jueves, 28 de mayo de 2020

El castillo de Villagarcía de la Torre


Villagarcía de la Torre se encuentra en la carretera, prácticamente recta, que une Zafra con Llerena , entre ésta última y Usagre en la N-432. Llegamos a media la tarde de un día de calor sofocante, debía ser la hora de la siesta y tan sólo encontré una persona a quien preguntar por el castillo. Éste se encuentra en el extremo contrario de la carretera en una zona no muy elevada al norte del pueblo, su acceso es fácil y libre. Según mi guía de Terrón Reynolds el castillo se construyó a finales del XV y principios del XVI -imagino que se refería a la torre del homenaje-; y cita a Mélida quien data el conjunto de finales del XIII o principios del XIV.

Torre del homenaje en la fachada Este

La obra, según el escudo que campea en la torre del homenaje, se debe a Luis Cristóbal Ponce de León, cuando ya no existía el peligro musulmán en la zona, lo que explica su ubicación (Terrón Reynolds) y, según testimonia el administrador-corregidor que administraba las tierras y vivía en el castillo, la fortaleza "es de mucha consistencia y antigüedad a excepción de la Torre del Homenaje que se hizo en 1540 por los señores don Pedro Ponce y doña Leonor de Figueroa, su mujer según explican sus escudos y epitafios. Al pie de este fuerte están esculpidas en mármol las armas de los nobles vecinos de esta villa" (Maldonado). Aquí debe haber un problema de fechas puesto que Luis Cristóbal Ponce de León (1527-1573) VII Señor de Villagarcía, bien pudo hacer la torre del homenaje (1540), sin embargo Pedro Ponce de León (1442-1494) y Leonor Suárez de Figueroa fueron IV Señores de Villagarcía y vivieron un siglo antes.

Torre del homenaje y restos de la fachada Sur

La historia de Villagarcía la iniciamos tras la donación que hace de Reina (1246) Fernando III a la Orden de Santiago en la que se incluida junto a otras poblaciones Villagarcía. Esta donación sufriría una particularidad que marcará su historia cuando Alfonso X el Sabio, entre 1263-1270, "tomó la decisión de sacar de la jurisdicción de la Orden ciertas tierras de Villagarcía y su entorno, cediéndolas como heredades a Godino Godínez y sus sucesores, quedando el resto de su actual término bajo el dominio solariego y jurisdiccional de la Orden de Santiago". La villa quedaba así bajo dos jurisdicciones, la de realengo en heredad de Godino Godínez y sucesores, y la santiaguista con el resto del término. Alfonso X había hecho esta cesión al noble portugués Godino Godínez de Coimbra, "en tardio agradecimiento por los servicios prestados a sus antecesores", a Alfonso IX, a quien acompañó en la conquista de Badajoz (1230) y Fernando III el Santo. Esta partición no debió generar muchas tensiones toda vez que en 1324, Elvira García, heredera de los Godínez y el Maestre de Santiago establecen una concordia en el que se reparten la villa y sus términos, hasta que en 1380 durante el Capítulo General de la Orden ésta vende su parte al rey Juan I quien a continuación lo cede en Señorío a García Fernández, "como premio a la lealtad mostrada hacia él y hacia su padre Enrique II" (Gutiérrez Núñez) -este García Fernández era comendador de la Orden de Santiago en la provincia de Castilla-; y quedará en poder del Señorío de Villagarcía hasta integrarse a finales del XVIII en la casa Arcos-Osuna "como fruto de capitulaciones matrimoniales" (Maldonado).

Lienzo fachada Sur con torre cilíndrica y torre cuadrada

El 20 de agosto de 1382, el rey Juan I concede a García Fernández, I Señor de Villagarcía, permiso para "... hacer e labrar la su casa fuerte y faserla alcaçar e ponerle potril e almanas. caba e barrera"(Gutiérrez Núñez), siendo ésta la base del núcleo defensivo de posteriores ampliaciones. Los III Señores de Villagarcía, Teresa de Guzmán, casada en segundas nupcias con Luis Ponce de León, "realizaron bastantes transformaciones en la fortaleza a lo largo de la década de 1440, hasta darle una configuración defensiva básica para la supervivencia del señorío, inmerso en pleno territorio de encomiendas santiaguistas" (Gutiérrez). Los Ponce de León mantenía fuerte rivalidad con los Guzmanes (Condes de Niebla y Duques de Medina Sidonia). Sobre esta rivalidad Luis Ponce de León, -comenta Gutiérrez-, quedó en el recuerdo "como un "hombre cruel" que no dudó en actuar de forma violenta con cabalgadas y correrías para consolidar su señorío a costa incluso de perjudicar a los pueblos vecinos". A éste le sucedió tanto en el señorío como en el carácter, su hijo Pedro, tan violento como su padre y manteniendo la dura pugna con los Guzmanes en Llerena: "Entrar en Llerena y Usagre a sangre y fuego, atropellando la jurisdicción santiaguista, tal como hicieron padre e hijo (Luis y Pedro), muestra la gravedad de los choques jurisdiccionales que tuvieron que repetirse a lo largo del siglo XV", en este contexto sin duda "tuvo que tener gran importancia la fortaleza garceña"; de no haber contado con ella "posiblemente no se hubieran atrevido tan abiertamente a un uso tan continuado de la violencia con sus vecinos colindantes". Las fortalezas habían dejado de ser bastiones defensivos en el siglo XV, sin la amenaza musulmana, para convertirse a partir de entonces en lugar de refugio desde donde hostigar "tierras y caminos vecinos, perjudicando negativamente la vida cotidiana y sus actividades económicas".

