Después de nuestra visita a la torre de Mazarambroz, llegamos a Orgaz con el objetivo de visitar el castillo y comer en la villa. Por uno de mis compañeros de viaje supimos de la existencia en el cementerio de una lápida que recordaba a los vecinos fusilados y asesinados durante la I Guerra Carlista por la facción Palillos, facción carlista muy activa en La Mancha, por lo que decidimos visitarla después de la comida. La lápida se encuentra a la sombra de un ciprés en el centro del cementerio; en ella se puede leer:
Aquí yacen las cenizas de los nacionales de esta villa hechos prisioneros por las facción Palillos el 25 de febrero de 1839 y asesinados por la misma en la Porzuna después de someterlos a terribles martirios.
R.I.P.
Les dedica este recuerdo la corporación municipal presidida por D. Ramón Perea de las Infantas y Avila
Las noticias sobre la Facción Palillos son muy numerosas en la prensa de la época por lo que, para esta entrada, he decidido ceñirme al hecho al que hace referencia la lápida y la pirámide que rememoran el ataque de la facción carlista a Orgaz; también transcribiré algunos artículos de los periódicos de la época que, a modo de pinceladas, nos permitan introducirnos en ese relato. Vamos a iniciar éste con la crónica parlamentaria de Eco del Comercio de Madrid, en la que se reproduce la sesión en el Congreso de los Diputados de 4 de enero de 1838, un año antes de los sucesos de Porzuna en el que el diputado Ceballos (Juan Gerónimo de Ceballos, diputado por Ciudad Real) pregunta al ministro de la Guerra sobre la inseguridad que existe en la provincia cuya circunscripción representa, y sobre los indultos que indiscriminadamente se otorgan a los integrantes de la facción Palillos. En su intervención presenta un panorama desalentador que muestra en parte la inoperancia del poder político en ese momento.
"Leyóse
la siguiente proposición del señor Ceballos: pido al congreso que el señor
ministro de la Guerra se presente á manifestar cuál es el estado de la
provincia de Ciudad-Real por lo respectivo á su ramo.
El
señor CEBALLOS habiendo pedido la palabra para apoyarla dijo: Señores, los
males que aflijen á la provincia de Ciudad-Real (que es a la que tengo el honor
de representar), los que sufren las de Toledo y Estremadura, escitan los
sentimiento de todos aquellos que se tienen por amantes de la patria; y mucho
mas los de aquellos que tienen que reclamar para sus provincias la quietud y el
sosiego que deben tener.
Las
tres provincias citadas están en una completa anarquía; no se puede decir que
allí exista orden. Los nombres de seguridad personal; y respeto a la propiedad,
no son allí conocidos, porque los facciosos se apoderan de las personas, y ó
bien las sacrifican, ó exigen por ellas sumas considerables. Respecto a la
propiedad no la hay, porque esas bandas de asesinos de todo se apoderan, y las
casas de tantos males consisten: primero, en que las fuerzas que en las
provincias de Ciudad-Real y Toledo existían para la persecución de los
facciosos, se han destinado para la conducción de convoyes, escolta de correos
y prisioneros: objetos muy importantes, pero que al atender á ellos se descuida
el principal; el aniquilamiento de los enemigos.
La
segunda causa es la profusión con que se han concedido esos indultos á personas
que no saben apreciar esta gracia, porque son hombres sin religión; y de aqui
casi todos los que componen la facción de Palillos son gente que ha sido
indultada dos y tres veces, porque cuando ven el lance mal parado se presentan,
y luego que tienen ocasión vuelven á las andadas.
No
quiero decir que los encargados de dirigir las operaciones militares en estas
tres provincias, no han sabido cumplir con su obligación, porque no tengo datos
para ello, sino nada me detendría en decirlo aquí con firmeza. El resultado de
todo es, señores, que en el estado en que se encuentras las provincias citadas,
si se interna en ellas algunas faccion del norte, puede el gobierno borrarlas
de la lista de las provincias contribuyentes. Para evitarlo creo que no debe
descansar hasta haber mandado tropas en número suficiente para aniquilar á los
enemigos que en ellas se abrigan".
