Habíamos llegado a Fuentes de Valdepero de regreso de nuestro viaje por Palencia dirección Valladolid, por la N-611 para tomar, desde allí, la autovía A-67. La población se encuentra entre ambas vía de comunicación y el castillo de los Sarmiento prácticamente equidistante. Llegamos poco antes de la hora del cierre del castillo. Nos encontramos frente a un edificio formidable que, por la cercanía de casas, es complicado fotografiar la fortaleza por lo que, el tiempo que disponíamos para llegar a nuestro destino final, decidimos dedicamos a fotografiar el exterior y esperar una ocasión mejor para visitar su interior. Respecto a las fuentes de información vamos a utilizar en un principio las que nos proporcionan las cartelas junto a la fortaleza y el folleto turístico, prácticamente iguales mientras ampliamos nuestro relato con mayor información y autores.
CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS
La historia del castillo de Fuentes de Valdepero está íntimamente ligada al linaje de los Sarmiento. Ya en el siglo XIII aparecía la familia Sarmiento como rica hacendada vinculada a Villarramiel, Lomas y el Valle de la Cueza; de su especial dedicación a la viticultura pudiera derivar el apellido "Sarmiento". Esta familia tuvo dos grandes áreas de actuación; la zona del Cerrato castellano (zona de Palencia, Valladolid y Burgos, las principales poblaciones con Dueñas y Venta de Baños y entre las fortalezas destaca Astudillo) y el sur del reino de Galicia de donde fueron Adelantados Mayores.
En 1428 era Señor de la Villa de Fuentes de Valdepero don Diego Pérez Sarmiento, tercero de la estirpe en llevar este nombre, Adelantado Mayor de Galicia. El 15 de noviembre de 1442 fue nombrado Conde de Santa Marta por el rey Juan II y en 1465 renunció al Adelantamiento de Galicia en favor de su hijo don Bernardino. Precisamente es entre estos años, 1442-1465, cuando hay que situar las obras de edificación del castillo en su construcción inicial, cronología corroborada en las prospecciones arqueológicas realizadas a raíz de las obras de rehabilitación del castillo que sitúan en el siglo XV los primeros indicios de ocupación del solar.
Estas fechas concuerdan con las dos inscripciones que portan sendos escudos con las armas de la familia Sarmiento en el cubo Sudeste. "Don Diego Perez Sarmiento conde de Santamarta, adelantado mayor de Galisia". Este es el único cubo original que se mantuvo en pie.
Torreón sureste con los escudos heráldicos de Don Diego Pérez Sarmiento |
El reparto de los bienes dejados por don Diego Pérez Sarmiento tras su muerte, fue la razón por la cual la villa de Fuentes de Valdepero dejó de formar parte de las posesiones del Adelantado Mayor de Galicia y Conde de Santa Marta y pasó a manos de una de las ramas colaterales de los Sarmiento, concretamente a Andrés de Ribera, (que) caso con una nieta del conde, doña Constanza. Con este motivo se realizó una estimación del coste que supuso la construcción de la fortaleza de Fuentes de Valdepero. El desembolso fue valorado en 2.326.875 maravedíes.
Fue su descendiente Andrés de Ribera (hijo), segundo señor de Fuentes, trágico protagonista de uno de los hechos más relevantes en la historia del castillo: en enero de 1521 sufrió en el castillo el asedio de los Comuneros a las órdenes del Obispo Acuña, a quien permitió la entrada en la fortaleza tras negociar una capitulación honrosa que el obispo traicionó apresando a toda su familia y saqueado todo lo de valor que había. El castillo permaneció en poder de los Comuneros hasta finales de abril de 1521, después de que fueran derrotados en la Batalla de Villalar. Para conocer mejor la personalidad del Obispo Acuña es interesante recordar su protagonismo en la Guerra de las Comunidades y el antagonismo que mantuvo con el Alcalde Ronquillo en nuestra entrada sobre el castillo de Fermoselle.
Lienzo sur con el único cubo original |
Parece que los vecinos de Fuentes de Valdepero se mantuvieron al margen del conflicto; sólo a título particular consta la participación de sus habitantes, tanto entre los defensores como entre los atacantes. El ataque comunero y los sucesos posteriores debieron provocar tal impresión en Andrés de Ribera que, cuando acometió las obras de reparación de los desperfectos causados por los Comuneros en la fortaleza, la remodeló, probablemente con el objeto de hacerla inexpugnable hasta el punto que se engrosaron sus muros de forma excesiva, se achicaron puertas y ventanas, quizá de manera desproporcionada y anacrónica. Es por tanto en estas fechas, después de 1521, cuando se realizó la siguiente fase constructiva del castillo.
En 1531, tal vez sin concluir la remodelación y después de pleitear mucho tiempo con los vecinos por el monte, vendió el castillo y el Señorío de Fuentes a don Diego de Acebedo; la siguiente transmisión de la propiedad es a su hija, doña Juana de Acevedo y Fonseca. Siendo esta Señora de Fuentes, en el año 1572 el rey Felipe II instituyó el título condal en ella, así pues fue la primera Condesa de Fuentes de Valdepero.
Lienzos este y sur del patio de armas |
Tras sucesivas transmisiones, en 1739 el castillo y el título condal pertenecían a doña María Teresa Álvarez de Toledo quien entroncó con la Casa de Alba. La propiedad del castillo se desvinculó de la Casa de Alba en 1874, aunque en la actualidad sigue detentando el título condal. La Diputación de Palencia lo adquirió gracias al impulso y las gestiones de la Asociación de Amigos del Castillo y Monumentos de Fuentes de Valdepero, que acometió importantes obras de rehabilitación del castillo y acondicionamiento del entorno, así como el edificio inserto en el patio de armas donde se ha instalado el Archivo de la Diputación de Palencia desde 2006.
EL CASTILLO
El castillo tiene la típica estructura de las fortalezas de la Escuela de Valladolid. Construido en piedra de grandes sillares, presenta un recinto cuadrado con cubos en las esquinas y una gran torre del homenaje en el lienzo norte, posiblemente almenado.
Torre del homenaje es un cuadrado con torres en las esquinas y una en el centro de cada lienzo reforzados cubos y lienzo con alambor |
Era en su tiempo esta fortaleza, arquitectónicamente hablando, la más importante de Castilla. Su torre del homenaje no tuvo rival en anchura y longitud y probablemente tampoco en altura. Contó en su tiempo con tres pisos abovedados, a lo que había que sumar el remate del adarve y las almenas, si es que esta parte alguna vez estuvo terminada. Con todo ello, su altura hubo de ser bastante superior a la actual. El grosor de sus muros es el mayor en España de todos los castillos del siglo XV, llegando en algunos lugares a los 11 metros de espesor. Todo esto hará exclamar al condestable de Castilla en enero de 1521 cuando escribía al Emperador "... fortaleza que es una de las buenas que ay en Castilla de Casa llana...". Mide aproximadamente 60 metros de largo y 37 metros en su parte más ancha (patio de armas) ocupando una superficie de algo más de 2.000 m2, con un perímetro de 170 metros lineales. La torre del homenaje tiene una altura de alrededor de 22 metros. Las medidas antiguas, según el Catálogo Monumental de la Provincia de Palencia, eran: "80 pies de alto, 130 de largo y 180 de ancho".
