jueves, 5 de mayo de 2022

El castillo de Requena


Llegamos a Requena al mediodía de un miércoles creyendo que teníamos tiempo suficiente para ver el castillo; pero nuestra sorpresa fue que ya estaba cerrado. Debíamos esperar hasta el día siguiente para entrar, y tuvimos que conformarnos con ver únicamente la zona exterior, por lo que dejamos pendiente la descripción del interior de la fortaleza para un próximo viaje, encomendándonos por ahora a la que hace Amador Ruibal en su libro Castillos de Valencia.

EL CASTILLO

El castillo se conserva en el centro de la población, donde destaca la torre del homenaje cristiana, un gran torreón almenado. Hasta él se llega por una suave cuesta dejando la ciudad nueva a sus pies. El torreón consta de tres niveles. El nivel inferior está separado del primer piso por un elegante bocel a modo de cordón. Está construido con sillares de buena calidad y mampostería. Según describe Ruibal, mide unos quince metros de lado por veinticinco de alto, "Las tres cámaras que ocupan las tres plantas -continúa- tienen bóvedas de sillares a las que se llega por una escalera embutida en el grosor de los muros", ésta coronado por almenas, como se aprecia en la imagen, son producto de una restauración. 

Torre del homenaje en su lado Oeste
La fortaleza mantiene parte de las murallas y cuenta con otra torre angular de menor tamaño, "asomando entre las viviendas, construida en tapial, ladrillo y mampostería. La puerta de entrada al castillo está construida en una muralla de cuatro metros de grosor, en el punto en que se adosa a uno de los ángulos de la torre del homenaje junto a la cual se encuentra la entrada, muy escondida". Esta entrada no es la puerta principal sino "un portillo de los que se suelen llamar secretos, por lo escondidos que se hallan", la entrada principal está cubierta con bóveda de crucería sesgada y se penetra en las cámaras por el grosor de este muro; cuenta con tres niveles de altura, que se pueden distinguir por pequeñas ventanas.

Torre del homenaje en su cara Sur
"La puerta original, -continúa Ruibal- según las crónicas y los grabados antiguos, se encontraba en una torre del castillo, situada en el extremo opuesto de la torre del homenaje, en la cual había un pozo, al que se llegaba desde todos los pisos de la torre". Tuvo foso y puente levadizo, aunque en la actualidad se han perdido, "lo que nos indica que se trataba de reformas cristianas de los siglos XIV-XV". La torre del homenaje -concluye- estuvo artillada, con cuatro piezas y dotada de servidores, utilizándose como almacén para pertrechos de guerra, corazas, yelmos y armas diversas. Sirvió más tarde como prisión de la villa y hoy como museo. Junto a la actual entrada se encuentran los restos del primitivo castillo islámico, bastante deteriorado, está construido sobre todo en tapial y sobre el cual los cristianos construyeron el suyo, empleando la piedra.

Torre occidental que defiende la actual entrada

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

La información que pudimos recoger en la Oficina de Turismo respecto al castillo es que de época musulmana tan sólo queda el nombre de la ciudad, Rakkana y parte de la fortificación como hemos visto antes, en tapial. Fue tomada a los musulmanes por Gonzalo Ibáñez, obispo de Cuenca, entre 1238 y 1239.

Entrada principal protegida por matacán
Los datos que nos ofrece Ruibal en algunos puntos se presentan confusos. Requena -comenta- sufrió múltiples intentos de conquista, muriendo ante sus muros Armengol de Urgel, en 1184; y fracasando en su intento de conquista Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo, después de sitiar Requena el 20 de septiembre de 1219 y tras mes y medio de asedio, "debido al frío y a la falta de hombres tuvo que levantar el sitio con una pérdida de dos mil hombres" añade Pérez de Rada. Señala Ruibal que pasó a manos de Alfonso IX por pacto con Abuceit, señor de Valencia, en el año 1229, quedando adscrito a las tierras de Cuenca. Debe haber un error puesto que Abuceit (Abú Zayd) pactó ese año la entrega de fortificaciones que facilitasen la conquista de Valencia con el rey aragonés Jaime I.