Torre de la esquina Sur-Oeste y las tres torres de la fachada Oeste

Los Duques de Arcos, afincados en Marchena (Sevilla), acabaron trasladándose a Madrid, aunque habían creado toda una estructura administrativa que mantenía controlados sus señoríos, "era vital tener Corregidores eficaces que actuaran como verdaderos "hombres fuertes", dispuestos a vigilar y defender  el cumplimiento de los derechos, privilegios y regalías de los Ponce de León". El de Villagarcía, como hemos visto antes, "vivía en el castillo por merced que le concedía el Duque, al no tener ya ninguna función militar" (Gutiérrez Núñez).

Tres torres circulares de la fachada Oeste y torre cuadrada del Norte-Oeste

Sobre la fortaleza, hemos visto que a finales del XIV Juan I concede permiso a Garcia Fernandez para construir su casa fuerte y dotarla de almenas, cava y barrera. El edificio fue ampliándose en sucesivas reformas, como las que llevó a cabo Luis Ponce de León en la década de 1440 y la construcción de la torre del homenaje en 1540. Terrón Reynolds, describe la fortaleza que estaba rodeada en un primer recinto de escasa altura y perdido en algunos tramos, "más parece muro de contención del terraplén que muralla" (Mélida), según este último en el lienzo N del primer recinto hubo una torre circular -de la que no quedan restos-. Ambos autores destacan la recia construcción y la impresión que causa la altura de las torres y lienzos del segundo recinto; éste tiene forma rectangular con torreones semicirculares. Mélida nos da unas medidas de 29,70 m. de largo de E a O; y de 21,70 m. de ancho de N a S. con torres cuadradas en los ángulos; las dos del N tienen un saliente de 5.70 m. por 7 m. de frente teniendo dimensiones semejantes las del S. Entre las torres cuadradas se levantan otras cilíndricas en los lienzos; la del N tiene un diámetro de 3,10 m. y otras tres al O, otra al S y dos desiguales al E -de la que sólo queda una-. Todo el conjunto protege el núcleo principal del edificio conformado por una torre del homenaje de robusta construcción con planta rectangular que se eleva notablemente sobre el resto del edificio; tiene unas medidas de 20 m. x 14,30 m. "evidente adición (¿del siglo XV?) a la obra primitiva que debe datarse del siglo XIV, sino del XIII" (Mélida). La torre del homenaje tiene vamos en tres de sus lados, en su interior "se ven los mechinales de entramado de tres pisos y restos de las escaleras adosadas a las cortinas para subir al adarve". Sus muros tienen un espesor de 2.75 m. Según Mélida la entrada al recinto debió estar en el lienzo S, cuyo lado es el que más se ha perdido  En el interior del segundo recinto (Terrón Reynolds) junto al torreón principal se ven un pozo circular y un estanque.

Torre del homenaje y fachada Norte

En la actualidad el patio de armas se ha convertido en un auditorio y el lienzo O, en su interior, en escenario en el que son visibles obras de consolidación. El castillo bien vale una visita así como un paseo por el pueblo en el que se pueden ver casas d sobria arquitectura.

Escudo de los Ponce de León en la cara Oeste de la torre del homenaje

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Castillos de BadajozTerrón Reynolds, Mª Teresa, Ediciones Lancia, 1992.
Catálogo monumental de Badajoz, Mélida y Alinari, José Ramón, CSIC, Biblioteca virtual y Catálogos, 1926-1927
El Señorío de Villagarcía de la Torre en época medieval, Maldonado Fernández, Manuel, XII Jornada de Historia de Fuente de Cantos. 2012.
Señores de Villagarcía de la Torre (siglos XIII-XIX), Gutiérrez Núñez, Francisco Javier, XIII Jornadas de Historia de Llerena, 2012.

El castillo de Villagarcia de la Torre. Fotografía de José Ramón Mélida.
 Torre del homenaje y lienzo Sur desde el interior
 Lienzo Sur y acceso a la torre cuadrada desde el interior
  Lienzo Oeste desde el interior
 Lienzo Este y acceso a la torre cuadrada desde el interior

sábado, 23 de mayo de 2020

El castillo de la Estrella en Montiel


Llegamos a Montiel por la CM-3127 desde Fuenllana donde habíamos visto los restos del castillo-iglesia de Santa Catalina. Mi intención, y casi todo el viaje, giraba en torno a la visita del castillo de la Estrella en Montiel y, sobre todo, el lugar donde fue asesinado el rey Pedro I por su hermanastro el conde Enrique de Trastámara, autoproclamado y futuro Enrique II. En la gasolinera frente al cerro de San Polo me dijeron que el castillo estaba cerrado porque se estaba restaurando y sentí un sentimiento de frustración que se resolvió de la manera más satisfactoria. Decidimos llegar hasta el ayuntamiento y a la biblioteca donde nos dijeron que sí podíamos hacer visita y nos proporcionaron un folleto muy útil que nos servirá de guía.

Lienzo sur desde el exterior

El folleto, Ruta de los castillos por de Campo de Montiel, nos inicia nuestro en recorrido por la historia con la ocupación musulmana el Campo de Montiel y la fuerte islamización que tuvo la zona desde el principio, vertebrando el poblamiento "de este balad -unidad administrativa que agrupaba a un grupo de personas homogéneo, dedicadas a la agricultura en pequeñas propiedades o también a la ganadería-" en torno al castillo de Montiel (Munt Yil). Como habíamos visto en la entrada de Fuenllana, los musulmanes habían construido varias fortalezas, a modo de cinturón de seguridad con la mencionada Fuenllana o Alhambra en torno a Montiel. Este sistema defensivo se mantendría e incluso se reforzará tras la conquista cristiana entre los años 1213 y 1217, -aunque como veremos más adelante, no fue hasta 1227 cuando se toma Montiel-. En esta fecha Fernando III cede la zona  a la Orden de Santiago para su defensa y repoblación; éstos mantuvieron el sistema administrativo musulmán adaptándolo a la nueva situación "caracterizada por su feudalización que también tuvo como núcleo central Montiel". La Orden de Santiago  se encargará de reformar la fortaleza convirtiéndola a la vez que casi inexpugnable, en cabeza de su Encomienda  dando nombre al territorio: el Campo de Montiel; la fortaleza -según Amador Ruibal- pasará a llamarse "Castillo de la Estrella". Poco después de su conquista. en torno a 1230 se edifica, dentro del recinto medieval, la Iglesia de Nuestra Señora de la Estrella, edificio "que salió a la luz en 2013" en proceso excavación de estudio del que existen pocas referencias.

