El verraco de Naturávila tiene una posición algo peculiar, parece estar erguido sobre sus patas delanteras a diferencia del resto de toros que suelen tener una posición estática horizontal, aunque como veremos no es el único ejemplar. Antes de ser trasladado a su asentamiento actual en Naturávila, un complejo turístico a unos 5 km. al sureste de la ciudad de Ávila, el verraco estaba en el patio porticado del palacio o Torreón de los Guzmanes en Ávila.
Verraco en el que se distingue la papada y los ijares |
López Monteagudo destaca los siguientes rasgos de la pieza y nos aporta las siguiente medidas: una longitud de 148 cm., altura máxima de 140 cm. y mínima de 100 cm., con 46 cm. de ancho y un perímetro de 203 cm. A continuación hace la siguiente descripción de las escultura: toro de granito en excelente estado de conservación a pesar de que en el plano frontal de la cabeza y el morro se advierten rotos. Tiene peana en la misma pieza. A pesar del deterioro de la cabeza, se aprecia la testuz, orejas y mandíbula. Bajo el cuello posee una gran papada que desciende las extremidades delanteras hasta la peana. Las extremidades se advierten separadas resaltando en ellas los codos y pezuñas, estas últimas solo en las delanteras. En la parte trasera se aprecian los ijares, piernas y brazuelos que se continúan en franja resaltada hasta el dorso. El rabo se vuelve sobre la pierna derecha cruzando el espinazo, que solo aparece resaltado en la grupa y termina en penacho sobre el costado izquierdo. Bajo el vientre se aprecia el sexo.
Lado izquierdo y trasero del verraco |
Se desconoce el lugar de procedencia de esta escultura, citándola Ballesteros (1896) en el mismo lugar donde ahora se encuentra (en el patio del palacio de los Guzmanes); sin embargo, cabe señalar su gran parecido con un ejemplar procedente de Muñogalindo, lo que le hace sospechar que tal vez tenga la misma procedencia.
Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:
López Monteagudo, Guadalupe, Esculturas zoomorfas celtas de la Península Ibérica, C.S.I.C., Madrid, 1989.
Excursionista de un grupo escolares en Naturávila descansa sobre el verraco Una de las constantes de maltrato patrimonial que suele pasar inadvertido |
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