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viernes, 25 de octubre de 2019

Castillo de Serranos de la Torre


El castillo de Serranos de la Torre se encuentra en el término de Zapardiel de la Cañada, en Ávila. Para llegar hasta él hay que tomar la carretera AV-105 que une las poblaciones de Piedrahita y Alba de Tormes, esta última en Salamanca. Hay que cruzar el pueblo y de allí parte un camino bien acondicionado que nos lleva hasta el embalse de Zapardiel. Su situación me recordó mucho al castillo de Zurraquín, en Cabezas de Villar unos kilómetros más al norte; ambos se encuentran alejados del pueblo que hay que cruzar, ambos se integran en una explotación agraria y fueron aportillados, como comenta más adelante Gómez Moreno, y tienen los dos, a escasos metros, una iglesia.


En una pequeña guía editada por la Diputación de Ávila se hace una breve reseña del castillo: "En el siglo XV el obispo de Ávila, Lope de Barrientos, funda para su sobrino don Pedro un mayorazgo formado, entre otros bienes, por el lugar de Serranos del Castillo, con su fortaleza, su jurisdicción, sus montes, pardos pastos y molinos. De la fortaleza no quedan más que unos restos integrados en un caserío situado en una vaguada del término de Zapardiel de la Cañada". Destaca el folleto, de los restos del castillo, la torre del homenaje coronada el matacán con ménsulas de tres modillones cada una y un cubo angular norte.


Una descripción más pormenorizada nos la ofrece el libro editado por el Museo de Ávila sobre los castillos de la provincia. Comienza, sin embargo, comentando que "No se conoce ningún dato sobre su origen, uso ni abandono, ya que ni siquiera el catastro de Ensenada (1751) tan exhaustivo, se recoge este castillo, sino que se documenta sólo que: ... Sellama este despoblado la villa de Serranos de la Thorre.../... Que es señorío propio de la casa y mayorazgo del conde de las Amayuelas.../... No hay más vezino que el montaraz.../... Hay dos casas habitables y una arruinada completamente." Por tanto ya en aquella época la fortaleza estaba abandonada y que por su nombre "puede indicar un fin repoblador por hombres de sierra y reflejar, a la vez, que estaba dotado de una fortaleza para su defensa".



El castillo, -añade- "está construido en mampostería con sillares de granito en las esquinas, es de planta centralizada, con la torre del homenaje cuadrada, rodeada de un muro perimetral bajo, con dos enormes cubos angulares. Gómez Moreno dibujó un croquis con cuatro cubos, pero en la actualidad sólo se conservan los dos traseros, aunque por delante se aprecian restos de un muro en el centro y gran acumulación de tierras en las teóricas esquinas." En el dibujo de Gómez Moreno, en efecto, hay cuatro torres y a parte un bosquejo de la torre que es similar al actual estado, y un apunte indicando que sobre la puerta del acceso hay un escudo obispal liso. Siguiendo con la descripción que hace el Museo "El lienzo oeste de la torre del homenaje, el mejor conservado tiene una saetera una altura media y está rematado por un matacán de sillería de diez ménsulas de tres modillones cada una, que soportan arquillos apuntados sobre los que se levanta el antepecho coronado por merlones triangulares".


Escudo episcopal sobre la puerta de acceso
Sobre el escudo que antes mencionaba: "En el cuerpo principal, se abre el acceso con jambas y dintel en tres piezas sobre el que hay un escudo episcopal con el campo vacío, quizá inacabado, que se puede poner en relación con otros dos conservados en la vecina ermita, de los que se desconoce si se han reutilizado". Esto me fue imposible comprobarlo toda vez que el conjunto, tanto la ermita como el castillo, se encuentran cercados, por lo que a continuación referiré sin comentarios el resto de la descripción que se hace:


"El interior muestra unos potentes muros de un metro de grosor aproximadamente, que decrecen el altura, con algunos mechinales, restos de enfoscado y cambios estructurales que hablan de reformas en la parte posterior. En la pared oeste está empotrada una chimenea de sillería; conserva el tiro en toda su altura, y se le supone, en el primer piso, otra con paredes de ladrillo.
Todos los muros se encuentras perforados con vanos cuadrados o rectangulares, en algunos casos de sillería, que presentan gran derrame, para abrirse al exterior a modo de pequeñas saeteras.
Los dos cubos conservados se usan actualmente como dependencias agrícolas, con las cubiertas de teja y macizadas las almenas. En la parte inferior, se abren unas bocas circulares monolíticas que, por la altura que se encuentran, servían para la defensa con artillería emplazada en el interior."


Manuel Gómez Moreno describe el lugar como un caserío casi despoblado entre un robledal cerca de del pueblo, "Conserva su castillo, aportillado intencionalmente, con una gran torre, guarnecida de ladrones y hecha de mampuesto de granito; sobre su puerta, escudo liso, con capelo episcopal; en torno, barbacana con cubos pequeños a los ángulos; su conjunto es pintoresco y armonioso"


Puerta de la iglesia
En lo que respecta a la iglesia, Gómez Moreno dibuja su planta junto a la del castillo y hace una breve descripción: "Junto á él mantiénense las ruinas de la iglesia, también del siglo XV y no grande; con su capilla abovedada y puerta del tipo de la de Cebreros, ó sea, de arcos redondos concéntricos y filas de bolas entre ellos; a los pies espadaña."


