Llegamos a
Montiel por la
CM-3127 desde
Fuenllana donde habíamos visto los restos del castillo-iglesia de
Santa Catalina. Mi intención, y casi todo el viaje, giraba en torno a la visita del
castillo de la Estrella en
Montiel y, sobre todo, el lugar donde fue asesinado el rey
Pedro I por su hermanastro el conde
Enrique de Trastámara, autoproclamado y futuro
Enrique II. En la gasolinera frente al cerro de
San Polo me dijeron que el castillo estaba cerrado porque se estaba restaurando y sentí un sentimiento de frustración que se resolvió de la manera más satisfactoria. Decidimos llegar hasta el ayuntamiento y a la biblioteca donde nos dijeron que sí podíamos hacer visita y nos proporcionaron un folleto muy útil que nos servirá de guía.
Lienzo sur desde el exterior
El folleto,
Ruta de los castillos por de Campo de Montiel, nos inicia nuestro en recorrido por la historia con la ocupación musulmana el
Campo de Montiel y la fuerte islamización que tuvo la zona desde el principio, vertebrando el poblamiento "
de este balad -unidad administrativa que agrupaba a un grupo de personas homogéneo, dedicadas a la agricultura en pequeñas propiedades o también a la ganadería-" en torno al castillo de
Montiel (
Munt Yil). Como habíamos visto en la entrada de
Fuenllana, los musulmanes habían construido varias fortalezas, a modo de cinturón de seguridad con la mencionada
Fuenllana o
Alhambra en torno a
Montiel. Este sistema defensivo se mantendría e incluso se reforzará tras la conquista cristiana entre los años 1213 y 1217, -aunque como veremos más adelante, no fue hasta 1227 cuando se toma
Montiel-. En esta fecha
Fernando III cede la zona a la
Orden de Santiago para su defensa y repoblación; éstos mantuvieron el sistema administrativo musulmán adaptándolo a la nueva situación "
caracterizada por su feudalización que también tuvo como núcleo central Montiel". La
Orden de Santiago se encargará de reformar la fortaleza convirtiéndola a la vez que casi inexpugnable, en cabeza de su
Encomienda dando nombre al territorio: el
Campo de Montiel; la fortaleza -según
Amador Ruibal- pasará a llamarse "
Castillo de la Estrella". Poco después de su conquista. en torno a 1230 se edifica, dentro del recinto medieval, la
Iglesia de Nuestra Señora de la Estrella, edificio "
que salió a la luz en 2013" en proceso excavación de estudio del que existen pocas referencias.
Restos arqueológicos de la iglesia de Nuestra Señora de la Estrella
De la época andalusí tampoco hay mucha información, "
de los primeros siglos de conquista musulmana todo son incógnitas" aseguran
Gallego y
Lillo-Fernández. Durante el
Califato y las primeras
Taifas, el castillo tendrá una amplia influencia sobre los territorios circundantes, que junto a los de
Eznavexore y
Alhambra formarían una importante demarcación administrativa "
que parece estar más relacionada con el área andaluza o levantina que con tierras de la Meseta". Tras la caída de
Toledo (1085) y las sucesivas invasiones norteafricanas la zona se militariza convirtiendo como habíamos dicho a
Montiel en el centro del
balad. Por su parte
Ruibal nos adentra en las incursiones cristianas en la zona desde tiempos de Alfonso VII y los caballeros calatravos que, aunque no conquistan ninguna fortaleza importante, provocaron cierta inseguridad en la zona que propiciará su paulatino despoblamiento para convertirla en frente de combate a partir de 1213. Tras la victoria de
Las Navas (1212): "
Alfonso VIII emprende una expedición contra Alcaraz y ocupe Eznavexore, como un territorio con muchas aldeas y pequeñas fortalezas vacías". No obstante, añade, la toma de
Montiel fue "
muy dura y costó muchos años de campañas someterlo". Los caballeros de
Santiago iniciaron su conquista desde la cercana fortaleza
Eznavexore en 1214 y no la concluyeron hasta 1227, fecha en la que la reconquista cristiana se encontraba por el
Guadalquivir, además se vieron obligados a construir hacia 1224 del castillo padrastro de
San Polo, a 2 km. al oeste, desde donde hostigaron la fortaleza andalusí, lo que da una idea de la dificultad de su conquista.
Excavación de una casa del barrio andalusí
Iniciamos nuestra visita desde el edificio de la biblioteca y callejeando llegamos hasta el camino de tierra que bordea la ladera sur del cerro donde se asienta el castillo, junto al depósito de aguas. Avanzando unos metros nos encontramos los restos arqueológicos de la iglesia de
Nuestra Señora de la Estrella, y siguiendo el camino, antes de que comience la cuesta que asciende al castillo, dejamos a nuestra derecha las excavaciones del barrio andalusí. Según la cartela al pie del yacimiento, "
el primer poblamiento medieval de Montiel se fecha entre los siglos VIII y IX" -de los más antiguos de la región-. El poblamiento ocupó toda la ladera sur del castillo, abarcando "
distintos períodos islámicos: omaya, taifa y norteafricano" desde el siglo VIII hasta principios del XIII. El asentamiento estaba protegido por "
una muralla construida en buena mampostería con un cubo saliente de flanqueo. Junto a ella han aparecido los restos del primitivo camino empedrado que subía haciendo zigzag a lo alto del castillo". La altura de los adarves, según la cartela, "
debieron ser considerables ya que en 1369 todo el ejército de Enrique II decidió platear sitio ante estas defensas hostigando a sus defensores con armas arrojadizas como prueba la presencia de punta de flecha y virotes de ballesta hallados en la excavación".
