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domingo, 11 de abril de 2021

El castillo de Torrejón de Velasco


A Torrejón de Velasco se llega desde Madrid por la A-42, la autovía de Toledo, hasta el desvío con el cruce de la M-404. El castillo es prácticamente lo primero que nos encontramos a la derecha de la carretera sin apenas entrar en el pueblo desde la autovía. La información que he encontrado, así como la cartela informativa que hay junto al castillo en confusa e incluso errónea en algunos puntos. Al final de la entrada se muestra el estado del castillo en 2024  eliminada la valla, los cubos consolidados y recrecidos.

Lienzo norte con arco apuntado junto al cubo noreste

EL CASTILLO

Es un edificio no muy grande, tiene planta rectangular de 37 x 21 metros, y unos muros de 1,4 metros de grosor que en la actualidad alcanzan los 8 metros de altura. Destaca una impresionante torre del homenaje de casi 20 metros de altura, aunque en conjunto muestra cierta fragilidad. No lo puede visitar porque estaba en obras (2016); no obstante desde el exterior se tienen buena visión, no así del interior que se pierden algunos elementos como cimientos de dependencias, escudos nobiliarios y, en este caso, una puerta, si los hubiera. Las obras, que están paralizadas, debían de haberse concluido en marzo de 2012. Es de destacar la consolidación de la torre del homenaje que en su parte interior recuerda mucho a la polémica intervención realizada en el castillo de Matrera de Villamartín en Cádiz con un gran muro de hormigón.

Torre del homenaje en la que sobresalen los muros de hormigón que
consolidan el interior de la torre
En total tiene 9 torreones semicirculares, cada uno en las esquinas, dos en cada uno de los lados largos y uno intermedio en el lienzo oeste enfrentado a la torre del homenaje. Cada una de las torres tiene aproximadamente 13 metros de altura. La torre del homenaje, tiene aproximadamente como hemos dicho antes casi 20 metros de altura, está situada en el lado Sur, y albergaba hasta seis plantas. Debido a su altura, sus muros son más anchos, de 3 metros de espesor, y aunque las plantas se han derrumbado son visibles los mechinales. A los dos primeros pisos se accedía por una escalera exenta y los tres últimos por una de caracol, no encontrándose restos de chimenea; en el exterior la torre se refuerza con dos torrecillas cilíndricas que hacen de contrafuertes. Al parecer debió contar, por referencias, de antemuro aunque en la actualidad no existe nada de él.

Lienzo oeste con puerta junto al cubo esquinero del noroeste
Tiene varios vanos, ventanales de gran tamaño, algo que sorprende de un edificio defensivo construido con efecto disuasorio que debe transmitir a la vez un efecto de solidez. Está construido en mampostería, recordando al de Villarejo de Salvanés y al de San Martín de Valdeiglesias, y desde su construcción no ha debido sufrir grandes reformas pues no presenta trabazón entre los muros y las torres. No hay restos de crujías adosadas en el interior que debieron existir desde su construcción en todo el recinto excepto en la zona de la torre del homenaje.

Puerta de arco apuntado de acceso a la torre del homenaje en su cara oeste
Cooper destaca que las azoteas de los cubos que flanquean el recinto están reforzadas por una gola de arcos de ladrillo, quizá para resistir el peso de la artillería con que estaba dotado. Respecto a los vanos, tiene varias troneras de ojo de cerradura invertida aunque la mayoría están destruidas. Tiene dos puertas góticas ojivales: una un postigo del lado norte y otra la entrada a la torre del homenaje desde el adarve al la altura del tercer piso. Sobre la heráldica señala dos escudos de los varios que existen en la Torre del Caballero Muerto en Valdeprados (Segovia) que pudieron pertenecer al castillo, uno de Juan Arias Girón y otro de la madre de éste María Girón. Se puede ver uno en la torre del homenaje, pero es ilegible.

