domingo, 8 de enero de 2023

El Tritón de Magazos y Nereida


En nuestro viaje por el norte de la provincia de Ávila visitando las iglesias que aún conservan su ábside mudéjar, pasamos junto a Magazos cuando visitamos Palacios Rubios. Esta pequeña población, muy cercana a Moharre, se encuentra a 10 km al suroeste de Arévalo. En las guías no hay mención alguna al lugar, pero de allí procede un excelente mosaico romano y este Tritón, pieza de mármol de pequeño tamaño, que pertenecieron a una villa romana de época bajo imperial, que se conservan en el Museo de Ávila. El mosaico, compuesto con motivos geométricos, "nos remite a esquemas del siglo IV", lo podemos ver en el edificio de Santo Tomé, iglesia románica desacralizada que conserva dos de sus portadas, la principal orientada al oeste y la portada sur que conserva sus capiteles originales. Mientras que el Tritón se encuentra en el edificio principal, la Casa de los Deanes, un bello palacio renacentista del siglo XVI.

La cartela del Tritón, en este caso un centauro marino, es muy esquemática, por lo que voy a transcribir la información que nos proporciona la página del Museo

En el lugar de Magazos llamado, significativamente, Torre Vieja, tuvo que existir una importante villa romana, una residencia señorial en un latifundio bajo imperial, aunque de ella sólo se conoce este grupo escultórico de mármol y el pavimento de una habitación.
El asentamiento fue descubierto en 1945, cuando el arado sacó a la luz fragmentos de la escultura sobre un suelo de mosaico. Años más tarde, una prospección de Luis Fernández Blanco, en 1963, comprobó que no quedaban más restos. La colaboración que desde la noticia del descubrimiento prestó D. Cándido Sánchez Rodríguez, propietario del terreno, permitió, en 1966, levantar y trasladar el mosaico al Museo. Colaboración que ha seguido en años más recientes: en 2004, la familia Sánchez Hidalgo ha donado una base de pilastra, rescatada en tiempos entre los surcos; y en 2018, Emma Alonso López entregó asimismo una pequeña cabeza en relieve, hallada también casualmente en las inmediaciones de la villa, en Noharre.

"Tritón" y Nereida (Mármol) Siglo II-III d.C.

La composición propuesta de la escultura combina la figura del Centauro marino -rasgos de fauno y algas pegadas a la piel- con los demás fragmentos recuperados, y con la mano que apoya en el hombro izquierdo: se ha basado en los muy similares relieves de Nereidas cabalgando sobre Tritones que adornan algunos frentes de sarcófagos. Los Centauros marinos son unos seres fantásticos, mitad hombre y mitad caballo, cuyos cuartos traseros se han transformado en ondulada cola; en la mitología clásica forman parte del séquito de Neptuno, dios de los océanos, junto con las Nereidas, las ninfas que, con velos y ropajes en movimiento, representan las olas, todas iguales y todas distintas.
Mariné, Mª., "'Tritón' y mosaico de Magazos". Cien piezas del Museo de Ávila. Junta de Castilla y León, Ávila, 2011, pp. 40-41.

Es muy interesante la descripción que se hace de la pieza, toda vez que no se suelen describir centauros marinos. En la escultura se aprecia el arranque de la cola en la que se han transformado los cuartos traseros del Centauro. Los Tritones, sin embargo, generalmente se representan como seres fantásticos mitad hombre mitad pez, en el que las extremidades inferiores se transforman en cola. Se suelen representar soplando una trompeta o una caracola, acompañando a Neptuno u Océano portando en su lomo a las NereidasTritón es la representación del sonido del mar. Al respecto Boccaccio comenta que quienes tomaron a Océano como padre de las cosas se vieron obligados a dotarlo de atributos "para que no avanzara sin honor entre los grandes dioses". Entre estos atributos se encuentran los Tritones tocadores de trompetas que corrían delante del Océano. Crearon a su vez grandes cohortes de Ninfas como compañeras de cortejo. Añade que el nombre de Tritón, según algunas fuentes, significa el que desgasta la tierra, esto es, lanzarse contra el litoral desgastando la costa continuamente; "puesto que esto no se hace sin sonido, es llamado como el que hace sonar las trompetas". Concluye que "los teólogos" entienden por Tritón el propio clamor del mar, que agita y golpea las costas, y como adelantado "sostuvieron que de aquel sonido se deduce que va a haber una agitación del mar mayor que de costumbre", anunciando de esta forma la cercanía de una tempestad.

Para esta entrada, además del texto del Museo de Ávila que se puede leer en su página web, he consultado la siguiente documentación:

Aghion, I. et al. Héroes y dioses de la Antigüedad, Alianza Editorial (1997)
Boccaccio, Giovanni, Genealogía de los Dioses paganos, Editora Nacional, (1983)
Falcón Martínez, C. et al. Diccionario de Mitología Clásica, Alianza Editorial (1997)

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