Trabajos de restauración y consolidación en dependencias en el lienzo Sur
A partir de este punto se inicia una pendiente pronunciada que nos lleva hasta la puerta de acceso de la fortaleza en restauración. Tanto
Ruibal como el folleto nos hablan de otros dos recintos que ocupan "
una superficie de 5000 m2 y su perímetro tiene 300 metros" (
Ruibal): el primero y más antiguo de los recintos es el musulmán que se construye "
probablemente en el siglo IX, sufriendo varias ampliaciones en los siglos X, XI y XII" hasta su conquista. En estas cuatro fases se utilizarán "
buenas fábricas de sillarejo, mampostería en espiga y tapiales". Los restos musulmanes se identifican con las torres más exteriores que se encuentran adosados a la ladera del cerro y se asientan en grandes peñascos. Las torres son cuadradas, macizas las laterales y huecas las del frente norte; están construidas en tapial y mampostería. Hay restos de 11 torres aunque deterioradas; la mayor tiene una superficie de 45 m2, 7,50 m. de lado y una altura de 10 metros. Concluye que la fortaleza "
formaba un gran óvalo con un eje mayor de 130 metros y uno menor de 70".
Aljibe
El tercer recinto es el que construye la
Orden de Santiago "
mediante encofrados perdidos de sillarejo", dentro del anterior, entre los siglos XIII y XIV reduciendo el espacio de la obra musulmana. El castillo, con los freires santiagueses -
Gallego y
Lillo-Fernández- se convierte a principios del siglo XIV en punto estratégico de primer orden en torno al cual se articula política, administrativa y económicamente toda la comarca y "
parece que fue en este momento cuando se construye el recinto cristiano de la fortaleza". Las medidas que nos proporcional
Ruibal son un perímetro de 250 m. "
realizado enteramente de piedra" de los que se conserva "
150 m de muralla con 9 torres, 3 macizas semicirculares" para defensa vertical
"y 6 habitables cuadradas con vestigios de bóvedas, puertas, ventanas y saeteras. Tras los lienzos de cortinas había grandes cámaras abovedadas con ladrillo, numerosas dependencias y una iglesia, que conocemos por los documentos aunque no se han conservado". Al conjunto, (
folleto) se accedía por la puerta de
Hierro a partir de la cual se disponía todo el sistema de defensa y proporcionaba todo lo necesario para el desarrollo de la
Encomienda: "
grandes almacenes, palomares, fraguas, aljibes e incluso, -como ya comentamos-
una capilla para el rezo de los freires".
Vista aérea de la torre del homenaje. (Imagen de la cartela informativa)
En su extremo oeste se localiza la torre del homenaje (
cartela), la principal construcción de la
Orden de Santiago. Ésta tenía su propio foso y estaba separada por una muralla con una puerta realizada en sillería; desde allí se accedía al '
atajo', patio que antecedía a la torre. En torno a este patio se disponían varios dependencias para el almacenaje de víveres en caso de asedio; el principal elemento es el aljibe que en la actualidad aún conserva el espacio interior abovedado, el empedrado y una pileta para decantar el agua que se recogía mediante canales que recorrían los adarves. En el otro extremo se conserva el llamado
Cubo Redondo, que se utilizaba para almacenar el grano. El patio se completaba con una escalera que permitía subir a los adarves y recorrer todo el recinto amurallado y el resto del castillo. La torre tenía dos accesos, uno bajo o portillo, que aún se conserva, era el que debía utilizar el servicio; y uno superior, desaparecido, en altura con acceso al primer piso mediante un puente levadizo que partía desde el muro de cierre de la iglesia en el lado este. Llegó a tener tres pisos de altura con bóvedas de ladrillo. El primer piso estaba dedicado a almacenaje -aceite, vino y grano-, y cocina; el segundo era la residencia del alcaide o el comendador, y lugar donde se guardaban las armas; y por último la terraza, rematada por un torreoncillo, desde donde se tenía el control visual del territorio; contaba "
con varios ingenios bélicos para el lanzamiento de piedras y flechas", allí se ubicaban sus dos famosas campanas que avisaban a la población para que en caso de peligro se cobijaban entre las murallas.