Torre del homenaje y lienzo sur con puerta de acceso al patio de armas

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Las primeras noticias del pueblo son del siglo XIII mencionado en una donación que hace Sancho IV a un tal Sebastián Domingo que, supuestamente, construyó el castillo y cercó el pueblo, aunque no existen referencias, ni restos de muralla, ni existen elementos de reaprovechamiento de materiales en el castillo actual de uno anterior. Por su tipología no puede ser anterior al siglo XV (Sáez) El cartel informativo que hay frente a la entrada atribuye su construcción a Gutiérrez Gómez de Toledo, obispo de Palencia y tío del primer duque de Alba, entre los años 1430-1440, -en 1432 ya era titular del señorío-; o bien la obra se debe a su sobrino Alvar Gómez que le sucedió en el señorío hacia 1465 (Sáez) y fue secretario de Enrique IV. Durante las luchas sucesorias de la Corona, Alvar Gómez cambia de bando -según Sáez por ciertas desavenencias políticas; en estas fechas el rey es destronado en la Farsa de Ávila y sustituido por su hermano en infante Alfonso-, Enrique IV inicia una férrea persecución contra Alvar Gómez lo que llevó a éste a encastillarse en Torrejón. El rey mandó a Pedro Arias Dávila, a la sazón señor de Puñoenrostro, poner cerco a la fortaleza y tras rendirla Alvar Gómez fue despojado de todos sus bienes pasando éstos a Pedro Arias incluido el señorío y el castillo de Torrejón que permanecerán en poder de los Dávila hasta la desamortización de 1830. 

Torre del homenaje con un escudo de armas ilegible
No obstante, Cooper hace varias puntualizaciones sobre la posibilidad de que Gómez de Toledo, obispo de Palencia, fuese el constructor del castillo y comenta tres testimonios al respecto. Según un tal Juan García, testigo de un juicio contra el conde de Puñoenrostro en 1500, dijo haber viso muchas veces al arzobispo que "hazia hazer la dicha fortaleza de la dicha villa de Torrejón". Cooper argumenta que el obispo ocupó la silla metropolitana entre 1442 y 1444, tiempo justo para la construcción de la fortaleza y que este Juan García nació en 1435, poniendo en duda que un niño de 7 o 9 años supiese distinguir un prelado de otro. Nos obstante como coincide con "un buen número de consultados", las obras a las que se refiere  pudieran ser algunas que no concluyó el obispo o por destrucción de obra antigua. Un segundo testimonio es el de un tal Lorenzo Alfonso, que aseguraba haber acarreado piedra para la construcción de la torre del homenaje, que también atribuye a Gómez de Toledo, algo imposible puesto que este Lorenzo Alfonso nació en 1450. Un tercer testigo, aún más joven, nacido hacia 1460, Gutierre Capoche, dijo conocer la construcción de la torre del homenaje y haber presenciado el asedio y toma del castillo por Pedro Arias de Ávila, hechos que ocurrieron en 1465 y debieron provocar serios desperfectos en el castillo por lo que Juan Arias tuvo que gastar en la reparación un millón de maravedís hasta 1496, por tanto, cree que él fue "el autor más probable de la torre del homenaje y partes homólogas del edificio".