De la iglesia se conserva en el Museo de Ávila la escultura yacente de Bernardino de Barrientos, sobrino de Pedro de Barrientos, el constructor del castillo. Según nos indica la cartela informativa: "La escultura, obra de Vasco de Zarza, realizada en alabastro, es la figura yacente del difunto, Bernardino de Barrientos, El Fundador, como aún hoy se le sigue llamando. El sepulcro se encontraba en origen bajo este arcosolio decorado con relieves, cuyas dos placas inferiores se exponen aquí." La tumba, según destaca del propio Museo, no se llegó a ocupar.


Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

La Ruta de los Castillos de Ávila, Diputación de Ávila, Ávila s/f.
Castillos de ÁvilaMuseo de ÁvilaJunta de Castilla y León, Ávila, 1989
Catálogo monumental de España. Provincia de ÁvilaGómez Moreno, Manuel.
Bernardino de Barrientos, en ceres.mcu.es

lunes, 1 de abril de 2019

El castillo de Guarda

Torre del Homenaje del castillo de Guarda

Portugal siempre es interesante, la historia de ambos países ha sido común en muchos casos, sobre todo en época medieval en la frontera con Castilla. La visita a Guarda, al pie de la sierra de la Estrella, nos da a conocer una ciudad muy bella, cuyo origen es la defensa de la frontera precisamente con Castilla. La ciudad cuenta con construcciones muy significativas, desde su catedral, Sé da Guarda, un edificio espléndido construido en granito; su muralla del siglo XII que conserva varios tramos y tres puertas de acceso al recinto medieval; su castillo del siglo XIII del que tan sólo queda la torre del homenaje; y los restos junto a la muralla de una torre menor de la primera fortaleza románica.

Torre del homenaje caras norte y noroeste

EL CASTILLO Y LA MURALLA MEDIEVAL

Guarda fue fundada por Sancho I, segundo rey de Portugal , otorgándole carta foral en 1199, fecha en que se debió comenzar a construir el antiguo castillo del que sólo quedan restos de la llamada Torre Vieja. Más moderna, del siglo XIII, es la torre del homenaje que se levanta en el punto más alto de la ciudad, a 1056 metros de altitud. La torre "estaba integrada en una estructura militar y residencial llamada Alcáçova, que constituía un palacio fortificado donde residía el alcaide mor y de su familia y que, al mismo tiempo, servía como acuartelamiento para la respectiva guarnición militar". Tiene forma pentagonal y está construida en sillería sobre un afloramiento granítico. La puerta de acceso está en altura mirando hacia el este. Sobre la puerta se conservan cuatro desagües que da una idea de la altura del último piso. Hacia el norte se abre la única ventana del edificio; y la cara noroeste, con forma de proa, cuenta con otros cuatro desagües que arrancan de sendas aspilleras. La torre debía tener al menos dos pisos, pero no pude ver el interior ni me dieron información del mismo.

Cara norte donde se abre la única ventana de la torre.

Destaca por su espectacularidad la llamada Torre o Puerta de los Herreros (Ferreiros). Esta torre está construida en el lienzo este, y debió abrirse con posterioridad a la construcción del recinto accediéndose al interior por una doble puerta en zig-zag. En el arco interior varias marcas de cantero. La torre en el momento de la visita se estaba restaurando, por lo que el andamiaje le restaban vistosidad. Más al norte, al inicio del lienzo que termina en la Torre Vieja (Torre Velha) se abre la Puerta de la Hierba (Porta da Erva). Desde este lado, por su orientación, ambas puertas debían comunicarse hacia el sur con la ciudad de Covilha.

Puerta de acceso a la ciudad desde la Torre de Ferreiros

Otra puerta a destacar es la Puerta del Rey (Porta d'El Rei) hacia el norte, en la ruta que comunicaba con "Castilla a través de Almeida y Celorico y de aquí con la legendaria Vía de Beira, una de las principales rutas de Portugal de la Edad Media y de la Edad Moderna, que de Celorico llevaba hacia Coimbra y Lisboa". También esta puerta se pueden ver varias marcas de cantero y en el intradós hay una inscripción de 1860 en uno de los sillares.

Porta d'El Rei

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Comenzamos con referencia a Castilla en 1291, con el tratado de Ciudad Rodrigo en la que D. Dionís de Portugal y Sancho IV de Castilla acuerdan el casamiento del príncipe Fernando (futuro Fernando IV de Castilla) y la infanta Constanza de Portugal, en aquel momento relaciones de concordia entre ambos reinos. En el acuerdo se comprometen varias fortalezas en garantía que, una vez consumado el matrimonio -éste se había fijado para antes del día de San Miguel de 1299 dada a edad de los infantes-. El rey castellano entregaba Badajoz, Mora, Serpa, Cáceres, Trujillo, Allariz, Olivenza y Aguilar de Moa que serían devueltas tras el matrimonio excepto Mora, Serpa, Allariz, Olivenza y Aguilar de Moa que quedarían en poder de Portugal concepto de arras. Por parte, D. Dionís entregaba los concejos de Guarda y Pinhel.

