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miércoles, 10 de junio de 2020

El castillo de Nogales


El castillo de Nogales se levanta sobre un promontorio desde el que se tiene contacto visual con el castillo de Feria, señorío al que se integró por compra de Gómez Suárez de Figueroa, primer señor de Feria. En 1448 se inicia una política de poblamiento de la zona "concediendo a los que fueran a vivir a la misma una serie de beneficios económicos, iniciándose la construcción del castillo diez años después" (Terrón), según se puede leer en una lápida sobre la puerta principal de la torre "Esta fortaleza mando fazer el noble cavallero Lorenço Suarez de Figueroa (...) fijo del Magnifico señor Gomes Suares de Figueroa ... de mill e cuatrocientos e cincuenta e ocho años (...)" (Cooper) junto a los escudos de Lorenzo Suárez de Figueroa y su mujer María Manuel; esta placa nos recuerda el propósito de la construcción: "mandola fazer aqui por la salud del pueblo e defensa de su tierra e los moradores della". El señor de Feria morirá tres años después (1461) sin ver concluida la obra. Al fallecimiento de éste su heredero, según se lee en una segunda placa, "lo mando acabar el noble caballero Gomez Suarez de Figuero su fijo acabose año del Señor MCCCCLXIIII" junto a los escudos del II conde Feria y a su mujer Constanza Osorio y Rojas.(Cooper); aunque Terrón señala la fecha de conclusión del castillo en 1483 edificándose sobre los restos de una construcción anterior.


La estructura del castillo es "un cuadrado con sus cuatro cubos en los ángulos y una gran torre cuadrada en el centro" (Terrón), tuvo un foso y un muro perimetral que lo rodeaba, aunque ninguno de éstos se conserva. Añade Cooper que a la defensa natural del enclave, conserva una variedad de troneras y "el ábside de la iglesia de S. Cristóbal cubriendo el acceso por la parte del este". Para Cooper la fortaleza la constituye una torre del homenaje dentro de un recinto rectangular. Está construido en mampostería y tiene reforzada con sillería los ángulos de la torre, apareciendo el ladrillo en algunas ventanas como complemento decorativo. La muralla está almenada y decorada con doble fila de ladrillos con canecillos; en ella se abren saeteras y cañoneras. El acceso al recinto se hace por una arquería apuntada como portada, rodeada de una imposta a la que se superpone un alfiz con el escudo de armas (Terrón). El acceso al interior de los cubos esquineros se hacía a través de portillos practicados en las bóvedas de ladrillo que cubren las cámaras (Cooper).


La torre se dividía en tres pisos (Terrón) y muestra vanos en todas sus caras, está rematada con almenas -algunas de ellas restauradas, cuando Terrón hace su descripción (1992) sólo se ven 6, así como del matacán que vemos en la imagen en la cara SO sólo existían restos-, y con la misma línea de canecillos que aparecen en la muralla. La distribución de la torre, atendiendo a Cooper es similar a la de Feria, con división en cada planta en dos cámaras y bóveda de cañón, conteniendo en Nogales en una de las cámara la escalera además de un forjado intermedio de madera que daba lugar en total seis pisos. Concluye Cooper que existe un aljibe situado fuera del recinto del castillo "delante de la puerta" y de la existencia de un hueco vertical que podía haber conectado con el sistema subterráneo del aljibe. Por su parte Terrón destaca la sobriedad del conjunto "de rasgos muy regulares y acentuado carácter militar".

Escudos sobre la puerta de acceso al recinto de Gómez Suárez de Figueroa y Constanza Osorio y Rojas

La visita al castillo fue a finales de 2004, fecha en la que realicé las fotografías que ilustran esta entrada por lo que es posible que se haya efectuado alguna modificación desde entonces. Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Castillos de BadajozTerrón Reynolds, Mª Teresa, Ediciones Lancia, 1992.
Castillos Señoriales de la Corona de CastillaCooper, Edward, Junta de Castilla y León, 1991.

Puerta de acceso al recinto

jueves, 28 de mayo de 2020

El castillo de Villagarcía de la Torre


Villagarcía de la Torre se encuentra en la carretera, prácticamente recta, que une Zafra con Llerena , entre ésta última y Usagre en la N-432. Llegamos a media la tarde de un día de calor sofocante, debía ser la hora de la siesta y tan sólo encontré una persona a quien preguntar por el castillo. Éste se encuentra en el extremo contrario de la carretera en una zona no muy elevada al norte del pueblo, su acceso es fácil y libre. Según mi guía de Terrón Reynolds el castillo se construyó a finales del XV y principios del XVI -imagino que se refería a la torre del homenaje-; y cita a Mélida quien data el conjunto de finales del XIII o principios del XIV.

Torre del homenaje en la fachada Este

La obra, según el escudo que campea en la torre del homenaje, se debe a Luis Cristóbal Ponce de León, cuando ya no existía el peligro musulmán en la zona, lo que explica su ubicación (Terrón Reynolds) y, según testimonia el administrador-corregidor que administraba las tierras y vivía en el castillo, la fortaleza "es de mucha consistencia y antigüedad a excepción de la Torre del Homenaje que se hizo en 1540 por los señores don Pedro Ponce y doña Leonor de Figueroa, su mujer según explican sus escudos y epitafios. Al pie de este fuerte están esculpidas en mármol las armas de los nobles vecinos de esta villa" (Maldonado). Aquí debe haber un problema de fechas puesto que Luis Cristóbal Ponce de León (1527-1573) VII Señor de Villagarcía, bien pudo hacer la torre del homenaje (1540), sin embargo Pedro Ponce de León (1442-1494) y Leonor Suárez de Figueroa fueron IV Señores de Villagarcía y vivieron un siglo antes.

