sábado, 25 de octubre de 2025

Torre de Romilla


Había tenido conocimiento de la Torre de Romilla por un profesor que había llevado allí a sus alumnos. a "una torre nazarí, -me dijo-, en Romilla, cerca de Chauchina". Poco tiempo después, en una conferencia en la Asociación de Amigos de los Castillos sobre la Alhambra, el profesor Almagro Gorbea me comentó la publicación de un trabajo suyo sobre la torre y que lo podía encontrar en las publicaciones de internet del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Será con este trabajo del profesor Almagro con el que nos guiaremos toda vez que la cartela que hay frente a la torre puede leerse aunque con bastante dificultad.


LA TORRE

La Torre de Romilla o Torre de Roma se sitúa a unos cien metros de la salida del pueblo, en la margen izquierda del río Genil, donde  se levanta, según el profesor Almagro, "una torre de recia presencia". La torre se encuentra consolidada y presenta un aspecto excelente. De planta rectangular, las medidas que Almagro nos ofrece son de 9.47 m. x 7.10 m, de lado, y tiene en la actualidad una altura de 14 metros, aunque originalmente debió llegar a los 16 metros de altura. Los muros de la torre, sus paramentos, presentan una leve inclinación hacia el interior, por lo que en la parte superior tiene unas medidas de 9,10 m. x 6,85 m.,  lo que le confiere un aspecto troncopiramidal. Los lados más largos presentan una orientación norte-sur. Hacía el interior, sin embargo, los muros son verticales, teniendo en la base un espesor de 1,50 m. y de e1,35 m. en la superior. La torre, tal como describe Almagro, hacia el exterior tiene un aspecto de enorme solidez al carecer prácticamente de vanos y presenta los muros totalmente lisos, paramentos construidos con tapial de zahorra, tierra y cal que le proporciona gran dureza.

Cara Oeste de la torre con ventanal en el piso superior y dos aspilleras
en la planta intermedia

Aparte del vano de la primitiva puerta en la planta inferior, tan solo se abren una pequeñas aspilleras en la planta intermedia y una ventana en el centro de cada una de las caras de la planta superior. La erosión, detalla, "ha ido limando las aristas y dando relieve a los paramentos en los que ahora se pueden apreciar los mechinales de las tablas de atado de los encofrados del tapial y las junta de los cajones. Pero en sus orígenes la torre presentaba una geométrica desnudez que acentúa su aspecto adusto y potente de obra militar".

Cara Sur en la que se abre una ventana en el piso superior
algo mayor que las del Este y Oeste, y una aspillera

En la actualidad se accede a la torre por un hueco abierto en su lado oriental, aprovechando el primitivo emplazamiento, cuyas jambas y arco, que fueron de ladrillo, han sido arrancados, apreciándose solo unos pocos de éstos en el lado izquierdo fuertemente adheridos a la fábrica de tapial. En la parte superior está aún visible la caja de una viga que pudo servir para el anclaje de las gorroneras de la puerta.

Cara este donde se abre la puerta de acceso en altura, una
ventana en la planta superior y una aspillera en la interme-
dia. En la  parte superior y en el zócalo se aprecian las
marcas de las agujas de la fabricación  del tapial

No pudimos acceder al interior de la torre por lo que seguimos los aspectos más interesantes que nos apunta Almagro. Comenta que la panta inferior tuvo un suelo unos dos metros más alto que el nivel actual. Bajo la sala inferior y ocupando todo el interior de la torre, hubo un aljibe del que sólo queda parte de su bóveda, totalmente destruida y rellena de escombros. Para acceder a la torre debía hacerse por una rampa o bien mediante una escalera de mano. En total de su interior se distinguen cuatro espacios cubiertos con bóvedas: "como en el exterior, todo es adusto y severo, sin decoración alguna, pero precisamente por ello presenta una elegancia en las formas simples y rotundas que impresiona".

Cara Norte con ventana en la planta superior. Más austera carece
de aspilleras. En el zócalo se aprecian las marcas de las agujas de la
fabrica de tapial

El aljibe, hoy colmatado de escombros y del que se desconoce su altura, estaba cubierto por una bóveda  de medio cañón construida de ladrillo con orientación norte-sur. Sólo tenía un punto de acceso que sería por un orificio circular de 0,55 m de diámetro, a modo de pozo, que se sitúa en el ángulo noroeste y del que queda algo más de la mitad de su perímetro. El aljibe seguramente se abastecería de agua desde alguna acequia de las que riegan la vega al encontrarse la mayor parte bajo la cota del terreno.

Cara Este con la puerta de acceso en altura y cara Norte

A continuación el profesor Almagro hace una pormenorizada descripción de las plantas, las bóvedas de cada una de ellas, accesos y escaleras. Nosotros destacamos tan solo lo que pudimos ver desde el exterior. Las aspilleras presentan hacia el exterior unas medidas de 0,60 por 0,10 m. y hacia el interior de 0,80 m. Destaca la planta superior, con unas medidas de 5.40m. de largo por 4,05 de ancho, es la mejor iluminada al presentar tres grandes vanos de 1.07 m. de ancho en los lados este y oeste, y de 0.90 m. el lado sur. Las jambas son de ladrillo enjarjado en los cajones de la fábrica de tapial. Tras hacer un detallado estudio de las técnicas constructivas del tapial y los materiales utilizados, destaca sobre todo la técnica utilizada para la construcción de las bóvedas sin el uso cimbras.

