martes, 28 de diciembre de 2021

Iglesia de Santa María de la Cabeza de Ávila


La ermita de Santa María de la Cabeza de Ávila, originalmente iglesia de San Bartolomé, se encuentra extramuros de la ciudad, a unos 200 metros del lienzo norte de la muralla a la altura de la Puerta del Carmen. Alineada con otros dos templos de este a oeste: San Andrés, un magnífico templo románico y San Martín que posee una gallarda torre mudéjar, siendo la de Santa María la más occidental cercana al río Adaja. Aunque lejos de la ermita, un cartel informativo frente a la Puerta del Carmen nos sitúa en el Arrabal Norte, nos dice escuetamente sobre la ermita que "fue antigua mezquita, construida los primeros años del siglo XIII, de su estructura original sólo conserva la cabecera y un crismón de mármol adornado con hojitas árabes que se colocó sobre su puerta cuando fue rehecha"; no obstante no he encontrado en los textos que he consultados ninguna referencia a una antigua mezquita. El edificio, continúa la cartela, ha sufrido varias reformas en épocas posteriores siendo significativas las que rehicieron toda "la fábrica en el XVI e instalándose las cubiertas de madera en el XVII".

Portada sur de la ermita

Sobre la antigüedad de San Bartolomé y el cambio de advocación de la ermita, seguimos los comentarios de Vila da Vila: que acude a los escritos tanto del padre Ariz como de Fernández Valencia quienes "coinciden en señalar que la antigua iglesia de San Bartolomé (dedicada desde el siglo XVII a Santa María de la Cabeza) fue consagrada por el obispo don Pedro en la era de 1248 (año de 1210). Así constaba en una inscripción vista por Ariz, pero ya en 1676 esta "borrada y cubierta" por haberse reedificado y enlucido" la iglesia. Según Fernández Valencia, añade Vila, "De la fábrica románica solo se conservan un crismón profusamente adornado, dos fragmentos de impostas en el interior del ábside central -decoradas con entrelazo de cuatro cintas con puntas de diamante- y el exterior -de sillería granítica- de su cabecera". 

Ábsides sur y central de sillería de granito

Es interesante el análisis que hace del crismón: "De todo ello lo más interesante es el crismón, pues la cabecera carece de decoración esculpida al exterior, y ésta falta igualmente en las arquivoltas lisas de las dos portadas del templo. El crismón ocupa la clave de la arquivolta externa de la portada meridional. Se trata de una pieza marmórea de excelente gusto y adornada con lo que Gómez-Moreno describió "hojitas árabes". En ello se asemeja al de la portada meridional de San Andrés. Dado que dicho crismón fue incrustado en tal portada con cierto retraso, es posible que ambos hayan sido labrados por el mismo escultor. La minucia del trabajo, la finura de los trazos y el material sobre el que se han esculpido no se corresponden con la labor de ninguno de los escultores abulenses ya estudiados. Parece, más bien, obra de un lapicida especializado en epígrafes y en las labores ornamentales que los acompañan." y añade una pequeña relación de crismones en otras iglesias de Aragón, Cataluña y Navarra, todos ellos coinciden en ser portadas tardías "de finales del siglo XII o ya del XIII, por lo que la fecha de 1210 dada por Ariz y Fernández Valencia para la consagración del templo cuadra bien con la del final de las obras en la antigua iglesia de San Bartolomé y con la de la labra de esta pieza".

Crismón en la portada sur de la ermita

Para la descripción de la ermita seguimos a Gutiérrez Robledo que analiza el templo desde la antigua iglesia románica recordando también el cambio de advocación del templo: "La iglesia una cabecera románica con un cuerpo de tres naves de inspiración mudéjar. La cabecera tiene tres ábsides desornamentados, de igual tamaño y construidos ya en granito rematados con una pequeña cornisa de arenisca roja, y en el interior los ábsides ya incorporan el ladrillo mudéjar, con arcos ligeramente apuntados en los que se incrustan unas impostas con entrelazos. El cuerpo de naves se construye con formeros de arcos doblados de ladrillo que tienen grandes salmeres quizás rozados y se inscriben en una retícula de ladrillo (doble en una banda y sencilla en la otra) y se cubre con armaduras del XVII". Coincide con Vila da Vila en la cronología, aunque ésta la hace coetánea de Santo Domingo, Gutiérrez Robledo señala que "a esa fecha apuntan el cambio de material en el exterior de la cabecera, la cornisa rojiza similar de la cabecera de la catedral, y una nueva inscripción que fecha el templo en el año 1210".

Detalle de la cornisa de piedra arenisca roja sobre sillares de granito originales
El sillar de la izquierda del observador marca de cantero con forma V invertida

En mi visita, tras haber observado en el exterior del ábside de la derecha dos marcas de cantero, me enseñaron dos nuevos hallazgos. El primero un dibujo de una primitiva decoración del muro sur que no se había descifrado, descubierto tras una limpieza del enlucido en la pared del interior del templo, paredes éstas, según Gómez-Moreno, su fábrica "son tapias de tierra apisonada". No habla de la técnica del tapial, aunque sí hace unas observaciones interesante sobre el mudéjar castellano: "Al decir mudéjar, no esperamos ver a seguida arcos de herraduras ni lacerías ni primores; eso quedaba para otras regiones más alegres; aquí el mudéjar radica por emplear por material el ladrillo y en que eran moros sus artífices", en consecuencia "su espíritu es árabe, sus modelos románicos". La ermita, comenta, tiene dos portadas y destacando que en "la segunda está incrustado un círculo con el crismón, en mármol blanco, adornado con hojitas árabes, como los de algunas otras parroquias".

