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jueves, 12 de octubre de 2023

Iglesia de Almenara de Adaja


La visita a la iglesia de Almenara de Adaja fue la primera parada de una breve excursión que nos llevaría a conocer algunas iglesias mudéjares de la provincia de Valladolid. Nuestra primera parada era ésta de Almenara de Adaja para continuar hasta Alcazarén y, retornando sobre nuestros pasos, concluir en Olmedo. La fecha no era muy propicia porque algunas de las iglesias no pudimos ver su interior al abrirse los fines de semana y aún faltaban dos días para el inicio de la campaña turística de verano.

Ábside de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción desde el este.

Habíamos salido desde Mingorría (Ávila) por la N-403 dirección Valladolid hasta el cruce con la N-601 cerca de Martín Muñoz de las Posadas (Segovia). Siguiendo la nacional dirección Valladolid, unos ocho kilómetros antes de llegar a Olmedo, encontramos el desvío a la población señalizado con el acceso a la villa romana de Almenara-Puras, un rico yacimiento de época tardorromana, que nos recuerda la antigüedad de la ocupación del lugar. Apenas si encontramos vecinos, tan solo uno que nos informó del estado de la iglesia que estaba en proceso de restauración tras haber sufrido un incendio, y nos remitió a un empleado que hacía labores de limpieza en el pueblo por si éste tenía la llave. La llave, nos dijo, la tenía el alcalde que no reside en la población por lo que no pudimos visitar el interior.  

Ábside desde el noreste a la derecha la sacristía

Siguiendo la guía del románico de la Fundación Santa María la Real, la iglesia se eleva  en el extremo oriental del caserío sobre un alto; está construida con mampostería caliza y ladrillo; llama la atención su esbelta cabecera que se eleva sobre la reducida nave barroca. La cabecera pudo acoger o ser en origen, en el siglo X, una torre vigía "similar tal vez a las de Coca y Olmedo", y apunta la posibilidad de que desde ella los cristianos pudieron vigilar los movimientos de las tropas de Abderramán III cuando se dirigían a atacar Simancas (939) tal como sugiere el profesor Julio González como veremos más adelante.

Cuerpo superior recrecido a partir de la línea de canecillos para ubicar en el
el campanario

El edificio tiene ábside semicircular y el tramo recto del presbiterio, desde el exterior solo podemos ver el meridional, y una sola nave. En el lado meridional se levanta el pórtico y la casa parroquial; y en la septentrional la sacristía que ocupa la parte recta de ese lado y que, según la guía "pudo haber formado parte de otra nave aledaña hoy desaparecida". Del ábside la guía hace la siguiente descripción: "alzado sobre un gran zócalo achaflanado, ciñe muros de mampostería y está perforado por vanos de medio punto doblados en ladrillo hoy cegados"; en origen el ábside estaba rematado "por una cornisa de ladrillo formada por canes de tres piezas escalonadas que desaparecieron en época postmedieval cuando fue recrecido por un gran cuerpo que doblaba su altura original", la cornisa aún es visible, desde donde arranca el recrecimiento que a su vez está rematado por grandes merlones construidos para albergar las campanas, esta reforma hizo necesario reforzar "el exterior del arco triunfal mediante grandes contrafuertes escalonados".

Lado recto del presbiterio con cuatro arcos ciegos de medio punto. Se aprecia
el zócalo y en la  parte superior se observa una saetera. A la izquierda el
contrafuerte escalonado a la altura del arco triunfal

El tramo recto, el muro meridional exterior del presbiterio, cuenta con cuatro arcos ciegos de medio punto de ladrillo enmarcados por casetones rectangulares, según la guía originalmente éstos estaban revocados, algo típico del mudéjar toresano, datándose a mediados del siglo XIII. El cuerpo superior combina la mampostería y el ladrillo y en él se abre una saetera. 

