Saliendo de
Mingorría, camino de
Berlanas, por la carretera local
AV-P-103, pasado
Zorita de los Molinos, nos encontramos los restos de un despoblado, ya en el término de
Peñalba de Ávila. Según cuentan en
Mingorría, como una tradición o leyenda, estos son los restos de un pueblo que se lo comieron las termitas, dejando tan solo las dos esquinas de una torre mudéjar en medio de un campo, hoy recién arado, y a unos 50 metros más arriba, una esbelta espadaña que debió ser de una iglesia. Desde allí puede verse por el Este la vertiente segoviana de
Guadarrama, y desde ahí por el Norte hasta el Oeste desplegarse la llanura cuarteada de sembrados de
La Moraña. En alguna ocasión he ido hasta allí sólo con la intención de contemplar la profundidad del paisaje, el amplio arco del horizonte y el espectáculo del viaje pausado de las nubes bajo un cielo profundamente azul. El paraje se encuentra en el cruce con un camino rural de tierra que comunica
Peñalba con
Gotarrendura, donde hasta hace poco naciera
Santa Teresa de Jesús, hasta que la hicieron nacer en la misma
Ávila, camino señalizado como
Ruta Teresiana y como
Camino de Santiago. El paraje se llama
Garoza.
Partiendo de
Arévalo,"
Más al sur, en los confines de la Moraña -escriben
Martha González Lombo y
Jorge Díaz de la Torre en un interesante artículo sobre los despoblados defensivos del norte de la provincia de
Ávila, se encuentra-
el Torreón de Garoza (Garoca en la documentación) en el término de Peñalba de Ávila y del cual tan sólo restan los dos contrafuertes que miran hacia el Noroeste, se hiergue unos 10 metros habiendo tenido en principio, unos 7.45 x 7.80 metros de perímetro. Su fábrica es de ladrillo liso y argamasa con alguna franja de piedra entremezclada (caliza también a pesar de encontrarse este punto cercano a los afloramiento graníticos que preludian la Sierra de Ávila) distinguiéndose aún perfectamente los diferentes cuerpos interiores de la edificación".
En este terreno, me cuenta mi amigo
Fernando Jarque, comienzan a escasear los afloramientos de granito; incluso en
Mingorría el granito es sustituido por una extensa veta de pizarra y desde ahí hasta
Peñalba aflora a trechos otra veta, ésta de cuarzo. A partir de esta línea hasta
Arévalo las construcciones son de adobe, y el arte predominante, el mudéjar. Los bloques de piedra caliza que debieron utilizarse en la construcción del torreón, los más gruesos se amontonan en torno al edificio o se han utilizado para levantar paredes entre la carretera y la tierra de labor, y los más pequeños se encuentran esparcidos en la tierra que ocupa.
Ambas construcciones están, dirección
Berlanas, a la derecha de la carretera; la espadaña a poco más de cinco metros del arcén, en el alto, mientras que los restos del torreón están en una pequeña pendiente: "
Sorprende un tanto su situación, dado que no está emplazada en el propio Alto de Garoza de 979 metros sino en un pequeño vado en un lateral, mientras que la cima la ocupa una espadaña, sin duda contemporánea, formando ambas estructuras lo que resta del poblado de Garoca citado ya en 1250", señala el texto de
M. González y
J. Díaz.
El origen de
Garoza está en la repoblación de
Ávila, en los siglos XII y XIII tal como vimos en
Orbita,
Espinosa de los Caballeros o
Gutierre Muñoz, lo que era la zona norte del arcedianato abulense "
unos orígenes altoaragoneses acaso tuviesen quienes fundaron" entre otras poblaciones "
Garoça", en el cabildo de
La Moraña, zona donde se produjo un poblamiento muy abundante, con 86 aldeas en la época de conquista y repoblación, núcleos que en ocasiones distaban entre si tan solo "
medio kilómetro, en los cuales vivían algunas familias, garantizando esta cercanía el intercambio de ayuda en las tareas agrícolas". La cercanía de la frontera convertía la zona en peligrosa por lo que muchos de estos núcleos crecieron en torno a un elemento defensivo, una torre que solía tener unas dimensiones pequeñas, entre los 5 a 10 metros de lado, sin entrada desde el suelo, accediendo a ella mediante una escalera de mano a través de una puerta en un piso superior; algunas de estas construcciones evolucionaron en torre de iglesia o, como vimos en
La Torresaviñán, en castillo.
Garoza ya aparece mencionada formando parte patrimonial del arcedianato de
Ávila en
La Moraña entre los años de 1250 y 1320. Más adelante aparece referenciada dentro de las posesiones de la
Catedral de Ávila, entre los años 1368 y 1420, la gran terrateniente de la época en el territorio abulense, aunque no la única, puesto que el patrimonio rústico se repartía también entre monasterios, conventos, cofradías, iglesias parroquiales y algunos particulares como es el caso de
María Blázquez, personaje ligado a la aristocracia urbana abulense y que contaba con posesiones agrícolas tanto en
Garoza como en
Engorría, la actual
Mingorría, según consta mencionada en el
Becerro de visitantes de casas y heredades, documento de 1303.
El futuro de
Garoza, muy probablemente, sea desaparecer, como han desaparecido tantas otras antiguas fundaciones cercanas a ella, y el paraje será sólo un punto desde el que algún nostálgico podrá observar la profundidad del horizonte porque, como dice
Fernando Jarque en nuestras conversaciones, el paisaje de
Castilla hay que saber mirarlo porque no tiene la obvia belleza de otros paisajes que se presentan más cercanos, y quizá el observador atento se pregunte por el origen de esas piedras calizas desubicadas y diseminadas por los sembrados de las que sólo quedará memoria de ellas en los documentos guardados en la catedral o en la biblioteca, y se seguirá contando, a modo de curiosidad o leyenda, que son los restos de un pueblo que se lo comieron las termitas.
Para esta entrada he consultado las siguientes publicaciones:
Estructuras defensivas asociadas a despoblados en el norte de la provincia de Ávila,
González Lombo, Martha y Díaz de la Torre, Jorge, en
Castillos de España, nº109, pág.. 52-53. Publicación de la
Asociación Española de Amigos de los Castillos, Febrero 1998.
Historia de Ávila,
Tomo II, .
Institución Gran Duque de Alba de la Diputación de Ávila. Caja de Ahorros de Ávila. Artículos de
Barrios García, Ángel,
Conquista y repoblación; y Colonización y feudalización; y de
Monsalvo, José María,
La Ordenación de los espacios agrícolas y forestales.
Muchas gracias por su trabajo, ya que gracias a él conozco el lugar donde vivieron algunos de mis antepasados.
ResponderEliminarUn saludo.
M.E.F.G.