Siguiendo a Carmona Ruiz, la concordia era total entre ambos reyes. D. Dionís al acceder al trono había sufrido la rebelión de su hermano el infante Alfonso y fue auxiliado por Sancho; en gratitud el rey portugués había apoyado a Sancho en la lucha sucesoria contra Alfonso X. No obstante estas relaciones se deterioran cuando la reina de Castilla, María de Molina se acerca a Francia con el fin de obtener la legitimación papal de su matrimonio y compromete al futuro rey Fernando con Blanca de Francia. En aquel momento el infante Juan, hermano y rival de Sancho IV perseguido por éste, se refugia en Portugal debiendo informar a D. Dionís del compromiso de castellano con Francia. No obstante Sancho IV disuade a D. Dionís y consigue que éste expulse al infante Juan a Marruecos. La muerte prematura de Sancho IV va a cambiar el orden de alianzas durante la regencia de María de Molina y la minoría de edad de Fernando IV. Por un lado las luchas internas en Castilla por la pretensión de Alfonso de la Cerda al trono, y otro lado el acoso que Portugal y Aragón que apoyaban por un lado al infante Juan y por otro a los infantes de la Cerda con la pretensión de expandirse territorialmente a costa de Castilla. Será en Guarda, poco después de la muerte de Sancho IV, cuando el infante Juan, retornado de Marruecos, se entreviste con D. Dionís en busca del apoyo para ser coronado rey de León, obteniendo en principio el apoyo de D. Dionís, éste no desdeña, sin embargo, los acuerdos con Castilla toda vez que se aseguraba gran número de plazas. El problema se resuelve cuando doña María de Molina firma el tratado de Alcañices en 1297 que vino a confirmar lo pactado en Ciudad Rodrigo en 1291.

LA CATEDRAL

Sé da Guarda, la catedral, es en apariencia una catedral defensiva. En 1309 se inició su construcción que se terminará a principios del siglo XVI por lo que cuenta con sucesivos estilos con predominio del gótico inicial hasta "el pleno contexto manuelino" en la fecha de su conclusión. También aquí podemos encontrar marcas de cantero, pero sólo en la escalera de caracol que lleva hasta la terraza.

Sé da Guarda

Para esta entrada he utilizado la información de una cartela y la que me facilitó de la Oficina de Turismo de Guarda.

Carmona Ruiz, María Antonio, Las relaciones luso-castellanas durante el gobierno de María de Molina (1295-1321), Universidad de Sevilla, 2015.

Marca de cantero en una dovela de la Puerta d'El Rey

jueves, 7 de junio de 2018

El castillo de Tiedra


Llegamos a Tiedra desde Urueña tras visitar San Cebrián de Mazote. El problema de viajar en días de vacaciones es que cuando llegas al lugar a visitar, la persona encargada del mismo también está de vacaciones. lo que nos ocurrió en esta ocasión por lo que no pudimos ver el castillo por dentro. Sobre la historia del castillo de Tiedra casi todos los autores que he consultado vienen a coincidir, siendo el artículo de Cobos Guerra y Castro Fernández, en su libro Castilla y León. Castillos y fortalezas el más amplio, por lo que me guiaré con ellos para esta entrada.

La primera mención del castillo de Tiedra data de tiempos del rey Sancho II de Castilla cuando ordena a El Cid entrevistarse con doña Urraca para conseguir la cesión de la ciudad de Zamora "a cambio de Medina de Rioseco con el Infantado desde Villalpando hasta Valladolid y el castillo de Tiedra". Las conversaciones no llegaron a término toda vez que el rey Sancho II  es asesinado intentando tomar Zamora en 1072.

Lienzo Este
Casi un siglo después, en 1157, Alfonso VII rey de Castilla y León, divide su reino entre sus hijos: a Sancho III le corresponderá Castilla y Fernando II heredará León quedando Tiedra en reino leonés. Será el propio Fernando II quien "decide trasladar la población 300 metros al Este, en otro espigón de la paramera de los Torozos amurallando sobre el borde de sus empinadas cuestas". Su sucesor, Alfonso IX a principios de la siguiente centuria, en el proceso de divorcio de su mujer, la infanta castellana doña Berenguela, en 1203 en compensación a la separación hará entrega le de los castillos de Tiedra y San Pedro de Latarce, pasando así a poder de Castilla.


Unidos de nuevos los dos reinos, Sancho IV  donará en 1285 a Pedro Álvarez de Asturias, su mayordomo mayor, entre otras posesiones "la villa de Tiedra con su torre". Al casar la hija de éste, Teresa Pérez con Alfonso de Meneses, la villa y con su torre se incorporan al linaje de los Téllez Meneses. Apuntan Cobos y Castro que "el recinto del castillo actual debió de terminarse con posterioridad a 1288 ya que existe una piedra reaprovechada de la cerca exterior del recinto que reza la fecha "Era de 1326", pero ya existía en 1314, cuando el sobrino de la reina doña María de Molina, don Tello de Meneses, inició una serie de algaradas contra los tutores del rey desde sus castillos de Tiedra y Montealegre".