La respuesta del ministro interino de la Guerra fue que todos esos males ya existían antes de que tomara posesión el nuevo gobierno de la Nación por lo que ningún cargo puede hacérsele; no obstante, en cuanto tenga sobre la mesa la petición del señor Caballos se proveerá al ejército de los medios suficiente, consultada Hacienda, para acabar con los facciosos. Y, respecto a los indultos, asegura que su gobierno y él en particular, no ha concedido ninguno.
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Calle Real de Orgaz desde la Puerta de Belén |
En el relato que el Ayuntamiento de Orgaz publicó en 1906 recordando los hechos de 1839, respecto del poder político comentan: "Los Ministros se cambian con rapidez censurable, impelidos por la pasión prometen al pueblo lo que no pueden cumplir y se produce en la Nación un tan malestar que se deja sentir en los más apartados rincones de ella dando ocasión á que las gentes de malvivir se confabulen, y á la sombra del carlismo se arrojen en cuadrilla al campo, donde impunemente ejercen el secuestro, el robo, la violación el estupro y el asesinato".
A finales de diciembre de 1838, y en crónica de 1 de enero de 1839 publicado el día 11, se narra cómo
una de las cuadrillas de la Facción Palillos ataca la población de Madrigalejo (Cáceres):
MADRIGALEJO
(Estremadura) 1º de enero. Ayer al salir el sol vimos bajar por el camino de
Navalvillar de Pela un grupo considerable de caballería; y como ninguna noticia
teniamos de que pudiesen ser facciosos, nos persuadimos que eran tropa
nacional: sin embargo se empezó á correr la voz de que tenían á algunos
paisanos, y esto nos hizo dudar. Nos reunimos en virtud de esto 16 hombres, y
nos retiramos á la iglesia, saliendo dos á reconocer qué gente era, pero este
reconocimiento se hizo á poca distancia del fuerte porque era facil que la
caballería cortase a los esploradores y los quitase la vida antes de llegar á
dicho punto: los facciosos se pararon a la entrada del pueblo; y mandaron una
guerrilla de caballería que se aproximó á tiro de perdigones á los dos
esploradores nuestros; se dieron el quién vive, y respondieron Carlos V,
dispararon los dos nacionales su arma, replegándose al fuerte; la avanzada
facciosa lo hizo á su columna, que estaba en la Puentezuela fuera del pueblo.
En este estado de ¿qué harán? se nos presentó por el alcalde un oficio del gefe
faccioso titulado don Juan de Verser o Varser , capitan de Palillos que decía:
que dicho su general le mandaba que viniese á poner en paz á este país, y que
por lo tanto no se haría daño al pueblo ni á los defensores del fuerte; pero
que era preciso que le entregasen nuestras armas y municiones, doscientas
raciones de pan; 50 fanegas de cebada y mil duros, y de no acceder haría a este
pueblo los daños que á Castelblanco, exigiendo que se le contestase por
escrito. No teníamos ni quisimos (... ilegible) producto del alcalde,
devolviéndole (...), y ofreciéndole las raciones de cualquiera especie que
necesitase; pero negándonos a la entrega de las armas y cantidad pedida en
metálico, y añadiendo que las raciones se les sacarían fuera del pueblo y que
les hariamos luego en el momento en que entrasen en él ó robasen algún vecino ó
casa. Volvieron á insistir en que se les diesen las armas y no sufriría nada el
pueblo, y 15000 reales en vez de 20000. No se accedió a ello, y empezó el
tiroteo, se bajaron de los caballos y cuidando de evitar los fuegos del modo
que les fue posible, acometieron los tambores del fuerte, llevando por delante
infinidad de mugeres y niños con leña y tizones encendidos para tomar los
fuertes, y que nuestros disparos diesen en los paisanos, pero afortunadamente
no sufrieron estos ningún daño de nuestra parte y matamos cinco facciosos,
llevandose heridos algunos más que en muy mal estado dejaron los bagajeros al
huirse de la facción: los defensores del fuerte no sufrimos ningún daño,
retirándose la facción á las cuatro de la tarde. El pueblo ha sufrido mucho, han
sido saqueado la mitad de las casas é incendiadas doce ó catorce ; algunas del
todo reducidas a cenizas. No han respetado opiniones habiendo robado y quemado
casas de acérrimos carlistas; pero lo más sensible de todo es el asesinato de
siete hombres, cinco mugeres y un niño á cuchilladas y estocadas, sin otra
causa que no querer las unas ceder a sus torpes deseos, y los otros huir de
ellos porque les daban palos sin cuento ni consuelo: el pueblo ha quedado
horrorizado y tiene una prueba práctica de lo que son los facciosos que no
olvidarán nunca, ayer eramos 16 a defendernos y hoy somos 50.
Hemos
perdido mucho, pero paciencia, tenemos ya el gusto de habernos librado de la
muerte por nuestros puños. A poco de marchar los facciosos, la avistó la
columna de la línea, fuerte de 90 caballos de la Reina y 200 infantes y los
corrieron hasta el Rincon, la columna ha pernoctado aquí y salió esta mañana en
persecución del enemigo; han perdido una ocasión de acabar con la facción y
acaso no se presente otra.
En la crónica se hace referencia a las amenazas que los facciosos hacen a los nacionales de hacer los daños que habían provocado en Castelblanco (Castilblanco) Badajoz unos días antes, el 30 de diciembre de 1838, daños superados con creces en el caso de Madrigalejo. En aquella acción Castilblanco fue atacado por una facción Palillos al mando de El Capador, un francés cuyo oficio era castrador. Al frente de 250 jinetes y 50 infantes atacó la población defendida por 50 soldados y 10 paisanos que hubieron de refugiarse en la iglesia ante el elevado número de asaltantes. Las ofertas que les hicieran El Capador fueron rechazadas por los sitiados, por lo que los facciosos "prendieron fuego al pueblo por ocho puntos distintos, y se entregaron al robo y destrucción de cuanto se presentó á su vista, cometiendo toda clase de crímenes y tropelías que el pudor no permite enumerar". El balance fue la muerte de un hombre: Esteban Guerra Aguado, el incendio de 36 casas, más de 100 heridos y el robo de 60 caballerías que utilizaron para trasportar el producto de la rapiña.
A continuación la crónica vuelve a reiterar el asunto de los indultos: "Se sabe de positivo que los malvados de que se hace mérito son en su mayor parte de los indultados por el general Narváez, los cuales han vuelto á sus usos, ya por su malignidad ya por una invitación de Palillos, donde se les imponía pena de la vida al que no volviese á las filas bandálicas". Concluye la crónica confirmando la entrada de los facciosos en Madrigalejos.
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Mancheta de Eco del Comercio de 10 de enero de 1839 |
De nuevo en el Eco del Comercio, del 3 de enero de 1839, dos meses antes de los hechos que se recuerdan en las inscripciones de Orgaz, leemos la crónica en la que se propone eliminar los grupos de apoyo que alientan a las facciones carlistas en los pueblos como medio más eficaz de erradicarlas:
"(...) El rigor saludable con los patrocinadores que dichos grupos tienen en los pueblos y en las bien entendidas y justas represalias contribuirán acaso más que los movimientos militares al objetivo indicado. En
Toledo y la Mancha se necesita más que parte alguna desarrollar este saludable
sistema y ayudarle con la persecución activa. En la primera de dichas
provincias campean todavía las hordas de foragidos causando grandes males; en
la segunda se ha presentado nuevamente el feroz Palillos, y ha publicado el
bando más atroz que salir puede de cabeza humana, de que ya dimos copia en
anteriores números.
Contra esta ferocidad es necesario desplegar todo el rigor de las represalias y felicitamos al señor Aristizabal, comandante general de la Mancha, por el buen principio que ha dado al desempeño de su comisión, exortándole á que siga la marca comenzada, reforzándola tanto como lo exijan los desmanes de los enemigos.
