lunes, 13 de junio de 2022

Torres de Quart


Una de las visitas más interesante en la ciudad de Valencia son Las Torres de Quart, restos de su muralla medieval. Espléndidas, más sobrias que las Torres de Serrano aunque, como indica Ruibal, "más altas y fuertes". Están construidas en mampostería y tapial "salvo los ángulos y cuerpos superiores que son de sillería". Habría que añadir que tampoco tienen la visibilidad que las de Serrano que se encuentran frente al Turia, éstas están encajonadas entre la calle Quart y la calle de Guillem de Castro y carecen por tanto de vista panorámica.

LA TORRES

En la escasa información que nos ofrece el folleto turístico que nos dan en la entrada, podemos leer que "las Torres de Quart formaban parte de la muralla medieval que rodeaba el casco antiguo de la ciudad y tuvieron un importante pasado en la historia de Valencia ya que su función principal era defender la ciudad de posibles ataques enemigos. Fueron construidas entre 1441 y 1460. De estilo gótico ojival, las Torres de Quart están hechas de cal y canto mediante encajonadas, utilizando la piedra tallada sólo en los ángulos, arcadas y cuerpos volantes. En su fachada exterior se aprecian marcas de proyectiles lanzados contra la ciudad en diversos asedios. Las torres de Quart eran, por excelencia, la entrada a Valencia desde el Reino de Castilla, y en la actualidad continúan indicando al visitante el lugar donde comienza el centro histórico de la ciudad".

Torres con la base alamborada de sillería sobre la que se levanta en tapial
el cuerpo de la torre. En ellas se aprecian varias aspilleras y una tronera
de cruz y orbe así como varios impactos de artillería y fusilería.

Amador Ruibal precisa sobre su construcción que ésta la emprende Pedro Bonfill en 1444. Se compone de dos torres, "semicilíndricas tienen la base alamborada que encuadran la entrada". Están rematadas por un cinturón de matacanes que son independientes entre sí y del que existe y defiende la puerta de acceso a la ciudad. Esta última cuenta además con una zona superior, también almenada, que comunica ambas torres. Ésta es una de las diferencias, nos recuerda, que tiene con las de Serranos. La entrada está formada por un gran arco de grandes dovelas en las que se observan varios disparos de artillería.

Puerta de acceso a la ciudad de grandes dovelas con impactos artilleros

El acceso a las torres se hace por la parte trasera, por una escalera desde el interior de la ciudad. Esta puerta de acceso está rematada con alfiz y se encuentra a gran altura, En el lateral de esta puerta se encontraba a su vez el acceso al adarve. Llama poderosamente la atención las bóvedas, unas de sillares y otras de ladrillo correspondiéndose las primeras a lado recto de la torres y las segundas con el lado curvo. También son de destacar las marcas de cantero y algún graffiti que se observan en los muros y unos dibujos esquemáticos que no supieron explicar y que se han mantenido tras la restauración y limpieza del edificio.

La torres desde el interior de la ciudad

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Comenta Ruibal que las torres además de su carácter defensivo pronto tuvieron otros fines. En el siglo XVII sirvieron de prisión de mujeres. A tal fin se realizaron obras que modificaron su estructura interior original para ser usadas también,  más tarde, como prisión militar. Esta última función se mantuvo hasta el primer tercio del siglo XX.

Torre norte en la parte inferior se ve la puerta de acceso al adarve

Tuvo especial protagonismo durante la Guerra de la Independencia cuando resistió el asedio con el que el mariscal Moncey pretendía someter a la ciudad y del que se conservan las marcas de los proyectiles, tanto de artillería como de fusilería, que pueden verse en toda la fachada y que se han mantenido tras la restauración de ambas torres. El episodio al que se refiere Ruibal es del inicio de la Guerra de la Independencia tras el alzamiento de mayo de 1808 en Madrid. Tras reprimir el levantamiento en Madrid, el mariscal Moncey es enviado a Valencia donde llegó a principios de junio al frente de 11.000 hombres y algunas piezas de artillería, para sofocar el levantamiento en Valencia. La defensa de la ciudad corrió a cargo del mariscal de campo Felipe Augusto Saint Marcq, en aquel momento el oficial de mayor rango en la ciudad, que contaba con 4.000 hombres para su defensa. Tanto la defensa organizada por Saint Marcq como la llegada de refuerzos desde el norte, obligó a Moncey a retirarse sin lograr su objetivo. Desde entonces pueden verse las marcas del asedio a la ciudad.

Matacanes de la torre norte, bajo el bocel  de los matacanes se puede ver
la construcción en tapial y mampostería del lado curvo de la torre

Para esta entrada he consultado, además del pequeño folleto de información turística del Ayuntamiento de Valencia, la siguiente documentación:

Isabel Sánchez, José Luis, Felipe Augsuto de Saint Marcq y D'Ostrel, en Real Academia de Historia en dbe.rah.es
RuibalAmadorCastillos de Valencia, Ed. Lancia, 1998

Coronamiento de matacanes de la torre Norte, el paso superior almenado 
que comunica ambas torres y la puerta de acceso a la torre

Bóveda del primer piso de la torre Sur construida en sillería, corresponde
al lado recto de la torre

Bóveda del primer piso de la torre Norte construida en ladillo, corresponde
 al lado curvo de la torre

Pintura en el interior de los laterales de la torre Sur

Marca de cantero y pintura en la torre Sur

Tronera de cruz y orbe sobre el bocel del alambor de la torre sur

2 comentarios: