Después de nuestra visita para conocer la iglesia de Almenara de Adaja continuamos nuestra ruta por un camino vecinal que nos dejó en la carretera N-601. En el cruce tomamos dirección a Valladolid; a pocos kilómetros llegamos a Olmedo. Cruzamos la villa del caballero sin hacer parada dirigiéndonos por la misma carretera hasta el siguiente cruce a unos 9 km. donde giramos a la derecha para llegar a nuestro destino: Alcazarén.
Su nombre Alcazarén, de origen árabe al-qasrayn, significa "los dos alcázares"; como nos dijeron en el pueblo donde según la tradición estos dos alcázares se ubicaban cada uno de ellos en lo que hoy son las dos iglesias de origen mudéjar que vamos a visitar: la Iglesia de San Pedro , edificio que tiene consolidadas sus ruinas y que conserva su ábside original, y la otra, la Iglesia de Santiago Apóstol, la iglesia parroquial que mantiene el culto y preside la Plaza Mayor, ésta también conserva el ábside mudéjar original, además de unas magníficas pinturas que decoran el ábside y que no pudimos ver. No obstante la tradición de los dos alcázares, en la guía de la Fundación Santa María La Real su nombre alude a un pequeño castillo "en la bifurcación del camino a Tordesillas y Simancas" del que tampoco nos pudimos informar. Iniciamos nuestra visita siguiendo la guía de la Fundación y la completamos con el Catálogo Monumental de Valladolid publicado en 1917-1927, de Francisco Antón.
IGLESIA DE SAN PEDRO
La primera visita fue a la Iglesia de San Pedro "catalogado como templo mudéjar de la fase clásica vallisoletana". De esta época tan solo se conserva el ábside siendo los muros barrocos y la torre del siglo XVI. El edificio se ha restaurado y consolidado recientemente. Según describe nuestra guía el templo constaba de una sola nave dividida por arcos fajones que sustentaban la cubierta abovedada. El ábside se construye a mediados del siglo XIII "con tramo del presbiterio levantado sobre banda de ladrillos dispuestos en vertical, base de mampostería, cuatro bandas de ladrillo y tres niveles de arquerías compuestos por cuatro arcos ciegos doblados y ligeramente apuntados". Esta descripción se corresponde con la parte recta del ábside del que sólo se conserva la meridional, mientras que la zona septentrional la ocupa la torre del siglo XVI.
Ábside de la Iglesia de San Pedro. La disposición de los arcos a tresbolillo indica que los arcos inferiores forman un triángulo con los superiores |
La parte curva del ábside, el hemiciclo, "cuenta con otros tres pisos de arquerías ciegas dobladas dispuestas al tresbolillo, además de tres ventanas de aspillera abocinada". En los laterales de la capilla mayor "aún son visibles los arranques del fajón que separaba el ábside del presbiterio, ordenándose éste con arcos de medio punto doblados y peraltados". Aunque el interior del ábside estuvo decorado con frescos góticos ya desaparecidos, que representaban un apostolado que llegaron a estudiar Charles R. Post y Francisco Antón, pinturas que están en sintonía con las de la vecina Iglesia de Santiago, y que Antón describe minuciosamente.
Tramo recto del presbiterio |
Francisco Antón detalla así las pinturas desaparecidas: "Ennoblecen al hemiciclo de esta iglesia unas pinturas interesantísimas; quedan restos de ellas: parte de un apostolado que ocuparía todo el muro, al modo de la decoración de las basílicas primitivas. Las figuras que hoy se conservan son cinco Apóstoles a media altura de la pared; bajo ellos, un ancho zócalo de rayas como cuadriculado en losanjes, y, a los lados, más abajo, flanqueando a la mesa del altar, dos figuras más: un ángel y otra persona sentada". A continuación hace una descripción de cada una de los personajes representados, todos ellos "pintados al fresco y en colores rojo y negro, únicamente"; todo el conjunto de pinturas, concluye, "me atrevo a sospechar, en hipótesis rectificable, que estas pinturas tan interesantes son obra del siglo XIII, acaso avanzado, acaso tocando en el XIV". Las pinturas, indica, y el templo en general, son similares a la iglesia homónima de Toro (Zamora). Advierte el profesor que las pinturas se habían conservado gracias a una gruesa capa de cal y que si no se protegían iban a desaparecer, algo que al final acabó ocurriendo.
Interior del ábside con hiladas ladrillos en esquinillas, a soga y a sardinel. En la parte superior debían estar los frescos hoy desaparecidos |
Caminamos unos metros para tomar la calle Real hasta la Plaza Mayor. una plaza amplia donde se encuentra el Ayuntamiento y en el otro extremo de la plaza encontramos majestuosa, sobre un alto, la Iglesia de Santiago Apóstol.
IGLESIA DE SANTIAGO APÓSTOL
Ábside de la Iglesia de Santiago Apóstol |
La Iglesia de Santiago Apóstol es la actual iglesia parroquial; se encuentra en el centro de la población sobre un alto en la Plaza Mayor. Del edificio mudéjar conserva el ábside "que data de la segunda mitad del siglo XIII" elevándose sobre un zócalo de piedra; la guía describe su disposición: "consta de tres cuerpos recorridos por arquerías ciegas dobladas, de menor altura en el registro central y más alto el superior".
