Habíamos llegado a Alba de Tormes desde Ávila, por la A-50 y en Peñaranda de Bracamonte el desvío a la SA-114. Se estaban celebrando las Edades del Hombre entre ambas ciudades, e hicimos una parada programada en el punto intermedio, Peñaranda de Bracamonte. Una vez en Alba nos dividimos para visitar unos las Edades en torno a Santa Teresa de Jesús y otros el castillo de los duques de Alba. Llegamos hasta el puente que cruza el Tormes, a escasos metros el visitante se encuentra con "el torreón o turrión", torre albarrana pentagonal que domina el puente y pertenecía a la cerca de la villa medieval. Callejeando a pocos metros se puede ver el torreón de la Armería o torre Blanca, impresionante torre y único edificio en pie de lo que fue un fabuloso castillo-palacio renacentista.
Torreón o turrión, torre albarrana pentagonal de la cerca medieval |
EL CASTILLO
Comenzamos siguiendo a Cooper que nos introduce, con dudas, en los restos de la fortaleza: "Hoy día es difícil determinar el papel que jugaba el
"torreón de la Armería", con sus estribos y empalmes de cuerpos
adjuntos, ahora destruidos, en la red de fortificaciones completada por la
murallas de la población. Es lógico suponer que fuera la torre del homenaje,
aunque fácilmente se hubiera perdido entre todos los otros edificios". En la misma línea describe Cobos el conjunto que fue el castillo a finales del siglo XVI: "un complejo edificio formado por parte de un castillo de planta regular con torre del homenaje y torres circulares en las esquinas, característico de la segunda mitad del siglo XV, una amalgama zona palacial, donde se integraba la galería italiana y una espléndida torre circular, la torre Blanca". La torre, añade, plantea serios problemas con el resto del edificio pues podría considerarse parte de un castillo independiente que comenzó a construirse sin llegar a terminarse.
Torre de la Armería y restos de la torre circular noreste |
Según Pinilla la primera referencia del castillo es de época de la repoblación de la Extremadura Leonesa que junto a otras fortalezas defendía la línea fronteriza del río Tormes. En 1140 cuando Alfonso VII otorga fuero a la villa, el castillo ya se menciona en varias disposiciones. Hasta el reinado de Juan II tendrá varios propietarios hasta que el rey lo confisca al infante Juan de Aragón y lo cede al obispo de Palencia don Gutierre Gómez de Toledo; a la muerte del obispo lo heredará su sobrino Fernando Álvarez de Toledo, conde de Alba, a cuya casa ducal pertenecerá hasta hoy.
Torre de la Armería vista desde el oeste del patio central |
Una vez en posesión de la casa de Alba el castillo sufrirá varias reformas y ampliaciones. Las primeras reformas las inicia don Gutierre de Toledo, que en 1439 hizo reparaciones en la cerca de la villa y en el castillo por un importe de veinte mil maravedíes "porque cumple a servicio del rey e del dicho señor obispo segund los bollicios del reino e el dicho castillo esta mal reparado" (Cobos). El primer duque, García Álvarez de Toledo acometerá primero obras de reforma entre los años 1473 y 1479, y a finales de la década de 1480 "debieron de comenzar las obras que transformaron completamente el viejo edificio, convirtiéndolo en castillo-palacial con barrera sin torres" como lo estaban los de Manzanares el Real (Madrid), Mombeltrán (Ávila) y Belmonte (Cuenca).
Vista desde la torre de la Armería: zona norte, abajo el patio con el aljibe |
Cabe destacar los nombres de algunos de los autores de estas obras. Cobos indica que en 1487 el cantero Martín Caballero era maestro mayor de las obras del duque, cargo que ocupaba en 1503 Fadrique de Arelar. Por su parte Cooper nos detalla algunos pagos a canteros y oficiales de estas reformas del período de 1473 a 1479: "a Machyn de Garnyca cantero vesino de Salamanca cinco
myll maravedis para a cuenta de ciertas obras que el por mandamyento myo tyene
cargo de faser en este my alcaçar de Alua", y probablemente al mismo cantero "al dicho Machyn cantero treynta myll maravedis que le
eran deuydos e le restaua por pagar de cierta obra que por mandamiento de su
señoria fiso en las caballerisas del alcazar de Alua la qual dicha obra fue
tasada en dos sientos myll maravedis"; y otro, el maestro yesero Abdalla a quien el duque ordena que al "dicho maestre Abdalla labrare en
el alcaçar de Alua le de tres reales para su rropa e mantenymiento". En total, concluye Cooper, entre 1473 y 1479 "La
suma total de lo gastado en construcciones en el castillo de Alba entre esas
fechas es de 377.325 maravedís". Y que aunque no se precisa la fecha, "pero probablemente coetánea, el duque
de Alba encargó ciertas obras en el palacio de Alba de Tormes a Juan Guas".