Torre del homenaje y restos de la fachada Sur

La historia de Villagarcía la iniciamos tras la donación que hace de Reina (1246) Fernando III a la Orden de Santiago en la que se incluida junto a otras poblaciones Villagarcía. Esta donación sufriría una particularidad que marcará su historia cuando Alfonso X el Sabio, entre 1263-1270, "tomó la decisión de sacar de la jurisdicción de la Orden ciertas tierras de Villagarcía y su entorno, cediéndolas como heredades a Godino Godínez y sus sucesores, quedando el resto de su actual término bajo el dominio solariego y jurisdiccional de la Orden de Santiago". La villa quedaba así bajo dos jurisdicciones, la de realengo en heredad de Godino Godínez y sucesores, y la santiaguista con el resto del término. Alfonso X había hecho esta cesión al noble portugués Godino Godínez de Coimbra, "en tardio agradecimiento por los servicios prestados a sus antecesores", a Alfonso IX, a quien acompañó en la conquista de Badajoz (1230) y Fernando III el Santo. Esta partición no debió generar muchas tensiones toda vez que en 1324, Elvira García, heredera de los Godínez y el Maestre de Santiago establecen una concordia en el que se reparten la villa y sus términos, hasta que en 1380 durante el Capítulo General de la Orden ésta vende su parte al rey Juan I quien a continuación lo cede en Señorío a García Fernández, "como premio a la lealtad mostrada hacia él y hacia su padre Enrique II" (Gutiérrez Núñez) -este García Fernández era comendador de la Orden de Santiago en la provincia de Castilla-; y quedará en poder del Señorío de Villagarcía hasta integrarse a finales del XVIII en la casa Arcos-Osuna "como fruto de capitulaciones matrimoniales" (Maldonado).

Lienzo fachada Sur con torre cilíndrica y torre cuadrada

El 20 de agosto de 1382, el rey Juan I concede a García Fernández, I Señor de Villagarcía, permiso para "... hacer e labrar la su casa fuerte y faserla alcaçar e ponerle potril e almanas. caba e barrera"(Gutiérrez Núñez), siendo ésta la base del núcleo defensivo de posteriores ampliaciones. Los III Señores de Villagarcía, Teresa de Guzmán, casada en segundas nupcias con Luis Ponce de León, "realizaron bastantes transformaciones en la fortaleza a lo largo de la década de 1440, hasta darle una configuración defensiva básica para la supervivencia del señorío, inmerso en pleno territorio de encomiendas santiaguistas" (Gutiérrez). Los Ponce de León mantenía fuerte rivalidad con los Guzmanes (Condes de Niebla y Duques de Medina Sidonia). Sobre esta rivalidad Luis Ponce de León, -comenta Gutiérrez-, quedó en el recuerdo "como un "hombre cruel" que no dudó en actuar de forma violenta con cabalgadas y correrías para consolidar su señorío a costa incluso de perjudicar a los pueblos vecinos". A éste le sucedió tanto en el señorío como en el carácter, su hijo Pedro, tan violento como su padre y manteniendo la dura pugna con los Guzmanes en Llerena: "Entrar en Llerena y Usagre a sangre y fuego, atropellando la jurisdicción santiaguista, tal como hicieron padre e hijo (Luis y Pedro), muestra la gravedad de los choques jurisdiccionales que tuvieron que repetirse a lo largo del siglo XV", en este contexto sin duda "tuvo que tener gran importancia la fortaleza garceña"; de no haber contado con ella "posiblemente no se hubieran atrevido tan abiertamente a un uso tan continuado de la violencia con sus vecinos colindantes". Las fortalezas habían dejado de ser bastiones defensivos en el siglo XV, sin la amenaza musulmana, para convertirse a partir de entonces en lugar de refugio desde donde hostigar "tierras y caminos vecinos, perjudicando negativamente la vida cotidiana y sus actividades económicas".

Torre de la esquina Sur-Oeste y las tres torres de la fachada Oeste

Los Duques de Arcos, afincados en Marchena (Sevilla), acabaron trasladándose a Madrid, aunque habían creado toda una estructura administrativa que mantenía controlados sus señoríos, "era vital tener Corregidores eficaces que actuaran como verdaderos "hombres fuertes", dispuestos a vigilar y defender  el cumplimiento de los derechos, privilegios y regalías de los Ponce de León". El de Villagarcía, como hemos visto antes, "vivía en el castillo por merced que le concedía el Duque, al no tener ya ninguna función militar" (Gutiérrez Núñez).

Tres torres circulares de la fachada Oeste y torre cuadrada del Norte-Oeste

Sobre la fortaleza, hemos visto que a finales del XIV Juan I concede permiso a Garcia Fernandez para construir su casa fuerte y dotarla de almenas, cava y barrera. El edificio fue ampliándose en sucesivas reformas, como las que llevó a cabo Luis Ponce de León en la década de 1440 y la construcción de la torre del homenaje en 1540. Terrón Reynolds, describe la fortaleza que estaba rodeada en un primer recinto de escasa altura y perdido en algunos tramos, "más parece muro de contención del terraplén que muralla" (Mélida), según este último en el lienzo N del primer recinto hubo una torre circular -de la que no quedan restos-. Ambos autores destacan la recia construcción y la impresión que causa la altura de las torres y lienzos del segundo recinto; éste tiene forma rectangular con torreones semicirculares. Mélida nos da unas medidas de 29,70 m. de largo de E a O; y de 21,70 m. de ancho de N a S. con torres cuadradas en los ángulos; las dos del N tienen un saliente de 5.70 m. por 7 m. de frente teniendo dimensiones semejantes las del S. Entre las torres cuadradas se levantan otras cilíndricas en los lienzos; la del N tiene un diámetro de 3,10 m. y otras tres al O, otra al S y dos desiguales al E -de la que sólo queda una-. Todo el conjunto protege el núcleo principal del edificio conformado por una torre del homenaje de robusta construcción con planta rectangular que se eleva notablemente sobre el resto del edificio; tiene unas medidas de 20 m. x 14,30 m. "evidente adición (¿del siglo XV?) a la obra primitiva que debe datarse del siglo XIV, sino del XIII" (Mélida). La torre del homenaje tiene vamos en tres de sus lados, en su interior "se ven los mechinales de entramado de tres pisos y restos de las escaleras adosadas a las cortinas para subir al adarve". Sus muros tienen un espesor de 2.75 m. Según Mélida la entrada al recinto debió estar en el lienzo S, cuyo lado es el que más se ha perdido  En el interior del segundo recinto (Terrón Reynolds) junto al torreón principal se ven un pozo circular y un estanque.