Mientras tanto continúan los ataques de la facción a distintas poblaciones tanto en Toledo como en Extremadura; las represalias son sumarias y contundentes. En crónica de 11 de enero, antes del relato del ataque a Madrigalejo, se informa de una acción contra una cuadrilla de la facción Palillos al mando de un tal Polero que, tras ser detenido y confeso, es fusilado en Almagro:
"El
capitán general de Castilla La Nueva, refiriéndose á comunicación del
comandante general de las provincias de Ciudad Real y Toledo, fecha del 4,
manifiesta que al regresar el capitán del 3.º ligero de caballería, don Ramón
María Figueroa, de escoltar a Manzanares los caballos requisados, tuvo aviso de
hallarse una partida de facciosos robando á unos carreteros en la venta
Quemada, y apresurando aquel su marcha cargó decididamente á un grupo de siete,
de los cuales quedaron cinco en su poder, entre ellos el cabecilla Polero, que
por haber confesado que era capitán de la facción de Palillos fue fusilado en
Almagro, cogiéndole igualmente cinco yeguas y otros tantos armamentos".
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Iglesia de Santo Tomás de Orgaz |
Los municipios, como el de Orgaz, según comenta la publicación de su Ayuntamiento en 1906, organizaron Milicias Nacionales con el fin de defenderse de los ataques de los grupos facciosos, la milicia estaba "preceptuada por la constitución política de 1837, la que por turnos vigilaba de noche las puertas de entrada de la población, y durante el día había en la torre de la iglesia un centinela encargado de avisar al vecindario, por medio de cuatro campanadas, la presencia de faccioso, a cuya señal se reunían los Milicianos, y comandados por su Jefe se aprestaban a la defensa". La defensa de Orgaz hasta entonces había sido eficaz y los milicianos habían rechazado en varias ocasiones a los facciosos.
Para conocer los hechos de aquel 25 de febrero de 1389 vamos a resumir la narración que el Ayuntamiento de Orgaz publica en 1906:
El día 25 de febrero de 1839 a las seis de la mañana sonaron las campanas de la iglesia como señal que anunciaba la presencia de facciosos. Acto seguido se reunió la Milicia Nacional de Orgaz, al mando de don Ramón Perea de las Infantas, que en diferentes ocasiones había conseguido rechazar a estos grupos. Salieron los milicianos al campo a caballo y a pie, desordenados, seguidos también a pie y a considerable distancia por su jefe don Ramón Perea de las Infantas, el hijo de éste y otro vecino, en total 48 vecinos que formaban dicha Milicia.
Los vecinos divisaron en el camino de Arisgotas tres facciones de caballería y supusieron que irían, como en otras ocasiones, a robarles las labores por lo que se dispusieron a seguirlos. Los facciosos emprendieron la retirada hasta seis kilómetros de la villa, hasta el lugar "corrales de Silvestre". En este punto aparecieron 180 facciosos a caballo capitaneados por Rito Flores que cayeron sobre los milicianos pasando a cuchillo a 23 de ellos y apresando a 11 más, "sin otro fin humillatorio que exigirles gruesas sumas por sus rescates". Otros 3 consiguieron escapar perseguidos a caballos por 4 facciosos, "hasta cerca de la llamada puerta de Belén" donde los facciosos temerosos de ser disparados desde allí abandonaron la persecución. Detrás de los facciosos corrían otros a caballo; el capitán de la Milicia, y sus dos acompañantes salieron en defensa de los perseguidos creyendo ver en uno de ellos a otro hijo del capitán, dispararon sin hacer blanco y fueron también asesinados a cuchilladas "hasta desmenuzarlos el cráneo". Otros 2 milicianos consiguieron escapar a caballo; tal era la confusión que el primero de ellos creía que su perseguidor era un faccioso, y el segundo arreaba con toda furia a su caballo temiendo quedarse solo mientras que, el resto de facciosos creyeron que el segundo era de su grupo y que acabaría alcanzando al miliciano. Tal fue la excitación a la que sometieron a los caballos que uno de los animales cayo muerto al llegar a la casa de su dueño.
