadrada mudéjar tipo alcalaíno. Con el arzobispo Alfonso Carrillo (1410-1482) la fortaleza se convierte en cárcel de clérigos y nobles, entre los que cabe señalar a "la princesa de Éboli, Juan de Luna, colaborador de Antonio Pérez, Rodrigo Calderón, el Marqués de Siete Iglesias, el Marqués de Ayamonte, el Duque de Híjar y canónigos de todas las condiciones", aunque uno de los principales cautivos fue Gonzalo Jiménez de Cisneros.

Inscripción en el atrio de la iglesia de Santorcaz recordando al Cardenal Cisneros


EL CARDENAL CISNEROS

Tal como podemos leer en la publicación de la Comunidad de Madrid, sobre el uso del castillo como cárcel de clérigos, y en el atrio de la parroquia de Santorcaz, el cardenal Cisneros fue uno de los que primero probaron sus "comodidades" antes de iniciar la carrera que le condujo a ser regente de Castilla. Tras cursar en la Universidad de Salamanca el título de bachiller en Decretos, de su vuelta a su Talamanca natal, según narra García Oro, "se dispuso a conquistar puestos y dinero" tomando el camino más difícil, y fue promoviendo en Roma una causa contra el arcipreste de Uceda, García de Guaza, por irregularidades canónigas, logando la destitución de éste y sucederle en la silla arciprestal, complaciéndose en su título de "el honrado Gonzalo Jiménez de Cisneros, Bachiller en Decretos y Arcipreste de Uceda"; no obstante, logró el cargo contra el criterio y porfiando contra el poderoso arzobispo de Carrillo "quien propinó al altivo arcipreste de Uceda unos meses de cárcel".

Busto del Cardenal Cisneros (ca. 1653-1659) atribuido a Orfeo Boselli
Terracota policromada. Colección Universidad Complutense de Madrid

Para esta entrada he consultado las siguientes publicaciones:

Cardero Losada, Rosa, Los castillos de Santorcaz, Castillos de España, revista Asociación Española de Amigos de los Castillos, nº 137-138-139, 2005.
García Oro, José, Francisco (Gonzalo) Jiménez de Cisneros, ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es/biografías
Jiménez Esteban, JorgeEl mudéjar madrileñoEdiciones La LibreríaMadrid, 2008
Martínez Vázquez, Francisco, Un problema de historiografía y cronología: la fecha de nacimiento del Cardenal Jiménez de Cisneros
Castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la Comunidad de MadridDirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, cuyo catálogo ha sido elaborado por Fernando Sáez Lara. Madrid, 1993.
Guía de Castillos de MadridDirección General de Turismo. Consejería de Empleo Turismo y Cultural de la Comunidad de Madrid, con edición y textos de Fernando Sáez Lara. Madrid, 2015.

Lienzo este y puerta de acceso vistas desde el interior

Plano del castillo de Santorcaz. Elaboración propia 


jueves, 29 de febrero de 2024

La ermita de Santa María de la Antigua de Carabanchel


Llegué a Carabanchel Bajo (Madrid) siguiendo la pequeña guía del mudéjar madrileño (2008) de J. Jiménez, para ver la ermita de Santa María de la Antigua, aunque ampliaremos nuestro relato con la información que nos proporciona el estudio de arquitectura que llevó a cabo la restauración en 2016. El trayecto hasta el templo es sencillo, la estación de metro nos deja muy cerca, junto al cementerio viejo de Carabanchel. La mañana era agradable y solo hay que recorrer un corto paseo hasta la iglesia, atravesando un parque mal acondicionado y un entorno muy descuidado. El templo, como indica Jiménez, es una verdadera joya del mudéjar, ha conservado toda su estructura original, aunque ha sufrido algunas reformas desde su construcción, mantiene el ábside, las naves, la techumbre, la portada y una espectacular espadaña, y en él se conjugan el valor artístico e histórico de la iglesia mudéjar más antigua de Madrid y el hecho de estar vinculado al San Isidro Labrador, el patrón de la ciudad.

