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domingo, 25 de abril de 2021

El castillo de Enciso


Tras visitar el castillo de Yanguas (Soria), siguiendo la carretera SO-615, paralela al curso del rio Cidacos, a unos 13 km. convertida la carretera en LR-115, se encuentra Enciso en tierras riojanas. Enciso es una localidad que tiene su mayor atractivo turístico en la cantidad y calidad de sus yacimientos de icnitas (huellas de dinosaurios), por lo que los restos del castillo, bastante deteriorado, parecen pasar casi siempre desapercibidos a los visitantes.

EL CASTILLO

El castillo de Enciso ocupa una gran extensión, se presenta "ante los ojos del visitante como un inmenso montón de ruinas a pesar de lo cual merece una detenida visita" escribe J.M. Estables en su guía con quien iniciamos nuestro recorrido. Su construcción se remonta a los siglos IX-X, fechas de la reconquista cristiana de cauce medio del Ebro. Durante esta época, nos indica el cartel informativo instalado junto al castillo, es en la que Musa ibn Musa descendiente del conde Casio, se defiende de las incursiones de Abderramán II y que culmina con la conquista de territorio por parte de los reyes de Navarra. El castillo se erige como fortaleza defensiva sin concebirse como edificio residencial, como veremos más adelante, ninguno de sus tenentes o señores llegó a estar en él. En esta época de reconquista, van a proliferar castillos de tipología sencilla: son torres vigías y atalayas, que tienen como misión controlar visualmente el territorio circundante, como es el cao de Enciso, torres de carácter táctico, aisladas y sin conexión entre sí, que se levantan en lugares estratégicos para vigilar las maniobras y movimientos del enemigo (Viguera).

Atalaya o torre del homenaje
El recinto amurallado de Enciso, por tanto, se asienta en la parte más del cerro dominando la actual población. Al norte del recinto se levanta la torre del homenaje de planta rectangular; tiene el zócalo macizo y está construida en mampostería -en la cartela informativa se identifica como la atalaya-. El cuerpo superior  es de tapial, técnica que indica la presencia de técnicas musulmanas de construcción; tiene unos 7,30 metros de lado sobre un zócalo macizo fusionado a base de muros de sillarejo calizo y con un relleno interior de cascote y mortero. De la torre partían dos muros hacia el este, dando al recinto una forma trapezoidal que aún hoy puede reconocerse. 

Torre semicircular y restos de lienzo
El segundo edificio que vemos se encuentra en el muro este del recinto, una torre semicircular. Esta torre es la planta ovalada hacia el exterior y se combina con otra rectangular hacia en interior; mide unos 6 metros de diámetro, su el zócalo es de mampostería sobre el que se asienta el muro de tapial semicircular adaptado a la pendiente del terreno. "Hacia el norte, a nivel inferior quedan los larguísimos paredones de otro recinto, y más al este, otro conjunto cerrado independiente" (Estables). Del restos de la muralla que circundaba la población apenas existen restos. Según la cartela informativa, esta defensa combinaba dos fosos, uno interior y otro exterior, con la construcción del muro de sillarejo y tapial. En su extremo inferior se conservan los restos de una torre cuadrangular. De la muralla pueden identificarse siete procesos de recrecimiento de la misma aunque no hay constancia ni de su altura ni si estaba provista de almenaje toda vez que, como decíamos al principio, todo el conjunto se encuentra muy deteriorado. A partir del siglo XVI, la unidad de los reinos españoles provoca una disminución del gasto en defensa y muchas fortalezas comienzan un lento declive y una progresiva degradación, lo que indica que el declive del castillo de Enciso comienza en esta época.

Interior cuadrado de la torre circular en tapial y muro de mampostería


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

La situación geográfica del valle del Cidacos ha propiciado que desde antiguo discurriera una de las antiguas cabañeras por las que transitaban los rebaños y comunicaba el valle del Ebro y la Meseta. Viguera Ruiz, nos ubica en el tiempo desde la ocupación musulmana de la zona occidental del valle del Ebro. Tras la invasión musulmana, en el año 714 La Rioja pasa a formar parte de la Marca Superior de Al-Andalus hasta que en 923 los reyes de Pamplona y León en sus respectivas expansiones ampliando su reinos terminan integrando la actual Rioja bajo el poder de los reyes navarros. En el siglo X el dominio del valle del Cidacos lo ejercía la familia de origen muladí de los Banu Qasi que, como hemos visto antes a su vez controlaban gran parte del valle medio del Ebro. Sobre esta zona los textos de los historiadores musulmanes hacen repetidas referencias a Arnedo,-plaza principal de los Banu Qasi- no así de otras poblaciones cercanas que ya existían entonces, entre las que se encontraba Enciso como parece probar los restos de sus murallas de tapial así como y el sistema de disposición del gran foso artificial que corre paralelo a la muralla de poniente. Es, pues, a partir de la segunda mitad del siglo X cuando los monarcas cristianos van a ceder el dominio y jurisdicción de las nuevas tierras conquistadas a hombres de su confianza, bien como señores o bien como tenentes. 

