Habíamos llegado a Alcalá del Júcar como primera parada en nuestro viaje en el que teníamos programado hacer tan solo tres visitas. Durante la primera parada para el desayuno terminamos de planificar en Fuentidueña de Tajo nuestro recorrido. En Alcalá del Júcar visitaríamos el castillo de origen musulmán y reformado en el siglo XIV por el marqués de Villena; recorreríamos el pueblo que descansa en la ladera que desciende desde el castillo al río. Desde allí, después de la comida, siguiendo aguas arriba el río visitaríamos la cueva fortificada de Garadén; y terminaríamos la jornada frente a las murallas de Jorquera.
CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS
Para iniciar nuestra visita lo haremos con la reseña de la Oficina de Turismo: "El castillo de Alcalá del Júcar se encuentra en el noreste de la provincia de Albacete. En un principio debió erigirse como obra musulmana, resultado del reforzamiento fronterizo en época almohade a finales del siglo XII ante el avance cristiano de Alfonso VIII, pasando al lado cristiano cuando éste definitivamente conquistó la zona del Júcar hacia en año 1213. Ésta se consigue cuando en 1211, una expedición relámpago de Alfonso VIII, consigue arrebatar a los musulmanes los castillos de Garadén, Jorquera y Alcalá, aunque la dominación cristiana quedará garantizada un año después, cuando la victoria sobre los almohades en las Navas de Tolosa rompe toda la defensa árabe y deja libres a la población todas las tierras de la actual provincia de Albacete.
Sobre la conquista cristiana Ruibal es más concreto en torno a las fechas de finales del siglo XII cuando la zona comienza a conocer frecuentes correrías cristianas que asolaron el Júcar los años 1182 y 1183, que, en 1190 dieron paso a la ocupación de estas tierras por parte de Alfonso VIII, zona conocida con el nombre de Axarach. Según nos relata Ximénez de Rada en 1211 se completa el dominio de la comarca con la ocupación de Garadén y Jorquera, aunque estos lugares cambiaron de mano en alguna ocasión y su conquista no se consolida hasta la victoria de las Navas de Tolosa (1212), aunque vuelven a manos musulmanas ese mismo año, se recuperan definitivamente al año siguiente. Apunta Ruibal que tras esta conquista se organizó la repoblación aunque no debió ser muy efectiva.
El castillo donde se diferencias las partes reconstruidas en color claro |
Continuando con Ruibal, "en 1243 fue cedido a Lope López por el infante don Alfonso y participará en las contiendas de la época cambiando de nuevo de mano en diversas ocasiones. -Se refiere al futuro Alfonso X que tras la firma del Tratado de Alcaraz (1243), por el que se incorporaba Murcia como reino vasallo de Castilla, cede Alcalá y otros dos castillos a Lope López de Haro-. Obtendrá el villazgo en 1364 formando parte de un señorío vinculado a Murcia. Posteriormente pasó a pertenecer a don Enrique de Aragón, -uno de los infantes de Aragón hijo de Fernando de Antequera- y se integrará en el extenso señorío de Villena, siendo marqués don Juan Pacheco, y recuperado finalmente por la corona en tiempos de los Reyes Católicos. Hay que recordar que Juan Pacheco era contrario a Isabel la Católica y partidario de Juana, política que siguió su hijo y sucesor, Diego López Pacheco, situación que propició la llamada Guerra del Marquesado en la que la población del marquesado y Villena, con el apoyo de Isabel, se alza contra López Pacheco en protesta por los abusos e impuestos a los que estaban sometidos. Tras la derrota de Pacheco, Alcalá pasa a la jurisdicción de Jorquera.
Arco del puente que da acceso a la torre del homenaje desde el adarve |
Fue conocida también como "Alcalá del Río de Xorquera", lo que nos indica su dependencia, como nos recuerda el folleto de Turismo, "Inicialmente, Alcalá fue una aldea de Jorquera, hasta que el 18 de abril de 1364, Pedro I firmó un documento en el Grao de Valencia, concediendo a Alcalá del Júcar el villazgo y la segregación con respecto a Jorquera, con asignación del Fuero de las Leyes, ordenamiento concejil y otros derechos". Al igual que el resto de poblaciones cercanas, perteneció "al estado de Villena y padeció las vicisitudes de este peculiar señorío que tanta importancia tuvo en la Edad Media y en la gestación de la Moderna monarquía castellana".
Lado de la proa de la terraza |
El tríptico de Turismo nos introduce brevemente en la configuración del estado de Villena, que pasaría después a marquesado: "nace hacia 1282, cuando el infante don Sancho se alza contra su padre Alfonso X el Sabio, ayudado entre otros por su tío don Manuel. Como premio por su ayuda, don Manuel recibe tierras y villas que, unidas a su señorío de Villena, van a formar el primer núcleo del estado de Manuel. El señorío será engrandecido por su hijo, el célebre infante Don Juan Manuel, que conseguirá repoblar y engrandecer villas y aldeas. La riqueza de sus tierras y su estratégica situación, frontera con los reinos de Castilla y Aragón acrecientan su importancia pero son también origen de numerosas disputas a la muerte del infante y durarán hasta el reinado de los Reyes Católicos. Debemos aclarar que don Juan Manuel no tenía condición de Infante, dignidad que sólo corresponde a los hijos del rey que no son herederos a la corona; a la vez que el heredero tiene la condición de Príncipe, de tal manera que durante el reinado de Alfonso X, su hermano don Manuel era Infante por ser hijo de Fernando III; y a los hijos de Alfonso X le correspondía la dignidad de Príncipe a Fernando de la Cerda, como heredero al trono, y el de Infante a Sancho; a la muerte de Fernando de la Cerda el Infante Sancho reclama la sucesión al trono al que accederá como Sancho IV.
Terraza. Acceso a las escaraguaitas que coronan las dos torrecillas |
También Ruibal nos habla de la repoblación que debió llevar a cabo don Juan Manuel "en el siglo XIV, ya que en 1364 era lo suficientemente importante para que su nuevo señor, el infante don Sancho, le concediera el villazgo separándola de Jorquera". Se refiere al infante Sancho de Castilla (1363), hijo natural de Pedro I y la dama Isabel de Sandoval que al poco de su nacimiento le fue concedido el señorío de Villena y la villa de Alcalá del Río, nombre con el que se conocía a Alcalá del Júcar.
Antemuro de la fachada que da a la población y torre del homenaje |
Continuando con el texto de Turismo, "el Marquesado y todas sus villas, entre ellas Alcalá será escenario durante muchos años de luchas y enfrentamientos de los nobles contra el poder real. Entre ellas hay que destacar la que enfrentó a los Infantes de Aragón -ya hemos comentado que perteneció al infante Enrique- con los partidarios de la monarquía castellana. Es en este período cuando surge la figura de Juan Pacheco, favorito de Enrique IV, nombrado por él, Marqués de Villena, que domina y pacifica todo el territorio y es artífice de muchos de los castillos e iglesias que han llegado hasta hoy. Alcalá del Júcar, como las restantes poblaciones del Marquesado, estuvo sometida al poder de sus señores hasta el siglo XIX, aunque la política centralista e imperial de los Reyes Católicos limitó notablemente el poder feudal.
Restos de la cerca perimetral de tapial y cubo de mampostería |
EL CASTILLO
Amador de los Ríos hace el siguiente relato de la fortaleza en 1912 basándose en la Relación Topográfica de 1579: "Con respecto á la fortaleza de la que fué derivación la villa, consigna que ésta "tiene un castillo grande. El qual está fundado sobre una peña muy alta tajada a la Redonda de su natural de más de 70 estados de alta... , en la dicha peña ay un espacio de tierra como una plaza grande donde antiguamente bibia dicho pueblo, e agora no ay más de los cimientos e la yglesia, porque por la estrechura e con tiempos de paz, se salieron a bibir a donde está fundada dicha villa, el cual edifi, de la fortaleza es de cal y canto muy hermoso, e tiene dentro una cisterna para el agua del cielo y dos mazmorras y dos molinos de mano y una puente lebadiza, y el Rio de Xucar casi çerca a la dicha fortaleza e peña, e desde dicho castillo pueden baxar a el Rio por agua por una mina que ay fecha en la dicha peña".
Interior de la cortina hacia foso artificial donde se observa muro de tapial |
La fortaleza, como nos detalla Amador de los Ríos, se sitúa en lo alto de un peñón con amplias vistas de la hoz del Júcar, dominando una amplia extensión de terreno. Ruibal nos recuerda lo antiguo del poblamiento de la zona y destaca la peculiaridad del asentamiento que los musulmanes hicieron en torno a la ribera del Júcar, la población también fue llamada "Alcalá del Río", ocupando las numerosas cuevas naturales, entre ellas la mencionada de Garadén. Para la mejor defensa del castillo, destaca, los musulmanes separaron el extremo del cerro donde se asienta "con un profundo foso artificial dejándolo aislado por completo" de tal manera que para acceder a él se debía hacer por una pasarela "de 'quita y pon' ya que los puentes levadizos no se conocían en tiempos tan remotos". Podemos recordar que una actuación similar se llevó a cabo en el castillo de Atienza (Guadalajara).
