Tras nuestra breve parada en la ermita de Santa Catalina de Hinojosa, continuamos nuestro camino por la carretera CM2107 dirección a Milmarcos. Allí tomamos hacia el Este para enlazar con la carretera CM-210 y de nuevo hacia el Este hasta entroncar con la carretera GU-435 que nos deja en nuestro destino, Fuentelsaz donde termia la carretera y desde donde visitante puede ver distinguir el cerro donde se asientan los restos del castillo a su derecha, un promontorio de 1253 metros de altitud. Desde allí se domina gran parte del territorio dejando a sus pies, a 1125 metros, la población. Dejamos nuestro coche en la afueras del pueblo, para iniciar la ascensión a la fortaleza, un desnivel de 112 metros, partimos desde un esbelto pairón que saluda y despide a los viajeros.
Interpretación artística del castillo en el cartel informativo |
Ante de llegar al pairón hay un cartel que recuerda al viajero la historia del castillo: "A pesar de que actualmente solo perduran algunos restos de sus torres y murallas, el Castillo de Fuentelsaz, también conocido como castillo de Pedro I El Cruel, fue un enclave importante en la Edad Media, especialmente antes de la unificación de los reinos de Castilla y Aragón, por encontrarse en la frontera entre ambos".
Peña donde se asienta el castillo donde apenas resalta la torre del homenaje |
Herrera advierte a los viajeros sobre el estado del castillo del que apenas quedan restos visibles y, si desde el pueblo la imagen es evocadora, "subidos al cerro es algo decepcionante ver que sólo cuatro muros desvencijados quedan de tanta fuerza antigua"; no obstante, asegura que "el viajero que busque los restos, por mínimos que sean, de las fortalezas de Guadalajara, tiene que venir a Fuentelsaz y subir al cerro donde estuvo su castillo".
Puerta de acceso secundaria del castillo y los muros adaptados al terreno |
EL CASTILLO
El cartel informativo nos remonta a las primeras citas del castillo que fechan su construcción "en el siglo XII, como plaza fuerte que asegurara la cristianización del territorio tras ser reconquistada a los musulmanes por Alfonso IV el Batallador" aunque matiza que "algunos indicios apuntan a la existencia de una construcción anterior que correspondería probablemente a una atalaya islámica". El castillo está adaptado al terreno donde se asienta, lo que le confiere una planta irregular utilizando la roca "como muralla natural y sustento de sus torres, de modo que garantizan la durabilidad de su construcción".
Muros del castillo desde el vértice noroeste |
Jiménez hace una descripción más precisa de los restos que vamos a ir descubriendo, e insiste en el estado en que se encuentra la fortaleza, "muy destruido"; divide su planta en "un recinto trapezoidal, donde se abre la puerta de ingreso, y otro recinto al lado formado por la plataforma rocosa"; en esta última se encuentra el aljibe y una torre de forma poligonal hacia el exterior y y semicircular al interior", esta torre es la que la cartela identifica como la del homenaje y que califica como "la torre más suntuosa del castillo, emblema de su arquitectura. En ella se instalan las dependencias nobiliarias y el alojamiento de su alcaide".
Torre pentagonal vista desde el lienzo noreste |
Toda la construcción de los muros son de sillarejo, y de buenos sillares la torre del homenaje, según datos que aporta Jiménez, los muros tienen "más de un metro de grosor, con fuerte argamasa de cal y canto". La máxima altura de los muros conservados, "que corresponden al espolón oeste, es de 2,70 metros de altura y 1,60 metros de espesor". Respecto al aljibe, tal como nos indica la cartela informativa, es una de sus infraestructuras "ya que, el abastecimiento de agua es vital para resistir los asedios, aunque actualmente se encuentra relleno de escombros, pudo tener una profundidad considerable". Jiménez señala que del aljibe quedan los arranques de la bóveda y que "tiene una profundidad de 2,50 metros con unas dimensiones de 3,30 por 3,70 metros de longitud" de cada lado.
Aljibe en el que se aprecia el arranque de la bóveda |
CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS
De poblamiento antiguo, tanto Jiménez como Herrera hacen referencia a la toponimia de la ruta cidiana como Fuente del Cid o Cabeza del Cid, montaña esta última de 1349 metros de altitud junto a Hinojosa, 9,4 km. al oeste de Fuentelsaz. Al respecto Herrera se refiere a los viajes del Cid entre Castilla y Valencia y, como detallan De Juan y Martín citando también al Cid, la amistad que le unía a Avengalbón o Abengalbón moro de Molina de Aragón donde el Campeador siempre encontraba alojamiento y donde Abengalbón acogió a la mujer y las hijas del de Vivar tal como se relata el Cantar de Mío Cid.