Recreación de la torre del homenaje vista desde el exterior. (Imagen cartela informativa)
El castillo estuvo habitado hasta los primeros años del siglo XVI (
Gallego y
Lillo-Fernández citando a
Ruibal) aunque con un uso cada vez más reducido al perder la mayor parte de sus funciones de defensa, encontrándose a finales de la centuria en un estado preocupante. A mediados del siglo XVI -según el
folleto- la cabecera del
Campo de Montiel se traslada a
Villanueva de los Infantes, "
iniciándose la decadencia del castillo de la Estrella. A partir del XVII la fortaleza fue desmantelada por los vecinos de Montiel, que utilizaron el castillo como cantera para edificar casas del pueblo", práctica de expolio muy intensa tras la
Guerra Civil. En la actualidad se están llevando a cabo, como hemos visto en esta entrada, una campaña de restauración y consolidación del castillo, así como excavaciones tanto en el castillo, como en el barrio andalusí y en la iglesia de
Nuestra Señora de la Estrella que prometen nuevos y expectantes resultados que nos obligarán sin duda a repetir la visita.
Escudo de la Orden de Santiago en un edificio de Villanueva de los Infantes
Hacia el sur, en la otra margen del río
Segurilla que bordea el cerro donde se asienta el castillo, me indicaron la zona de las canteras de donde se extraía la piedra para construir de la fortaleza. Oteando el horizonte el visitante se pregunta por la batalla de
Montiel; y recorre un arco visual de sur a oeste de sembrados y olivares intentando averiguar dónde se pudo dar, aunque me aseguraron que no se sabe ni dónde ocurrió la batalla ni el lugar dónde el
Rey Don Pedro fue asesinado.
Díaz Martín narra los últimos movimientos del rey tras partir de
Carmona destino a
Toledo donde pretendía auxiliar a la ciudad sitiada por las tropas de
Enrique de Trastamara. Le acompañaban 1500 jinetes musulmanes enviados por
Muhammad V rey de
Granada esperando reunirse con refuerzos venidos desde el norte que nunca llegaron. El conde de
Trastamara conociendo los movimientos del rey había reunido sus fuerzas en
Orgaz, compuestas con parte de los sitiadores de
Toledo y un contingente llegado desde
Córdoba. El "
Trastámara evolucionó rápidamente y, avanzando por la noche, sorprendió a Pedro I acampado en Montiel con sus fuerzas diseminadas por la comarca, y sin haber recibido todavía la columna que llegaba de Andalucía en su apoyo al mando de Martín López de Córdoba. Sin darles tiempo para agruparse, el 14 de marzo fueron derrotados".
Don Pedro se refugió en el castillo y aunque disponía de cañones su situación era débil y la fortaleza no estaba preparada para soportar el asedio que había puesto el conde
Don Enrique. Uno de los fieles del rey,
Men Rodríguez de Senabria, que conocía a
Bertrand Du Guesclin, que estaba al servicio de
Don Enrique, pactó con éste la fuga del rey, ofreciéndole "
las sus villas de Soria, Almazán, Atienza, Monteagudo, Deza y Serón por juro de heredad para vos y los que de vos viniesen" (
Pérez de Ayala).
Du Guesclín accedió
pidiendo a
Men Rodríguez que el
Rey "
viniese su posada del dicho Mosén Beltrán y le hiciese seguro que le pondría en salvo". Al llegar
Don Pedro a la tienda de
Du Guesclin, "
ya lo habían hecho saber al Rey Don Enrique cómo el Rey Don Pedro estaba en la posada de Mosén Beltrán".
Don Pedro subió a su caballo para salir de ésta pero uno de los sirvientes lo retuvo. "
El Rey Don Enrique, que estaba apercibido y armado de todas sus armas (...)
vino allí armado, y entró en la posada de Mosén Beltrán, y así como llegó el Rey Don Enrique, trabó del Rey Don Pedro".
Don Enrique no lo reconoció pero uno de los caballeros de
Du Guesclin le dijo: "
'Catad que este es vuestro enemigo'. Y el Rey Don Enrique aún dudaba si era él. Y dicen que dijo el Rey Don Pedro dos veces: 'Yo soy, yo soy'. Y entonces el Rey Don Enrique conocióle, e hirióle con una daga por la cara. Y dicen que ambos a dos, el Rey Don Pedro y el Rey Don Enrique, cayeron en tierra, y el Rey Don Enrique le hirió estando en tierra de otras heridas. Y allí murió el Rey Don Pedro a veintitrés días de Marzo deste dicho año" (1369).
Escultura de Don Pedro I de Castilla (ca. 1446) Museo Arqueológico Nacional
Para esta entrada he consultado además de los folletos turísticos
Ruta de los Castillos por el Campo de Montiel, y
Montiel. Un pueblo con encanto, y la información de las cartelas que hay al pie de las excavaciones arqueológicas, las siguientes publicaciones:
Castillos de Ciudad Real,
Ruibal,
Amador, Lancia, León, 1993
Estudio arqueológico del Castillo de la Estrella (Montiel) a través de sus técnicas constructivas,
Gallego Valle,
David y
Lillo-Fernández,
Eduardo, IV Congreso de Castellología, Madrid, 2012.
Las muertes del Rey Don Pedro,
Canciller López de Ayala, Alianza, Madrid, 1971.
Extremo Oeste con la torre del homenaje
Zona central del lienzo Norte
Extremo Este del lienzo Norte
Torre cristiana más oriental del lienzo Norte
Torre musulmana en tapial más oriental del lienzo Norte