Tramo curva del ábside se aprecian las tres vanos ciegos de ladrillo doblados
de medio punto, una línea de ladrillo entre los vanos y el zócalo, y en la parte
superior otra línea de ladrillo bajo la antigua cornisa también de ladrillo

El interior, como hemos comentado, no pudimos verlo aunque en la guía se detalla que "está completamente enlucido aunque pueden apreciarse en el hemiciclo del ábside la original disposición a media altura de arquillos de medio punto desdoblados y una imposta de nacela superior sobre la que se alza la bóveda de horno apuntada. El presbiterio posee dos cortos tramos cubiertos por bóvedas de cañón apuntado y arco fajón central. Los muros acogen arquillos dobles que carecen de lesena central, al estilo de la cabecera de la iglesia de Santiago en Megeces de Íscar".

Fachada Norte de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Como habíamos comentado, el profesor Julio González apunta la posibilidad de que en el siglo X  los cristianos pudieron observar desde la torre almenara, -torre vigía que mediante fuego o humo desde su azotea avisaba de movimientos del enemigo y en las costas de la llegada de piratas-, los movimientos de las tropas de Abderramán III cuando se dirigía a atacar Simancas en 939. Para este punto vamos a seguir a Vara Thorbeck que hace un pormenorizado y razonado recorrido de la expedición del ejército califal. El día 21 de julio de 939 las tropas de Abderramán III cruzaron por el Puerto de Tablada -se encuentra junto al Alto del León- la sierra de Guadarrama para adentrarse en territorio enemigo. El día 25 llegaron a la fortaleza de M.dma, lugar no identificado que según Chalmata puede ser la actual Olmedo, no obstante Vara cree que se corresponde con Coca. -La localización del lugar es importante porque dependiendo de una u otra población el trayecto varía sustancialmente, nosotros creemos que es más lógica la que propone Vara-. Permanecieron en el lugar dos días dirigiéndose después al castillo de Íscar que fue asolado; luego se dirigieron a Alcazarén donde arrasaron los cultivos y campos para terminar acampando a orillas del río Cega, quizá en la actual Mojados, donde cruzaron el río para dirigirse a Portillo donde llegaron el día 2 de agosto, concluyeron el trayecto en Simancas donde presentaron batalla a las tropas de Ramiro II de León el 6 de agosto. Siguiendo este itinerario es difícil que se pudiesen observar las tropas califales desde la torre toda vez que llegaron desde el Este; en esa dirección Coca dista 20 km y Alcazarén, algo más al Norte, unos 17 km. y hay que salvar los valles, del Eresma y del Cega y una línea de altos cercanos a los 800 m. de altitud. Almenara de Adaja se encuentra a una altitud de 776 metros.

En el centro de la imagen en el horizonte la torre de telegrafía óptica: Torre
Lutero a 865 m. de altitud al Este de Almenara de Adaja vista desde la iglesia 

Una vez concluida nuestra visita, siguiendo un camino rural llegamos a la carretera N-601 donde tomamos dirección a Olmedo para hacer nuestra siguiente parada en Alcazarén

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Hernando Garrido, J.L., Todo el románico de Valladolid, Fundación Santa María la Real, Aguilar de Campoo, 2014.
Vara Thorbeck, C., La batalla de Simancas, del Al jandaq , o Batalla del Foso, Universidad de Burgos, 2018 en http://hdl.handle.net/10259/6519

jueves, 9 de junio de 2016

Villa romana de Almenara-Puras

Mosaico de Pegaso y las ninfas en el Oecus o sala octogonal

Quizá uno de mis errores sobre el mundo romano, y para los que nos están como yo muy introducidos en la historia de esta época, es confundir las ciudades romanas con las villas romanas y no acabemos prestando la atención debida a estas construcciones civiles tan interesantes del mundo rural. No tienen de la monumentalidad de las ciudades, no tienen circos, anfiteatros, teatros, foros... o las grandes obras públicas como calzadas o acueductos. Uno de estos ejemplos es la villa romana de Almenara-Puras, en la provincia de Valladolid, en un vértice con las de Ávila y Segovia, junto a la carretera N-601, a la izquierda a unos 10 kilómetros, dirección Valladolid, antes de llegar a Olmedo, entre los pueblos de Almenara de Adaja y Puras.