Torre oriental que defiende la entrada y restos del muro de tapial
Para el período que vamos a comentar seguiremos a Eugenio Domingo Iranzo que hace un extenso y pormenorizado estudio sobre Requena y la conquista de Valencia, la formación del reino de Valencia y la frontera con el reino de Castilla. Ésta se inicia con la descomposición del imperio almohade y el empuje de los reinos cristianos sobre el Este de la Península, el "Sharq al-Andalus u oriente islámico". En este período los reinos cristianos intentan consensuar el reparto de los territorios a conquistar. En 1151 Alfonso VII de Castilla y Ramón Berenguer IV, príncipe de Aragón y conde de Barcelona, firman el Tratado de Tudillén. Pactan que Aragón tendrá derecho de conquista sobre la ciudad de Valencia y el territorio entre el Júcar y el reino de Tortosa, "por lo que se entiende que Requena quedaba en territorio de Aragón". No obstante este tratado queda anulado tras la firma en 1179, del Tratado de Cazola, entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón que fija la frontera de ambos reinos entre Cuenca y Biar, si bien la frontera sur se delimita en la línea Calpe-Biar, la demarcación entre Cuenca y Biar queda sin definir claramente. Con anterioridad, en 1171 Alfonso II había poblado Teruel, en 1177 Alfonso VIII conquista Cuenca, y en 1184 con la conquista de Alarcón e Iniesta el rey castellano alcanza los límites del Cabriel.

Portillo de acceso a la fortaleza junto a la torre del homenaje
En 1219 Jiménez de Rada intenta la toma Requena; y en 1237-1238, mediante pacto, Fernando III de Castilla cierra el territorio castellano al otro lado del Cabriel con el control de Requena. Ese último año de 1238 Jaime I de Aragón toma la ciudad de Valencia. En 1244 Alfonso X y Jaime I firman el tratado de Almizra, y al año siguiente, 1245 el rey aragonés inicia la creación del Reino de Valencia como reino independiente de Aragón con jurisdicción propia. Al respecto comenta Domingo Iranzo, el reino de Valencia no es heredero de un reino musulmán que existía como tal sino que es creación del rey aragonés.

Vista del portillo
El modelo de fijación territorial que llevaran a cabo ambos reinos será mediante la repoblación del territorio conquistado. En este sentido, tras 20 años de ocupación de Requena, en 1256 se firma el Tratado de Soria entre Alfonso X de Castilla y su suegro Jaime I de Aragón, en el que Requena queda integrada en Castilla. Al año siguiente, en 1257, Alfonso X otorga carta de población a Requena. Para reforzar su posición el rey castellano compra el castillo de Mira con el fin de reforzar el territorio agregándolo al término de Requena a la vez que otorga a ésta función fiscal con el cobro de aduana desde 1264. Este mismo año de 1264 se producen revueltas de los mudéjares de Murcia contra el rey castellano quien pide ayuda a su suegro para sofocarlas. Con ese fin Jaime I convoca un consejo real en Huesca pero ha de enfrenarse a los nobles aragoneses que dilatarán la autorización de ayuda, solicitan la convocatoria Cortes y que el rey castellano hiciese "enmienda en los agravios que le hacía, y restituyese la villa de Requena, y otros lugares que eran de la conquista de Valencia".  En la vertiente oriental del debate fronterizo, en 1260 Jaime I puebla Siete Aguas creando con ella un punto de defensa fronteriza con Castilla frente a Requena -ambas poblaciones distan unos 15 km.-; y en 1261 el rey aragonés otorga fueros a Valencia fijando la frontera entre Requena dentro de Castilla y los términos de Siete Aguas y Sot de Chera en Valencia.