Restos arqueológicos de la iglesia de Nuestra Señora de la Estrella

De la época andalusí tampoco hay mucha información, "de los primeros siglos de conquista musulmana todo son incógnitas" aseguran Gallego y Lillo-Fernández. Durante el Califato y las primeras Taifas, el castillo tendrá una amplia influencia sobre los territorios circundantes, que junto a los de Eznavexore y Alhambra formarían una importante demarcación administrativa "que parece estar más relacionada con el área andaluza o levantina que con tierras de la Meseta". Tras la caída de Toledo (1085) y las sucesivas invasiones norteafricanas la zona se militariza convirtiendo como habíamos dicho a Montiel en el centro del balad. Por su parte Ruibal nos adentra en las incursiones cristianas en la zona desde tiempos de Alfonso VII y los caballeros calatravos que, aunque no conquistan ninguna fortaleza importante, provocaron cierta inseguridad en la zona que propiciará su paulatino despoblamiento para convertirla en frente de combate a partir de 1213. Tras la victoria de Las Navas (1212): "Alfonso VIII emprende una expedición contra Alcaraz y ocupe Eznavexore, como un territorio con muchas aldeas y pequeñas fortalezas vacías". No obstante, añade, la toma de Montiel fue "muy dura y costó muchos años de campañas someterlo". Los caballeros de Santiago iniciaron su conquista desde la cercana fortaleza  Eznavexore en 1214 y no la concluyeron hasta 1227, fecha en la que la reconquista cristiana se encontraba por el Guadalquivir, además se vieron obligados a construir hacia 1224 del castillo padrastro de San Polo, a 2 km. al oeste, desde donde hostigaron la fortaleza andalusí, lo que da una idea de la dificultad de su conquista.

Excavación de una casa del barrio andalusí

Iniciamos nuestra visita desde el edificio de la biblioteca y callejeando llegamos hasta el camino de tierra que bordea la ladera sur del cerro donde se asienta el castillo, junto al depósito de aguas. Avanzando unos metros nos encontramos los restos arqueológicos de la iglesia de Nuestra Señora de la Estrella, y siguiendo el camino, antes de que comience la cuesta que asciende al castillo, dejamos a nuestra derecha las excavaciones del barrio andalusí. Según la cartela al pie del yacimiento, "el primer poblamiento medieval de Montiel se fecha entre los siglos VIII y IX" -de los más antiguos de la región-. El poblamiento ocupó toda la ladera sur del castillo, abarcando "distintos períodos islámicos: omaya, taifa y norteafricano" desde el siglo VIII hasta principios del XIII. El asentamiento estaba protegido por "una muralla construida en buena mampostería con un cubo saliente de flanqueo. Junto a ella han aparecido los restos del primitivo camino empedrado que subía haciendo zigzag a lo alto del castillo". La altura de los adarves, según la cartela, "debieron ser considerables ya que en 1369 todo el ejército de Enrique II decidió platear sitio ante estas defensas hostigando a sus defensores con armas arrojadizas como prueba la presencia de punta de flecha y virotes de ballesta hallados en la excavación".

Trabajos de restauración y consolidación en dependencias en el lienzo Sur

A partir de este punto se inicia una pendiente pronunciada que nos lleva hasta la puerta de acceso de la fortaleza en restauración. Tanto Ruibal como el folleto nos hablan de otros dos recintos que ocupan "una superficie de 5000 m2 y su perímetro tiene 300 metros" (Ruibal): el primero y más antiguo de los recintos es el musulmán que se construye "probablemente en el siglo IX, sufriendo varias ampliaciones en los siglos X, XI y XII" hasta su conquista. En estas cuatro fases se utilizarán "buenas fábricas de sillarejo, mampostería en espiga y tapiales". Los restos musulmanes se identifican con las torres más exteriores que se encuentran adosados a la ladera del cerro y se asientan en grandes peñascos. Las torres son cuadradas, macizas las laterales y huecas las del frente norte; están construidas en tapial y mampostería. Hay restos de 11 torres aunque deterioradas; la mayor  tiene una superficie de 45 m2, 7,50 m. de lado y una altura de 10 metros. Concluye que la fortaleza "formaba un gran óvalo con un eje mayor de 130 metros y uno menor de 70".

Aljibe

El tercer recinto es el que construye la Orden de Santiago "mediante encofrados perdidos de sillarejo", dentro del anterior, entre los siglos XIII y XIV reduciendo el espacio de la obra musulmana. El castillo, con los freires santiagueses -Gallego y Lillo-Fernández- se convierte a principios del siglo XIV en punto estratégico de primer orden en torno al cual se articula política, administrativa y económicamente toda la comarca y "parece que fue en este momento cuando se construye el recinto cristiano de la fortaleza". Las medidas que nos proporcional Ruibal son un perímetro de 250 m. "realizado enteramente de piedra" de los que se conserva "150 m de muralla con 9 torres, 3 macizas semicirculares" para defensa vertical  "y 6 habitables cuadradas con vestigios de bóvedas, puertas, ventanas y saeteras. Tras los lienzos de cortinas había grandes cámaras abovedadas con ladrillo, numerosas dependencias y una iglesia, que conocemos por los documentos aunque no se han conservado". Al conjunto, (folleto) se accedía por la puerta de Hierro a partir de la cual se disponía todo el sistema de defensa y proporcionaba todo lo necesario para el desarrollo de la Encomienda: "grandes almacenes, palomares, fraguas, aljibes e incluso, -como ya comentamos- una capilla para el rezo de los freires".