Torre del homenaje y lienzo Este
La sucesión al frente del señorío y del castillo fue tortuosa según relata Cooper desde la toma del castillo por Pedro Arias Dávila en 1465. (Apuntar brevemente que Pedro Arias de Ávila se menciona indistintamente en los textos como Pedro Arias de Ávila; Pedro Arias Dávila y Pedrarias Dávila, lo que lleva al lector en ocasiones a confusión). A la muerte de Pedro Arias en 1479 le sucede su hijo Diego que era menor y muere en 1485 sin llegar a la mayoría de edad. Le sucede entonces el segundo de sus hijos, Juan Arias, también menor de edad. Debió haber conflictos entre parientes y el tutor de éste. En vida de Juan Arias muere su hijo Pedrarias Mendoza por lo que se busca legitimar a una nieta bastarda, Ana Girón. A la muerte de Juan Arias (1539) le sucede su hermano Francisco Arias que fue declarado loco, estado por el que pasó parte de su vida encerrado en el castillo de Torrejón; como otro hijo de Pedrarias, Alonso Arias, a la sazón arcediano de Sepúlveda, también murió loco, Cooper supone que el castillo se convirtió durante años en manicomio. Durante la locura de Francisco Arias éste fue tutelado por su sobrino Arias Gonzalo titulándose conde de Puñoenrostro cuando el título correspondía a su tutelado. A la muerte de Francisco Arias todo se complicaría aún más pues se entabló un proceso judicial entre Juan Arias Portocarrero y los hijos de Hernán Arias, otro hijo de Pedrarias Arias. Este Hernán Arias le gustaba llamarse Antón Arias y estaba casado (probablemente) con una descendiente de Alvar Gómez a quien su antecesor había tomado el castillo en 1465.

Lienzos Este y Norte
Señala por último Cooper que la clave de todos estos acontecimiento estaba en el carácter de Pedrarias, un personaje violento, debido probablemente, a un golpe que recibió en la cabeza en 1466; la locura de dos de sus hijos y la muerte prematura de varios de sus descendientes "apunta a una inestabilidad congénita". Ejemplo de este carácter tiránico lo tenemos en Juan Arias Dávila que desde el castillo de Torrejón de Velasco gobernaba con mano firme su señorío de Alcobendas, -además de ser segundo conde de Puñoenrostro era décimo señor de Alcobendas- Juan Arias tuvo que enfrentarse en 1486 a la rebelión de varios vecinos que se asentaron en un cerro próximo a Alcobendas pidiendo integrarse en la jurisdicción de Madrid -el señorío de Alcobendas no abarcaba más que los caseríos que lo formaban careciendo de campo y bosque, por esta razón los alcobendeños debía pagar doble vasallaje, al señor de Alcobendas y a Madrid a quien pertenecían pastos y bosques colindantes-. La respuesta de Juan Arias fue contundente, apresó a varios vecinos y quemó las viviendas que éstos habían construido en el cerro. Los que pudieron escapar pidieron protección Fernando el Católico que los amparó, en parte gracias a la política anti nobleza de los Reyes Católicos, concediéndoles el derecho a pertenecer a Madrid, siendo éste el origen de la actual población de San Sebastián de los Reyes.

Cubo del lienzo Oeste
Durante el gobierno de Juan Arias Dávila el castillo sufrió un nuevo ataque y saqueo, esta vez por parte de los comuneros a quienes el conde había prometido su apoyo en vano. Los daños no debieron ser cuantiosos pues en 1526 se alojaron en él el emperador Carlos V y el rey de Francia Francisco I en una escala camino de Illescas donde el rey francés casaría con Leonor, hermana del Emperador. En el siglo XVI se convirtió en prisión de nobles y allí permanecieron presos Antonio Pérez y Martín de Acuña, según la cartela allí fue ejecutado este último. Tras dedicar el castillo a varios usos, en 1775, siendo propiedad aún de los condes de Puñoenrostro, alberga una fabrica de jabones y una hilatura de lana. En la guerra de la Independencia el edificio es maltratado por las tropas francesas. En 1830 sufre las consecuencias de la desamortización y deja de pertenecer a los Dávila; hasta que es adquirido por un noble francés en 1848, para pasa por último por varios propietarios que lo destinaron a encerradero de ganado y maquinaria agrícola.

