miércoles, 16 de diciembre de 2020

El castillo de Peñarroya


La visita al castillo de Peñarroya fue, después de Alcázar de San Juan, la primera que hicimos antes de adentrarnos por tierras del Campo de Montiel. A diferencia de las fortificaciones del Campo de Montiel que fueron entregadas por la corona a la Orden de Santiago tras su conquista, Peñarroya será donada por Enrique I a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, zona que pasó a denominarse Campo de San Juan. Aquí habría que hacer una observación puesto que la fortaleza que vemos hoy al parecer no fue objeto de donación puesto que fue construida tras la cesión a los sanjuanistas. 

Lienzo noroeste del antemuro con dos de las torres y la torre del homenaje
 La visita la hice con la guía de Amador Ruibal y sus castillos de Ciudad Real, en ella nos recuerda que la Orden de San Juan, junto con los templarios, fueron las órdenes militares de origen extranjero que tuvieron posesiones en España, siendo especialmente extensas en La Mancha. "En 1215 donó el rey castellano tres castillos, situados en la orilla del Guadiana, a los caballeros hospitalarios concediéndoles un extenso territorio que llegaba hasta las lagunas de Ruidera y que era parte de los siete castillos musulmanes de Rocafrida". Según Molero los castillos cedidos fueron cuatro en el curso alto del Guadiana: el de Peñarroya que nos ocupa ahora, el de 'la Ruidera del Guadiana', el de Villacentenos y el de Santa María del Guadiana -este último puesto en valor muy recientemente-, territorio dependiente "en principio de Consuegra y más tarde de Alcázar de San Juan" (Ruibal). El primer asentamiento sanjuanista fue "un castillo islámico, conocido como "El Cortijo", situado junto a un vado del río y ya arruinado en el siglo XVI"(Ruibal), aunque la importancia económica de la zona obligará a la Orden a construir otro castillo desde el que controlar el territorio y el cobro de derechos y peajes a los ganaderos que utilizaban sus cañadas al menos dos veces al año. La Orden construirá el castillo de Peñarroya a 10 km. al sur de Argamasilla de Alba, al borde de la carretera que lleva a Ruidera, junto al acantilado en la orilla norte del río Guadiana, hoy anegado por el pantano del mismo nombre que el castillo. La fortaleza, construida en los siglo XIII-XIV, alberga entre sus muros una ermita muy concurrida por la población de los alrededores, lo que probablemente -en esto coinciden Ruibal y Molero- ha contribuido a su conservación, aunque a su vez haya propiciado la pérdida de sustrato arqueológico que hubiese podido facilitar su datación; y, por otro lado, las obras de construcción de la presa, además de su impacto visual, ha provocado "un verdadero corte estratigráfico" que ha permitido el hallazgo de retos que certifican que el castillo es típicamente cristianos sin restos de una construcción anterior. 

Lienzo noreste del antemuro con dos de sus torres
En el privilegio de 1215 de Enrique I se especifica que se está construyendo la fortaleza, no obstante, dos años después en la delimitación de términos con Alhambra, donada a la Orden de Santiago, no se especifica castillo alguno en Peñarroya (Molero) por lo que en 1217 el castillo puede que sólo fuese un proyecto. Con la construcción del castillo en Peñarroya pasará a formar parte de un conjunto de fortalezas que controlaban los accesos al levante en el alto Guadiana, aunque el progresivo y rápido alejamiento de la frontera musulmana, los sanjuanistas inician un proceso de reorganización jurídica precisa de su territorio destinada a la explotación de sus recursos económicos y fiscales: vías pecuarias, montes y comunicaciones, quedando adscrita a la parroquia  sanjuanista de Santa María de Peñarroya. A mediados del XIV el castillo comienza su declive como "elemento jerarquizador del espacio y el afianzamiento definitivo de la Encomienda Mayor" en Consuegra. En 1504 el Capítulo General de la Orden divide la Cámara de Consuegra en dos, la de Consuegra y Alcázar adjudicando Peñarroya a esta última que acabará erigiéndose en cabeza del Priorato en detrimento de Consuegra (Molero).