Vista aérea de la torre del homenaje. (Imagen de la cartela informativa)

En su extremo oeste se localiza la torre del homenaje (cartela), la principal construcción de la Orden de Santiago. Ésta tenía su propio foso y estaba separada por una muralla con una puerta realizada en sillería; desde allí se accedía al 'atajo', patio que antecedía a la torre. En torno a este patio se disponían varios dependencias para el almacenaje de víveres en caso de asedio; el principal elemento es el aljibe que en la actualidad aún conserva el espacio interior abovedado, el empedrado y una pileta para decantar el agua que se recogía mediante canales que recorrían los adarves. En el otro extremo se conserva el llamado Cubo Redondo, que se utilizaba para almacenar el grano. El patio se completaba con una escalera que permitía subir a los adarves y recorrer todo el recinto amurallado y el resto del castillo. La torre tenía dos accesos, uno bajo o portillo, que aún se conserva, era el que debía utilizar el servicio; y uno superior, desaparecido, en altura con acceso al primer piso mediante un puente levadizo que partía desde el muro de cierre de la iglesia en el lado este. Llegó a tener tres pisos de altura con bóvedas de ladrillo. El primer piso estaba dedicado a almacenaje -aceite, vino y grano-, y cocina; el segundo era la residencia del alcaide o el comendador, y lugar donde se guardaban las armas; y por último la terraza, rematada por un torreoncillo, desde donde se tenía el control visual del territorio; contaba "con varios ingenios bélicos para el lanzamiento de piedras y flechas", allí se ubicaban sus dos famosas campanas que avisaban a la población para que en caso de peligro se cobijaban entre las murallas.

Recreación de la torre del homenaje vista desde el exterior. (Imagen cartela informativa)

El castillo estuvo habitado hasta los primeros años del siglo XVI (Gallego y Lillo-Fernández citando a Ruibal) aunque con un uso cada vez más reducido al perder la mayor parte de sus funciones de defensa, encontrándose a finales de la centuria en un estado preocupante. A mediados del siglo XVI -según el folleto- la cabecera del Campo de  Montiel se traslada a Villanueva de los Infantes, "iniciándose la decadencia del castillo de la Estrella. A partir del XVII la fortaleza fue desmantelada por los vecinos de Montiel, que utilizaron el castillo como cantera para edificar casas del pueblo", práctica de expolio muy intensa tras la Guerra Civil. En la actualidad se están llevando a cabo, como hemos visto en esta entrada, una campaña de restauración y consolidación del castillo, así como excavaciones tanto en el castillo, como en el barrio andalusí y en la iglesia de Nuestra Señora de la Estrella que prometen nuevos y expectantes resultados que nos obligarán sin duda a repetir la visita.

Escudo de la Orden de Santiago en un edificio de Villanueva de los Infantes

Hacia el sur, en la otra margen del río Segurilla que bordea el cerro donde se asienta el castillo, me indicaron la zona de las canteras de donde se extraía la piedra para construir de la fortaleza. Oteando el horizonte el visitante se pregunta por la batalla de Montiel; y recorre un arco visual de sur a oeste de sembrados y olivares intentando averiguar dónde se pudo dar, aunque me aseguraron que no se sabe ni dónde ocurrió la batalla ni el lugar dónde el Rey Don Pedro fue asesinado. Díaz Martín narra los últimos movimientos del rey tras partir de Carmona destino a Toledo donde pretendía auxiliar a la ciudad sitiada por las tropas de Enrique de Trastamara. Le acompañaban 1500 jinetes musulmanes enviados por Muhammad V rey de Granada esperando reunirse con refuerzos venidos desde el norte que nunca llegaron. El conde de Trastamara conociendo los movimientos del rey había reunido sus fuerzas en Orgaz, compuestas con parte de los sitiadores de Toledo y un contingente llegado desde Córdoba. El "Trastámara evolucionó rápidamente y, avanzando por la noche, sorprendió a Pedro I acampado en Montiel con sus fuerzas diseminadas por la comarca, y sin haber recibido todavía la columna que llegaba de Andalucía en su apoyo al mando de Martín López de Córdoba. Sin darles tiempo para agruparse, el 14 de marzo fueron derrotados". Don Pedro se refugió en el castillo y aunque disponía de cañones su situación era débil y la fortaleza no estaba preparada para soportar el asedio que había puesto el conde Don Enrique. Uno de los fieles del rey, Men Rodríguez de Senabria, que conocía a Bertrand Du Guesclin, que estaba al servicio de Don Enrique, pactó con éste la fuga del rey, ofreciéndole "las sus villas de Soria, Almazán, Atienza, Monteagudo, Deza y Serón por juro de heredad para vos y los que de vos viniesen" (Pérez de Ayala). Du Guesclín accedió pidiendo a Men Rodríguez que el Rey "viniese su posada del dicho Mosén Beltrán y le hiciese seguro que le pondría en salvo". Al llegar Don Pedro a la tienda de Du Guesclin, "ya lo habían hecho saber al Rey Don Enrique cómo el Rey Don Pedro estaba en la posada de Mosén Beltrán". Don Pedro subió a su caballo para salir de ésta pero uno de los sirvientes lo retuvo. "El Rey Don Enrique, que estaba apercibido y armado de todas sus armas (...) vino allí armado, y entró en la posada de Mosén Beltrán, y así como llegó el Rey Don Enrique, trabó del Rey Don Pedro". Don Enrique no lo reconoció pero uno de los caballeros de Du Guesclin le dijo: "'Catad que este es vuestro enemigo'. Y el Rey Don Enrique aún dudaba si era él. Y dicen que dijo el Rey Don Pedro dos veces: 'Yo soy, yo soy'. Y entonces el Rey Don Enrique conocióle, e hirióle con una daga por la cara. Y dicen que ambos a dos, el Rey Don Pedro y el Rey Don Enrique, cayeron en tierra, y el Rey Don Enrique le hirió estando en tierra de otras heridas. Y allí murió el Rey Don Pedro a veintitrés días de Marzo deste dicho año" (1369).