Cubo consolidado en la esquina Noreste
Volviendo al principio de nuestra visita, como habíamos dicho antes, en 2012 debía concluirse la primera fase de reforma y consolidación del castillo. Ésta debió paralizarse por la crisis que se alargó al menos hasta 2016 fecha en que hicimos nuestra visita. En la actualidad se acaba de aprobar la tercera fase de obras, que se puede consultar en la página web del Ayuntamiento, habiéndose concluido la segunda, por lo que intenté visitar Torrejón de Velasco con el fin de hacer nuevas fotografías. Puesto en contacto con el Ayuntamiento me comentaron la imposibilidad de hacer la visita por la actual crisis sanitaria del Covid19 que mantiene la población confinada, por lo queda pendiente la visita hasta la reapertura. Por último una nota curiosa que se puede leer en los carteles informativos, es que el castillo albergaba entonces en su interior una colonia de 50 parejas de cernícalos primilla, la más importante de la Comunidad de Madrid.

Lienzos Norte y Oeste

Para esta entrad he consultado la siguiente documentación:

Castillos Señoriales de la Corona de CastillaCooper, Edward, Junta de Castilla y León, 1991.
Castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la Comunidad de MadridDirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, cuyo catálogo ha sido elaborado por Fernando Sáez Lara. Madrid, 1993.
Guía de Castillos de MadridDirección General de Turismo. Consejería de Empleo Turismo y Cultural de la Comunidad de Madrid, con edición y textos de Fernando Sáez Lara. Madrid, 2015.
Para la historia de la fundación y segregación de San Sebastián de los Reyes, he consultado las web oficiales de los ayuntamientos de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes.

ESTADO DEL CASTILLO EN 2024

Tras dos nuevas fases de reforma que se han llevado a cabo en estos tres último años, al castillo aún le quedan, al menos, otras dos fases que consisten en la intervención en la torre del homenaje y la adecuación del interior del castillos para habilitarlo como centro de espectáculos y actos culturales. A continuación les dejo una imágenes del actual estado de la fortaleza.

Torre del homenaje

Torre del homenaje y lienzo este con puerta de acceso al patio de armas

Lienzo este

Cubo noroeste y lienzo norte

Los tres cubos del lienzo norte

Cubo  noroeste y lienzo oeste

Lienzo sur con puerta de acceso a la torre del homenaje

viernes, 3 de marzo de 2017

Castillos por tierras de Toledo y uno de Madrid

Castillo de Guadalerzas
Después de preparar una excursión para visitar castillos, he de confesar que la improvisación sobre el terreno es absoluta; por una u otra causa, el tiempo o conversaciones con las personas que encuentras en el camino, hacen variar el itinerario, en ocasiones, de forma equivocada. Esta vez dudaba por dónde comenzar. Salía de Madrid y el punto de retorno era Consuegra donde había concertado la visita al castillo. La duda era si tomar camino de Seseña y ver el castillo de Puñoenrostro por la A-4, -había leído que no permiten acercarse mucho al castillo, lo que le restaba interés-, o tomar la autovía de Toledo, la A-42 hasta Torrejón de Velasco e iniciar allí el recorrido visitando otra fortaleza de los Puñoenrostro en esta población. Finalmente decidí esta última. Preparé la guía de carreteras, -el navegador es muy útil pero resta cierto encanto a los viajes porque se pregunta menos a la gente del lugar-, un cuaderno de notas y el libro Castillos de Toledo de Amador Ruibal de la editorial Lancia. Como en otras ocasiones intentaré desarrollar en entradas individuales la visita a cada castillo con mayor minuciosidad.