Torre del homenaje y fachada Norte

En la actualidad el patio de armas se ha convertido en un auditorio y el lienzo O, en su interior, en escenario en el que son visibles obras de consolidación. El castillo bien vale una visita así como un paseo por el pueblo en el que se pueden ver casas d sobria arquitectura.

Escudo de los Ponce de León en la cara Oeste de la torre del homenaje

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Castillos de BadajozTerrón Reynolds, Mª Teresa, Ediciones Lancia, 1992.
Catálogo monumental de Badajoz, Mélida y Alinari, José Ramón, CSIC, Biblioteca virtual y Catálogos, 1926-1927
El Señorío de Villagarcía de la Torre en época medieval, Maldonado Fernández, Manuel, XII Jornada de Historia de Fuente de Cantos. 2012.
Señores de Villagarcía de la Torre (siglos XIII-XIX), Gutiérrez Núñez, Francisco Javier, XIII Jornadas de Historia de Llerena, 2012.

El castillo de Villagarcia de la Torre. Fotografía de José Ramón Mélida.
 Torre del homenaje y lienzo Sur desde el interior
 Lienzo Sur y acceso a la torre cuadrada desde el interior
  Lienzo Oeste desde el interior
 Lienzo Este y acceso a la torre cuadrada desde el interior

martes, 14 de abril de 2020

Castillo de Fregenal de la Sierra


Llegamos a Fregenal de la Sierra desde Zafra por la EX-101. Llevaba la guía de Castillos de Badajoz de Terrón Reynolds a la que me referiré más adelante. Una vez en la villa el castillo lo encontramos en la plaza de la Constitución totalmente integrado en la población. Aunque la puerta de acceso está bajo una potente torre, la entrada se hace por la plaza a través de la Oficina de Turismo. Para iniciar el recorrido transcribiré el texto de la placa que hay en el castillo que nos introduce brevemente en su historia:

"Castillo templario. Las fechas de construcción del castillo y del origen de la ciudad no se conocen con exactitud aunque la más probable es que la población sea posterior a la reconquista.
Es mencionada por primera vez en 1283 cuando el rey Alfonso X concede legalmente Fregenal a la Orden del Temple, que ocupó el castillo hasta 1308. Al año siguiente Fregenal es concedido a Gonzalo Sánchez de Troncones (en agradecimiento a los servicios prestados al rey durante el asedio a Algeciras) que lo mantiene en su poder hasta su muerte, pasando a partir de entonces al Concejo de Sevilla.
En el siglo XVI el castillo sufre un proceso de abandono como consecuencia de un período  de estabilidad política. Siglos después los diferentes conflictos bélicos provocaron nuevas obras de fortificación. Por ejemplo, gran parte del almenado actual se fecha durante la Guerra de la Independencia contra las tropas francesas.
Dentro de la fortaleza se encuentra la Plaza de Toros y la Plaza de Abastos y adosada a la misma la Iglesia de Santa María y la Casa Parroquial".


La fortaleza, siguiendo a Terrón Reynolds, tiene planta poligonal semejante a un trapezoide. Está construida en mampostería y tiene reforzadas las esquinas en sillería. Tiene siete torres, seis cuadradas y una pentagonal; está coronadas por almenas y bajo éstas aspilleras. El castillo tiene adosada la iglesia de Santa María como un anejo que aprovecha una de las torres para instalar el campanario a la vez que defendía el templo; conserva, en el muro donde se ubica la iglesia, los restos de un aljibe. La puerta de acceso es de arco apuntado defendido por un matacán, entre éste y el arco hay una losa "con el uso templario, una cruz con brazos iguales sobre media luna". El castillo data del siglo XIII la mayor parte de la construcción actual.

Puerta de acceso al castillo

La descripción que del conjunto hace E. Cooper es más pormenorizada y la desarrolla según analiza la estructura con otras construcciones templarias. El castillo en su origen estaba protegido por el arroyo de San Lorenzo al este, y posiblemente el resto del recinto tuvo un foso hoy cegado. Llama la atención lo inusual de la altura de los muros que recuerdan a los de Montalbán, quizá se deba a que estaba pensada para albergar a toda la población en su interior, y lo poco desgastadas que están las ranuras del rastrillo, lo que puede indicar que éste dejó de usarse en época temprana. El torreón de entrada es de los más impresionantes, nos recuerda, en él ésta la lápida del uso templario "que parece orignal". Añadir que en los muros y bóveda en esta planta de acceso hay varias marcas de cantero. En todo el recinto sólo existe una única sala o dependencia y es ésta que ocupa por completo la primera planta de la torre. A ella se accede desde el adarve, tiene un sistema de doble puerta de entrada y una simple de salida, por lo que debía ejercer el control del tránsito del camino de ronda. La bóveda de la sala esta construida a sardinel y posee tres arcos que nacen directamente de los muro sin capiteles, arcos, asegura, construidos en fecha temprana. De la torre parte una escalera de caracol que lleva hasta la azotea. La mayoría de las características de la sala, concluye, constatan su origen templario.
Matacán sobre la puerta de acceso