Lienzo Sur
En 1365 muere el último vástago del linaje de los Meneses; el rey Enrique II hará donación de estos señoríos a su hermano don Sancho, duque de Alburquerque, que casará a su hija Leonor con el infante don Fernando de Antequera. Ambos serán los padres de los levantiscos Infantes de Aragón, enfrentados permanentemente al  rey Juan II de Castilla. En tiempos de Juan II el castillo está en poder de uno de los infantes, don Enrique a quien el rey se lo confisca pasando la villa a manos del valido don Álvaro de Luna y en 1430 a ser prisión del obispo de Palencia. A mediados del siglo XV el mismo Juan II lo entrega a don Pedro Girón, maestre de Calatrava y favorito del príncipe don Enrique; de esta forma "la suerte de Tiedra correrá pareja a la de la fortaleza de Urueña hasta que en 1476, tras algunas vicisitudes, los Reyes Católicos confirmen a los Girón su señorío", pasando así a la casa de Osuna.

Lienzo Oeste que formaba parte de la cerca de repoblación
El castillo, construido en el borde de un espigón del páramo de los Montes Torozos de cuya línea defensiva formaba parte, domina la campiña de Toro. Su recinto se acomoda al cerro que "albergaba la villa de repoblación". De esta antigua cerca subsisten hoy los lienzos Oeste y Sur que forman parte de la  muralla actual; mientras que los lienzos Norte y Nste, construidos por los Téllez de Meneses, "son del siglo XIV y sirvieron para cerrar el recinto en torno a la torre". Una segunda fase de construcción levantaría la torre cuadrangular de 20 metros de altura: "las ladroneras superiores, la bóveda de arcos fajones y el acceso a la escalera remiten a construcciones de finales del XIII y principios del XIV". Construida en sillería cuenta con ménsulas sobre las que descansan buhardas de madera. Una tercera fase sería el cierre del recinto en torno a la torre, el aislamiento de ésta y la construcción de la torre Suroeste en la que está la descripción "Era de 1326". La construcción nueva de los muros de cierre está provista de aspilleras y cuenta con un foso delante, que se corresponde "a la tecnología usual en el siglo XIV para la construcción de barreras sin torres", construyéndose, probablemente en el siglo XV, la torre circular del sureste que se sobrepone al foso labrado.


Tanto la torre, que tiene cuatro plantas y sótano, como el adarve de la muralla, son visitables, recorridos que quedan para una próxima visita en la que espero encontrar a la persona que nos enseñe la fortaleza. Señalar por último que la casa de Osuna vende el castillo a un indiano retornado de Cuba; y años después otro propietario lo habilitará para palomar; hasta que en 2005 lo adquiere y restaura el ayuntamiento, su actual propietario. Y desde aquí, tras tomar unos cafés en el bar del pueblo donde nos atendieron y facilitaron toda la información posible del castillo, salimos dirección a Villavellid donde nos esperaba la siguiente fortaleza.
Torre del homenaje
Para esta entrada he consultado los siguientes libros:
Castilla y León. Castillos y fortalezasCobos Guerra, F. y Castro Fernández, J.J. deEd. Edilesa.
Castillos de Castilla y LeónGutiérrez, J.M., Ed. Edical
Los castillos y fortalezas de Castilla y LeónMartín Jiménez, Carlos M., Ámbito,Valladolid, 2003.
Guia de los castillos en la provincia de Valladolid, Diputación de Valladolid, 2012

Vista del castillo desde la carretera entrando a Tiedra
Vista de Tiedra y la iglesia de San Pedro desde el castillo

La campiña de Toro desde el castillo

miércoles, 14 de marzo de 2018

El verraco de Villaviciosa (Ávila)


No suele haber noticias de hallazgos de verracos a no ser de época moderna, como en los trabajos arqueológicos en los cimientos de la muralla de Ávila, o en excavaciones en la propia capital en el antiguo cementerio musulmán. Éste es un relato del hallazgo del verraco de Villaviciosa a finales del siglo XVI. El hallazgo lo narra, según el texto íntegro que transcribo, el Padre Luis Ariz, en Historia de las Grandezas de Ávila. En el libro indica la fecha aproximada del hallazgo pues éste tenía la aprobación para su edición en 1603, y según el propio Ariz el descubrimiento ocurrió nueve o diez años antes.

La Torre de Villaviciosa, heredamiento antiguo, dado por el Conde Don Ramón, a Sancho de Estrada, no ay memoria, entre los Cavalleros que hasta oy lo han posseydo, quien fuesse el fundador. Y assi tienen por tradición de mayores, aver sido de Romanos, y aver succedido en aquella tierra algunas cosas memorables, porque tambien hallo en sus heredamientos Toros. Como pareze del que esta a su puerta, que se halló avra nueve, o diez años, desta manera. Un Labrador Rentero desta casa, de Villaviciosa, labrava junto a ella, en un heredamiento, llamado Barbazedo, y cada año topava con la reja en una peña, y procurando de sacarla, o quebrarla, halló ser un Toro, y por no le maltratar, fuesse a la Torre, adonde a la saçon estava el Capitan don Estevan del Aguila, y dandole cuenta. El Cavallero como curioso, mando llamar sus criados, y cabando al rededor, fueron descubriendo dos Toros, el uno encima del otro, el bajero hechado de lomo. Demanera, que el de arriba, afirmava a sus pies sobre los del otro, y en el medio de los dos, entre las varrigas, estaba una hermosa tinaja, muy bien labrada, a lo Mosayco, tapada, y dentro llena de zenizas. Hallaron también tres monedas, y en ellas la figura, y nombre de  Iulio Cesar. El Toro llevaron a su casa, y Torre, donde oy esta. Y el otro por averle quebrado, se le dejó en la heredad. Tambien se hallaron, en Muñana, heredamiento destos Cavalleros Estradas. De lo cual es manifiesto, aver sido poblada, y posseyda de Romanos.