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Puerta de Belén hasta donde los facciosos persiguieron a los milicianos |
Los facciosos acabaron entrando en el pueblo asesinando al menos a otras 9 personas, incendiando casas y violando a una mujer. En pleno pillaje una columna de tropas reales apareció con 25 leales que pusieron en fuga a los facciosos aunque éstos en su huida se llevaron consigo a 11 milicianos hasta Porzuna donde llegaron descalzos y ateridos de frío. Después de torturarlos les obligaron a escribir cartas a sus familiares pidiéndoles rescate que si no eran atendidas serían fusilados. De los apresados 5 fueron rescatados mediante pago y el resto fueron fusilados en la plaza pública y abandonados sus cuerpos hasta que el Teniente cura de Porzuna los recogió, ya en putrefacción, y les dio sepultura.
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Pirámide que conmemora la muerte de los milicianos camino de Arisgotas |
En El Castellano, periódico también de Madrid, publica el 13 de marzo de ese año la siguiente crónica en la se alude a los hechos de Orgaz y a quienes se rinde homenaje en la pirámide. Está fechada en Trujillo el día 9:
" En los días anteriores se presentaron en la Jara como prisioneros el titulado
comandante de escuadron don Justo Hierro, un teniente y el asistente del
primero: los tres han preferido sacrificar su libertad á permanecer unidos á
Palillos.
Nuevamente
se han presentado en la Nava el cabecilla Felipe Muñoz con 18 facciosos á
caballo; Dicese que viene a vengar la muerte de su padre el tio Pedro, que ha
sido asesinado por los Palillos; este tal tio Pedro fue antes presidiario y
ahora por comisión de su hijo perseguia á los facinerosos que con nombre de
carlistas solo se ocupaban en asesinar, robar y asolar.
En un breve se hace mención, en el mismo periódico, unas líneas más arriba del texto anterior, que unos días antes, debe referirse al jueves 3 de enero de 1839: "Palillos con dos ordenanzas llegó el jueves á Morella, y está con Cabrera". Es interesante esta cita porque en marzo de ese año Cabrera recibe la orden de reorganizar las fuerzas carlistas de La Mancha por lo que se supone que Palillos unirá sus fuerzas a las del Maestrazgo y marcharía al exilio una vez concluida la guerra en septiembre de ese año como indica la ficha de la Real Academia de la Historia.
Unos días después, el 24 de marzo El Piloto, periódico de Madrid, detalla la liberación de Pedro Perea y el fusilamiento de unos de los nacionales secuestrados por la facción, Quintín López Mancebo por la imposibilidad de pagar su rescate debido a su pobreza. La misma crónica se repite al día siguiente en Eco del Comercio.
LA
MANCHA. ASESINATO DE UN NACIONAL DE ORGAZ. ORGAZ 19 de marzo. Ningún
acontecimiento importante , fuera de los que después diré, ha tenido lugar en
estas cercanías desde el día 8 del actual, en que detallé a VV. los deplorables
sucesos que presenciamos en esta villa el 25 de febrero. Desde entonces, sin
descanso he llamado la atención de las autoridades superiores de la provincia
con el fin de mejorar la desgraciada suerte que amagaba á los prisioneros, cuya
vida se halla hoy en el mas inminente peligro, según ha dicho en el pueblo D.
Pedro Perea, que era uno de ellos, y ayer á las once y media de la noche logró
restituirse al seno de su familia desgraciada. Este, después de haber perdido
en aquella jornada á su padre y hermano D. Ramón y Celestino, ha tenido que
aprontar cien mil reales por su rescate.
Serían
las tres y media de la tarde de ayer, cuando don Pedro se separó de los
facciosos; pero antes fusilaron estos por órden del cabecilla Rito Flores, al
nacional Quintin Lopez Mancebo, porque su pobreza no le permitía proporcionar
medios de comprar su vida. Quedan reducidos á la mendicidad su muger y cuatro
hijos menores.