Lienzo oeste exterior del patio de armas con matacanes y escudos borrados las ventanas fueron achicadas tras el ataque comunero y posterior reforma |
La disposición interior de los espacios en la torre del homenaje resulta muy interesante. La primera impresión es que está totalmente aislada de la otra zona: el patio de armas, desde el cual se puede acceder desde una entrada en la esquina noreste. Esta escalera pasa junto a uno de los habitáculos que instintivamente despierta el interés del visitante: la mazmorra, una habitación abovedada con una sala entrada en lo alto que se unía a la escalera por un pasillo con una puerta en cada lado para hacerla aún más segura. La escalera de acceso termina en una terraza encima del plinto y mirando al patio de armas. Desde aquí se puede entrar en la torre por dos puertas que, mediante escaleras en forma de espiral cuadrado, dan paso a las habitaciones. El salón abovedado superior cuenta con cuatro diminutos almacenes a los que se accede por unos cortos pasillos en forma de "L", habitáculos se repiten en el castillo de Peñafiel (Valladolid).
Estos aspecto constructivos también los comenta Cooper que a su vez agrupo el castillo con el de Peñafiel y Cabañas de Castilla, grupo que califica como cumbre "de la arquitectura militar leonesa, estos tres castillos presentan una auténtica red de enigmas arqueológicos e históricos"; a la vez que destaca similitudes con las escaleras del castillo de Fuensaldaña. No obstante señala que su planta es rutinaria a pesar de lo gigantesco del edificio, "al lado de este monstruo de sillares" no deja de ser un simple rectángulo de cubos amatacanados en las esquinas de los que uno se ha sustituido debido a un aportillamiento comunero. La entrada al recinto, por su lado oriental, tiene garitas semejantes a las de Villalonso, Ampudia y Portillo. Destaca la casi ausencia de vanos hacia el exterior y que la torre del homenaje apenas tiene saeteras. Sobre su construcción añade que "el arco del ventanal está decorado con una orla de aspas, un motivo que se encuentra en el exterior de la capilla de San Juan, de la catedral de Orense" detalle interesante este porque en las obras de la capilla trabajaba "por casualidad un cantero palentino, Diego González, vecino de Baltanás, maestro mayor de las obras del templo, según una noticia del año 1485". Quizás sea el motivo por el cual la mayoría de las marcas de cantero -reproduce un total de 18 marcas- que podemos ver en la torre del homenaje, se encuentren también en el castillo de Peñafiel.
Garitones y matacanes que defienden la puerta de acceso |
El patio de armas es más simple: consta de un cuadrado con un cubo amatacanado en cada esquina, de los que solamente se conserva entero el del lado sureste (consolidado recientemente); el del noreste estaba semiderruido y ha sido totalmente reconstruido; los dos del lado oeste estaban totalmente destruido; el del sur, que quizá lo fue durante la revuelta comunera, se reemplazó por un mojón. El acceso a los cubos se realizaba solamente desde lo alto del adarve al que se llegaba desde la terraza que da a la torre del homenaje.
La entrada al patio de armas, que se encuentra en el lado este, está flanqueada por dos garitones. En el cubo del sureste podemos observar una preciosa ventana gótica ojival y dos escudos con las armas de los Sarmiento, que en su tiempo estuvieron protegidos por una marquesina, de la cual queda el canecillo que la soportaba. Rodeándolo todo existió una barrera baja y tal vez un foso de los que no queda ningún vestigio actualmente.
Esta fortaleza se adscribe a la llamada Escuela de Valladolid, pudiendo ser atribuida al mismo cantero que realizó las torres de Fuensaldaña, Peñafiel, Torrelobatón y la parte baja de Belmonte de Campos. Su uso palaciego y residencial se puede constatar por antiguas fotos del castillo en las que se aprecia un antepecho plateresco en la galería alta del patio con columnas poligonales, elementos que probablemente son los que hoy se encuentran en la iglesia parroquial de la localidad así como otros dos escudos también vinculados al linaje de los Sarmientos, a donde debieron trasladarse a finales del siglo XIX.
Lienzo oeste tras el caserío |
Para esta entrada además del texto del Folleto informativo Diputación de Palencia he utilizado la siguiente documentación:
Cooper, Edward, Castillos Señoriales de la Corona de Castilla y León, Junta de Castilla y León, 1991
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