Siguiendo el adarve, en el otro extremo, se encuentra la torre pentagonal, con "ajimez de estilo gótico puro (que) era evidentemente una cárcel"; construida con bóveda de cañón presenta saeteras, y su fecha su construcción, por varios elementos que se aprecian no es "anterior a principios del XIV", aunque tampoco son concluyentes para suponer que no fuese construido por los templarios. Por último, para complicar un poco su interpretación, cita una provisión de 4 de noviembre de 1293 en la que el castillo aparece en la lista de fortalezas facilitada por un cronista sevillano "quien, sin ninguna base documental añade a la lista de castillos autorizados (...) a Fregenal cuya construcción dice específicamente que fue emprendida en ese año". De la lista de castillos que relaciona el de Fregenal era el único templario y por aquellas fechas no pertenecía a alfoz de Sevilla, por lo que se entiende que el escribano supiera o se refiriera a "que se habían realizado obras importantes en el castillo".

Ranuras del rastrillo y bóveda planta inferior de la torre del homenaje.

La historia del castillo, siguiendo a Terrón Reynolds, se inicia cuando la villa es donada a Sevilla por el rey Alfonso X en 1253 y en 1283, como nos indica la placa que citamos al principio, pasa a poder de la Orden del Temple. A esta orden pertenecerá hasta 1309 con su disolución para retornar al concejo de Sevilla "hasta que en el siglo XVI fue redimida por la corona en agradecimiento a los servicios que le había prestado". Según Cooper, en el extenso capítulo que dedica a los templarios en su libro, apunta la posibilidad de que Fregenal, pudo haber entrado en posesión templaria desde 1248 tras su conquista por Alfonso IX de León , punto que se puede deducir del documento de devolución de 1283. Sin embargo Clemente Ramos y De la Montaña Conchiña ponen en duda este extremo toda vez que "la política de Alfonso IX, (era) claramente antitemplaria y proalcantarina en la Transierra extremeña". En 1309 la villa es traspasada a Gonzalo Sánchez de Troncones quien la poseerá hasta su muerte en 1312, fecha en la que el rey Fernando IV la incorpora de nuevo a Sevilla "pues Fregenal había sido ocupado ilegalmente por los templarios, habiendo sido antes dada a Sevilla por Alfonso X".

Entrada desde el adarve a la sala del primer piso de la torre del homenaje

Las cuestiones políticas, sucesorias y económicas explican las razones de las que Alfonso X confiscó las posesiones templarias. Fregenal bajo control del Temple generaba gran riqueza al estar integrada en una extensa jurisdicción que giraba en torno a los movimientos de ganado. Tras la conquista de la Andalucía Bética, señalan Clemente Ramos y De la Montaña Conchiña, la conquista del resto de Andalucía se frena, lo que provoca en líneas generales una aristocratización de las órdenes militares, equiparándose y rivalizando con la nobleza, y comienzan a participar en las luchas entre ésta y el rey, esto es, entre Alfonso X y su hijo Sancho por la sucesión al trono tras la muerte de Fernando de la Cerda, primogénito y sucesor. Aunque el gran maestre de la orden apoya a Alfonso, las encomiendas castellano-leonesas y su comendador apoyarán mayoritariamente a Sancho. Como hemos visto en marzo de 1283 el rey Sabio restituirá los bienes haciendo donación de Jerez de Badajoz y Fregenal a Juan Fernández "teniente logar del maestre mayor en las cosas que la cavlheria del Temple ha en Castilla e em Leom e em  Portugal"; como agradecimiento toda vez que “Gomes Garcia que se lhamava comendador tenente logar del maestre en las cosas que el Temple avia en Castilha e em Leon con los freires dessa Orden de los regnos sobredichos fueron em mio disservicio com Dom Sancho, alvoroçando los regnos contra mi”, esto confirma la actitud de Sancho que hará lo propio en sentido contrario concediendo "en 1284 'a don Frey Gómez Barcia, comendador del Temple, la meatad del serviçio e de la fonsadera de los sus vasallos'". Por tanto, cabe pensar, que las incautaciones que hace Alfonso X son a las encomiendas templarias castellano-leonesas, y la restauración de las mismas las hace a los templarios portugueses, -Juan Fernández era de origen portugués y el temple portugués fue fiel tanto a Alfonso X como a los Infantes de la Cerda sin reconocer legitimidad a Sancho IV.

Interior de la sala del primer piso de la torre del homenaje

A la disputa sucesoria hay que añadir, según Cooper, el componente económico ligado sobre todo a la ganadería y al plan expansionista de los templarios. Asentados en Jerez-Badajoz procederán a una fase de expansión: desde "las fortificaciones de Alconchel, Burguillos y Ventoso trataron de ampliar sus dominios procediendo a la fortificación de Fregenal", según un acuerdo al que habían llegado con la portuguesa Orden de Avis en 1259. Esto provocó un conflicto de intereses con el concejo de Badajoz apoyado y promovido por Alfonso X. Hay que señalar por último que la desaparición del Temple no tuvo nada que ver con su actividad en la península pues siguió las mismas pautas políticas y económicas que el resto de órdenes militares, sino que debe inscribirse únicamente dentro de la política francesa.

Torre pentagonal y lienzo de la zona este

La fortaleza contaba con muralla que fue derruida en el siglo XVIII. Durante este mismo siglo se construye el campanario que remata la torre del homenaje, y más concretamente en 1783 el patio de armas se transforma en coso taurino.