Elevación rocosa donde se asienta la torre del homenaje o atalaya
Según el cartel informativo, la construcción del recinto se remonta a los siglos IX-X, época en la que Musa-Ibn-Musa, biznieto del Conde Cassius, de los Banu Qasi , se defendía desde Arnedo de las expediciones del califato de Abderramán II y en el momento en que los reyes de Navarra tomarán el control militar y territorial del curso del Cidacos. Sobre el Conde Cassius, el poder de los Banu Qasi y el sistema clientelar en Al-Andalus es interesante remitirnos al artículo de Maribel Fierro en el que, sin dudar de la existencia de un conde Casio, las fuentes históricas no hablan ni de que éste fuese conde ni siquiera godo, cuestionando que tuviese el poder que se atribuye en sus inicios, toda vez que lo que las fuentes hacen es proyectar hacia atrás el poder alcanzado por esta familia sin llegar a fechas no anteriores al siglo IX. En el siglo X el valle del Cidaco está bajo el control de los Banu Qasi, que se encargan de reforzar y ampliar las fortificaciones, entre ellas la de Enciso, probablemente era una construcción tipo hisn islámico, con el fin de protegerse de las incursiones cristianas.

Esquina del la muralla que cierra el castillo
Según señala Viguera, en 1109 la fortaleza está en poder de Fortún Íñiguez. En el siglo XII será villa de realengo con Alfonso VIII de Castilla hasta que en el año 1184, éste dona la villa los señores de Cameros, el matrimonio formado por Diego Ximénez y Doña Guiomar,que lo incorporan a su señorío. Estables asegura que Alfonso VIII vende el castillo a los señores de Cameros en vista de la poca utilidad que tiene para la Corona y la defensa del reino; mientras que Estepa Díez señala que Enciso está en calidad de tenencia de Álvaro Díaz, hijo de los señores de Cameros, en 1224. El sobrino de éste, Simón Ruiz venderá en 1284 a la Orden de Calatrava la villa, el castillo y todas las aldeas vecinas por la cantidad de 8.000 maravedís. Cuatro años más tarde, en 1288, todas estas propiedades volverían a ser permutadas con Vela Ladrón de Guevara por unos terrenos en Écija. Hasta bien entrado el siglo XV, la propiedad de la villa pasa por un complejo laberinto de permutas y compras, pasando a formar parte del señorío de los Sarmiento, y terminará pasando a manos de los Duques de Medinaceli por vía de matrimonio mediado el siglo. Según la ficha de la Casa Ducal de Medinaceli, en 1433-1435, Juana Sarmiento era la III Señora de Enciso, estaba casada en 1417 con Luis de la Cerca, III Conde de Medinaceli, el hijo de ambos Gastón de la Cerda heredó los títulos de IV Conde de Medinaceli,y IV Señor de Enciso, entre 1435 y 1454;  y de éste pasaron a su hijo Luis de la Cerda, que será el I duque de Medinaceli. -Hay que apuntar un error en la cartela que indica  que es en 1751 cuando pasa a la casa de Medinaceli-.