Escultura de Don Pedro I de Castilla (ca. 1446) Museo Arqueológico Nacional 

Para esta entrada he consultado además de los folletos turísticos Ruta de los Castillos por el Campo de Montiel, y Montiel. Un pueblo con encanto, y la información de las cartelas que hay al pie de las excavaciones arqueológicas, las siguientes publicaciones:

Castillos de Ciudad Real, RuibalAmador, Lancia, León, 1993 
Estudio arqueológico del Castillo de la Estrella (Montiel) a través de sus técnicas constructivas, Gallego Valle, David y Lillo-Fernández, Eduardo, IV Congreso de Castellología, Madrid, 2012.
Las muertes del Rey Don Pedro, Canciller López de Ayala, Alianza, Madrid, 1971.

 Extremo Oeste con la torre del homenaje

 Zona central del lienzo Norte

Extremo Este del lienzo Norte

Torre cristiana más oriental del lienzo Norte

Torre musulmana en tapial más oriental del lienzo Norte

viernes, 15 de mayo de 2020

El castillo de Sobradillo


Sobradillo se encuentra a unos 15 km. al noroeste de San Felices de los Gallegos y a unos 4 km. en línea recta al río Águeda, frontera con Portugal. Al pie de la torre hay una cartela con la siguiente inscripción:

Tras muchos años oculta la excavación sacó a la luz esta capa de la historia, un momento en la vida de Sobradillo muy diferente al actual.
Cuando aquí se levantaba un castillo señorial, con su Torre del Homenaje y un recinto amurallado, que albergaba los edificios necesarios para la vida cotidiana de los señores, soldados y criados y para la defensa ante el ataque de los ejércitos enemigos.


Cara este con ventana con ajimez

Al llegar a Sobradillo tenía escasa información y esperaba encontrar tan solo, -como cita Pinilla- "una torre señorial con restos de una edificación abovedada en una de sus caras" que, según Cooper, "parece un aljibe". De esta torre sólo conocía una imagen en la presentaba una gran agujero en su cara sur, -hoy restaurado con una ventana-, soportando parte del tendido eléctrico o telefónico que la cruzaba a media altura. La torre tiene una gran armonía, está construida con aparejo de mampostería y sillares reforzando las esquinas; éstas están rematadas con garitas en cada uno de los ángulos, variante de garita "poco usual" según Cooper, con ladroneras en la mitad de cada lado protegiendo los vanos que se abren bajo ellas excepto en la cara este que cubre el edificio anexo. Tiene varias aspilleras dispuestas a diferente altura y está rematado por almenas.

Cara sur con ventana restaurada respecto a la fotografía de Pinillos (1995)

El acceso al interior, que no pude ver, se debía hacer a través de la segunda planta "como se comprueba en el vano de medio punto que se alza en la cara norte en el que unos modillones sugieren la existencia de una plataforma en la que apoyar una escalera fácilmente escamoteable". La torre, concluye Pinilla, está "dividida en tres pisos de madera, pudiéndose ver en el segundo los restos de una gran chimenea". Su construcción se puede datar en el siglo XV

Cara este con el edificio anejo

Su historia es bastante escasa, según indica; "aparece citada de pasada en 1643 durante la guerra contra Portugal, en la que se señala que 'es muy flaco' y que pertenece a Don Alonso de Ocampo, y aún en el siglo XVIII seguía perteneciendo a esta familia, cuyo mayorazgo era señor de la villa". Cobos Guerra relaciona brevemente los señores del lugar, como Cooper también señala, es donde radica la importancia de Sobradillo. En tiempos de Enrique II perteneció al hermano de éste, el conde Sancho y a su mujer Beatriz de Portugal; pasaría a la hija de éstos, Leonor, que se casó con Fernando de Antequera a principios del siglo XV; el rey de Aragón, lo donará a su montero mayor Gonzalo Rodríguez de Ledesma quien en 1420 lo deja en testamento a su hijo Alfon. En las disputas entre Juan II de Castilla y los Infantes de Aragón, los hijos de Fernando de Antequera, Alfon apoyará a estos últimos y se vera obligado a exiliarse en Francia. La villa la hereda Alfonso de Ocampo, sobrino del exiliado, que será quien construya la torre colocando en la cara oeste el blasón de los Ocampo junto a una de las ventanas -bastante difícil de distinguir-, un "escudo -según Cooper- toscamente tallado situado en el lado oeste de la torre representa el apellido Ledesma".