Tras visitar el resto de la población, señalar que Fregenal de la Sierra cuenta con un rico patrimonio cultural, partimos hacia nuestro próximo destino, Segura de León donde ya nos advirtieron sobre la dificultad de poder visitar su fortaleza.

Torre pentagonal con ajimez gótico. En su interior se ubicaba la cárcel 

Castillos de BadajozTerrón Reynolds, Mª Teresa, Ediciones Lancia, 1992.
La fortificación de España en los siglos XIII y XIVCooper, Edward, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
Las Órdenes Militares en el marco de la expansión cristiana de los siglos XII-XIII en Castilla y León. La Orden del Temple en Extremadura. Clemente Ramos, Julián y De la Montaña Conchiña, Juan Luis. http://journals.openedition.org/e-spania/312
CastillosNet, entrada Castillo de Fregenal de la Sierra.


Saetera en el interior de la torre pentagonal

Marca de cantero en uno de los sillares del interior de la puerta de acceso.

Bloc de Nota: Seis marcas de cantero que pude distinguir en la puerta de acceso. 
Escudo templario en la fachada y el reverso de una meaja de Sancho IV en la 
que aprecia la similitud de las cruces y los soles como apunta Cooper en su artículo.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Alconétar: Castillo de Rochafrida o Torre Floripes


Desde Cáceres, tomando la carretera N-630 dirección norte, a unos 30 kilómetros, nada más cruzar el puente sobre el río Almonte, en el km 523 frente a la Estación/Apeadero Río Tajo de tren, podemos ver a nuestra derecha la Torre Floripes emerger entre las aguas del Embalse José María Oriol/Alcántara II, que inunda la zona desde su construcción en 1969. En la actualidad la torre se encuentra inundada. El lugar "fue un importante enclave estratégico desde el período megalítico", -nos recuerda Pilar Mogollón- tanto por los restos megalíticos hoy sumergidos, como por el puente romano de Alconetar y su castillo, "lugar por donde pasaba la vía romana de la Plata". Son los árabes lo de nominan Al-Conetar, que significa "los puentes" puesto, como veremos, son dos los puentes los que se utilizaban para cruzar el río Tajo. De todo este conjunto tan sólo se ha salvado el puente romano de Mantible, trasladado a la cabecera del embalse en el mismo término municipal de Garrovillas de Alconétar, en la EX-371 a 1 km del cruce de la N-630, al que se puede acceder a pie.

Con "La decisión de fundar Mérida (Emérita Augusta) y hacerla capital de la Lusitania, el vado del Tajo cobra una importancia trascendental. Se construye una calzada hacia el norte que forma parte del itinerario XXIV", (Norberto Díaz) es la que hoy conocemos como Vía de la Plata. Para salvar el vado los romanos construyen dos puentes, el primero, el puente de Garro, cruzará el río Almonte por la izquierda; tras bordear un cerro se edificará el segundo puente, el de Mantible o Alconétar sobre el Tajo, -precisa Díaz que la construcción de dos puentes, en vez de uno solo a unos metros más abajo de la desembocadura del Almonte, se puede deber a razones estratégicas: desde el cerro que se bordeaba entre ambos puentes se dominaban mejor éstos. Siguiendo el relato Díaz, que sólo nos informa sobre los puentes, tras los romanos el puente lo gestionaron los visigodos y tras éstos los musulmanes que construirán una fortificación en el cerro, y tras la conquista cristiana del lugar, se construiría de la Torre Floripes.

Puente de Alconétar o Mantible en su ubicación actual
"Aunque fue un importante punto estratégico-militar durante la reconquista, la construcción que hoy emerge de las aguas es obra tardía, de finales del siglo XV" -cita P. Mogollón- Probablemente éste se construyese sobre uno anterior inmediatamente después de la reconquista y, aunque el lugar se encontraba deshabitado, seguía siendo un paso importante sobre todo para el control ganadero de la Mesta. Nos describe una torre de planta pentagonal construida en sillares de granito "cuenta con una puerta elevada por lo que debería tener puente levadizo"; rematada por canecillos que sustentaban el almenaje, la presencia de garitas datan su construcción en el siglo XV.

Imagen en la que se aprecian los restos del puente sobre el río Tajo y los
restos del castillo entre la confluencia del Tajo y el Almonte y el meandro 
del arroyo Cagancha. Junto a éste se distinguen en el talud dos torres en
la esquina de la derecha proyectando sombras, la superior a medio lienzo 
es una torre albarrana y la de abajo la Torre Floripes.
 Imagen del IGN. Fototeca: 1956-1957 Vuelo Americano Serie B
E. Cooper destaca la construcción en el castrum de Rochafrida, en las marisma que forman la confluencia del Tajo y el Almonte, para proteger el puente romano que unía la ruta de Coría con Cáceres y Trujillo. El emplazamiento comenta- se refuerza aprovechando unos arroyos naturales y con la construcción de un foso en el lado Este, formando un recinto rectangular en el que se aprecian tres torres albarranas "y otras defensas ya derruidas. Junto al Tajo, hay una zona elevada, como de reducto principal". Todo ello parece ser de época musulmana o de principios de la Reconquista, destacando en la esquina Nordeste la llamada Torre Floripes. A pesar de la importancia del castillo de Rochafrida, "la única investigación arqueológica de la zona se llevó a cabo en la otra orilla del Tajo, con la inadecuada explicación de que se iban a encontrar allí los restos de la villa romana de Túrmulus".