Castillo de Torrejón de Velasco
La mañana del sábado 30 de abril de 2016 a las 08:35 salí de Madrid rumbo a Torrejón de Velasco con 9ºC de temperatura, esperando un día soleado. Llegué a las 09:11. siendo el castillo prácticamente lo primero que se encuentra, a la derecha sin entrar en el pueblo desde la autovía. El edificio, aunque no muy grande, tiene una impresionante torre del homenaje de 20 metros de altura, y, en conjunto, muestra cierta fragilidad. No se puede visitar porque está en obras; no obstante desde el exterior se tienen buenas vistas. Las obras, que están paralizadas, debían terminar en marzo de 2012, y es de destacar la consolidación de la torre del homenaje que en su parte interior que recuerda mucho a la polémica intervención realizada en el castillo de Matrera de Villamartín en Cádiz. El cartel informativo que hay frente a la entrada atribuye su construcción a Gutiérrez Gómez de Toledo, obispo de Palencia y tío del primer Duque de Alba, entre los años 1430-1440, y posteriormente pasaría a poder de Pedro Arias Dávila, señor de Puñoenrostro, perteneciendo a los Dávila hasta la desamortización de 1830. Una curiosidad de los carteles informativos es que el castillo alberga en su interior una colonia de 50 parejas de cernícalos primilla, la más importante de la Comunidad de Madrid.
Castillo de Torrejón de Velasco
A las 09:35, después de fotografiar el castillo y sin posibilidad de tomar un café porque estaban todos cerrados, tomé de nuevo la A-42 dirección Illescas, para bordear Toledo y tomar la CM-42 dirección Almonacid de Toledo donde llegué a la hora del almuerzo, a las 10:39 con 16ºC. Mientras tomaba el bocadillo me informaron de cómo llegar al castillo. Éste se encuentra sobre un cerro que domina el pueblo y desde el que se tienen unas panorámicas que abarcan desde los Montes de Toledo hasta Gredos los días de mayor claridad. La subida la hice en coche, por un camino bien acondicionado, intentando aparcar a una distancia prudente para no interferir en fotografías de la fortaleza.

Castillo de Almonacid de Toledo
La fortaleza, de origen musulmán, Ruibal nos cuenta que existía ya en 848 como una de las más fuertes de la Marca Media en la región de Toledo, y pasó a manos de Alfonso VI en el siglo XI como dote, junto a otras fortalezas, de Zaida, la reina mora esposa del monarca castellano. Según el cartel explicativo que hay en el pueblo, Alfonso VI dona el castillo a la iglesia de Toledo que lo mantendrá en su poder hasta el siglo XVIII. En el siglo XIX, el castillo es protagonista de la Guerra de la Independencia, fue tomado por las tropas napoleónicas tras enfrentarse al general Venegas . Está construido en mampostería con hiladas de ladrillo y sillar en las esquinas, tiene cinco torres y antemuro que rodea toda la fortaleza reproduciendo la cortina principal. En el interior se pueden ver los aljibes y la torre del homenaje se encuentra aislada en el centro del patio de armas; aún conserva en el antemuro las almenas. Para mí es una de las fortalezas más hermosas que he visto.

Castillo de Almonacid de Toledo
A las 11:09 y a 17ºC descendí del castillo junto a un grupo de ciclistas, para tomar de nuevo la CM-42 dejando a un lado Mora y su castillo a mi derecha al que luego volvería, para llegar a tiempo a la visita del castillo de Consuegra donde llegué a las 11:56 y 19ºC con el tiempo suficiente para visitar los molinos de viento y pasear por el enorme albacar que se extiende a su derecha. La sensación al llegar al castillo es la de encontrarse ante un verdadero foco turístico y como tal se ha de entender. En la visita es interesante atender a los guías,muy amenos y siempre se descubre algo nuevo. Sin lugar a dudas es el lugar ideal para comenzar a interesarse por el mundo de los castillos.