Los
ocho prisioneros que permanecen todavía en poder de la canalla, esperan una
suerte igual, y tienen fijado el día 21 del mes próximo como último plazo que
les conceden, para que, ó aporten las cantidades pedidas, ó sufran las penas de
ser pasados por las armas.
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Mancheta de El Correo Nacional de 13 de abril de 1839 |
Terminamos con la publicación de El Correo Nacional del 13 de abril de 1839 la relación que hace el comandante general de Ciudad Real y Toledo en la que parece concluir con los hechos del 25 de febrero en Orgaz y las represalias que se tomaron:
NOTICIAS
DE LA MANCHA Y TOLEDO
Represalias
suspendidas. (Del Boletín Oficial de Toledo). Comandancia general de las
provincias de Ciudad Real y Toledo.- Habitantes de las provincias de Ciudad
Real y Toledo.- He ofrecido a vosotros a S.M. y al mismo Palillos que ninguno
de sus atentados quedará sin castigo mientras yo mande en estas provincias. En
virtud de esto, el primer aviso que tuve de que los malvados había fusilado
siete prisioneros en Porzuna, dí la orden, que ya estará ejecutada, de fusilar
otros tantos en Ciudad Real de los varios prisioneros que de allí y aquí deben
sus vidas á nuestra generosidad, tan mal pagada por nuestros enemigos. Después
supe que los asesinados en la Porzuna eran los infelices vecinos de Orgaz, de
los cuales de algunos habían recibido ya cantidades exorbitantes por su
rescate. Tamaña perfidia y atrocidad estremeció mi corazon y me hizo conocer
era necesario un ejemplo más eficaz que el fusilamiento ya ordenado. Dispuse
pues, y estaban ya entendidas las órdenes, que insaculando los nombres de todas
las personas que tengo en mi poder de las familias de los rebeldes siguientes,
Palillos, Valentín Ortega, Chalco, el Mestizo de Ajofrín, Revenga, Rito Flores,
los Marrajos, el Chisme y Froilan de la Fuente, que fueron los que más
figuraron en el hecho, se sorteasen otros siete que fuesen pasados por las
armas en la plaza de la Constitución del desgraciado Orgaz, para hacer respetar
á los facciosos con su propia sangre los santos derechos de la humanidad que
atropellan á cada instante.
En
este estado recibo á noche comunicacion segurísima entre los enemigos, en que
se me manifiesta la oposición que encontró en muchos de ellos tan sangrienta
catástrofe, producto solo del alma negra de Palillos, y de su segundo
Madridejos, y que el temor de las represalias que yo tomase ha escitado sus
ánimos hasta el punto de estar dispuestos á deshacerse de tan execrables malvados,
y librar al mundo de la presencia de estos dos tigres, á quienes nunca se ve en
el campo de combate, sino en el de los cobardes asesinatos. En vista, pues, de
la reprobación universal que entre sus mismo secuaces ha tenido el crímen tan
abominable, he resuelto no derramar aun por esta vez la sangre de sus
partidarios, que reclamaban en justa espiacion los manes de las víctimas de
Orgaz; pero como una advertencia de que otra vez seré enexorable , y que para
que sepan los enemigos la suerte que espera á sus familiares, deudos y
queridos, conmuto sin ejemplar la pena capital por 50 palos, que llevarán en la
plaza mayor del pueblo donde están presas, , cada una de las personas de las
familias expresadas, y sus mancebas detenidas. Repito que las muertes y
asesinatos que se cometan por los rebeldes, ninguna quedará sin castigo; asi
como las leyes de la guerra entre personas racionales jamás será violadas por
mi. Toledo 5 de abril de 1839.-
El
comandante general de ambas provincias
ARISTIZABAL.
Es
copia.- El coronel gefe de E.M.