Antemuro que protegía la puerta original visto desde la torre noroeste |
Sin embargo el protagonismo de Fuentelsaz radica en "Su ubicación estratégica en la frontera entre los reinos de Castilla y Aragón, hizo que tuviese protagonismo en el siglo XIV, cuando se produjeron las guerras fronterizas entre estos reinos, conocidas como Guerras de los dos Pedros, por el nombre de los monarcas de los territorios en disputa: Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón." Añade que "estos enfrentamientos comienzan en 1356 y continúan hasta que el rey de Castilla es asesinado por su hermanastro en 1369, finalizando sin un claro ganador, ni cambios relevantes en las fronteras de los territorios". Jiménez apunta que en 1360 la fortaleza fue asediada tomada por las tropas aragonesas. Valdeón nos recuerda que durante la primera etapa de gobierno del intitulado rey de Castilla, Enrique II entrega a Beltrán du Guesclin el señorío de Molina (1366), aunque debió perder la posesión tras la derrota en Nájera (1367), posteriormentte tras el asesinato de Pedro I, en el que participa activamente Du Guesclin, el señorío pasará "a obediencia del rey de Aragón, sin duda para escapar del dominio militar del bretón".
Interior de la torre pentagonal vista desde el aljibe |
También tuvo protagonismo el castillo y la población a mediados del siglo XV, según De Juan y Martín, a causa de las guerras entre ambos reinos, que esta vez protagonizaron Juan II de Castilla y los Infantes de Aragón, que provocaron que varias poblaciones de la tierra de Molina quedaran abandonadas, entre ellas Fuentelsaz, aunque "siglos más adelante diversos colonos fueron asentándose sobre las ruinas antiguas". De esta época también nos habla la cartela informativa "del papal desempeñado por este castillo durante el siglo XV, cuando los habitantes de la comarca se rebelaron contra su señor, Beltrán de la Cueva, que había sido impuesto por el rey de Castilla, en contra de las preferencias de los habitantes de la comarca. Este castillo, dirigido por su alcaide Pedro del Castillo, permaneció fiel a Beltrán, siendo utilizado como alojamiento de sus tropas". Recordar que el señorío de Molina había sido entregado a De la Cueva en compensación al ser desposeído del maestrazgo de Santiago por Enrique IV . Sobre el alcaide del castillo, señala Jiménez que este Pedro del Castillo era alcaide en 1481, y que por ser zona fronteriza con Aragón, los alcaides eran nombrados directamente por el rey, y menciona a Juan Arias de la Muela, a su vez regidor de Molina de Aragón, como último alcaide que había sido nombrado por Felipe II.
Antemuro y muro original desde la torre sur |
"La última cita histórica en que aparece este castillo, -podemos leer en la cartela- trata de su apropiación por parte de las tropas carlistas durante la Primera Guerra Carlista en la primera mitad del siglo XIX. Utilizado como polvorín, explotó causando su destrucción, ruina que se ha agravado con el paso del tiempo". Sobre la contienda carlista, podemos leer en el periódico El Constitucional de 23 de junio de 1839 en crónica del día 18 desde Molina de Aragón, la actividad que llevaba a cabo en la zona el comandante de armas, mayor del provincial de Plasencia; en ella se destalla brevemente la situación de las tropas isabelinas que defendían el fuerte de Peracense, o la fortificación que pretendían hacer las tropas carlistas en el castillo de Beteta, y sobre "el antiguo castillo de Fuente el Saz que se dijo pensaban fortificar los facciosos se está demoliendo por órdenes de este señor comandante".
Vértice donde se ubicaba la torre oeste |
La última referencia que encontramos, tal como cita Jiménez, es la que se hace Madoz mediado el siglo XIX en su diccionario geográfico, en el que la fortificación ya está arruinada: "A la extremidad de un cerro que la domina por el O. en cuya cúspide hay un cast. derruido, y combatida libremente de los vientos".
Plano del castillo según el cartel informativo a la salida de Fuentelsaz |
Para esta entrada he consultado, además del cartel informativo que hay a la salida del pueblo, las siguientes publicaciones:
De Juan, A. y Martín, M., El Camino del Cid, Ed. del Henares 2007, Guadalajara, 2011.
Herrera Casado, A., Guía de Campo de los Castillos de Guadalajara, Aache, Guadalajara, 2007
Jiménez Esteban, J,, Castillos de Guadalajara II, Libros Penthalon, Madrid, 1993
Madoz, P., Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1845
Valdeón Baruque, J., Bertrand Du Guesclin, ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es
Torre pentagonal vista desde la base de la roca donde se asienta |
Vista panorámica de Fuentelsaz desde el castillo. Tras las primeras lomas comienza el reino de Aragón que extiende hasta el horizonte |
Pairón de Fuentelsaz |
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