Esquema del castillo según el cartel informativo
Será Luis de la Cerda, el I duque de Medinaceli, quien encargue al cantero Pero de Cubillas un proyecto de obras y reformas en sus señoríos, entre los que se encontraban sus posesiones en Enciso. En 1521, indica Viguera, se hace un boceto para intervenir el castillo que precisaba de urgentes reformas debido al estado ruinoso en que se encontraba, relatando Cubillas el estado del edificio: “la naturaleza del sistema constructivo de época islámica, tapial y pilares de tierra apisonada, había provocado importantes deterioros en su estructura, lo cual debía ser renovada de acuerdo con los nuevos parámetros de la arquitectura poliorcética del momento: la cantería o sillería gótica”;  Cubillas sugería la reparación de la torre del homenaje que precisaba de obra de cantería para dotarla de almenado, canes y pretil, a la vez que define la torre "como una obra entera de tierra apisonada, excepto los cimientos que eran de argamasa. Tenía una altura de diez pies y medio, ofrecía un aspecto abultado y dejaba intuir cimientos de unos tres metros"; Proponía también la construcción de torres esquineras provistas de troneras y una portada de cantería. El proyecto probablemente no llegó a ejecutarse por el escaso beneficio político que Enciso reportaba a la casa de Medinaceli. Concluye el informe que existían dos fosos construidos en roca en el llamado cerro de San Juan pertenecientes a la barrera defensiva de la ciudad, "Enciso se encontró rodeado por completo de una muralla extensa compuesta, en su mayor parte, de tierra apisonada, con los mismos materiales que la cerca exterior del castillo". En definitiva, concluye Viguera, la fortaleza y la villa de Enciso han sido utilizadas como moneda de cambio, por lo que su valor era simbólico y sus poseedores no invirtieron ni tiempo ni dinero en su mantenimiento sin que ninguno de sus poseedores llegase a residir en ellos. Una vez disueltos los señoríos y mayorazgos, la importancia de estas tierras residía de nuevo en su productividad, sobre todo la de la gestión trashumante y su riqueza lanera, el siempre eterno recurso de la sierra, concluye el cartel informativo, tal como señalamos al principio, 

Recinto fortificado de Enciso según el cartel informativo
Concluida la visita hicimos una última parada saliendo del pueblo camino a Arnedillo, donde se levanta un conjunto arquitectónico medieval del siglo XV-XVI, compuesto por la ermita de la Concepción, y un crucero con templete. A la derecha de la carretera baja un camino que nos lleva hasta un esbelto puente que nos permite cruzar el río Cidacos. Según el cartel informativo el puente esta documentado en el último cuarto del siglo XVI y fue remodelado en el XVIII y "salva 20,6 m de luz con una altura máxima de 11,50 m.", la ruta que lo cruza es el antiguo camino de Préjano

Puente de Enciso sobre el río Cidacos

Para esta entrada, además de las cartelas informativas instaladas junto al castillo,  he consultado la siguiente documentación:

Castillos de La RiojaEstables Elduque, J.M., E. Lancia, León, 1993.
El castillo como construcción defensiva. Estado de la cuestión en torno a la historia de la Fortaleza medieval de Enciso, Viguera Ruiz, Rebeca, Berceo. Revista Riojana de  de Ciencias Sociales y Humanidades, nº 160, Logroño 2011.
El Conde Casio, los Banu Qasi y los linajes godos en Al-Andalus, Fierro, Maribel, Salamanca, 2009
Diego Jiménez de los Cameros, Sánchez de Mora, Antonio, ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es
Juana Sarmiento, ficha de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, en fundaciónmedinaceli.org
Los territorios del rey, Estepa Díez, Carlos, Marcial Pons, Madrid, 2021


Templete con crucero adosado a la ermita del siglo XV-XVI

Puente sobre el Cidacos y antiguo camino de Préjano 

viernes, 8 de diciembre de 2017

Castillos por el río Cidacos

Escudo de una casa en Yanguas
Las visitas estaban programadas en torno al balneario de Arnedillo sin contar con una ruta de castillos, por lo que fue producto de improvisación. El recorrido y las visitas tienen como nexo el río Cidacos que, aunque transcurre prácticamente por La Rioja, nace en Soria y desde esta provincia partiremos, en Yanguas. En la zona riojana de Tierra de Cameros el atractivo  innegable es el interés que suscitan las icnitas, los restos fósiles de huellas de dinosaurios, en torno a las que está organizado el turismo en esta región . La zona cuenta con varias fortificaciones, algunas de ellas en estado ruinoso, pero dignas de visitar y recordar su historia, y conserva algunos puentes que cruzaban el Cidacos estructuras que facilitaban el tránsito entre la meseta soriana y el valle medio del Ebro, zona dominada en el siglo X por los Banu Qasi y, tras la reconquista, ruta utilizada por la Mesta. Y siguiendo el río llegaremos hasta Arnedo donde finalizará nuestra excursión.