La iglesia: ábside y fachada este

Lo primero que ve el visitante es el ábside, construido en mampostería encintada, como todo el edificio; está coronado con canecillos de ladrillo, y presenta en su lado curvo un arco apuntado de herradura en el que se abre una ventana alargada tipo tragaluz. En el lado recto del mediodía se adosó la sacristía que no nos permite ver el ábside completo ocupando también parte del muro meridional.

Arco apuntado de herradura del ábside

Al mediodía se abre una elegante portada construida en ladrillo, está enmarcada con doble alfiz, tiene arquerías ligeramente apuntadas, compuesto de tres arcos siendo el central lobulado, y sobre estos vemos una decoración de esquinillas, decoración que se extiende a todo el alero. A su derecha, como hemos comentado, se ha adosado la sacristía que también invade parte del tramo recto el ábside, y se ha construido un contrafuerte. 

Portada de la iglesia

No pudimos acceder a su interior, no obstante nos vamos a guiar según detalla Jiménez, "consta de tres naves, siendo la central el doble de ancha que las laterales, separadas por dos pilastras tipo toledano. Se cubre por un techumbre de par y nudillo y presenta un pequeño coro con canecillos. El arco triunfal es de herradura apuntado con arquillos semicirculares al exterior de éste". El ábside tiene bóveda de cañón en su lado recto y cubre el lado curvo con bóveda de horno.

Lado recto  norte del ábside y detalle de los canecillo

En origen el templo tenía una sola nave pero sufrió un derrumbe de la cubierta, de fecha indeterminada que, según proyecto de Pedro Gómez Picazo de 1997, afectó al muro norte y, a su vez, provocó el desplome del muro sur que ya poseía el contrafuerte, aunque este no está trabado con el muro. El templo se reparó reconstruyendo el muro norte; se levantaron los pilares para soportar la nueva cubierta que hoy dividen el interior de la nave. El muro sur y el contrafuerte se repararon, y en el siglo XVIII se adosó la sacristía que invade parte del muro y parte del ábside, y se construyó una escalera para acceder al campanario.

La iglesia vista del campanario desde la fachada oeste

La torre del campanario, la espectacular espadaña, se eleva unos 20 metros sobre el suelo. Tiene la base maciza y está construida con cajones de mampostería y ladrillo, y reforzadas las esquinas con ladrillo. Hacia metro y medio de altura sobre el alero se aprecia una reparación de la fábrica lo que puede indicar que existen dos etapas constructivas, en la original debió demolerse la parte alta para ampliar la torre y duplicar su tamaño, y abrir en la parte superior seis vanos donde se alojan las campanas.

Base de la torre, la portada, el contrafuerte y la sacristía

En la torre hay una placa que nos recuerda que en ese lugar "estuvo la iglesia de Santa María Magdalena a la que venía a rezar San Isidro cuando trabajaba en estos campos y en ellos tuvo lugar el milagro del lobo". Según cuenta la tradición San Isidro entró en la iglesia para orar y había dejado su burro atado en la puerta del templo. Unos niños, interrumpiendo la oración, entraron para avisarle que había un lobo merodeando y que el burro corría peligro. San Isidro les respondió que no tuviesen cuidado por la acémila y continuó rezando. Al salir del templo encontraron al lobo muerto tumbado junto a al burro que permanecía pastando.

Fachada meridional

Por último recalcar que, siendo un edificio histórico y la simbología que representa para los madrileños, cuesta entender el lamentable estado en que se encuentran sus alrededores, sin urbanizar, convertido el solar que hay frente a ella en un aparcamiento a la sombra del ábside.

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Jiménez Esteban, Jorge, El mudéjar madrileño, Ediciones La Librería, Madrid, 2008
Santos Torres, José, La ermita de Santa María la Antigua en Carabanchel (Madrid), In ArQadia, blog de JST Arquitectura, Valladolid, 2016

Detalle de la cruz en el lado oeste de la torre del según cajón de mampostería
Vista del campanario desde el interior del cementerio

domingo, 18 de febrero de 2024

Fornells: la defensa de la costa

Entrada al puerto desde la terraza de la Torre Fornells

Hicimos nuestra visita a Fornells desde Arenal d'en Castell que, aunque su nombre pueda indicar lo contrario, no tiene castillo. Viajamos en autobús urbano, un recorrido rápido y muy puntual en la recogida de pasajeros por lo que la primera premisa que teníamos era ésa, la puntualidad, para no perder el viaje de vuelta. Las distancias en Menorca son relativamente cortas y el interés paisajístico, y sobre todo el histórico, es abundante por lo que es fácil perder la noción del tiempo. En esta entrada, al principio, vamos a seguir el orden real de nuestra visita, no el cronológico que debería ser el lógico, porque esta pequeña población posee un rico patrimonio de fortificaciones.

En el centro de la imagen fortín de la Guerra Civil Española 

Primero veremos unos breves apuntes sobre la historia de Fornells y la isla de Menorca. El puerto natural de Fornells está situado al noreste de la isla. Es uno de los pocos abrigos naturales en esta zona y el tercero de la isla tras Mahón y Ciudadela. Tiene forma de botella, una bocana estrecha que se va ensanchando hacia el interior, servía de refugio a las embarcaciones en la zona noreste de la isla contra los vientos y temporales de tramontana. La primera construcción defensiva fue una atalaya de vigilancia construida en 1604 durante el reinado de Felipe III, que tenía como fin la lucha contra la piratería, obra que se consideró insuficiente por lo que en 1637, durante el reinado de Felipe IV, se construye el castillo de San Antonio protegiendo la entrada de la bahía. Al abrigo de esta construcción, surge el núcleo urbano de Fornells. A partir de los dos siguientes siglos, el XVIII y XIX, dentro de los avatares de las guerras entre Francia e Inglaterra, el ascenso de Napoleón y el apoyo de España a la independencia de EEUU, la isla cambiara varias veces de manos. Tras la Guerra de Sucesión Española, en 1713 pasa a poder de la corona inglesa por el Tratado de Utrecht, permaneciendo en manos británicas hasta 1756 año en que, tras la Guerra de los Siete Años entre Francia e Inglaterra, pasa a poder de Francia. En 1763 vuelve de nuevo a manos inglesas por el intercambio de posesiones con los franceses en las Antillas, hasta que en 1782 es recuperada por España con el apoyo de Francia al derrotar a los ingleses que defendían la isla. Estuvo en poder de España hasta 1798 que es reconquistada por una flotilla británica, para retornar definitivamente a soberanía española, durante el reinado de Carlos IV, por la Paz de Amiens de 1802 en la que se permuta con los ingleses por la isla de Trinidad en el Caribe. En un salto en el tiempo, durante la Guerra Civil Española (1936-1939) la isla permaneció fiel a la República.
 
Entrada al puerto en primer término fortín de la GCE, enfrente Sa Mola

El día de nuestra visita fue un día despejado con fuerte viento de poniente. Nuestro primer objetivo era visitar la Torre Fornells construida en 1801 y 1802 durante la última posesión británica de la isla. Desde la parada del autobús caminamos hasta el puerto y bordeando el muelle dirección norte, dejamos a nuestra derecha los restos del Castillo de San Antonio. Siguiendo el paseo unos metros más adelante, en los rompientes descubrimos un fortín de la Guerra Civil Española que no está en nuestra guía, y unas estructuras sin identificar paralelos a la calle, restos de unas baterías de costa que se levantaron tras la demolición del castillo de San Antonio. Al final de la calle única, a la izquierda, comienza una leve cuesta que nos deja frente a la torre, a 41 metros sobre el nivel del mar.

Torre Fornells, a la izquierda el actual acceso y a la derecha la entrada
original en el primer piso y la buhedera que la defendía.