La fortaleza, opina Ruibal, era inferior a las de Jorquera y Ves "por la extensión de su recinto, unos 4000 m2 y por su situación" que, aunque vistosa, se encontraba por debajo del resto del cerro donde se asienta, recordar que no existía la torre del homenaje, y la hacía vulnerable, por lo que su suerte dependía con frecuencia a la de las otras dos fortalezas. También hace referencia a las Relaciones Topográficas de 1579 de Felipe II y el hecho de que la población se asentara en la explanada frente al castillo, que éste disponía de puente levadizo y aljibe. Del castillo islámico quedan escasos restos, continúa Ruibal, toda vez que "estuvo concebido a modo de albacar"; lo que podemos ver hoy son los restos de las reformas que llevaron a cabo los cristianos autores de la impresionante torre del homenaje sobre trazado de la fortaleza islámica. A la torre la dotaron de su propio recinto de cortinas desde cuyo adarve se accede a ella a la altura del primer piso; el acceso está defendido por un ventana en el segundo piso y una ladronera, reconstruida, en la terraza. Las cortinas que bordean la plataforma también son escasas. La torre es posterior al siglo XIII, y está conservada hasta las almenas -en las imágenes la piedra de color claro corresponde a la reconstrucción-. La torre tiene estructura pentagonal con la proa orientada al foso artificial, cuenta con dos torreoncillos circulares de unos 25 metros de altura, por donde discurría la escalera, situados en los ángulos opuestos. Añade Cooper que la orientación del vértice del pentágono, hacia donde se colocaría la artillería en un hipotético asedio a la fortaleza, "refleja la planificación de los castillos del I marqués de Villena", aunque en los castillos de Belmonte y Jumilla, el saliente, la proa, "es semi-redondo"; esta diferencia con los dos mencionados puede deberse a la fortificación anterior que hubo en el mismo sitio, aunque el estado de ruina en que se encontraba hacía difícil asegurarlo. La muralla era el recinto propio de la torre que, como afirma Ruibal, es fruto de la modificación sufrida por el castillo al perder importancia el recinto exterior y descender las casas de la población progresivamente hacia el río.
Salón de la segunda planta donde se aprecia la obra de restauración |
Siguiendo el folleto de Turismo, el castillo "está constituido por un torreón pentagonal y dos torrecillas de planta circular en los ángulos rectos, de la muralla primitiva de la población. Su interior consta de dos plantas rectangulares con grandes ventanales que servían para vigilar el frente del pueblo y el puente romano. La comunicación entre las salas se realiza mediante una escalera de caracol, tenemos tres tramos de esta escalera, uno que baja hasta la mazmorra -donde se encuentra el aljibe- y dos que suben y nos conducen al segundo salón y la torre. En lo alto, una terraza almenada con dos torres redondas y en el frontal tres picos donde se situaban los vigías para controlar el paso por Alcalá del Júcar." Concluye que "el aspecto actual se debe a las fortificaciones llevadas a cabo a mediados del siglo XV, en época de Don Juan Pacheco, Marqués de Villena".
El edificio es de propiedad municipal y fue restaurado en dos fases, en los años 1972 y 1978. Sobre su restauración y consolidación destacar el contraste la mampostería original y el de la zona restaurada, lo que permite al visitante distinguir fácilmente las intervenciones. No obstante, Cooper critica la restauración de la torre "en la que predomina lamentablemente la preocupación del arquitecto por su propio lucimiento", y nos remite a las imágenes en que se ve el estado en que se encontraba el castillo antes de dicha restauración.
Imagen del castillo antes de su restauración sin fecha ni autor de la cartela informativa al pie de la fortaleza |
EL PUENTE
Según el folleto de Turismo "Es paso obligado del Camino Real de Castilla a Levante, cobró gran importancia durante los siglos XIV y XV, convirtiéndose en puerto seco o aduana", aunque el texto se refiere a un puente anterior al actual puesto que fue renovado y restaurado en diferentes ocasiones "la más reciente en 1990, sustituyendo la albardilla deteriorada por la erosión y pavimentación", y aunque se sigue denominando puente romano, el puente actual se construye en el siglo XVIII.
Tras la visita, después de la comida, salimos hacia nuestro siguiente destino, con no muy buen tiempo, a la cueva fortificada de Garadén, bordeando el Júcar aguas arriba por la ribera que controla el castillo.
En la torre del homenaje pudimos ver estas marcas de cantero |
Para esta entrada he consultado además de la información de Turismo de Alcalá del Júcar, la siguiente documentación:
Amador de los Ríos, R., Catálogo de los Monumentos Históricos y Artisticos de la Provincia de Albacete. Facsímil Manuscrito (1912), Biblioteca Digital de Albacete "Tomás Navarro Tomás", (2005)
Cooper, E., Castillos Señoriales de la Corona de Castilla y León, Junta de Castilla y León, 1991.
Ruibal Rodríguez, A., Castillos de Albacete, ed. Lancia, León 1994.
Torres Fontes, J, Del Tratado de Alcaraz al de Almizra. De la Tenencia al Señorío, Miscelanea Medieval Murciana, vol. XIX-XX, 1995-1996
Valdaliso Casanova, C, Sancho de Castilla, ficha de la Real Academia de la Historia.
Panorámica de Alcalá del Júcar |
Jardín a modo de albacar en el saliente de la peña desde la torre del homenaje |
Tajo artificial que separa el cerro del castillo del resto de la peña |
Vista del puente desde a torre del homenaje |
Vista de la población desde la torre del homenaje y la iglesia de San Andrés del siglo XV-XVIII |
No hay comentarios:
Publicar un comentario