López Monteagudo lo cataloga como toro con estos datos: 162 centímetros de largo, 78 de alto y 59 de ancho y un perímetro de 180 centímetros. " Se desconoce el lugar exacto de su hallazgo. Se conserva en el jardín del castillo. Le falta la cabeza y tiene las extremidades rotas apreciándose las rodillas delanteras y los codos traseros. Conserva el cuello y la papada y presenta cazoletas en el lomo. En la parte posterior se observa el sexo y el ano". En la catalogación se remite a Manuel Gómez Moreno sobre su procedencia, quien sí conocía el relato del Padre Ariz: "esta escultura fue hallada junto a otro ejemplar de toro y ambas en relación, al parecer, con una sepultura".

En concreto Gómez Moreno transcribe parte del texto de Ariz en su Catálogo de la provincia de Ávila: "Otros dos toros semejantes (al que conserva en Solosancho), pero menores y destrozados, hay ante la panera del Duque, en Villaviciosa. Ariz cuenta que se hallaron enterrados juntos en un heredamiento llamado Barbacedo, "uno encima del otro, el de abajo tendido, y en medio de los dos, entre las barrigas, estaba una hermosa tinaja muy bien labrada a lo mosayco, tapada y dentro llena de cenizas; hallaron también tres monedas, y en ellas la figura y nombre de Julio César", y en nota añade, "Uno de ellos sigue junto al castillo de Villaviciosa".

El verraco debió ser trasladado de los jardines del castillo fuera de éste, y en la actualidad se encuentra en la plaza del castillo, frente a la fortaleza.

Para esta entrada he consultado los siguientes libros:
Historia de las Grandezas de la ciudad de Ávila , de Fray Luis Ariz, 1607 ed. Facsímil. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, Ávila, 1978
Esculturas zoomorfas celtas de la Península IbéricaLópez Monteagudo, GuadalupeC.S.I.C., Centro de Estudios Históricos, Madrid, 1989.
Catálogo monumental de España. Provincia de ÁvilaGómez Moreno, Manuel, Institución Gran Duque de Alba, Ávila, 1983
Los VettonesÁlvarez-Sanchís, Jesús R., Real Academia de la Historia, Madrid, 2003.

Costado derecho del verraco
Parte trasera del verraco en el que se observa el orificio 
del ano y los testículos

domingo, 25 de febrero de 2018

Domus Municipalis de Braganza


Domus Municipalis
Aunque se sale del ámbito de nuestra geografía creo que vale la pena comentar, aunque sea brevemente, esta construcción en tierras de Portugal, el Domus Municipalis de Braganza, un edificio que según la cartela informativa, es único en la Península.

Domus Municipales. Azulejos de la estación de Vilar Formoso
La villa de Braganza -Bragança- conserva un casco antiguo amurallado muy cuidado que se encuentra a escasos kilómetros de la frontera con España. La muralla que rodea la ciudad medieval tiene dos puertas y se puede pasear por su adarve libremente lo que permite observar algunas estructuras del interior de la propia muralla. Su castillo tiene una bella y poderosa torre del homenaje, mandada construir en 1406 por Juan I de Portugal. La torre, como la barrera, y los cubos, y la muralla que cerca la villa, está construida en mampostería y tiene reforzada las esquinas en sillería; cuenta con varias ventanas y aspilleras y en él campea el escudo de la Casa de Avis. En la actualidad es Museo Militar. Junto al castillo se encuentra un verraco celtibérico vetton,  la "porca da vila" que está atravesado por una picota o rollo conocido como "pelourinho de Bragança". Pero quizá lo que más llama la atención es el Domus Municipalis, un edificio de forma pentagonal irregular construido en sillería que servía de aljibe en su planta baja y en la superior, una sala diáfana abierta al exterior por ventanas, se utilizaba como lugar de reunión de los "hombres buenos", y que es su día fue ayuntamiento.


La construcción del Domus, en el primer tercio del siglo XV, está documentada en 1501, y posiblemente  se construyese al mismo tiempo que el castillo. Según la cartela que está junto al edificio, este es "un ejemplar arquitectónico representativo del período tardo-medieval", aunque la designación "Domus Municipales", Cámara Municipal o Ayuntamiento, corresponde a finales del siglo XIX. "Monumento singular (aún enigmático) de la arquitectura románica civil (único en la Península), su edificación data muy probable, del primer tercio de cuatrocientos. El domus está constituido por dos espacios distintos: "la cisterna", "sala de agua", (denominaciones que indican el adjetivo utilitario de construcción) incorpora una cisterna de buena fábrica para almacenar aguas pluviales y manantiales". ambas denominaciones están documentadas a partir de 1446. Este espacio de la planta baja no se pudo visitar por lo que no supimos las dimensiones ni la profundidad.