Interior del castillo de Yanguas
Llegamos a Yanguas desde Soria por la carretera SO-615 que discurre paralela al río Cidacos. En la entrada del pueblo, a la derecha, se abre una pequeña plaza que da acceso a la Puerta del Río. Desde aquí subimos por la calle Mayor hasta lo más alto del pueblo, donde encontraremos el castillo. Es un paseo cómodo que nos permitirá descubrir una población muy cuidada. El día estaba lluvioso y llegamos justo cuando los niños de la escuela salían al recreo, justo en el frontón que está adosado al lienzo del castillo. Una vecina muy paciente nos abrió la fortaleza y pudimos visitarla, aunque con prisa pues acudía a misa en la iglesia que está justo en la salida del pueblo. El castillo según todas las fuentes tiene origen musulmán aunque el edificio que vemos en la actualidad debió construirse a finales del siglo XIV por Carlos de Arellano, segundo señor de Yanguas quien había heredado el señorío de su abuelo. La fortaleza tiene forma trapezoidal, con torres en las esquinas y un patio en el que se han colocado unas columnas, que deben ser las que se encontraron en unas excavaciones, que le otorgan aire palaciego. Todo el recinto está coronado por almenas y se puede acceder a una de las torres desde donde se tienen excelentes vistas del entorno. Rodeando el edificio por el exterior por la carretera que lleva a Vellosillo se alcanza el lienzo oeste donde se estaban llevando a cabo obras de consolidación.

Castillo de Yanguas y frontón adosado al lienzo
Una vez concluida nuestra rápida visita llegamos a la iglesia de Santa María, donde se celebraba el oficio al que acudía nuestra anfitriona, y justo frente se encuentra el puente romano que recibe el mismo nombre de Santa María, "un sencillo puente de tres ojos" que cruza el río. Su construcción, según el cartel informativo, debió ser en época medieval, en la mismas época de la construcción de la muralla del pueblo. El mismo cartel añade que en el siglo XVIII, en el Catastro de Ensenada, el puente carecía de utilidad porque "no se pide ni paga derecho alguno de portazgo". Y de aquí salimos hacia nuestra siguiente parada en Enciso.

Obras de consolidación en el lienzo oeste del castillo de Yanguas
Siguiendo la carretera SO-615 a unos 13 km. se encuentra Enciso, en La Rioja donde la carretera se denomina LR-115. Enciso es una localidad que basa su atractivo turístico en la gran cantidad de yacimientos de icnitas por lo que los restos del castillo, bastante deteriorado, parecen descansar en el olvido de los visitantes. Según el cartel informativo, la construcción del recinto de Enciso se remonta a los siglos IX-X, época de las luchas de Musa-Ibn-Musa, de los Banu Qasi, con el califato de Abderramán II hasta la toma de control de la zona por parte de los reyes navarros. De él se conservan los restos de una torre de planta cuadrangular adosada a la muralla; una atalaya en la parte alta del cerro que domina la población, también cuadrangular de unos 7,5 metros de lado y de zócalo macizo; y una torre de forma semicircular al exterior de unos 6 metros de diámetro con forma cuadrangular en la cara interior. A la derecha de éste, en la pendiente se levantan los restos del muro que conformaban el recinto, todo el conjunto como decíamos, está muy deteriorado.

Castillo de Enciso, torre semuicircular y al fondo restos de la atalaya
Saliendo del pueblo, camino a Arnedillo, se levanta un bellísimo conjunto arquitectónico medieval del siglo XV-XVI, compuesto por la ermita de la Concepción, un crucero con templete y, bajando el camino que nos hará cruzar el río Cidacos. un esbelto puente. Según el cartel informativo el puente "salva 20,6 m de luz con una altura máxima de 11,50 m." y se sitúa en el antiguo camino a Préjano. Su construcción es similar a la de los puentes de Santiago y San Miguel en Arnedillo que veremos en nuestra siguiente parada.

Atalaya del castillo de Enciso
Nuestro próximo destino, siguiendo la LR-115, es Arnedillo, a unos 10 kilómetros. Arnedillo es una población que goza del privilegio de poseer aguas termales -cuenta con un balneario privado y unas pozas termales públicas al aire libre junto al cauce del río-. Siguiendo éste se llega primero al puente donde, según el  cartel, el paso se complicaba y se hacía imposible seguir el curso "aguas abajo del puente, el río Cidacos ha labrado una estrecha garganta, imposible de franquear hasta épocas recientes" cuando se abre la actual carretera y varios túneles. El puente puede datar del siglo XVI, de un solo ojo, de medio punto y se asienta directamente en la roca.

Torre y lienzo del castillo de Arnedillo
El castillo, del que sólo queda una torre cuadrangular y el resto de un lienzo que asciende por la cresta en el que se asienta, vigila el puente, paso obligado camino a Arnedo y Calahorra. A los pies de la torre, en lo que era parte del recinto del castillo, se asienta el cementerio municipal. Como las anteriores fortalezas, la de Arnedillo o castillo de Lombera, es de origen musulmán. A principios del siglo XII pertenecía al rey Alfonso I de Aragón, y en el último tercio del siglo, en 1170, estaba en poder de Alfonso VIII de Castilla que ese mismo año lo cederá al obispo de Calahorra. El castillo sería utilizado por los obispos como residencia de verano y posteriormente "como cárcel de clérigos rebeldes". En 1224 el obispo Juan Pérez, de acuerdo con el cabildo, se hizo con el señorío provocando varios conflictos con la población que llegó en 1232 a levantarse contra el obispo y no reconocer el señorío. El acceso a la torre me fue imposible porque el camino más accesible estaba cubierto de zarzas y espesa vegetación.