Castillo de Consuegra
El castillo, de origen musulmán, está está construido sobre un cerro que domina una amplía llanura. Como el de Almonacid, fue entregado a Alfonso VI como dote de la reina Zaida; vuelto a recuperar muy pronto por los almoravides hasta que Alfonso VII lo reconquista definitivamente. Es Alfonso VIII quien lo cede a la Orden de San Juan o de Malta, cuya bandera ondea en una de las terrazas. La orden establece su cabecera en él y lleva a cabo profundas reformas que hacen desaparecer casi por completo la construcción islámica, según el guía "los restos islámicos son de ladrillo, los cristianos de piedra". Imponente fortaleza, que nunca fue conquistada por las armas según nos relataron, se puede visitar uno de los 4 aljibes que poseyó, -otro fue utilizado en época posterior como mazmorra- haciendo hincapié en la importancia del agua en la zona. Interesante el sistema que defiende el acceso a la torre llamada de los Escudos, con el cuerpo de guardia y varias dependencias: la capilla o la sala sede del archivo de la orden donde se guardaban los documentos que fueron quemados casi en su totalidad por las tropa francesas durante la Guerra de la Independencia. Muy interesante es la robusta torre albarrana que defiende el frente sur, desde donde, según la leyenda, se lanzó al vacío Zaida provocando su muerte. El castillo, de grandes dimensiones, se encuentra en reformas y consolidación, y tiene adosada una grúa que le hace perder cierto encanto, no obstante es un lugar digno de visita.
Torre albarrana del castillo de Consuegra
Tras algo más de una hora de visita y charla con los guías -lo que provocó un pequeña confusión que alteraría parte del resto de la excursión confundir los castillos de Mora y Orgaz, sus horarios, visitas y estado-, llegó la hora de la comida a base de guisos del Quijote: migas, morcillas, duelos y quebrantos, codorniz y un vaso de vino de La Mancha. A las 15:00 salí camino de Manzaneque donde tenía previsto tomar el café, llegando a las 15:23 con 23ºC.

Castillo de Manzaneque
El castillo de Manzaneque se encuentra en pleno pueblo y se llega a él callejeando sin dificultad. Fue mandado construir por Íñigo de Arévalo en en siglo XV. Siguiendo a Ruibal, el castillo, que se mantiene íntegro, tuvo en su día foso y antemuro que lo protegían, aunque ambos están hoy desaparecidos. La puerta principal se encuentra bajo un arco de medio punto que esconde una buhedera para defenderla, que se encuentra entre dos torreones, uno de ellos contaba con un balcón amatacanado suprimido en la última reforma que se hizo en el edificio. Se accedía a él por el primer piso mediante puente levadizo. Desaparecidos puente y foso en la actualidad se llega por unas escaleras desde la calle. Tiene varias casas adosadas a las torres que dificultan su visión completa; y sin poder visitar más del castillo, tan sólo rodearlo por exterior, después de tan breve visita, salí dirección Mora a las 15:45 donde tomaría el ansiado café.

Castillo de Peñas Negras en Mora 
Mora se encuentra a poco más de 5 kilómetros de Manzaneque por la carretera CM-4017. Llegué a las 16:00 y mientras tomaba café me informaron como llegar al castillo. Hay que tomar la circunvalación hacia el polígono industrial junto a una rotonda, en ésta se toma a la derecha y la carretera lleva, pasadas las naves del polígono, hasta hasta la falda del monte donde la fortaleza puede verse en los más alto como vigía de la población. Conviene dejar el coche en el camino de tierra, a unos cincuenta metros de la carretera, y llegar al castillo a pie porque en la ascensión por el camino solo cabe un coche y hay que dar marcha atrás inevitablemente si te encuentras con otro vehículo, en un lugar realmente peligroso.

