miércoles, 3 de junio de 2020
El monasterio de Bonaval
Llegamos a Retiendas a media tarde por la CM-1004 desde Tamajón hasta el desvío de la GU-188 que termina allí su recorrido, justo en nuestro destino. En el bar del pueblo había un cartel: "Retiendas. Aquí hay un monasterio, Bonaval, que tras la desamortización de Mendizábal, fue despoblado y pasó a ser propiedad del pueblo. Está prácticamente derruido y pudimos ver bien poco porque estaban rodando una película en su interior". Apunté en mi cuaderno.
Del pueblo parte un camino -la ruta GR-10- que discurre paralelo al Arroyo del Regajo -afluente del Jarama-, Es un agradable paseo, el camino desciende suave entre a fronda del valle. A poco menos de 2 km. antes de la confluencia del arroyo con el Jarama se encuentra el monasterio cisterciense de Santa María de Bonaval. El cenobio se fundó en 1164 cuando Alfonso VIII de Castilla cede el valle a unos poco monjes de la Orden del Cister que eligen el lugar siguiendo la máxima: "Bernardo amaba los valles". Las cesiones reales a los monasterios era una estrategia de la Corona de Castilla que tenía la doble misión de repoblar el entorno y servir de barrera contra una posible invasión musulmana, en este caso casi improbable. En 1175 el propio Alfonso VIII dona a la orden de manera definitiva Santa María de Bonaval en la persona del Abad Nuño, siendo sus primeros pobladores frailes venidos del Monasterio de Valbuena (Herrera). Cabe reseñar la importancia que tuvo el Císter en las políticas de Alfonso VII, Sancho III y Alfonso VIII; como hecho ilustrativo la Orden de Calatrava nace a partir de unos pocos monjes "que fueron los únicos que se arriesgaron a defender la fortaleza de Calatrava la Vieja ante la amenaza de los almohades que había incluso amedrentado a los caballeros templarios que decidieron abandonarla" (Arteguías); Alfonso VII había conquistado Calatrava en 1147 y la había cedido a los Templarios para su defensa pero éstos ante el empuje almohade deciden devolverla al poder real en la persona de Sancho III quien la cederá a "San Raimundo, abad de Fitero -la abadía navarra fue la primera fundación del Cister en la Península-, y a fray Diego Velázquez, antiguo caballero, quienes fundaron allí en 1157 una nueva orden militar que va a tomar el nombre cristiano de la fortaleza, Calatrava" (Ruibal).
Siguiendo a Herrera, la extensión de las tierras de Bonaval fue grande desde su fundación y se fueron incrementando con donaciones, aunque no llegó a ser excesiva; tampoco sufrieron muchos sobresaltos los monjes, al contrario sus posesiones, privilegios y donaciones fueron incrmentándose y confirmadas por Enrique I (1216), Fernando III (1218), Alfonso X (1253) y Juan I (1417), lo que propiciaba que la vida en la abadía continuase "en su tono discreto, metódico y feliz, ocupada en construir su templo, claustro y viviendas, y administrar sus posesiones, y servir de ejemplo a las gentes de la comarca de la serranía de Tamajón". Con las primeras reformas de la orden el cenobio de Bonaval pierde el carácter de abadía, será incorporada a la Congregación Cisterciense de Castilla en 1509 (Yáñez) sujeta a la jurisdicción de Monte Sinaí (Montesión) en Toledo como priorato. A partir de entonces ira adquiriendo carácter de residencia de ancianos de la orden donde los frailes se prepararán para el buen morir. Tras la Guerra de Sucesión, en 1713, Felipe V reconoce de nuevo sus privilegios y exenciones; y en 1821 con la desamortización de Mendizábal, el monasterio es vendido a particulares y los monjes se trasladan a la sede de Toledo. Los nuevos propietarios se irán desentendiendo del edificio que sufrirá un progresivo abandono hasta el estado que hoy conocemos.
Como bien nos aconseja Herrera, merece la pena acercarse a Santa María de Bonaval y admirar sus ruinas tan expresivas de la arquitectura cisterciense en la Edad Media, fiel reflejo de la exigencia de San Bernardo, de 'borrachera de sobriedad'. El monasterio (Arteguías), está construido en sillería de piedra caliza bien concertada, debe fecharse su construcción entrado el siglo XIII y sufrirá severas reformas en el XVII. En la actualidad, del monasterio perdura parte de la iglesia: cabecera, crucero y nave meridional "además de una sacristía adosada al ábside del Evangelio y restos de paredones que debieron ser dependencias monacales", mantiene alguno de sus capiteles y canecillos con todo tipo de motivos florales tipicamente cistercienses.
Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:
Castillos de Ciudad Real, Ruibal, Amador, Lancia, León, 1993
Monasterios y Conventos de Castilla-La Mancha, Herrera Casado, Antonio, Aache, Guadalajara, 2005
El Monasterio de Montesión, cuna de la Congregación de Castilla, Yáñez Neira, Fr. Mª, realacademiatoledo.com 2014.
La Orden del Cister, Arteguías.com 2020.
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Siempre digo que regresamos dos veces a cada lugar que nos ha impresionado, la primera con la visita, y la segunda con un trabajo como el tuyo en el que quedan resueltas las dudas e inquietudes y aún más, vuelvo a querer regresar allí, muchas gracias por seguir enriqueciendo el conocimiento de lo visitado, un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Rosa. Es toda una satisfacción para mi tu comentario y saber que hay personas en las que provoca sentimientos agradables y buenos recuerdos el relato de estos viajes y la historia de nuestro patrimonio. Gracias de nuevo.
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