Dependencias del ala oeste del castillo y patio central |
Sobre la construcción de la torre Blanca o de la Armería, hay disparidad de fechas. Pinilla hace una breve descripción y fecha de construcción: "un torreón circular, obra del XV, rematado por una cornisa sobre modillones imitando matacanes". Mientras que Cobos la fecha en el primer tercio de XVI, pocos años antes de construir la galería "de estilo italiano con mármoles de Carrara atribuida a Gian Giacomo della Porta y a Nicolao de Posta". Las medidas que nos la proporciona Cobos de la torre son: un diámetro de 18 metros, el grosor de los muros de casi 4 metros que recuerdan a los "de Villalpando, Berlanga, Las Navas del Marqués o Cuéllar, y los contrafuertes que presenta no serían otra cosa que adarajas de un fuerte artillero que no llegó nunca a terminarse". El torreón está dividido en cuatro plantas; la segunda destaca por sus pinturas al fresco realizados entre 1567 y 1571 que representan episodios de la batalla de Mühlberg en la que el Gran Duque de Alba tuvo una destacada participación (Pinilla). El torreón es reformado (Cobos) a partir de 1566 con el fin de decorar las bóvedas con los mencionados frescos que el Gran Duque manda pintar a "Cristóbal Passins y a su hijo Juan Bautista y a Miguel Ruiz de Carvajal" -la cartela informativa indica que Cristóbal y Juan Bautista eran hermanos-. Estos frescos, recuerda Cobos, los manda restaurar junto con el resto de la torre doña Cayetana, la anterior duquesa de Alba.
Detalle de los modillones "a modo de canecillos" de la torre |
El Gran Duque añadirá en 1575 a su mayorazgo toda la artillería y pertrechos ganados al enemigo "en las jornadas de Alemania, Italia y Flandes" que reúne "en nuestra fortaleza de Alba", en la que deben quedar perpetuamente, sin menoscabo ni división para el servicio de sus sucesores y "los reyes de Castilla". El patio del palacio, podemos leer en las cartela informativa, "se convirtió a través de su arquitectura y su decoración en un elemento de identificación familiar con una enorme carga simbólica", a continuación añaden una cita de Antonio Ponz en 1788: "En el patio principal hay una galería alta y baja, con catorce arcos en cada una, y columnas caprichosas en la alta, figurando como cuerdas retorcidas entre istrías espirales desde la basa hasta el capitel. Las columnas de la galería baja son regulares pero con capiteles también caprichosos". En el centro del patio, a su vez, se excava un aljibe donde se recoge el agua de lluvia y, probablemente, la pizarra extraída pudo servir para obtener material de construcción. El aljibe tiene planta cuadrada, una profundidad de diez metros y aún se pueden ver los arranques de la bóveda que lo cubría. El agua se extraía a través de un pozo que se localizaba en el centro del patio. El castillo debió permanecer en este estado que maravilló a los viajeros ilustrados hasta que en la Guerra de la Independencia fue cuartel general de las tropas francesas, que lo abandonan sin destruirlo (Cobos). Apenas se retiraron los franceses las tropas del brigadier Julián Sánchez lo incendian y destruyen.
Aljibe excavado en el centro del patio central |
CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS
La historia del castillo aparece confusa entre las fuentes que he consultado. El castillo de Alba de Tormes formaba parte, como vimos al principio, de las fortalezas que se levantaron en la línea fronteriza que delimitaba el río Tormes en la repoblación de la Extremadura Leonesa (Pinilla). Esta repoblación fue encargada por Alfonso VI a su yerno el conde Raimundo de Borgoña (Martín). La primera etapa del castillo se remonta al nieto de aquél, a Fernando II de León quien manda construir una atalaya, que será transformado por Sancho IV en palacio que sería devastado durante la Guerra de las Comunidades (Gutiérrez) y sería reconstruido por el I Duque de Alba, reconstrucción de la que sólo queda una de sus seis torres.
Grabado de Jenaro Pérez de Villaamil. Siglo XIX |
Siguiendo ahora a Cobos, en 1304 el rey Fernando IV, para zanjar las disputas sucesorias que mantenía con el infante Fernando de la Cerda desde tiempos de Sancho IV, entrego la villa de Alba, además de las cercanas de Béjar y Corneja entre otras, al Infante de la Cerda según los acuerdos de Tordesillas. En 1312 el Infante de la Cerda incumple estos acuerdos por lo que el rey cerca y asediada la villa reconquistándola. En 1317, durante la minoría de edad de Alfonso XI, el concejo de Alba decide entregar el castillo a Diego Gómez de Castañeda a cambio de la defensa de la villa. A principios del XV la villa pertenece a Fernando de Antequera "que en 1411 había pedido a los judíos de la alhama de Cuéllar 6.100 mrs. para ayudarle en la compra de la villa". En 1422 el hijo de éste, el infante Juan de Aragón, futuro rey de Navarra, es quien solicita una fuerte suma de dinero para el castillo que, en 1429, le es confiscado por el rey Juan II de Castilla que lo donará ese mismo año a don Gutierre de Toledo, obispo de Palencia.