La Torre Fornells tiene la estructura de las torres vigías aunque adaptada a la artillería. De forma troncocónica posee una base robusta, en este caso alamborada, en ella se ha practicado la actual entrada aprovechando el vano de una aspillera. Tiene cuatro niveles; la planta baja se utilizaba como almacén para víveres, armas y polvorín, y desde ella se accede al aljibe excavado en el subsuelo, su nivel más bajo. Mediante una escalera adosada al muro, subimos a la primera planta donde se abría la entrada original, orientada hacia la población. A la torre se accedía mediante una escalera de mano desde el exterior. En esta planta se alojaba la guarnición y estaba dividida en tres dependencias, una para el mando, otra para la tropa y la tercera resguardando la escalera. Por la escalera llegamos a la planta superior, la terraza. En ella se construyó la buhedera que defendía la entrada y sobre ésta un parapeto volado con dos aspilleras para fusilería  En esta tercera planta se ubicaba la pieza de artillería, en ella podemos ver la base donde se colocaba el cañón, sobre una estructura metálica móvil que permitía orientar el tiro; además contaba con un horno donde se calentaban las balas antes de ser disparadas y que podían provocar el incendio de la naves enemigas, y las canalizaciones que recogían el agua de lluvia para conducirla al aljibe.

Baterías de costa del siglo XVIII en la bocana del puerto

Descendiendo a la población, esta vez junto a la costa, encontramos una serie de estructuras casi al nivel del mar. Estas eran las construcciones defensivas que se levantaron para sustituir el castillo que sería desmontado, con ello se pretendía dotar con una defensa más eficaz la entrada natural del puerto y dificultar el posible desembarco enemigo. Pasadas estas estructuras encontramos un fortín de la Guerra Civil Española que no está identificado en el mapa turístico y que, de haber mantenido su enmascaramiento, posiblemente el visitante no lo hubiese visto.

Fortín de la Guerra Civil Española. En el centro de la imagen
 la isla de ses Sargantanes

El fortín se encuentra en el segundo saliente de la costa, el enmascaramiento que cubre la casamata, como hemos comentado, se ha desprendido en gran parte y lo hace visible. La entrada se encuentra por la derecha prácticamente en codo. El interior tan solo un puesto de tirador que alcanza la tronera hoy prácticamente cegada, a su espalda un vano también cerrado. El suelo estaba impracticable, la noche anterior había habido temporal y se encontraba encharcado. Este puesto de defensa se complementaba con una batería en la Sa Mola a 123 metros de altitud situada en la otra orilla de la bahía.

Castillo de San Antonio en el centro la entrada al almacén subterráneo y el aljibe

Siguiendo el camino de la costa, a la altura del antiguo núcleo de la población, llegamos al castillo de San Antonio. De él quedan escasos restos. Se comenzó  construir en 1637 para la defensa del puerto y, como ya comentamos, es el origen la población. Era una fortaleza típica artillera, de forma cuadrada, estaba defendida por cuatro baluartes en sus esquinas, los muros, rellenos de tierra, tenían una grosor de treinta metros y una altura de doce, tenían un ligero talud, estaba rodeado por un foso y defendía la entrada del puerto con doce piezas de artillería. Tras las primeras ocupaciones británica y francesa, recuperada por España en 1782 fue demolido por los propios españoles excepto la planta sótano, el almacén y el aljibe, desapareciendo los cuatro baluartes y toda la segunda planta. La defensa del puerto se sustituye por un sistema de tres baterías de costa que dificultaban el desembarco enemigo.

Isla de Sargantana o de ses Sargantanes

En la propia bahía se encuentra la Isla de Sargantana o ses Sargantanes de propiedad privada a la que no podemos acceder. En ella se encuentra la torre del mismo nombre construida en la misma época que la torre Fornells, en 1801. De la torre, muy lejana, tan solo pudimos tomar unas fotografías y resumir que ambas torres tienen contacto visual y distan entre ellas 1630 m. Todas las torres vigías de la isla tienen contacto visual al menos con dos entre si, y a su vez con el monte Toro a 362 metros de altitud el punto más alto de la isla.

Fornells desde la torre, en el centro de la imagen la isla de Sargantana y
en el horizonte a la derecha el monte Toro el punto más alto de Menorca

Para esta entrada he utilizado la información de los paneles informativos y folletos turísticos la siguiente documentación:

Fernández de la Fuente, Mónica, De la isla de Menorca a las costas sur y este de Inglaterra: análisis del prototipo de torre Martello, Tesis Doctoral, E.T.S. de Arquitectura, U.P.M., Madrid 2015.