En Lista Roja del Patrimonio se propone también que el origen del castillo es una fortaleza de origen romano "la construcción es gótica , aunque procede de una probable turris del Turmuls romano", los musulmanes reutilizaron las piedras del poblado romano para levantar un gran castillo que será nuevamente reconstruido por los cristianos tras la reconquista. Su fin era proteger tanto el territorio como el puente. "Los cimientos de la torre pentagonal -concluye- están formados por sillares romanos", recuerda también que el acceso se hacía por una puerta a cinco metros del suelo por lo que sería precisa "una escalera de mano".

Torre Floripes. Fotografía de Jorge Morante Ovilo
Respecto a su historia, las fechas difieren de unos autores a otros. Partiendo de la que nos relata Lista Roja del Patrimonio, el gran castillo edificado por los musulmanes fue conquistado por Fernando II de León, en 1162 para cederlo a la Orden del Temple, . Los templarios mantuvieron el control del puente durante 17 años (N. Díaz) para volver a manos musulmanas al ser conquistado por Abu Yakub en 1184. Alfonso IX de León lo reconquistará definitivamente en 1225. El rey leonés cederá el territorio a la Orden del Temple por la ayuda recibida durante la reconquista convirtiéndose en cabeza de encomienda. Los templarios se mantendrán en el lugar hasta la segunda mitad del siglo XIII cuando cedieron a las presiones de otras órdenes militares, sobre todo "con la vecina Alcántara, con el obispado de Coria y con la villa de Cáceres" que acabaron propiciando que los templarios abandonaran Alconétar en 1258.  Según N. Díaz, hay constancia de la presencia templaria en 1257 por las quejas de éstos al rey Alfonso X por los continuos ataques de los caballeros de Alcántara "ocasionando muertes y graves daños". Si atendemos a Lista Roja en 1258, tras las continuas disputas entre las órdenes de Alcántara y Santiago por el control del puente -éste proporcionaba suculentos ingresos-, pasa a control real en la persona de Alfonso X quien lo cederá ahora en señorío a su hijo el infante Fernando de la Cerda en 1268; y en 1292, por último, N. Díaz apunta que el rey Sancho IV confirmará la posesión a la Orden del Temple quienes la mantuvieron hasta 1312, año en que la orden fue disuelta, y destaca la labor de mantenimiento y reparaciones que éstos llevaron a cabo en el puente.

Juan II, en 1434, hará donación de Garrovillas y AlconétarEnrique de Guzmán, II conde de Niebla. Ambas poblaciones y el castillo pasarán a los condes de Alba de Aliste por el matrimonio de la hija de Enrique Guzmán, doña María de Guzmán "con Enrique Enríquez, conde de Alba de Liste e hijo del almirante de Castilla don Alfonso Enríquez". En este punto E. Cooper, señala que la cesión de Alconétar a doña María de Guzmán la hace el II duque de Medina Sidonia a su hermana la condesa de Alba de Liste en 1468 -aquí debe haber un error puesto que el hermano de María era el I duque y es  quien muere ese año-. Añade que la donación tenía como fin disuadir a ésta de cualquier pretensión sobre el ducado de Medina Sidonia puesto que Enrique Guzmán era hijo bastardo del I duque. "La condesa -recuerda- tenía la linde de Garrovillas desde 1442, por la misma razón". Es a partir de entonces cuando el puente y el castillo se van arruinando de manera progresiva hasta su inundación en 1969.

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Castillo de Alconétar o Rocafrida, Lista Roja de Patrimonio, listarojapatrimonio.org
Castillos de CáceresMogollón Cano-Cortés, Pilar, Ed. Lancia (León 1992)
Castillos Señoriales en la Corona de CastillaCooperEdward, Salamanca, 1991
Los puentes del vado de Alconétar. La ingeniería romana en sos obras públicas, Díaz, Norberto, Rev. Seminario Estudios Cacereños, nº 82, 2015
Las 2 fotografías de la Torre Floripes son de Jorge Morante Ovilo,

martes, 12 de noviembre de 2019

Castillo de Montemolín


La excursión a Montemolín (Badajoz), fue reconfortante, aunque árduo llegar al castillo con poco más de 40º de temperatura,. Salimos de La Puebla de Sancho Pérez por la A-44, dirección Sevilla; en el km. 715 tomamos la BA-094 que tras 6 km. nos lleva hasta Montemolín. El castillo se encuentra en un cerro dominando el pueblo. Al único vecino que encontramos nos aseguró que el castillo estaba cerrado y aconsejó que pidiéramos la llave, que en ese momento, estaba en un bar. El  acceso se hace a pie, muy fácil, por un camino que asciende suave rodeando la fortaleza.

Lienzo Sur donde se encuentra la puerta de acceso
La posición del castillo era estratégica al norte de Sierra Morena entre el río Viar a su derecha, la otra vertiente del río vigila el castillo de Reina,  y al oeste controla el paso entre Extremadura y Andalucía. Según la cartela informativa que hay junto a la iglesia de SantiagoNuestra Sra. de la Granada, "La presencia islámica en Montemolín está atestiguada desde el siglo IX, periodo en el que se existió un poblado en el cerro del castillo. A lo largo de las primeras Taifas se eleva la primera construcción militar de Montemolín claramente relacionada con el conflicto entre los reinos Aftasí de Badajoz y Abbadí de Sevilla" alcanzando gran protagonismo posteriormente "durante el período de dominio almohade, momento en el que sufre profundas remodelaciones".