Fachada principal, en primer termino restos de la base de una torre 
y del muro del recinto de defensa

Tras la muerte de Alfonso en 1480, deja tres hijos menores Luis, Elena y María, se desata un conflicto por el usufructo del patrimonio de éstos entre su madrastra, el tutor y el abuelo materno, culminando en 1508, cuando Pedro de Ocampo, el entonces señor de Sobradillo, a quien se le había nombrado 'pródigo' a principios de 1500, se hace por la fuerza con el castillo, administrado en ese momento por el deán de Salamanca. Ante este hecho la Corona envía a petición del deán un pesquisador a Sobradillo el cual resuelve solicitar a Ocampo la devolución de la fortaleza; al negarse éste el pesquisador solicita a la reina reclutar una fuerza con artillería para tomar el castillo. No obstante, concluye Cobos Guerra, la torre no presenta impactos ni señales de haber sufrido un asalto. En 1643 el castillo es descrito por el maestre de campo Blas de Ahumada "tiene un castillo antiguo sin traves ni foso ni otra defensa que una entrada encuberta y una media luna a la puerta que se an (sic) hecho este verano", por lo que la única defensa de la que dispone es el río Águeda y "tiene de guarnición una compañía de 120 hombres. Esta villa es de don Antonio de Ocampo"; aunque, como vimos al inicio, en el texto de Pinilla se identifica con Alonso de Ocampo.

Restos aflorados de las dependencias adosadas al muro del recinto.

El pleito por el usufructo también lo comenta Cooper, además relata un hecho que puede justificar  que Alfonso de Ocampo fortificara Sobradillo y que podía tener relación en uno acaecido en San Felices de los Gallegos. El alcaide de esta fortaleza en 1476 permitió ocuparla al príncipe Juan de Portugal que desde allí lanzó un ataque contra Toro; poco después los vasallos y el propio Ocampo hicieron prisionero al alcaide aunque desobedecieron reiteradamente las órdenes de la Corona para entregar al alcaide, negativa que podía tener como intención apropiarse de la fortaleza, Ocampo o algún otro implicado en el secuestro del alcaide, entre los que estaba el deán de Salamanca. El asunto se zanjó con la ejecución del alcaide.


Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Castillos de Zamora y SalamancaPinilla González, Jaime, Ediciones Lancia, 1995
Castillos Señoriales de la Corona de CastillaCooper, Edward, Junta de Castilla y León, 1991
Castilla y León. Castillos y fortalezasCobos Guerra, F. y de Castro Fernández, J.J.Ed. Edilesa, 1998
Poder y movilidad social de los Paz, "señores de los Corrales" en el siglo XV, Peláez Boismorand, Luis, Salamanca, 2014

lunes, 11 de mayo de 2020

Heráldica

Los escudos que podemos ver en los castillos se componen principalmente "de un fondo, llamado 'campo', que podía ser de diferentes colores y esmaltes, pero que en la mayor parte de los casos, al ser escudos de piedra, no ofrece ninguna información", y "de 'los muebles': castillos, leones, lises, estrellas, etc." todo ello conforman el linaje y se despliega de tal forma que un escudo podía contener las armas correspondientes a diversas familias en función de las partes que puede dividirse el campo: partido, cortado, cuarteado, mantelado,...; "incluso añadir muebles alrededor del escudo principal con una 'bordura'" que nos permite distinguir las armas de dos miembros de la familia que tienen  el mismo escudo.

El lugar preferente corresponde siempre al escudo, parte o cuartel, el que se sitúa a la izquierda del observador, o la 'diestra' del escudo; de esta manera si se aprecian dos escudos uno junto al otro o 'acolados', el de la izquierda suele corresponder al marido y el de la derecha a la mujer; y si las armas del matrimonio aparecen juntas en un mismo escudo, partido o acuartelado, por lo general se suele atribuir al hijo del matrimonio. (Cobos y De Castro, 1998).


DUQUE DE ALBURQUERQUE


Escudo de armas de Francisco Fernández de la Cueva y Mendoza, II duque de Alburquerque, hijo de don Beltrán de la Cueva y Mencía de Mendoza y Luna, hija de Diego Hurtado de Mendoza, I duque del Infantado y II marqués de Santillana. El escudo decora la chimenea de la sala oriental del castillo de Viñuelas (Madrid); pertenecía a la iglesia de San Francisco de Cuéllar (Segovia) de la que el II duque de Alburquerque era protector. Tras las desamortización en el siglo XIX se desmonta y traslada junto a otros elementos decorativos al castillo de Viñuelas (Madrid).

Escudo de armas de do Francisco Fernández de la Cueva y Mendoza
II duque de Alburquerque en la torre sureste del castillo de Viñulas

El escudo de armas del II duque de Alburquerque son: en campo de oro (amarillo) dos palos de gules (rojo), el mantel de sinope (verde) con un dragón de oro; bordura de gules con ocho aspas de oro y ocho escudos de la familia Mendoza.


BRAVO DE LAGUNA


Escudo heráldico de los Bravo de Laguna se encuentra en la plaza del Ayuntamiento de Atienza (Guadalajara). Siguiendo el relato que del escudo hace María Cruz Arranz Yust, esta casona fue de Garci-Bravo de Medrano Laguna y Mendoza; el escudo data de 1568 y es de este Garci-Bravo de Laguna, alcalde de Atienza como también lo fueron sus antecesores.

Las armas que vemos corresponden:
A) Medrano: de gules la cruz de plata hueca y floreteada; bordura de azur con Ave Maria Gratia Plena en oro.
 B) Laguna; en gules una torre de piedra; bordura de gules con leyenda aban, amanecer, vencer. Otros traen como derivación de Lago, bordura de gules con cuatro flores de lis de oro en cada cantón.
C) Garci-Bravo; de gules, el castillo en oro y sobre las torres laterales águilas de su color, todo sobre ondas de azur y plata, sobre la puerta de azur escudete con una flor de lis de oro.
D) Mendoza, cuartelado en souter, de gules ribeteado de oro, primero y tercero de gules con leyenda Ave Maria Gratia Plena en oro; segundo y cuarto de sinople una barra de gules ribeteada de oro.

En esta casa, según todas las fuentes, nació Juan Bravo, hacia 1484, el caudillo comunero muerto en 1521 tras ser derrotado en la batalla de Villalar. No obstante, aseguran los guías, no existe documento alguno que certifique su nacimiento en esta casona.