Jose
de Orive
Es
copia P.A.D.S.B.C.G. El coronel comandante de armas,
Rosendo
Nevares
A
continuación, en la columna siguiente, podemos leer unas noticias redactadas en
breves, tituladas HORROROSAS NOTICIAS ATROCIDADES DE LOS FACCIOSOS DE LA MANCHA
Y TOLEDO (Por Piloto) entre la que destaca el hallazgo de los cuerpo insepultos
de los nacionales de Orgaz secuestrados y fusilados. Entre otras atrocidades detallan cómo el comandante Arribas llegó a los
montes donde disponía su campamento "el infame Palillos y su canalla"
donde encontraron un panorama aterrador, "un cadáver colgado entre dos árboles y carcomido de los
lobos: este desgraciado parecia ser el alferez de coraceros que sorprendieron
en las inmediaciones de Toledo"; a la izquierda de éste "estaba una
cadena larga y delgada amarrada a dos árboles, de la cual pendían algunos
trozos de hombres comidos de lobos"; y concluye, cuando encontraron los cuerpos de los componentes de la milicia de Orgaz que "Se hallaron también muertos é
insepultos á los desgraciados prisioneros de Orgaz que se llevaron el dia que
penetraron en aquella villa".
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Vista de la población de Orgaz desde el adarve del castillo |
Juan Vicente Rujeros, Palillos, según la ficha de la Real Academia de la Historia, nació en Almagro (Ciudad Real) en 1787 y no se tienen noticias de él después de 1839 cuando termina la I Guerra Carlista. Fue guerrillero y general carlista, en 1820 era agrimensor hacendado y poseía una fábrica de vinos y licores, y comerciaba con telas. Durante el Trienio Liberal (1820-1823) estuvo preso por desobedecer al gobierno y fue comisionado en secretos militares. Fue ascendido hasta alcanzar el grado de comandante, aunque en 1824 sólo se le reconoce el grado de teniente. Se ignora cuando se adhiere al movimiento carlista, pero en 1837 tenía el grado de brigadier. En 1838 intentó tomar Ciudad Real sin conseguirlo aunque aniquiló la columna realista que salió en su persecución. En junio de 1839 tenía a sus órdenes quinientos jinetes y trescientos infantes, aunque éstos solían actuar en cuadrillas de seis a ocho individuos, y contaban con el apoyo de varias poblaciones que los auxiliaban y abastecían. Como medida de seguridad, contaba con dos lugartenientes que lo seguían siempre separados y a distancia de él. Su hijo murió en combate contra las tropas isabelinas en febrero de 1839 y su madre, con 80 años fue fusilada ese mismo año. Tras la firma del Tratado de Vergara (31 agosto 1839) que ponía fin a la guerra, en septiembre el comandante general de La Mancha le propuso acogerse a indulto, aunque no se sabe si de buena voluntad o con el propósito de capturarlo. Es probable que, tras unirse a Cabrera en marzo de 1839, se marchase al exilio sin volver a tenerse noticias suyas.
Para esta entrada he consultado la siguiente documentación;
Breve reseña que el Ayuntamiento de la muy noble, leal y antigua Villa de Orgaz hace de las víctimas inmoladas por la facción Palillos el día 25 de febrero del año 1839. Toledo: Imprenta Escuela Tipográfica y Encuadernación Colegio de María Cristina. 1906. Edición electrónica de Jesús Gómez, 2002. Disponible en: www.villadeorgaz.es/orgaz-faccion-palillos-relacion.htm
Eco de Comercio, 1838 de 04 Enero; 1839 de los días 03 y 11 Enero; y el 25 Marzo, BNE/Hemeroteca
El Castellano, 1839, 13 Marzo, en BNE/Hemeroteca
El Correo Nacional, 1839, 13 Abril, en BNE/Hemeroteca
El Piloto, 1839 de 24 Marzo; en BEN/Hemeroteca.
Juan Vicente Rujeros, Palillos, Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera, Alfonso, en ficha de la Real Academia de la Historia en dbe.rah.es/biografias
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