Interior del Domus. Piso superior. A la izquierda está la escalera de acceso
Por una escalera de piedra integrada en el edificio se accede directamente al "espacio arquitectónico superior que ha sido utilizado para las reuniones de los "hombres buenos", constituido por el salón con ventanas, cuyo pavimento de losas es el dorso de bóveda que cubre la cisterna." Las ventanas de medio punto destaca el friso de modillones que adornan la cornisa tanto en el interior como en el exterior, con rostros humanos, cabezas de animales, figuras geométricas y flores. Su uso está documentado es 1503.

Respecto a su singularidad, según K.J. Conant, hace varias consideraciones. que cita el monumento como ejemplo del desarrollo que vivieron las ciudades portuguesas en los siglo XII y XIII, datando el edificio hacia 1200, "ejemplo excepcional de arquitectura civil", su función debía ser similar a las salas capitulares de las abadías. Señala las dos plantas que conforman el edificio y su techumbre de madera, lo que permite que "el muro tenga en la parte alta una fila de treinta y ocho ventanas, un motivo raro en los edificios conservados, pero del que se tienen noticias, por ejemplo en el dormitorio del abad Odilón en Cluny", fechado en 1035 y su parecido con éste de 1200 "señala el relativo conservadurismo de la arquitectura civil".

Destacar que en muchos manuales turísticos la construcción del Domus Municipalis se fecha en el siglo XII.


Hay en el interior un panel con varias placas conmemorativas entre la que destaca una sobre la visita que hizo nuestro insigne arqueólogo granadino Manuel Gómez-Moreno al edificio: "14-12-1931. VISITA DO INSIGNE ARQUEOLOGO ESPANHOL GÓMEZ MORENO".

Para esta entrada he consultado los siguientes textos:
Arquitectura Carolingia y Románica 800/1200, K.J. Conant, Ed. Anaya, Madrid 1991.
El citado panel informativo o cartela que hay junto al Domus, además de la página web del ayuntamiento o Cámara Municipal de Braganza.

Placa conmemorativa de la visita de Manuel Gómez-Moreno
Modillón del interior con el escudo de la Casa de Avis
Ventanas vistas desde el interior

sábado, 8 de abril de 2017

Sabina Popea

Sabina Popea
Entre los bustos que se exponen en el patio del Museo Arqueológico Nacional, junto a la sala Hispania Romana, se encuentra el de Sabina Popea, con una breve descripción del personaje: "PopeaEsposa de Nerón de la familia Julio Claudia fue emperatriz desde el año 63 hasta el 65. Murió asesinada por el emperador cuando estaba embarazada. Los historiadores romanos hablan de su belleza e inteligencia". La obra procede de Medina SidoniaCádiz, fechada entre los años 58 y 65 de nuestra era. Para averiguar algo más sobre ella busqué entre las crónicas romanas donde la presentan como una mujer de belleza y sensualidad cautivadoras aunque carente de escrúpulos, tal como la describe Cornelio Tácito "a pesar de su innegable subjetividad" de sus Anales, y lo poco que pude extraer de Los doce césares de Cayo Suetonio.

"No menos notable fue la desvergüenza que, aquel año, marcó el comienzo de grandes males para la república. Había en la Ciudad una tal Sabina Popea, hija de Tito Olio; pero había tomado el nombre de su abuelo materno, Popeo Sabino", Así comienza su relato Tácito sobre la vida de Popea que va intercalando entre la historia del principado de Nerón, "Esta mujer -añade- poseía todas las virtudes excepto un espíritu honesto". De conversación agradable e ingeniosa "aparentaba modestia, pero en realidad obraba con descaro"; aparecía pocas veces en público, pero cuando lo hacía era con parte del rostro tapado, "nunca se preocupó de su reputación y no hacía distinciones entre maridos y amantes", sin someterse en este aspecto ni a sus sentimientos ni a los ajenos, simplemente "dirigía su sensualidad a cualquier objetivo de que pudiera sacar provecho". A partir de esta presentación comienza a narrar su trayectoria dentro de la corte romana.

Estaba casada con un caballero romano llamado Rufo Crispino con quien tenía un hijo. Se dejó seducir por Otón "que se valió de su juventud, de sus excesos y de ser el amigo más íntimo de Nerón" para alcanzar sus favores. Siendo ya mujer de Otón éste no cesaba entonces de alabar su hermosura al emperador con el fin de compartirla con él y sacar de este vinculo influencias en su propio provecho. No tardó mucho Popea en ser presentada a Nerón. a quien acaba seduciendo; su primera intención es intentar que éste abandone a su concubina, su más cercana rival, la liberta Acte, Mientras crece su influencia sobre Nerón, es su marido quien será apartado del círculo íntimo de emperador, hasta que "finalmente para que no fuera su rival en la Ciudad, se le encarga el gobierno de la provincia de Lusitania" donde es trasladado. Allí vivió "con integridad y decencia" y moderado en el ejercicio del poder. Posteriormente Otón alcanzará relevancia en la historia de Roma tras la muerte de Nerón,en el año 69, llegando a ser proclamado emperador.