Arranz Yust, María Cruz, Escudos heráldicos de la villa de Atienza, en Wad-al-Hayara. Revista de Estudios de Guadalajara, nº 13,  pp. 293-322, 1986


ENRIQUE IV DE CASTILLA

Escudo de armas de Enrique IV de Castilla. Piedra berroqueña hacia 1461.
Cuarteles de Castilla y León, divisa de granadas y banda con lema Agrio Dulce
Claustro de los Jerónimos de Madrid

Enrique IV de Castilla (1454-1474) "será el primero de los monarcas castellanos en portar una divisa perfecta: de verde, una granada de oro frutada de gules, a la que se añadía el lema o mote "agridulce es reinar". En sus representaciones aparece bien en ramos, copiosamente frutados o sola; raramente en el campo de un escudo". Esta reseña de Narganes Quijano, viene a aclarar el origen de este escudo de armas que podemos ver en el Claustro de los Jerónimos de Madrid que se encuentra en la clave de cada uno de los grandes arcos centrales de cada lado del claustro.

Por lo general se detalla que el claustro lo construye, tras la reforma de 1671, Fray Lorenzo de San Nicolás, por lo que se considera un claustro barroco del XVII, que es el que podemos ver hoy. Sin embargo el origen del claustro se remonta a 1459 cuando Enrique IV ordena construir un pequeño monasterio gótico a orillas del Manzanares, en honor a su favorito don Beltrán de la Cueva. Debido a la humedad del lugar los frailes solicitan a Isabel La Católica el traslado del convento; ésta lo autoriza en 1503 al Prado viejo. El convento antiguo se traslada a la nueva ubicación donde parte de los sillares del viejo se desmontan para ser reutilizados. Tras la mencionada reforma de San Nicolás de 1671 se construye el claustro barroco, aunque mantiene algunas piezas, sillares y columnas del primitivo claustro gótico, es de suponer que también debieron reutilizarse los escudos reales originales.

Narganes Quijano, Faustino, La emblemática de los Reyes Isabel y Fernando: Ejemplos palentinos


EL TOISON DE ORO

Granito. Siglo XVI. Museo de Santa Cruz. Procede de la antigua Puerta de
Alcántara de Toledo, desparecida a finales del siglo XIX.

La Puerta de Alcántara de Toledo tenía en origen dos torreones situados cada uno en un extremo del puente. El torreón del este debido a su estado de ruina fue reemplazado por un arco triunfal de estilo barroco en 1721. Según la cartela que acompaña esta pieza, este fragmento del escudo "Aparece decorado con la figura de un vellón (piel de carnero) que forma parte del collar del Toisón que rodearía en origen un monumental escudo de España. Este elemento está presente en el escudo de la Monarquía Española como símbolo de la soberanía real sobre la Orden militar del Toisón de Oro."

Una breve historia sobre la fundación de la Orden del Toisón de Oro nos la ofrece Pinedo y Salazar en su obra de 1787. La Orden del Toisón de Oro debe su fundación "Al generoso espíritu de Felipe Duque de Borgoña, cuyas amabilísimas prendas, valor heroyco y elevadas virtudes grangeáron el renombre de Bueno, debió esta inclita Orden su esclarecido origen (...) con el titulo de Caballeria del Toyson de Oro tuviese por objeto defender y guardar la pureza de la Fe, el Estado de la Iglesia Católica, el bien y amparo de los pueblos, y la conservación en su entereza de las virtudes christinas. Así el fundador de esta Insigne Orden, aprobada por el Pontífice Eugenio IV el año de 1433 (...) Por el casamiento de María, hija y heredera del Duque de Borgoña Carlos el Atrevido, y nieta de Felipe el Bueno, pasó con el Ducado de Borgoña la Soberanía de la Orden a Maximiliano de Austria, después Emperador de Alemania, cuyo hijo Felipe el Hermoso, al contraer matrimonio con Juana, hija de los Reyes Católicos, traxo á la Corona de España, con la sucesión de los Estados de Flandes, la Soberanía del Toyson, desde cuyo tiempo quedó consagrada á sus legítimos sucesores en la Monarquía Española."
(...) Para que esta Orden y sus Caballeros cofrades fuesen notoriamente distinguidos, estableció el fundador se diese (...) un símbolo ó divisa que fuese un Collar de Oro (...) y en la parte inferior estuviese pendiente un Vellocino de Oro, (...)".

Pinedo y Salazar, Julián de, Historia de la insigne Orden del Toisón de Oro, B.O.E.-R.A.H., 1787, en web.

ESCUDO DE CASTILLA

Escudo de Castilla.
Modillón del claustro del Monasterio de San Salvador de Oña (Burgos)

Su origen parece remontarse hacia 1175 durante el reinado de Alfonso VIII. Este rey adoptó en 1165 un signm regis (sello real) con forma de rueda del tipo de los empleados en la cancillería del monarca de León desde el año 1157. Hacia 1163 se usaba un sello de una sola cara en el que se representaba al rey en tipo ecuestre portando una lanza. La primera impronta hallada en la que figura un castillo es del año 1176 en un documento que se custodia en la catedral de Toledo. El castillo se incluye en el sello con clara connotación territorial.

Desde su aparición el castillo cuenta con unas líneas básicas: tres torres siendo la central más alta. En cuanto a los colores son oro sobre gules, similar a la de la esposa de Alfonso VIIILeonor de Plantagenet: tres leones o leopardos pasantes de oro sobre gules. No obstante los colores se encontraban ya fijados desde tiempos de Fernando III.

condadodecastilla.esEl origen del escudo de Castilla.