Lienzo oeste
Su construcción, según nos describe Mª Teresa Terrón, "después reutilizada por lo pobladores romanos, es en su mayor parte de origen almohade" La fecha de su conquista por los cristianos es incierta, según Terrón ésta se produce en 1246. aunque otros autores, como M. López Fernández, la fecha el día 8 de agosto de 1247 cuando es tomada por la Orden de Santiago que la cede al rey Fernando III quien a su vez por permuta, pasara de nuevo a la Orden en 1248. Pasó Montemolín a ser "cabeza de donación y capitalidad de las Cinco Villas del Maestrazgo de Santiago en su provincia de León" destaca H. Mota quien añade que "la encomienda de Montemolín tenía su Comendador mayor, el cual para su refugio y defensa, y muy probablemente para su vivienda, tenía la fortaleza de la villa". Respecto a las Cinco Villas eran las formadas -señala Terrón- junto a Montemolín con "Fuente de Cantos, Calzadilla, Medina de las Torres y Monesterio la comunidad llamada 'Cinco villas hermanas' para el aprovechamiento común de terrenos". E. Cooper por su parte señala la importancia de Montemolín que históricamente "era uno de los lugares (entre seis o siete) para la reunión bianual del concejo de la Mesta". Siguiendo a Terrón, en 1573, junto a las otras cuatro villas hermanas pasa a poder de la Corona para ser empeñada al Consejo de Sevilla y ser vendida "a particulares hasta que, en 1770 vuelve a ser comprada por la corona, pasando en 1845 a la administración nacional". Un relato pormenorizado de esta relación la hacen tanto la cartela informativa como Horacio Mota en El Castillo de Montemolín.

Puerta de acceso desde la antepuerta
La descripción que del castillo hace J. R. Mélida y que H. Mota recoge en 1958, aunque en la actualidad podemos comprobar que está reformado recientemente en muchas zonas: "La fábrica es de tapial con torres octogonales en la parte árabe que es casi toda"; sus dimensiones son de 115 metros de largo y 50 de ancho; la planta es irregular adaptándose al terreno y tienen gran similitud con el castillo de Reina.  "La puerta está en uno de los lados menores o extremo al S" protegida por un primer recinto en línea oblicua que obliga a subir volviendo a la derecha, "está defendida por dos grandes torres de mucha salida y achaflanadas u ochavadas entre las cuales se perfila la entrada en arco de ladrillo y un espesor de 3.10 m. Las cortinas que cierran en la línea de la puerta, arrancando de las dos dichas torres, mueren en otras dos torres octógonas, de ángulo, de las que arrancan las cortinas laterales en ángulo recto, la que mira a oriente, y obtuso la del poniente, cuya línea es la más quebrada. Tres torres más a cada lado, desiguales, completan la defensa. Al extremo NO cierra y domina el recinto una sólida y hermosa torre debida a los conquistadores. No lejos, dentro del recinto, hacia el E., hay un aljibe, y en la misma línea, hacia el S, hay una torre y restos de una cámara obovedada".

Baluarte desde el exterior
Según Mélida lo más importante son dos torres y la puerta de acceso que conserva bastante de su primitivo carácter, "se halla al S-SO y se compone de un arco de ladrillo entre dos torres de mucha salida y de perfil octógono en su planta. De las torres, una, de piedra y mayor que las otras de tapial cuadradas que las de la puerta, y es casi cuadrada, de 8.50 m en su eje mayor. La otra torre, más importante y artística que ninguna, es propiamente un baluarte que sobresale de la fortaleza por el N-NO cortando la traza de la primera obra defensiva y modificándola, pues por el lado oriental vuelve la línea defensiva y en traza poligonal y por el lado occidental vuelve el ángulo recto con un lienzo de cara al N., desde cuya línea se destaca el indicado baluarte. Constituye éste una gran torre, que debió ser hecha para vivienda, de dos pisos, con una bella ventana gótica en una cámara oblonga de 10 m de diámetro en el piso superior. Mira esta ventana al exterior. La torre mide 14 metros de longitud por dicho lado y 10 m de costado, siendo rectangular su planta. Hállase, por desgracia, esta torre algo destruída. Debe datar esta torre del siglo XIV". Añade Mota que además de esta ventana existen restos de otra idéntica que mira hacia el O, "de la que sólo queda la mitad, de piedra de granito"; y concluye que su estado  "actual de la fortaleza es el mismo de la fecha en que Mélida, lo visitase para hacer su descripción, si no es que actualmente está más derruída que entonces la torre principal o baluarte".

Primer plano torre entre los lienzos Sur y Este
De las descripciones que hacen Mota y Mélida nos sirven sobre todo para ubicarnos dentro de la fortaleza pues los elementos que mencionan, como las ventanas de la torre no hay rastro, y la propia torre está reconstruida en gran medida, igual que la puerta de acceso y las torres que la flanquean han sufrido un profundo proceso de consolidación. Quedan sin embargo el aljibe y los restos de la cámara abovedada o mazmorra. También queda en pie restos de los muros del edificio que defendía la entrada así como el muro de la antepuerta.

Baluarte reformado en el extremo noroeste del castillo
Para esta entrada he consultado, además de la cartela informativa turística, la siguiente documentación:

Castillo de MontemolínMota ArévaloHoracio, Revista Estudios Extremeños, 1959
Castillos de BadajozTerrón Reynolds, Mª Teresa, Ediciones Lancia, 1992.
La fortificación de España en los siglos XIII y XIVCooper, Edward, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
Puntualizaciones sobre la Encomienda de Montemolín en el siglo XIII, López Fernández, M., Revista Estudios Extremeños, LXIV, I, 2008.