Agripina, madre de Nerón
Popea tras divorciarse de Otón -estaban casados per usum, "el matrimonio quedaba disuelto si la esposa pasaba tres noches seguidas fuera del domicilio conyugal", lo que aprovechaba para pasar dos noches con el emperador y la tercera lo abandonaba incrementando así los celos y el deseo de Nerón- sólo le quedaba que el emperador se divorciara de su mujer, Octavia, pero éste difícilmente lo conseguiría mientras Agripina, la madre de Nerón, estuviese viva. Con el objetivo puesto en eliminar a Agripina, Popea comenzó a llamar la atención del emperador sobre su madre, lamentándose de ella constantemente. Mientras, por otro lado, surgió el turbio asunto del incesto del emperador y de la propia Agripina quien se vanagloriaba de ello. En este asunto estuvieron implicados Séneca, que a través de la liberta Acte intentaba tener noticias ciertas del incesto, y Burro, el otro preceptor de Nerón. Para evitar la ignominia que recaería sobre la reputación de Nerón, deciden eliminar a Agripina simulando un naufragio. Tras provocar el naufragio Agripina sobrevive por lo que finalmente es muerta a espada sin más disimulo en su propio lecho.

Tras el asesinato de su madre, Nerón se presta entonces a contraer matrimonio con Popea, . Antes, sin embargo, ha de repudiar a su esposa Octavia, aunque se encontró con el problema de que su mujer, por su modo de vida y su ascendencia, era hija de Claudio, y sobre todo "por las simpatías del pueblo" por su persona, se había convertido en una molestia tanto para Nerón como para Popea, El emperador alegará para repudiarla que era estéril, acusándola a la vez, por medio de uno de sus servidores, de haber cometido adulterio con un esclavo, y aunque todas sus doncellas niegan tal extremo, Octavia es deportada a Campania. Esta decisión es tomada con constantes quejas y murmullos entre la plebe lo que al parecer, -aquí hay un paréntesis en blanco en el relato de Tácito- provoca que Nerón la haga volver del destierro. En pleno júbilo la plebe invade el Capitolio, derriba los bustos de Popea a la vez que pasean y ensalzan los de Octavia. Finalmente son disueltos por soldados armados que restituyen el honor de Popea.

Nerón
Tras este percance Popea, argumentando que un nuevo tumulto puede acabar con su vida e incluso con la del propio Nerón, convence a éste de la necesidad de deshacerse definitivamente de Octavia. Esta vez es desterrada a un pequeño islote al norte de Nápoles. Como acusación se retoma el asunto del adulterio con un esclavo, éste era Aniceto, el mismo que ideara el naufragio para atentar contra Agripina. Una vez confiesa es desterrado a Cerdeña donde vivirá cómodamente hasta su muerte de forma natural. Según Tácito, Octavia tenía tan solo veinte años cuando recibe y a pesar de su juventud había tenido que sufrir los engaños de Nerón con Acte y Popea viviendo una muerte en vida que culminará, a los pocos días del destierro, cuando se le ordena morir. Los soldados la atan y le abren las venas para que muriese desangrada "mas como la sangre, retenida por el pánico, corría con demasiada lentitud, la matan con el vapor de un baño hirviendo. A esto se añade una crueldad aún más horrible cuando su cabeza fue cortada y llevada a la Ciudad para que la viera Popea".

En el año 63 "Nerón recibió con alegría sobrehumana el nacimiento de la hija que le dio Popea; y la llamó Augusta después de dar a Popea el mismo título". tras el nacimiento se organizaron juegos y fiestas, se agasajaron a los dioses y proclamaron votos públicos y se elevó un templo a la Fecundidad, y "todo esto se desvaneció al morir la niña sin haber cumplido aún los cuatro meses"; Nerón, "lo mismo que había sido desmedido en su alegría, así lo fue en su tristeza".

El año 65, según relata Tácito de forma lacónica, se celebraron juegos quinquenales, Al término de éstos Popea de forma dramática "encontró la muerte en un acceso de ira de su marido, quien la mató de una patada a pesar de estar embarazada". Según SuetonioNerón que se casó con Popea  tan solo 12 días después de repudiar a Octavia, amaba a Popea apasionadamente, aunque "su amor no impidió sin embargo que la matase de un puntapié, porque enferma y en cinta, le reconvino con viveza viéndole retirarse algo tarde de una carrera de carros". Algo más explícito, Tácito concluye que a pesar del brutal acto de Nerón, "él deseaba tener hijos y estaba muy enamorado de su mujer" y en lo que puede considerarse su arrepentimiento, el cuerpo de Popea, en contra de la costumbre, no fue incinerado, sino que "fue embalsamado con perfumes y colocado en el túmulo de los Julios. No obstante se celebraron públicas exequias y él en persona pronunció en los Rostros el discurso fúnebre, alabando su belleza, el que hubiera sido madre de una niña divina y otros dones de la fortuna como si de virtudes se tratara".

