Siguiendo nuestro recorrido por los castillos de Guadalajara después de visitar La Torresaviñán tomamos la carretera GU-118, dirección a Sigüenza. Esta es una carretera estrecha y sinuosa que deja atrás las llanuras de la Alcarria para internarse en el Parque Natural del Barranco del río Dulce. A unos 7 km. a la izquierda está el desvío que nos lleva a Pelegrina, una pequeña población muy cuidada entre las hoces del río Dulce y la campiña donde destacan los restos de un castillo roquero esbelto que puede verse desde mucho antes de llegar al pueblo.
El enclave de Pelegrina, estuvo poblado desde antiguo; cuenta con los restos de un cercano castro celtibérico. En época más reciente su historia va aparejada a la reconquista de Sigüenza por el obispo Bernardo de Agén en 1124 a quien el rey Alfonso VII donará Pelegrina y sus alrededores. Serán los obispos seguntinos quienes inician la obra del castillo a finales del mismo siglo XII para destinarlo a lugar de reposo en un entorno de tranquilidad y belleza, aunque bien pertrechado por la cercanía de los reinos musulmanes;, a los pies de la fortaleza se fue desarrollando la población.
Respecto al saqueo que sufrió por parte de las tropas navarras, éstas se produjeron tras la toma de Torija en 1445 por el capitán navarro Juan de Puelles al servicio de los Infantes de Aragón que los enfrentaba a Juan II de Castilla, y que duró hasta que Torija fue reconquista en 1447 o 1452. Desde allí los navarros lanzaban operaciones de saqueo por los alrededores que llegaron incluso a las puertas de Madrid. Recordar que el infante Juan reinaría en Navarra también como Juan II, mismo nombre con el que reinaría luego en Aragón; aunque estos hechos se remontan a mediados de siglo y no a finales como nos sindica el texto de Layna Serrano.
No hay noticias del castillo hasta 1710 cuando fue incendiado por las tropas austriacas del general Guido von Starhemberg, tal como vimos en la historia de La Torresaviñán, en su retirada hacia Aragón tras la derrota que sufrieron en la batalla de Villaviciosa de Tajuña durante la Guerra de Sucesión. Posteriormente, según la mayoría de las fuentes, el castillo fue restaurado.
Un siglo después, fue testigo de la Guerra de la Independencia y pudo ser habitado por Juan Martín El Empecinado, jefe de la guerrilla en la zona de Guadalajara en lucha contra el ejército francés. Como medida preventiva el ejército napoleónico incendiará el castillo para evitar que fuese refugio del guerrillero, dejándolo prácticamente en las ruinas que conocemos en la actualidad.
El castillo dejó de pertenecer a los obispos de Sigüenza tras la abolición de los señoríos a principios del siglo XIX. Según Jiménez Esteban el castillo fue desamortizado, vendido a un particular y finalmente revertió en el pueblo. En la actualidad presenta en estado ruinoso. Desde él se dominan las hoces del río Dulce. un paseo muy agradable y donde el doctor Félix Rodríguez de la Fuente rodó parte de sus documentales para televisión.
Para esta entrada he consultado varias fuentes debido, sobre todo, a la disparidad de fechas y ambigüedad y generalidad de los hechos, pero sobre todo:
Castillos de Guadalajara I, Jiménez Esteban, Jorge, Libros Penthalon, Madrid, 1992.
Guía de Campo de los Castillos de Guadalajara, Herrera Casado, Antonio, Ed. Aache, Guadalajara, 2000.
Poder y sociedad en la Baja Edad Media Hispánica. Estudios en homenaje al profesor Luis Vicente Díaz Martín., Universidad de Valladolid, Valladolid, 2002.
También me han parecido interesantes los siguientes enlaces:
http://enlavilladeberninches.blogspot.com.es/2011/10/juan-de-puelles-y-carne-de-cabra.html
https://otraiberia.wordpress.com/2013/04/04/el-castillo-de-pelegrina-guadalajara/
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