REYES CATÓLICOS


Escudo de los Reyes Católicos. Siglo XV. Piedra arenisca policromada
Museo de Salamanca

En la llamada Concordia de Segovia, concluida de 15 enero 1475, los Reyes Católicos acuerdan los títulos que habrán de llevar en lo sucesivo; que las Armas de Castilla y de León precedan a las de Sicilia y Aragón, según se indica en escudo cuartelado que aparece dibujado en una carta anónima dirigida desde Segovia al abad de Poblet la misma noche del acuerdo. Las nuevas armas de Isabel reina de Castilla y Fernando rey de Sicilia y heredero de la Corona de Aragón, -Fernando había sido coronado rey de Sicilia para llegar al matrimonio con un rango superior al de su esposa Princesa de Asturias- así descritas venían a reunir en un cuartelado perfecto las armas personales de los esposos constituidas por el cuartelado de Castilla y León y un partido de Aragón-Sicilia.

El escudo tendrá como divisas el Águila, que simboliza a San Juan Evangelista de quien era devota Isabel; el Yugo, una evocación al nudo Gordiano "muy del gusto renacentista" por Fernando; y las Flechas "las armas del Rey mi señor y las mías con mi divisa, que son once flechas atadas por medio". El número de flechas suele variar desde 5 a 11 según el autor (talla, dibujo o pintura) y con las puntas abatidas. Por último el lema "Tanto Monta" viene a ser la traslación de la sentencia "tanto da cortar como desatar" de Alejandro Magno al deshacer el Nudo Gordiano cortándolo con su espada.

La emblemática de los Reyes Isabel y Fernando: Ejemplos palentinosNargares Quijano, Faustino. Palencia 2008


GARCÍA ÁLVAREZ DE TOLEDO:  I DUQUE DE ALBA

Escudo del Duque de Alba en el Convento de Carmelitas Descalzas de Piedrahita

En 1472 el rey Enrique IV concede el ducado de Alba a García Álvarez de ToledoII conde de Alba. Sus armas son un jaquelado de plata y azur timbrado con corona ducal. El uso del jaquelado, una partición muy simple, demuestra la antigüedad de la casa de AlbaGarcía Álvarez de Toledo aportará nueve banderas para conmemorar su participación en las campañas contra el Reino Nazarí de Granada.

El escudo que vemos se encuentra en el Convento de Carmelitas Descalzas de Piedrahita (Ávila) fundado en 1460 sobre un edificio anterior por doña María Álvarez de Vargas. Los duques de Alba se harán cargo del patronazgo del convento en 1528. Es uno de los tres escudos que adornan el edificio.


PEDRO GIRÓN PACHECO

Escudo de Pedro Girón en el castillo de Peñafiel

Pedro Girón Pacheco (1422 o 1423/1466). Fue XXIX Maestre de la Orden de Calatrava; señor de Urueña, Tiedra, Peñafiel, Gumiel de Hizán, Briones y Santiesteban del Puerto; camarero mayor del Rey en la Cámara de los Paños (RAH).  "El rey don Henrique el quarto... le dió de las armas reales, cuio blasón es éste: primero de oro con tres girones de gules; y dos enmanteladuras, la primera de castilla y la segunda de León" (Cobos y De Castro, 1998).


PEDRO FERNÁNDEZ DE VELASCO Y SOLIER

Escudo de Fernández Velasco. Siglo XV. En castillo de Manzanares el Real

Pedro Fernández  de Velasco y Solier,  (1399-1470), por sus servicios el rey Juan II frente a los Infantes de Aragón, se le reconoce como I Conde de Haro (1430). Apoyará de nuevo Juan II frente a los Infantes de Aragón en la decisiva batalla de Olmedo (1445) en la que es herido de muerte el infante don Enrique, por esta victoria es premiado con la villa de Frías, a la que debió añadir las de "las localidades de Haro, Arnedo, Herrera de Pisuerga, Medina de Pomar, Briviesca, Sala de los Infantes, Santo Domingo de Silos, Villalpando, Cuenca de Campos y Tamarite", además de una notable influencia en la ciudad de Burgos. Casó con Beatriz Manrique de Lara. Le sucedió su primogénito Pedro Fernández de Velasco y Manrique, (p.t. s. XV/1492), II conde de Haro. "Fernández de Velasco, había contraído matrimonio a comienzos de la década de los años cincuenta del siglo XV con Mencia de Mendoza, hija del I marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza" (RAH).


ARMAS DE HERRERA

Armas de Pedro García de Herrera y Rojas
Patio de armas del castillo de Ampudia (Palencia)

El escudo de armas que vemos pertenece a Pedro García de Herrera y Rojas (1390-1455), señor de Ampudia y mariscal de Castilla; participó en la toma de Antequera (1410) y conquisto Jimena de la Frontera (1431). Está enterrado en la colegiata de San Miguel de Ampudia junto a su mujer María de Ayala. El escudo se encuentra en el patio de armas del castillo de Ampudia, como vemos está fracturado y le falta un trozo. Cooper vio el escudo completo en una dependencia del castillo. por lo que es de imaginar que no es este. No obstante, comenta que el escudo que si pertenece a los señores de la primera mitad del siglo XV probablemente el castillo aún no estaba construido, por lo que autoría puede deberse a los pleitos entre sus sucesores por la herencia de la que estaba incluida Ampudia, causa por lo que mantuvieron vivo el interés por el apellido. Según la nuera de Pedro García de Herrera, ella y el hijo de éste "mejoraron e labraron e fezieron ciertas labores e hedificios en las fortalezas de Enpudia (...) en que dis que se gastaran e gastaron fasta en quantia de cinco quentos de maravedis".

El escudo de armas de Herrera son: campo de gules (rojo), dos calderas de oro fajadas de gules; bordura de gules con doce calderas de oro.