Detalle de la ventana de la planta superior y las dos aspilleras de la cara
Oeste. La pérdida de material por la erosión permite ver el ladrillo original
y las marcas de los mechinales que dejaron las agujas del tapial


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

La función de la torre era vigilar el entorno de la vega y dar aviso a la capital. Según indica, los días claros desde el pie de la torre puede verse la Torre de la Vela de la Alhambra. Servía también de refugio para la población en caso de ataque garantizando su protección dada su solidez contra un ejército de algarada y rapiña toda vez que estaba abastecida de agua y vituallas. La torre posiblemente debió construirse en el siglo XIV y aparece mencionada en varios textos históricos según cita el profesor Almagro.

Sierra Nevada vista desde el pie de la torre en su cara Este

La primera de estas citas es la que se hace en la Crónica de don Álvaro de Luna, llamada Torre Roma, en la invasión que el condestable llevó  a cabo en 1431 por la Vega de Granada y que se dice que esta torre fue quemada (ed. Juan de Mata Carrioza, 1940). Nosotros seguimos la edición de Josef Miguel de Flores (1784). Transcribimos parte de la incursión del condestable por la Vega de Granada asolando los arrabales de Íllora y algunas alquerías, lo que nos proporcionar una idea más fidedigna del contexto geográfico e histórico:

Describe el texto que el Condestable había acampado en Alcalá la Real donde había pasado una noche de tormenta y fuertes vientos que había desbaratado algunas tiendas. Por la mañana, tras acudir a misa, puso en orden sus huestes, criados y nobles que le acompañaban, y se dispuso a entrar en tierras del rey de Granada:

"Puesto el Condestable en esta ordenanza, entró con su hueste en la tierra de los Moros, é pasó por Yllora junto con la villa, la cual es quatro leguas de la cibdad de Granada, donde le tiraron muchas saetas, truenos é lombardas. Fué assentar con su hueste en un cerro que es allende de la villa contra la vega: alli estaba una torre atalaya en que avia ciertos Moros. Alguna gente del Condestable le preguntaron, si mandaba que los combatientes é tomassen, é mostraron que lo pudieran bien facer. El Condestable les mandó que los dexassen, para que ellos libremente se pudiessen ir á facer saber la su ida á su Rey; ó á quien á ellos ploguisse; porque saliesse á pelear con él. Tanta voluntad avia de aver con él la batalla. Otro dia mandó ir al Adelantado Diego de Rivera, é Fernan Lopez de Saldaña. é á otros caballeros, á quemar el arrabal de Yllora: é aquestos combatieron é tomaron é entraron el arrabal, é quemaronlo, é truxeron los Moros á lo mas fuerte. Entre tanto que esto facian, el Condestable fizo levantar su hueste, é movió con ella contra la vega: é á la ida taló las huertas é panes de Yllora: é entró el Condestable con su hueste bien ordenada en la vega de Granada, é fué assentar con ella en el chaparral de Yllora, encima del rio Xenil, dos leguas pequeñas de la cibdad de Granada. De alli envió mill é quinientos rocines por corredores, los quales fueron del rio Xenil arriba, combatiendo é quemando muchas alcarias de Moros, las cuales serian más de cincuenta, matando é prendiendo los Moros que esperaban, é se ponian á defenderlas. Entre aquellas alcarias fue quemada una notable casa del Rey de Granada, que se llamaba Alacha, é otra que se llamaba Ecijuela, que es allende fasta media legua; en esta alcaria fueron quemadas muchas casas que avia en trno della. Fue quemada otra que se llama Roma, e otra que se llama Ansola, é assi otras muchas hasta una legua de la cibdad de Granada. El Condestable Don Alvaro de Luna, que muy grand deseo avia de verse en el campo con el Rey, é casa de Granada, envió desde allí su embajada á Mohamad Abenazar Rey de Granada, el cual se llamaba el Ezquierdo".

Mosaico de cerámica de Talavera con la representación del condestable don
Álvaro de Luna y el comienzo de la Crónica, en Escalona (Toledo)

A continuación se hace mención de la torre en la Crónica de los Reyes Católicos, donde según el profesor Almagro manda destruirla en la incursión que hizo por la vega en 1490. Reproducimos parte de la crónica de Hernando del Pulgar (ed. B.O.E.) Tras sentar el rey Fernando su real en el castillo de Moclín, el propio rey armó caballero a su hijo el príncipe Juan. El príncipe, junto a otros caballeros que él mismo había armado, organizó una salida "é tomaron la torre de Roman que está dos leguas de Granada, é ciertos Moros que en ella estaban, con cierto engaño". También se menciona la torre en el Catastro de Ensenada, aunque tan sólo sé hace mención de ella, y se representa en un plano que no hemos podido localizar.

Para concluir comentar que en el trabajo del profesor Almagro se publican detallados los planos de alzada de la torre, secciones y plantas, por lo que es muy recomendable, si se tiene interés en profundizar en la construcción y consolidación de la torre, su lectura.

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Almagro Gorbea, Antonio, La Torre de Romilla. Una torre nazarí en la Vega de Granada, CSIC, Granada 1991, en digitral.csic.es
Catastro de Ensenada, ed. facsimil en bizcaia.eus
Crónica de D. Álvaro de Luna (Ed. Josef Miguel de Flores), Madrid, 1784, en bliotecadigital.jcyl.es.
Hernando del Pulgar, Crónica de los Señores Reyes Católicos, en B.O.E. Madrid 2004, en boe.es

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