Edificio de defensa de la puerta de acceso y puerta de acceso
Dependencia subterránea abovedada o mazmorra

Aljibe
Antepuerta en codo desde la puerta de acceso
Interior: a la izquierda del personaje el aljibe, a la derecha la única
torre semicircular del castillo en el lienzo oeste
Montemolín desde el castillo en primer término iglesia de Santiago
Plano del Castillo de 1959

jueves, 7 de noviembre de 2019

El castillo de Coria


Al castillo de Coria se llega a través de la Puerta de San Francisco o de la Cava -porque conecta con la cava o foso del castillo- abierta en el siglo XVI en la muralla romana. Sobre ésta se puede ver un escudo de la ciudad a la derecha y otro escudo ilegible a la izquierda, y entre ambos una hornacina vacía. Traspasada la puerta a la izquierda de levanta el impresionante edificio que una cartela turística nos describe:

Ubicado al noroeste de la muralla romana, esta elegante torre del homenaje fue trazada por el arquitecto Juan Carrera entre 1473 y 1478 por mandato de D. García Álvarez de Toledo, Duque de Alba y primer Marqués de Coria. Un castillo cuyo emplazamiento actual posiblemente se deba a una fortificación anterior acometida por los Templarios en el siglo XII que predeterminó la configuración actual que presenta planta con figura de pentágono irregular, a modo de tajamar, que sobresale del recinto amurallado.
 Completa la torre el denominado popularmente "Castillejo", pequeño cuerpo almenado intramuros en el que se ubica la puerta en recodo de entrada que, dotada de puente levadizo, era defendida por medio de una torre casamata circular además de un soberbio foso de enormes proporciones trazado por Tomás Bretón en 1473. Rematando decorativamente todo el conjunto fortificado, aparece una cornisa corrida de bolas o pomas alojadas en arquillos ciegos sobre canes que rodea todo el perímetro total de las almenas.



Pilar Mogollón en su libro Castillos de Cáceres, nos introduce en la importancia histórica de Coria controlando el paso del río Alagón como dan fe sus murallas romanas. En época visigoda se convierte en sede de diócesis y tras la ocupación musulmana fue reconquistada por Alfonso VII en 1142. Perteneció al señorío de los Templarios para pasar posteriormente a jurisdicción real hasta que en 1470 pasa al  II Conde de Alba, y posterior I Duque de Alba, don García Álvarez de Toledo que lo compra al Conde de Coria don Gutierre de Solís. El de Alba mandará construir el formidable torreón como símbolo de su señorío "en el que campean las armas de los Álvarez de Toledo".


La actual fortaleza es una construcción del siglo XV, asentándose sobre una fortaleza anterior "según nos comunica el administrador del Duque en 1471 o 1472" remitiendonos a un documento citado por Cooper. No obstante, señala el propio Cooper, aunque los templarios fueron los primeros ocupantes de la ciudad después de los musulmanes y construyeran una fortaleza, su posesión duró poco tiempo por lo que "la ubicación de la obra de Coria, escondida en la acumulación de reformas posteriores, elimina cualquier conexión directa con los templarios". El castillo que vemos hoy es obra del cantero Juan Carrera quien ya trabajara en otras fortalezas iniciadas por el Duque de Alba como San Felices de los Gallegos (Salamanca) y Granadilla (Cáceres).

El castillo, nos describe Mogollón, está formado por la torre pentagonal adosada a la muralla romana "y una barbacana de la que se conserva algún lienzo con troneras cuneiformes y almenas", ésta a extramuros. "el denominado "Castillejo", en el recinto intramuros, tiene una puerta protegida por un matacán; todo el conjunto está realizado con sillares de granito rematado "por arquillos sobre canecillos que cobijan bolas. La torre pentagonal cuenta con garitas semicilíndricas en voladizo con el escudo de los Duques de Alba en lo alto de cada uno de los flancos. Está rematada por un pretil almenado". Destaca que en los muros se abren varias ventanas "con arcos de diversos tipos: lobulados, conopiales, escarzanos y en ocasiones con troneras debajo de ellas para aumentar la defensa".


Cooper añade más datos sobre el castillo: se construye en un lugar estratégico para la defensa de la ciudad: "en la parte alta, el ángulo más expuesto a un ataque, en donde llegaría primero una fuerza enemiga". Para resistir ese supuesto ataque se levantó, probablemente en el siglo XIV en el vértice del recinto romano, "una torre albarrana pentagonal", que hacia finales del siglo XV se desmocha "hasta las 24 hiladas más bajas de sillería para construir encima la esbelta torre que hoy se ve". Con esta obra la construcción albarrana fue anulada y se dotó, por extramuros, de "una barbacana con troneras, que continúa dentro de la ciudad para formar un pequeño recinto con una puerta en doble recodo". El acceso a la torre se hace desde el adarve de la muralla. Esta descripción está acompañada de un plano.


El interior, que no pudimos ver lo describe. Desde el adarve se accede "directamente en la cocina (...). Por medio de una escala, se baja al pasadizo albarrano y a la salida a la barbacana, donde estaba localizado el pozo. Una bodega formada vaciando el macizo de la base del pentágono es accesible únicamente a través de una portezuela desde la planta principalEsta planta consiste en una alta cámara con bóveda nervada, dividida en dos pisos por un forjado. Una escalera empotrada en la pared sube a la azotea". Los sillares del recinto como los de las cámaras, el pasadizo y el adarve tenían marcas de cantero. De la torre Cooper dibuja dos escudos de armas que se corresponden con el de García Álvarez de Toledo, el primer duque de Alba, y el de la duquesa María Enríquez de Toledo, indicando que el del duque se repite en otras partes del conjunto.


Para esta entrada he consultado y citado, además de la cartela informativa turística, la siguiente documentación:

Castillos de CáceresMogollón Cano-Cortés, Pilar, Ed. Lancia (León 1992).
Castillos Señoriales en la Corona de CastillaCooperEdward, Salamanca, 1991.
La fortificación de España en los siglos XIII y XIVCooper, Edward, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.