Panorámica de la bahía de Fornells desde el monte Toro

Escudo de Fornells representado con una barco y un castillo

sábado, 10 de febrero de 2024

Guadix: apuntes


La visita a Guadix fue muy fugaz, a penas con tiempo para ver la catedral y descubrir el Torreón del Ferro, una fenomenal torre de tapial que formaba parte de la cerca de la ciudad, fotografiar a lo lejos la alcazaba sobre los tejados del vecindario y contemplar sin más los restos de las excavaciones arqueológicas del teatro romano.

Torreón del Ferro. El vano o puerta de acceso en la cara sureste

El Torreón del Ferro. Pasamos junto a esta imponente torre de tapial que estaba en aquel momento  restaurándose (2012). Era uno de los torreones de la cerca medieval de la villa. Tiene forma cuadrada y conserva parte del almenado que tiene parcialmente tapiado. En la cara sureste se abre un vano que debía corresponder al acceso a la torre desde el adarve pues se distingue el arranque de la muralla junto a esta puerta. Según la nota turística del ayuntamiento debió construirse en el siglo XII. En la base de la torre puede verse unos sillares que posiblemente se habían reutilizado de las ruinas del cercano circo romano.

Vista de la alcazaba de Guadix desde el vecindario

La definición de Guadix que se hace en Tesauros del Patrimonio Cultural de España es la siguiente:

Ciudad de la Kura de Ilbira en época omeya que se corresponde con la actual Guadix (Granada). Posteriormente formará parte del reino Taifa de Garnata, de la provincia almorávide de Garnata y del reino nazarí de Garnata. Su origen será una pequeña fortificación (hisn) que irá evolucionando hacia el centro urbano. Será en el siglo XII con los almohades cuando se producirá un amplio desarrollo urbano, construyéndose la mayoría de las fortificaciones de la medina y la mezquita aljama que se situaría bajo la actual catedral. Ya en el reino nazarí, el aumento demográfico conlleva que se habiten nuevos arrabales, que serán posteriormente defendidos también con muralla, abarcando el total una superficie de 8 ha. Fue lugar de fuerte implantación de población árabe, en concreto yemeníes, y también tuvo una importante comunidad mozárabe, manteniendo incluso obispado. Fue sede de ceca. Pasara a formar parte del Reino de Castilla tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos en 1489.

 En Tesauros.mecd.es/tesauros/toponimiahistorica/121654


Muros de la alcazaba


Abastecimiento de agua a la catedral tal como se hacía cuando era mezquita

Este documento es una petición al rey y a la reina, sin fecha, encontramos la mención que se hace a la ubicación de la mezquita que, como hemos visto en la descripción de Tesauros, se encontraba en el solar que hoy ocupa la catedral.

Pedimento de la iglesia sobre el agua

Que por quanto se halla por verdad que esta iglesia mayor de Guadix en tiempo de moros tenía agua todo el año de contino la qual trayan a la dicha iglesia los moros açequeiros que tenian cargo della, y que ningud vezino ni otra persona se la podia quitar ni tomar, so pena de ser açotado o penado por daños sy era persona principal. Y esto mismo los dichos açequeyros castigados y penados por pena de daño para los reparos de la dicha agua de la çibdad

Y agora visto que esto no se guarda ni se cumple ansy y que la dicha iglesia y por ser iglesia no sea defraudada de lo que tenia syendo mesquita antes de aquello les sea hecha merçed por el rey y reyna, nuestros señores, el liçenciado Diego Lopes de Truxillo junto con los regidores y regimiento de dicha cibdad an por bueno y hordenan que a la dicha iglesia le sea guardado lo mismo que es quel agua venga a ella de cintinuo todo el año sin faltar tiempo ninguno.

(...)

Espinar Moreno, Manuel, Trabajos sobre Guadix (Documentos, Historia y Costumbres. Guadix y su entorno en el siglo XV. Algunos documentos de Archivo Histórico Municipal. Documento 7. Granada, 2020

Otros textos consultados son 

Domínguez Rojas, Salud María, La fortaleza y su ciudad: La Alcazaba de Guadix, en Bol.Cen. Pedro Suárez, 18, 2005, 9-19