No tendrá que añorar tras su muerte a sus hijos perdidos.
Para Iucunda, esclava de Manio Valerio Vitulo e hija de Nigella.
Desahuciada al acercarme a mis 16 años, cedí, vencida, al peso de mi destino.
He aquí lo que puede abatir mi corazón, lector, la causa prematura, lamentable,
de mi sepultura. Pero, llegada a mi fin, descanso en un lugar querido, antes que
las enfermedades destruyeran mi cuerpo con violencia de un tumor intolerable
para cualquiera, ahora, libre de preocupaciones, reposo bajo la hierba ligera.
Ahora os toca a vosotros el cuidado de mi sepultura, padres, mi querido esposo,
adiós para siempre.
Que a mí no me pese la tierra y a vosotros los dioses os sean favorables. Sé
propicia para esta citareda, como también Febo lo fue mientras viví.
conmovido sigo tras verla y leerla ayer mismo
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