Castillo de Peñas Negras en Mora
Al castillo de Mora o de Peñas Negras solo se puede llegar por la ladera del lado opuesto al pueblo tras ascender unos 500 metros a pie, está situado sobre una cresta rocosa que la vertiente del pueblo lo hace inaccesible. Ruibal nos cuenta que hubo dos castillos, uno musulmán, desaparecido en la actualidad, del que aún quedan, según el plano que hay a la entrada de la fortaleza, las cortinas y cinco torres que como veremos conforman el primer recinto del castillo, y el castillo cristiano, el que hoy podemos visitar. El autor divide la fortaleza en tres recintos, al primero se accede por una de sus puertas, la puerta norte, y está cerrado por un lado por las cinco torres musulmanas y el foso excavado en la misma roca por el otro. El segundo recinto, al que se accede a través de un andamio metálico a modo de puente, es la zona en la que se distinguen estancias y tiene una torre en el extremo norte; y el tercero es la propia torre del homenaje. Todo el edificio está muy deteriorado por lo que la entrada a la torre del homenaje, cerrada, es toda una aventura. La visita es posible gracias a un conjunto de andamios y pasarelas que facilitan el tránsito entre niveles. Su historia es paralela al de Consuegra, incluido en la dote de la reina Zaida, y recobrado por los almorávides fue protagonista de varios episodios entre cristianos y musulmanes. Reconquistado por Alfonso VII fue cedido a la Orden de Santiago. En él combatió siendo su alcaide, Munio Alfonso, destacado caballero al servicio de Alfonso VII. En el siglo XV sirvió de prisión de estado para personajes célebres. Las vistas desde el lugar son espléndidas, sobre todo la vertiente noreste, la de acceso al castillo, de las que se pueden disfrutar largamente durante el descenso.

Castillo de Peñas Negras en Mora
A las 16:50 y con 24ºC retomé la circunvalación de Mora, CM-410 dirección a Orgaz, que se encuentra a escasos 14 km. Orgaz conserva las puertas de su muralla y, ya sin prisa, decidí pasear por el casco antiguo dejando el coche junto a la Puerta del Carmen por donde entré para recorrer la calle Real hasta llegar a la plaza Mayor porticada y parar un rato frente a la monumental iglesia de Santo Tomás Apóstol, y salir por la Puerta de San José, antigua Puerta de Sevilla. A su izquierda se encuentra un puente medieval y bordeando lo que debía ser la muralla se llega, hacia el oeste, al castillo.

Castillo de Orgaz
El castillo de Orgaz es una construcción tipo señorial de los siglos XIV-XV. El relato histórico que hace Ruibal es confuso y nuestro interés era más que las donaciones que hicieran los reyes, de Sancho IV, Fernando IV, Alfonso XI y Pedro I a los distintos señores de Orgaz, sería conocer, algo que no hay posibilidad, al IV señor de Orgaz, don Gonzálo Ruiz de Toledo, cuyo entierro pintara El Greco dos siglos y medio después de su muerte. Será Carlos I quien instituya el condado de Orgaz en la persona de Alvar Pérez de Guzmán en 1520 y, poco después ese mismo año, los vecinos de la villa, partidarios de los Comuneros, se atrincheraron en él siendo incendiado por la tropas reales. El castillo llega al siglo XVIII en estado de abandono. Reconstruido se le dota de una formidable torre del homenaje de 20 metros de altura. Emplazado en llano, contó con foso y antemuro, de éste quedan vestigios en el frente oeste. Cuenta con cinco torreoncillos con matacanes en las esquinas. Frente al castillo se encuentra la Oficina de Turismo que estaba cerrada y, por casualidad, pude ver que junto a la torre del homenaje, por un puerta renacentista, entraban personas vestidas con ropas medievales. En el lugar, en un hermoso patio renacentista estaban ensayando una lucha con espadas. Me atendió la mujer encargada de la Oficina de Turismo y me permitió ver y fotografiar a los actores pero no visitar su interior. Muy amable me citó para el día siguiente que habría una exhibición y me obsequió con una carpeta de turismo con la historia de los castillos más sobresalientes por provincias de Castilla La Mancha. Me animó a seguir mi ruta por la carretera de Los Yébenes, la N-401 donde, justo antes del cruce de Urda encontraría el castillo de Guadalerzas. Y este fue el malentendido que tuve con los guía de Consuegra que me hizo alterar el recorrido y que en parte pude remediar.