Torre del castillo de Arnedillo vista desde el cementerio
Nuestro siguiente destino estaba siguiendo la carretera LR-115 dirección Arnedo; a 1 kilómetro tomamos la LR-382 que nos llevó a Préjano. Justo a la entrada de la población a la derecha sale el camino que conduce directamente al castillo. Préjano es una población con un pasado reciente minero. Cuenta con dos iglesias góticas de las que sobresale por encima de los tejados sus dos poderosos campanarios barrocos. La población y la fortaleza se encuentran a 1,5 kilómetros del cauce del Cidacos y desde su posición se domina el amplio valle.

Torre del castillo de Préjano la empalizada camufla la escalera de acceso
El castillo consta de un recinto cuadrado con una torre esbelta que ocupa todo el lado noroeste del recinto. La torre es pentagonal, construida en el siglo XV y consta de tres plantas y un sótano. Posterior a su construcción se añadió el recinto y se reforzó con talud hacia el exterior a la vez que se remató con un coronamiento del que aún quedan restos de ménsulas y matacanes. El acceso a la torre se hace por el primer piso, por la fachada sur, a través de un arco apuntado; en esta misma fachada se abren dos ventanas geminadas, una en cada uno de los pisos superiores. Hacia el norte se abre otra ventana y una aspillera y hacia el oeste varias aspilleras. Su historia está muy bien documentada y su visita se hace gracias a una vecina, entusiasta y amable que se presta a la visita. Destacar la presencia de dos enterramientos en el sótano, son dos sepulturas talladas en la roca, por lo que se puede suponer que el castillo está construido sobre restos de un edificio religioso anterior.

Castillo de Préjano en la que se ve el recinto y el añadido del talud
Documentado desde el siglo XII, Alfonso VII de Castilla lo dona en 1151 a Martín Fernández en pago a sus servicios. Lo poseyeron varios propietarios en señorío hasta 1752 siendo la última propietaria Ignacia de Arguto y Álava, marquesa de Gaztañaga. En la actualidad el edificio alberga un interesante y completo centro de interpretación de la naturaleza. Terminada la visita retomamos la carretera LR-382 para desviarnos a la LR-380 dirección Santa Eulalia Bajera y de nuevo la LR-115 que nos conducirá hasta Arnedo, nuestra última, y frustrante, parada en la que no pudimos acceder al castillo porque estaba en obras de consolidación del terreno.

Castillo de Arnedo desde el acceso desde la población
De origen islámico, el castillo de Arnedo, era una de las plazas fuertes de los Banu Qasi en el valle medio del Ebro, siendo residencia temporal de Musa ibn Musa. La población fue asediada por Sancho Garcés I de Panplona y García I de León. En 1176 el castillo estaba en poder de Alfonso VIII y posteriormente pasaría a los Velasco, duques de Frías. La construcción se levanta sobre un promontorio arcilloso que domina el núcleo urbano. Tiene una esbelta torre circular que posee a ambos lados sendos muros de aparejo y sillarejo. El espolón del norte, de planta poligonal  y en obras, se construyó a finales del XV por orden de los Velasco. Debido a estas obras el acceso estaba vallado y fue todo lo que pudimos ver.

Castillo de Arnedo visto desde el polígono industrial
Más adelante, siguiendo el curso del río dirección a Calahorra, nos quedaba la torre de Quel la única fortaleza que dejamos de visitar, por lo que dimos por concluido nuestro recorrido en varias jornadas a lo largo del río Cidacos.

Puente de Arnedillo bajo la torre del castillo

Puente de tres ojos de Yanguas

Puente de Enciso

Para esta entrada he consultado, además de los carteles informativo que hay en los castillos y puentes, la siguiente documentación:

Castillos de La RiojaEstables Elduque, J.M., E. Lancia, León, 1993.
Castilla y León. Castillos y fortalezasCobos Guerra, F. y Castro Fernández, J.J. de, Ed. Edilesa, León, 1998.
Los castillos y fortalezas de Castilla y LeónMartín Jiménez, Carlos M. Ed. Ámbito,Valladolid, 2003.