martes, 8 de diciembre de 2020

El castillo de Celorico da Beira


 Si algo impresiona de las fortificaciones portuguesas es la cantería, la profusión de sillares de granito en sus fortalezas como los castillos de Monsanto y Guarda; y se puede decir lo mismo de Celorico da Beira. Habíamos entrado en Portugal por Fuentes de Oñoro por la A-62 que en Vilar Formoso se convierte en la A-25 portuguesa y se dirige hacia la Sierra de Estrella hasta Guarda, desde aquí, al enfrentar la sierra la carretera gira hacia el norte para bordearla. Entre las estribaciones de la sierra y el río Mondego vigilando el paso camino a Viseu, se encuentra Celorico da Beira, a unos 65 km de la frontera, donde llegamos a la hora de la comida.

Puerta de acceso al recinto
La fortaleza tiene trazado -según la cartela informativa- románico-gótica. Su aspecto actual se debe a las numerosas intervenciones que ha sufrido a lo largo de los siglos. Su construcción se remonta a finales del siglo XI inicios del XII de arquitectura defensiva tipo románica con el fin de soportar ataques desde el exterior. Estas estructuras defensivas se caracterizan por situarse en alto, en lugares de difícil acceso y desde donde se tenía buen control visual del territorio. No obstante los restos románicos del castillo son prácticamente imperceptibles debido a las continuas reformas, quedando sólo restos en lo alto del monte constituidos por afloramientos graníticos.

Torre del homenaje. En primer término afloramientos donde debió ubicarse la torre original
En la actualidad la fortificación presenta una planta más o menos circular con dos entradas. La principal a levante y una segunda, un portillo, en el lienzo de poniente, y dos cubos adosados al lienzo sur, uno de planta cuadrangular y el otro trapezoidal. La fortaleza contaba con dos torres; -según la cartela la torre del homenaje fue introducida en Portugal por la Orden del Temple, siendo la gran innovación militar del siglo XI que tuvo gran aceptación y una rápida difusión, siendo la principal característica de los castillos románicos-. Una de las torres, la que debía ser la torre del homenaje original, estaba situada en el centro de la fortificación de la que sólo restan los citados afloramiento graníticos, y cuyos últimos vestigios desaparecieron a inicios del siglo XX. La segunda torre, la que podemos ver hoy, está integrada en el lienzo norte y data de las reformas de los siglos XIII y XIV.

Torre del homenaje y adarve del lienzo este bajo el que se encuentra la puerta de acceso
La torre tiene planta rectangular y consta de tres plantas. A ella se accede por el primer piso a través de una puerta con arco quebrado -ligeramente apuntado de estilo gótico-, tiene saeteras en todas sus caras, que a su vez permitirían la entrada de luz pues no tiene más vano que la puerta. Sobre su altura no se sabe cuál era la original porque, al igual que parte de la fortaleza, es producto de restauraciones de los años 30 y 40 del pasado siglo XX cuando se encontraba en ruina y, según se aprecia en las imágenes de los carteles informativos, carencia de almenas.

Portillo en el lienzo oeste
Como hemos visto antes, el castillo tenía una segunda torre del homenaje situada en el centro del recinto. Ésta colapsó a finales del siglo XIX, y las pocas imágenes que existen de ella la muestran muy deteriorada -imágenes que no no pude ver-, estaba situaba entre la entrada principal y el portillo de poniente o "la puerta de la traición", lo que hace suponer que era la torre original, mientras que la actual, descentrada e integrada en la muralla, difiere mucho de las fortificaciones románicas; ésta debió construirse en las reformas góticas llevadas a cabo en los reinados de Don Dinis (1261-1325) y Don Fernando (1345-1383). Durante estas reformas se construye también un barbacana, que será derruida junto con la torre del homenaje en el siglo XIX.

Escaleras de acceso al adarve en la esquina suroeste
He encontrado pocas reseñas históricas, la que hace referencia al escudo de la población donde aparece una media luna y cinco estrellas de cinco puntas, estás hacen referencia a la victoria de una coalición de tropas portuguesas en las que integraban huestes de Celorico en 1198 contra Alfonso IX de León durante una noche especialmente estrellada y con luna creciente. Otra más tardía nos habla de Juan I de Castilla en la Crónica del Rey Enrique III, en ella su autor comenta que fue aquí donde el rey castellano Juan I hace testamento: "E Pero Lopez de Ayala dixo al Arzobispo de Toledo (don Pedro Tenorio) que se acordase que quando el Rey don Juan entró en Portugal antes de que se diese la batalla de Aljubarrota, estando en un lugar llamado Cellorico de la Vera, hizo el Rey don Juan su testamento en el cual pusieron sus nombres y sus sellos ciertos caballeros y él".

Torre del homenaje desde el pueblo
Imagen aérea del castillo de una de las cartelas informativas
Vista de Celorico da Beira desde el adarve del lienzo sur

Para esta entrada he utilizado los textos de las cartelas informativas que hay en el castillo y la siguiente documentación:

Crónica del Rey don Enrique tercero deste nombre de la Casa de Castilla y León, Pedro Barrantes Maldonado, Madrid, 1868


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