Torre circular que cierra el lado noroeste junto a la torre del homenaje
El castillo se construye en su mayor parte en sillarejo con algunos refuerzos de sillares en las esquinas. Tiene forma de cuadrilátero irregular que se adapta al terreno. Su estructura defensiva se desarrolla en las zonas más expuestas y vulnerables: hacia el  norte y el oeste, toda vez que el sur y este están resguardadas por el tajo natural que forma el río. La zona norte se protegerá con un gran foso excavado en la roca, de 9 a 15 metros de ancho, y una profundidad de unos 2 metros que debió ser mayor. Tras él un primer recinto, un antemuro de cortinas almenadas con adarve y tres torres cuadradas huecas equidistantes entre sí a las que se accede mediante un arco de medio punto y cuentan con abundantes   saeteras y troneras preparadas para el uso de armas de fuego. Este antemuro tiene 70 metros de longitud, por 1,60 de grosor y 4 de altura; las torres tienen una sola planta excepto la más oriental que posee dos.

Resto del muro oeste, muro de la plaza de armas
El resto de la zona norte lo defiende la torre del homenaje y un tramo de cortina almenada que se remata con una pequeña torre circular en la esquina. La torre del homenaje está construida en la cota más alta del terreno (723 m.), es rectangular y ocupa una superficie de 120 m2. Se construye exenta, tiene tres plantas y por ella se llega al camino de ronda por un arco sobre la entrada principal; tiene troneras y está rematada con almenas, aunque esta parte más alta de la torre es de reciente construcción. En origen el acceso a la torre debía hacerse en altura, por el primer piso, puerta que debía ser la ventana de la cara norte, lo que la aislaba del resto de la fortificación accediéndose a ella mediante una escalera de mano.

Acceso al patio de armas desde la liza que asemeja una torre albarrana
 El antemuro tiene dos entradas de acceso a la liza; una a través de un portillo que se abre junto a la torre más oriental, y la otra por la entrada principal, en codo, que bordea la torre del homenaje y que tiene arco de medio punto. En el interior había otra puerta hoy desaparecida que daba acceso también a la liza. La liza tiene unos 6 metros de anchura situado entre los dos recintos, lugar donde se solían montar 'teinadas', cobertizos donde se resguardaba la tropa,  y era el lugar en el que en situación de asedio los defensores se podían mover con libertad. 

Portillo que da acceso a la liza desde el foso junto a la torre más oriental del antemuro
La liza tenía a su vez dos entradas al recinto principal; una en cada extremo de la muralla principal. La primera junto a la torre del homenaje que da paso a un pequeño patio desde el que se accede hoy a la torre del homenaje y a la ermita, un patio a modo de 'plaza de armas'. La segunda entrada se encuentra al este, en el extremo opuesto, es un gran arco apuntado bajo una torre que se asemeja a una albarrana, torre semicircular por ella se llega al patio del castillo. La muralla principal tienen 80 metros de longitud por 2,50 de grosor y 10 metros de altura. Se conserva hasta el adarve con algunas almenas.

Adarve y torre donde se abre el portillo del antemuro entre la liza y el foso
Adosados a la muralla en el patio de armas hay varias edificaciones de reciente construcción, como una capilla construida en el siglo XVIII que sustituye a la primitiva; y un aljibe en el gran patio excavado en la roca en su lado sur. En el lado este, se conserva parte de un enorme muro de 8 metros de longitud. Sobre el acantilado hubo una pequeña muralla que cerraba el recinto por el lado sur y oeste del que sólo se conservan los cimientos, que debió desaparecer, bien por ser el lado más castigado por la erosión natural o bien por las obras de construcción de la presa, aunque el escarpe natural del río hacía prácticamente innecesaria la construcción del muro, éste se encuentra documentado en las Topografías de Felipe II.

Interior de la plaza de armas con matacanes

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Castillos de Ciudad RealRuibalAmador, Lancia, León, 1993
Fortificaciones Sanjuanistas en La Mancha: Los cuatro castillos de la ribera del Guadiana, Molero García, Jesús, Rev. Castillos de España, nº 115 Asociación Española de Amigos de los Castillos, 1999

Pintura mural de la actual ermita
Cauce del Guadiana una vez pasada la presa desde el patio de armas
Plano del castillo a partir de la imagen del Instituto Geográfico Nacional


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