Dibujo geométrico de la decoración interior del muro sur

El segundo hallazgo es la decoración del interior del ábside central que ha estado tapado por el retablo y que en la actualidad se desconocía su existencia, demás de un antiguo altar y unos restos óseos. A la espera de que se daten estas pinturas y las osamentas, cabe suponer que sea obra del XVII cuando se cubre con armadura el techo. Al respecto recordar un caso similar que vimos en nuestra visita a la iglesia de Espinosa de los Caballeros.

Decoración del ábside central tapado por el retablo

Respecto al crismón, el padre Ariz cita dos veces su existencia, una en las relación de las "Yglesias Parrochiales tenia la Ciudad" en 1258, cita literalmente "Y Ramos, clerigo de San Bartolome, consentimos en el sello del concejo de Avila, tiene el Lavaro en su puerta"; y más adelante donde hace referencia a la lápida de consagración del templo por "el obispo don Pedro de Avila (...) Y en el primer año de su Obispado, consagró la Yglesia Parrochial de San Bartolome. Como parece de una piedra que esta en la pared de dicha Yglesia. (...) Era. 1248. Año. 1210". Nos recuerda que el obispo estuvo presente en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212 y "que el dicho Obispo murio del gran cansancio de la batalla, al año siguiente, de mil y doszientos y trece". 

Resto de imposta original entre el sillar de granito y el arco de ladrillo

Fernández Valencia (1676) reproduce la inscripción que hace Ariz sin mencionar su origen: "Fundóla en obispo don Pedro Instacio a honor de este santo apóstol en la era de 1248 como parece de esta inscripción que estaba en una piedra de esta iglesia y ya está borrada y cubierta a causa de haberla reedificado y enlucido", añade sobre el crismón que "tiene la cifra o lábaro imperial con el nombre inefable de Cristo". Como hemos visto atribuye al obispo Pedro Instancio la fundación del templo mientras que Ariz la atribuye al obispo Pedro de Ávila. Siguiendo la secuencia que narra Ariz, tras la muerte de Pedro de Ávila en 1213 "Siguiose por el Obispo Juan en el Reynado de don Henrrique primero (...) Murio año 1216 (...) Por la muerte de don Juan, entro a regir la Yglesia de Avila don Pedro Instancio, segun la piedra que esta en un lienço de la pared, de la Yglesia de Santisidro, estramutos de Avila, del año mil y doszientos y treinta y dos", por lo que debe haber confusión en la titularidad del obispado.

Arco formero y arcos fajones del ábside central

Por último Veredas en su libro de la historia de la ciudad, parece arrojar alguna sombra más que luz, al menos en lo que se refiere a la consagración del templo. Sitúa la ermita junto al cementerio viejo de Ávila, y "prohibidos a principios del pasado siglo, los enterramientos en las iglesias, se construye el vecino cementerio ya citado, el cual queda incorporado al templo, a título de capilla. Hoy, clausurado el Campo Santo, figura reducido a la condición de ermita"; y atribuye su construcción al "obispo Pedro Ynstancio, el de las Navas, en 1210, lo cual no tenemos inconveniente en aceptar, mientras otra cosa no se demuestre", lo que genera si cabe más confusión. Aunque sí parece tener clara su posición sobre la posibilidad de que en origen fuese una mezquita, segura que hay quien cree "que la primitiva condición de esta iglesia fuese un santuario moro", debido a la forma de herradura o lanceolada de la portada principal y los arcos divisorios de las naves, y "sin negar, por nuestra parte, que hayan sido de herradura o lanceolados tales arcos, sí afirmamos que se trata sencillamente, de una construcción mudéjar, del siglo XVI, ejecutada en lugar del primitivo cuerpo de iglesia, románico del XIII". Y sobre el crismón señala que "en la clave de la puerta Sur, campea el monograma de Cristo". 

Arcos formeros entre la nave central y norte

En la misma fachada sur, a la derecha de la portada, encontramos "adosado un sepulcro ojival, dedicado a un tal Diego Dávila y Ana López", este sepulcro, supone Veredas, debió figurar en el primitivo muro que "por respeto, se reconstruyó al verificar la reedificación en el XVI". El finado debió ser notario según se puede leer en la inscripción, pues "durante largo espacio de tiempo la iglesia perteneció a la Cofradía de Abogados, Procuradores, Notarios y demás gente de leyes".

Sepulcro de Diego Dávila y su mujer Ana López en el exterior de la fachada sur

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Ávila Románica: Talleres Escultóricos de Filiación Hispano-LanguedocianaVila Da Vila, Mª MargaritaInstitución Gran Duque de Alba, Ávila, 1999.
Ávila de los CaballerosVeredasAntonio, Ávila, 1935
Catálogo monumental de España. Provincia de ÁvilaGómez Moreno, Manuel.
Historia de Ávila II, Edad Media (Siglos VIII-XIII), Gutiérrez Robledo, José Luis, et al. Institución Gran Duque de Alba, Ávila, 2000
Historia de las Grandezas de la ciudad de ÁvilaAriz, Fray Luis, ed. Facsímil 1607. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, Ávila, 1978
Historia de San Vicente y Grandezas de ÁvilaBartolomé Fernández Valencia. Institución Gran Duque de Alba, Ávila 1992.

Crismón de la portada sur de la iglesia de San Andrés

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