Recreación medieval en el castillo de Orgaz
Siguiendo esta recomendación puse camino a Urda con cierto cansancio, eran las 18:04 y 21ºC, afortunadamente el calor aflojaba. Había leído que para llegar al castillo de Guadalerzas había que cruzar un arroyo por lo que se recomendaba ir en verano, cuando no tenía agua, y por esta razón no tenía programada la visita, no obstante recordaba los pasos a dar: dejar el coche nada más salir de la carretera; iría a pie hasta encontrar una verja que después de cruzarla debería volver a cerrar para que no escapase el ganado que pasta por la zona, y así lo hice. A poco metros está el arroyo que tras cruzarlo sin importarme mucho mojarme las botas, encontré un grupo de excursionistas acampados a la izquierda. Estos me indicaron el camino, a la derecha y tras un suave repecho de unos 100 metros, a través de un jaral, llegué al castillo.

Castillo de Guadalerzas
La fortaleza de Guadalerzas encandila nada más verla, aunque según se acerca el visitante comienza a percibir tal deterioro en el edificio que casi no es necesario leer el cartel que avisa del peligro de derrumbe. Ruibal habla de un puente, los restos casi imperceptibles de otro castillo musulmán y una calzada empedrada que no vi, quizá porque tomé otro camino. El castillo es obra de la Orden de Calatrava; ya estaba construido en 1178 como hospital que utilizarían los caballeros de las distintas órdenes que guerreaban en la frontera con los reinos musulmanes, en aquel momento situada en Sierra Morena y el río Guadiana. Tras la derrota castellana en Alarcos la fortaleza cae en manos de los almohades (1195) hasta que en 1212 tras las Navas de Tolosa, vuelve a manos cristianas. El edificio ha sufrido diversas reformas y ampliaciones, sobre todo cuando Felipe II lo vende al Cardenal Silicio en 1572, -suyo es el escudo que hay sobre la puerta de acceso-, momento en el que deja de tener carácter militar y se convierte en colegio de doncellas nobles de Toledo, en él se construyen nuevas dependencias adosadas a la torre central, una capilla y un campanario. En la desamortización del XIX, es vendido a un particular que lo acondiciona como vivienda y casa de labor. Según Ruibal el estado de ruina que presenta es reciente pues hasta la pasada Guerra Civil estaba en buen estado y su mantenimiento no hubiese sido muy costoso y a causa de la desidia se ha convertido en una ruina, tal como se puede ver hoy día.

Castillo de Guadalerzas
Eran las 19:20 y con 20ºC cuando inicié el retorno con el objetivo último de visitar Tembleque y su plaza Mayor para tomar el último tentempié antes de volver a Madrid. Por el camino de vuelta, la CM-4116 se pude contemplar una de las mejores vistas del castillo de Consuegra, bordeando la población hasta llegar a Madridejos y luego la A-IV hasta Tembleque, un trayecto relajado que me llevó casi 1 hora. Ni que decir tiene que mi objetivo era tomar una cerveza y un pincho en la plaza Mayor, cosa que hice a eso de las 20:20 y con una decepción bastante profunda al comprobar que tan espléndida plaza parece vivir de espaldas al pueblo, al menos ese día tenía cortado el acceso a vehículos, y que parte de las balconadas están arruinadas, apenas circulan personas y tan solo un grupo de chiquillos jugaban al balón. Tomé la cerveza junto a unos moteros que debían estar tan cansados como yo. Con 19ºC a las 21:00 me despedí de la plaza y tome el camino de vuelta a Madrid donde llegué a las 22:15, cargado de información e imágenes, mucho cansancio y la sensación de haber pasado un día realmente espléndido.

Tembleque. Plaza Mayor
Para esta entrada he consultado además de la información que existe en algunos castillos, el libro que he citado en varias ocasiones:

Castillos de Toledo, Ruibal, Amador, Ediciones Lancia, León, 1992

Torre del castillo de Consuegra