Mosaico geométrico de una de las salas

La villa de Almerana-Puras está construida en la época turbulenta, entre los siglo II y IV de nuestra era, cuando los pueblos germánicas -suevos, vándalos, alanos y visigodos que posteriormente llegarían a la Península- presionaban y azotaban el oriente del Imperio y a la propia Roma, fechas en las que la Hispania romana, en el extremo occidental del Imperio, parecía vivir ajena. No obstante, el corte de suministros comenzaba a generar problemas de abastecimiento a las ciudades por lo que las clases sociales altas y más poderosas se trasladaron al medio rural. Aquí construirán o  ampliarán las villas ya existentes adecuándolas en su esplendor al poder de estos ricos propietarios. En este entorno hallarán el medio para casi autoabastecerse.

La villa que actualmente se visita está construida "en el siglo IV y habitada hasta el siglo V, tiene dos patios en torno a los cuales se articulan 30 estancias; de ellas prácticamente la mitad están pavimentadas con suelos de mosaico. Además existen termas a las que se accede por un pasillo que remata en una gran sala de planta trilobulada", sala trícola o triconque, estos es, una sala que dispone de tres espacios semicirculares y que suele identificarse como estancia sagrada.

Sala triconque o trícola

El mosaico más espectacular se encuentra en uno de los salones que tiene forma octogonal, el oecus, una "gran estancia posiblemente salón o biblioteca, muestra el mosaico más notable de los hallados en la villa. En el centro de un tapiz de peltas negras sobre fondo blanco, una escena mitológica en dos registros que se refiere a la vida del caballo alado Pegaso, hijo de Poseidón y la Gorgona. En el superior ante un esquemático monte Helicón, morada de las Musas, se muestra a la fuente Hipocrene surgida cuando el sobrenatural caballo golpeó el suelo con uno de sus cascos, como una joven recostada con un vaso del que mana agua, tocada con corona de algas y con un cetro de plantas acuáticas. En el inferior y más amplio, Pegaso (que aquí aparece sorprendentemente sin alas tal vez porque el dueño de la villa quiso que el modelo fuese su caballo favorito) es atendido por las ninfas". Recordar que Hispania fue famosa por sus caballos y que éstos eran fuente de riqueza, tanto para el trabajo, el ejército y sobre todo por las carreras de cuádrigas que representaban en ocasiones para los criadores una fabulosa fuente de ingresos.

Mosaico de Pegaso y las ninfas

El resto de estancias también tienen mosaicos de gran belleza que suelen representar motivos florales y geométricos, mientras que las paredes solían decorarse con pinturas de vivos colores que aún pueden verse. Destaca también la sala termal, con tres estancias, cada una para el baño en agua fría -frigidarium-, caliente y templada. Una de las piscinas está decorada con motivos geométricos y con representación de peces. La villa, cuya construcción es de unos 2000 m2, se abandonó definitivamente a mediados del siglo V sin que existan signos de violencia.

Mosaico de los peces

La visita, muy agradable, se inicia en una sala en la que se recorre el mundo romano y su historia: sociedad, guerra, conquistas, obras, etc. Tras esta presentación se visita la villa caminan sobre una plataforma sobre elevada que recorre las salas, con paneles explicativos frente a cada estancia. Estos paneles complementan las explicaciones de las personas que sirven de guía. Una vez terminado el recorrido por la villa, el visitante puede ver la recreación de una villa de la época en un edificio contiguo, lo que permite tener una visión general muy completa del conjunto. A todas luces es una visita muy recomendable.

Recreación de una de las salas de la villa romana

Para esta entrada he consultado, además de los paneles informativos de la villa y las explicaciones de las guías, la siguiente documentación:

Guía de lugares arqueológicos de Castilla y León, Del Val Recio, J. y Escribano Velasco, C., Ed. Junta de Castilla y León y Comunidad Europea, Salamanca, 2004.

Comedor
Paredes con restos de pinturas de decoración
Los campos de cultivo al oeste desde la entrada a la villa Almenara-Puras