Vista del lienzo sur, torre y restos de la cortina de tapial
A partir de este tratado, Requena será moneda de cambio dentro de la política sucesoria de Castilla. En 1281en los pactos de Campillo-Ágreda el infante de Castilla, el futuro Sancho IV, ofrece a su tío Pedro III de Aragón el término de Requena una vez fuese coronado rey -justo el día anterior el rey aragonés la había reconocido como castellana- . De esta cesión no tenía conocimiento el rey Alfonso X por lo que la maniobra se enmarcaba dentro del conflicto sucesorio de Sancho con su padre tras la muerte de Fernando de la Cerda heredero al trono castellano. Pocos días después Sancho declara la guerra a su padre contando con el apoyo de Pedro III. No obstante el rey aragonés no acepta las cesiones de su sobrino al no tener autorización de Alfonso X
En 1284 muere Alfonso X reinando en Aragón Alfonso III. Éste reconocerá y apoya como rey de Castilla a Alfonso de la Cerda, frente a Sancho IV. Este apoyo propicia que el de la Cerda done entre otras plazas la de Requena, al rey de Aragón llegando a amenazar a sus habitantes en caso de no aceptar la soberanía aragonesa. 
En 1295 muere Sancho IV, quedando en el trono de Castilla en minoría de edad Fernando IV e iniciándose una nueva lucha en Castilla por la regencia; y en Aragón Jaime II sucesor de Alfonso III. Tras la donación hecha de Requena por Alfonso de la Cerda, el rey aragonés envía a Jaime de Jérica a Utiel, aldea de Requena, para garantizar su protección si renuncian a la tutela de Castilla; sin embargo Fernando IV otorga nuevos privilegios a Requena y ese mismo año tropas castellanas entran en la ciudad.
En 1303 con la renuncia de Alfonso de la Cerda al trono castellano se firman los Pactos de Ariza por los que Jaime II se queda con Murcia y Requena; no obstante, la muerte del infante Enrique de Castilla partidario de los de la Cerda, el pacto queda sin aplicación, volviéndose a pactar de nuevo en 1303 que Murcia quedase en Aragón y Requena en CastillaAunque en 1369 Requena fue ocupada por tropas aragonesas no llegó a producirse un cambio de soberanía. 

Torre del homenaje a la izquierda y restos de muro en su cara Este
Entrado en el siglo XV, Cooper añade que en septiembre de 1466 Requena fue cedido a Ruy Díaz de Mendoza conde de Castrojeriz. En 1470 el hijo de éste, Álvaro de Mendoza devolvió la propiedad a la Corona. A partir de esa fecha existe cierta confusión, pues se enajenó a Juan Pacheco, marqués de Villena y Maestre de Santiago, aunque matiza sobre la veracidad de la donación toda vez que ese mismo año, otra fuente más auténtica, cita como receptor a su hijo, Diego López Pacheco, aunque éste renunciará a todos sus derechos sobre Requena en 1476. En nota detalla que "Requena se había incluido en la resistencia a Juan Pacheco en la Mancha convocada el 30 de junio de 1465 por Enrique IV", por lo que concluye que fuese poco probable que Pacheco lograse imponer su régimen en la ciudad.

Detalle del cordón de piedra de la torre del homenaje
Entre otras anécdotas -comenta Ruibal- en el siglo XVI la fortaleza acogió entre sus muros prisionero a Francisco I, cuando el rey de Francia era conducido hacia Madrid. Además de los mencionados restos, la población cuenta con otros interesantes restos medievales, como la Torre de la Montejana, y diversas casonas góticas, entre las que destaca la Casa del Cid, del siglo XV, y añadimos la torre de la Angostura de Santa María torre y resto del primer recinto islámico del siglo XI. Destacar por último que el debate que se suscitó Requena y los límites fronterizos entre Castilla y Valencia, tiene un último episodio en 1851, durante el reinado de Isabel II, cuando por Real Orden de 25 de junio de ese año tanto Requena como Utiel pasan de la provincia de Cuenca a integrarse en la de Valencia.

Torre de la Angostura y restos del primer recinto islámico del siglo XI 

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación: 

Cooper, Edward, Castillos Señoriales de la Corona de Castilla y LeónJunta de Castilla y León, 1991
Domingo Iranzo, Eugenio, Requena y el proceso de formación de la frontera entre los reinos de Valencia y Castilla, Oleada Cuadernos de cultura, 2013 
Pérez de Rada y Díaz Rubín, Francisco J., Domingo Jiménez de Rada, en Biografías en Real Academia de Historia.
RuibalAmadorCastillos de Valencia, Ed. Lancia, 1998

Portada de la iglesia de Santa María documentada en el siglo XIV
se supone erigida sobre el solar que ocupó la mezquita musulmana

Alfonso III de Aragón recibió Requena de Alfonso de la Cerda al reconocer
a éste rey de Castilla aunque la cesión no llegó a producirse.
Escultura, obra de Federico Marés, se encuentra en Mahón (Menorca)

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