Bustos de Agripina, Nerón y Pepea en la sala del M.A.N.
Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Cornelio Tácito: Anales, ed. López de Juan, Crescente, Alianza Editorial, Madrid 1993.
Los doce césares, Cayo Suetonio Tranquilo, en. e-Booket.net

Las fotografías son de los bustos pertenecen  a la espléndida colección del Museo Arqueológico Nacional (M.A.N.) de Madrid expuestos en el patio junto a sala Hispania Romana.

domingo, 12 de febrero de 2017

La torre de Valdenoceda


La visita a Valdenoceda no estaba programada en nuestro viaje por las Merindades sino que fue producto de la casualidad llegar hasta allí. Salimos de Trespaderne, después de la visita al castillo de Tedeja y desviarnos hacia Puente Arenas para ver la iglesia de San Pedro de Tejada, aunque frustrante porque estaba cerrada. Tomamos camino de Valdenoceda para subir el puerto de La Mazorra dirección a Burgos; y desde la carretera se puede ver la impresionante torre de los Velasco e improvisamos la visita. La única información que tuvimos fue la que hay en el cartel informativo que comparte con la iglesia románica de San Miguel de finales del siglo XII. El cartel nos informa escuetamente, "Esta imponente torre gótica, construida entre el siglo XIV y principios del XV, tiene veinte metros de altura y gruesos muros de sillarejo rematados en almenas. El escudo pertenece a la familia Villamor".


La torre se encuentra en una tierra de labor sin nada que obstaculice su visión, lo que la hace aún más impresionante. Observando el edificio se ñperciben asimetrías en los vanos y la peculiaridad de tener dos puertas de acceso, una bajo el gran escudo de los Villamor orientada al sur y a ras de suelo, y la que parece ser original en un primer piso, al que se accede por una aparatosa escalera de granito, que mira al este dirección a la iglesia de San Miguel. Para explicar todos los detalles de su construcción acudí al libro de los Castillos de Burgos de Javier Bernard quien explica estos puntos y describe la torre.


A partir del siglo XIV aparecen los Velasco vinculados al valle de Valdivielso donde está ubicada "la torre del señorío de Valdivielso, también conocida por torre de los Velasco". Es "Juan Fernández de Velasco quien crea un mayorazgo a favor de su hijo Pedro a principios del siglo XV, época en la que debió levantarse". La torre comenta Bernard, recuerda mucho a los dos torreones que conforman el alcázar de Medina de Pomar; de los personajes a los que alude imagino que Juan Fernández de Velasco era hijo de Pedro Fernández de Velasco camarero mayor de Enrique II, que mandó construir el castillo de Medina de Pomar y fundador del mayorazgo en 1380 que incluía "la villa de Medina de Pomar, con su alcázar y con sus aldeas y con sus términos..." que heredaría su hijo el aludido Juan Fernández de Velasco y de éste, a su vez, su hijo Pedro de Velasco, el futuro primer Duque de Haro, que sería quien edificó la torre.


La torre tiene una planta de 12 por 11 metros, 20 metros de altura y sus muros casi 2 metros de espesor. El edificio "antiguamente tenía 3 pisos interiores de considerable altura, accediendo al primero por puerta elevada a la que se llega mediante escaleras de piedra adosadas a sus muros por el exterior, que todavía subsiste aunque restaurada modernamente". A continuación comenta las reformas que el actual propietario ha practicado en ella, incrementando el número de pisos de 3 a 5 "mediante forjados y escaleras de hormigón, lo que ha obligado a sacar al exterior ventanas que nunca tuvo", aunque se ha seguido la traza de las originales, ajimezadas y de arco ojival; y se "ha abierto una nueva puerta de acceso a la torre en otra de sus caras a nivel de planta baja y colocándole encima un gran escudo heráldico que no es suyo y que corresponde al apellido Villamor", aunque, señala, "en otras partes quedan aún escudos de vero de los Velasco". La torre, concluye, está edificada de sillería en las esquinas y el resto de sillarejo.


La reforma e intervenciones llevadas a cabo por el actual propietario, de la familia Villamor que explica el escudo que se ha colocado sobre la nueva puerta de acceso, en mi opinión están muy bien lograda vista desde el exterior, consiguiendo que los cambios sean casi inapreciable a no ser por las asimetrías que comentaba antes de ventanas y saeteras y la diferencia del color de la piedra.


Añadir sobre el origen de estas torres en esta época, según Cobos y de Castro en su Castillos y Fortalezas, durante los siglos XIV y XV, es cuando las torres burgalesas alcanzan su mayor desarrollo evolucionando como lugares de residencia en el XV, aunque no llegan a perder su estructura de torre. Comentan el caso de la cercana torre de Loja en Quintana de Valdivelso construida entre los siglos XV y XVI por el hidalgo Juan Sánchez Saravia de Rueda, cuya familia estaba adscrita al linaje de los Velasco, que además de sus propios escudos en la torre incluyó el de los Velasco en señal de pleitesía; "se construían estas torres de nueva planta o se reformaban otras anteriores, por pequeñas familias hidalgas enriquecidas normalmente en el comercio de la lana. En no pocas ocasiones se buscaba intencionadamente la apariencia medieval de la torre, más para aparentar orígenes nobiliarios, habitualmente inexistentes, que para garantizar defensa alguna de bienes y propiedades".


Para esta entrada además del cartel informativo que hay junto a la iglesia de San Miguel, he consultado los siguientes libros:

Castillos de Burgos, Bernard Remón, Javier, Ed. Lancia, León, 1992
Castilla y León. Castillos y fortalezasCobos Guerra, F. y Castro Fernández, J.J. de, Ed. Edilesa, León, 1998.

Detalle de la torre en la que se aprecia las intervenciones recientes

Iglesia de San Miguel de Valdenoceda