Ábside de tres cuerpos corridos. El cuerpo central dispone de tres aspilleras |
En 1986, comenta la guía, se desplazó el retablo barroco "para poder contemplar el hemiciclo del ábside -con doble nivel de arquerías y friso superior de esquinillas- y unos interesantes frescos de finales del siglo XIII ocultos por una generosa capa de cal que representan emblemas heráldicos de Castilla, un cortejo de santos, Apóstoles, una Anunciación y un Cristo resucitado mostrando las llagas de la pasión. En el segundo cuerpo hay restos de una Crucifixión casi perdida, flanqueada por la Virgen y María Salomé". El resto del edificio, sus tres naves y la torre, son producto de reformas de los siglos XVII y XVIII.
De los tres cuerpos de arquerías los arcos del central son de menor tamaño |
El interior no pudimos verlo y la descripción que hace nuestra guía de las pinturas es muy similar a la que hace Francisco Antón de las pinturas de San Pedro. Las de Santiago Apóstol imaginamos que Antón no debió verlas pues no hace ninguna referencia a ellas, y la descripción que hace del templo es esquemática haciendo referencia a la de San Pedro: "fue iglesia de la misma época y del mismo estilo que la anterior, de ladrillo también". Del ábside detalla: "De lo viejo queda el ábside, que es torneado, con tres zonas de arcaturas ciegas, de medio punto y la cornisa conocida". Destacar que el ábside carece del tramo recto del presbiterio.
CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS
Como habíamos visto en la entrada de Almenara de Adaja, en el año 939 Alcazarén fue acosada por las tropas de Abderramán III camino de Simancas en la campaña que tenía como objetivo destruir, entre otras fortalezas a orillas del Duero, la de Simancas. Las tropas califales, según narra Vara, llegaron a Alcazarén después de haber asolado el castillo de Íscar -poco después, tras su paso por Alcazarén, harían lo propio con el castillo de Portillo-; en Alcazarén procedieron a arrasar cultivos y campos, pero no se menciona ninguna fortaleza. Tras la derrota de Abderramán III en Simancas y retirarse su ejército a Córdoba, el rey leonés Ramiro II ordena a Ansur Fernández, I Conde de Monzón, la repoblación del lugar, y sería desde Alcazarén junto a Portillo y Peñafiel, donde de sentaron las bases para extenderla hasta tierras segovianas. Durante los siglo XII y XIII fue fuente de disputas entre los obispados de Palencia, Ávila y Segovia; perteneció a la comunidad de Villa y Tierra de Olmedo pasando a poder real.
En el año 1140, la infanta doña Sancha, hija de la reina Urraca y Raimundo de Borgoña, y hermana del rey Alfonso VII, dona Alcazarén al obispo de Segovia en compensación por la pérdida de Peñafiel y Portillo de dicha diócesis. En 1181 el obispo de Segovia permutó con Alfonso VIII la vecina Mojados y Fuentepelayo por Alcazarén. En 1205 mantuvo un conflicto con el vecindario de Olmedo a los que acusaba de apropiarse de la villa que pertenecía a Segovia. Según Cooper, fueron "ciertos vecinos de Olmedo, de la diócesis de Ávila los que reclaman los diezmos de Alcazarén correspondientes al arciprestazgo de Cuéllar", perteneciente esta última a la diócesis de Segovia. En 1247 el legado pontificio llegó a un acuerdo con las dignidades segovianas respecto a sus derechos sobre los templos de San Pedro y Santiago de Alcazarén.
Iglesia de San Pedro. Fotografía Francisco Antón. Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid |
En 1453 se firma en la iglesia de San Pedro la nulidad del matrimonio entre el príncipe Enrique, futuro Enrique IV de Castilla y su prima Blanca de Navarra hija del infante Juan, en aquel momento duque de Peñafiel y futuro Juan II de Aragón y Navarra; al parecer por presiones de Juan Pacheco que, tras derrotar a los Infantes de Aragón en la batalla de Olmedo (1445) pretendía alejar al futuro rey de Castilla de la influencia de los Infantes. El matrimonio se había celebrado en 1440 cuando Enrique contaba con 15 años, y "la documentación fehaciente revela que aquel matrimonio no pudo ser consumado".
En 1482, los Reyes Católicos, por carta fechada en Medina del Campo el 12 de marzo de ese año, "conceder al concejo y vecinos de Alcazarén en privilegio de ser francos, libres y exentos de aposentamiento entre otros privilegios y exenciones".
Iglesia de Santiago Apóstol. Imagen de Francisco Antón del Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid |
Una vez concluida nuestra visita, con el propósito de volver para ver el interior de Santiago Apóstol y las pinturas de su ábside, de nuevo tomamos la N-601, volviendo sobre nuestros pasos, dirección a Olmedo nuestra siguiente parada.
Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:
Antón y Casaseca, F., Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid, (1916-1927), en aleph.csic.es
Censo-Guía de Archivos de España e Iberoamérica, Archivo municipal de Alcazarén, en censoarchivos.mcu.es
Cooper, E., La fortificación de España en los siglos XIII y XIV, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
Hernando Garrido, J.L., Todo el románico de Valladolid, Fundación Santa María la Real, Aguilar de Campoo, 2014.
Suárez Fernández, L., Enrique IV, ficha de la Real Academia de Historia en dbe.rah.es/biografias
Vara Thorbeck, C., La batalla de Simancas, del Al jandaq , o Batalla del Foso, Universidad de Burgos, 2018 en http://hdl.handle.net/10259/6519
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