Grabado de Gustavo Doré. Siglo XIX |
Como hemos comentado, a partir del Obispo de Palencia el castillo pasa a la Casa de Alba hasta la actualidad. A la muerte del obispo hereda la villa y el castillo su sobrino Fernando Álvarez de Toledo, I Conde de Alba, aunque Juan II se lo confisca en 1448. El conde había participado junto a la tropas de Juan II y del condestable don Álvaro de Luna en la batalla de Olmedo (1445) con la derrota y expulsión definitiva de los Infantes de Aragón de Castilla, el conde cambia de bando en favor del Infante Juan, futuro rey de Navarra, que lo provoca que en 1448 el rey de Castilla le confisque el castillo y lo encarcela durante seis años. Con la llegada al trono de Enrique IV, una de sus primeras decisiones es perdonar al Conde de Alba, aunque le retiene durante tres años más el castillo. A la muerte del conde en 1464 le sucede su hijo García Álvarez de Toledo, que en 1472 obtiene de Enrique IV el título de I Duque de Alba. Éste será quien acometa las principales obras y reformas del castillo; aunque el gran reformador de la fortaleza y constructor de la galería renacentista, como hemos comentado, es Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, III Duque de Alba, conocido como El Gran Duque de Alba. Las piezas de artillería que El Gran Duque había depositado en el castillo se utilizaron en 1637 -Cobos no especifica más que la fecha aunque es de suponer que se trata de las revueltas en ese año en Portugal y Cataluña contra Felipe IV-. Con posterioridad parte de estas piezas, 40 cañones, fueron fundidos por orden de Felipe V en 1705 durante la Guerra de Sucesión, aunque poco después, en 1710, el castillo fue ocupado precisamente por las tropas de Archiduque Carlos. Un siglo más tarde, en 1812 durante la Guerra de la Independencia fue Cuartel General de las tropas napoleónicas que, como hemos comentado, abandonaron el castillo sin destruirlo, -aunque hay autores que sí les atribuyen su destrucción-; inmediatamente es ocupado por las tropas del brigadier Julián Sánchez, quien ante el temor a la vuelta de los franceses, para evitar que se atrincherasen allí de nuevo, incendia y destruye el castillo. Como anécdota señalar que durante la ocupación francesa, según la guía turística, las tropas napoleónicas desfiguraron el busto de mármol del Gran Duque de Alba que podemos ver hoy en la torre de la Armería A partir de entonces el castillo comienza a sufrir un progresivo deterioro debido a su abandonado quedando tan solo en pie la torre de la Armería que vemos hoy.
Busto desfigurado del Gran Duque de Alba |
Para esta entrada he consultado la siguiente documentación, además de las cartelas informativas que hay en el castillo a las que pertenecen las imágenes de los grabados de Jenaro Pérez de Villaamil y Gustavo Doré y el plano del castillo:
Castillos de Zamora y Salamanca, Pinilla González, Jaime, Lancia, León 1995
Castilla y León. Castillos y fortalezas, Cobos Guerra, F. y de Castro Fernández, J.J. Edilesa, León 1998.
Castillos de Castilla y León, Gutiérrez, José Manuel, Edical, Valladolid, 2007.
Castilla y León. Castillos y fortalezas, Cobos Guerra, F. y de Castro Fernández, J.J. Edilesa, 1998.
Los castillos y fortalezas de Castilla y León, Martín Jiménez, Carlos M., Ámbito, 2003
La fortificación de España en los siglos XIII y XIV, Cooper, Edward, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
Los castillos y fortalezas de Castilla y León, Martín Jiménez, Carlos M., Ámbito, 2003
La fortificación de España en los siglos XIII y XIV, Cooper, Edward, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
Fernando IV, González Mínguez, César, en dbe.rah.es
Medallón del patio renacentista esculpido en mármol de Carrara |
Detalle de los frescos de la segunda planta que representan a Vulcano |
Detalle de los frescos de la segunda planta representando la batalla de Mühlberg |
Detalle de la bóveda de la segunda planta del torreón de la Armería con el escudo de la Casa de Alba |
Buenos días, me entristece que no sigas por este camino, me pregunto si algo ha pasado para detener tu maravilloso recorrido, espero equivocarme, un saludo.
ResponderEliminarBuenos días Rosa; el camino continúa con un nuevo recorrido que aún he de desarrollar como continuación a esta entrada del castillo de Alba de Tormes. Agradecerte que continúes siguiéndome y tus comentarios pero todas las entradas tienen un proceso largo y espero que al cabo no te defrauden. Un saludo
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