sábado, 1 de junio de 2024

Acueducto subterráneo de Ucero


Habíamos visitado el castillo de Ucero, que se asentaba, según la cartela que hay frente a la fortaleza, en una zona ocupada desde la Edad del Hierro. Desde esta ocupación hasta la construcción de la fortaleza, nada nos cuenta de la presencia de Roma en el lugar. Tras la visita no entramos en la población, sino que retomamos nuestra ruta retrocediendo hasta al cruce de la carretera SO-920 con la SO-P-5119. A unos 500 metros del inicio de la carretera encontramos a nuestra derecha una indicación, que nos lleva hasta el túnel, se conoce como Cueva de la Zorra y. en la entrada de nuevo una cartela nos detalla la construcción y finalidad del túnel:

Primeros metros de la entrada del túnel

Túnel que formaba parte de la obra hidráulica que abastecía de agua a la ciudad romana de Uxama, desde las fuentes del río Ucero en el nacedero de la Galiana. Recorre 18 k. y a su paso abastece pequeñas presas del riego en las múltiples villas que se sitúan en su trazado, el canal circula a cielo abierto en la mayor parte del trayecto, debiendo salvar algunos obstáculos por medio de túneles, represas, acueductos y sifones.

Primer pozo de ataque desde el túnel

Si algo caracterizaba a los romanos era la construcción de obras públicas, nos recuerda Barrow que: "el romano amaba a su país y le gustaba poseer tierras y aceptar el reto que éstas le hacían" y uno de sus desafíos era el agua, "se suministraba a las ciudades una abundante provisión de agua que se transportaba por medio de canales subterráneos o de acueductos, desde los depósitos se llevaba el agua en tuberías de plomo hasta las casas". Señala que tan solo Roma contaba con 14 acueductos para el suministro de agua con una longitud total de 426 km., suministrando quizá algo más de 200 litros diarios de agua por habitante; en Hispania, el de Tarragona tenía una longitud de 35,50 km. del que se aprovechaba la energía hidráulica que producía en la industria de molinos y aserraderos, así como para el riego de jardines y al abastecimiento de las fuente públicas. 

Vista desde el centro del túnel

El túnel de Ucero, aunque tiene unas dimensiones modestas, nos sirve para ilustrar su extraordinaria utilidad: "Atraviesa el cerro de lado a lado con una longitud de 133 metros y está dividido en tres tramos por dos pozos de ataque que ascienden hasta la superficie. Su misión, una vez realizada la obra, será permitir el paso al canal para su mantenimiento y proporcional cierta iluminación. Su excavación se realiza desde los extremos y desde los pozos de ataque simultáneamente, observándose en el trazado del túnel las rectificaciones que hubieron de hacerse por ligeros errores de cálculo de pendientes."

Soledad Búrdalo nos introduce en la construcción de estas galerías haciendo una excelente síntesis de su utilidad y la importancia que los romanos daban al agua. El primer paso para crear una conducción para abastecer de agua a una ciudad, era la localización de una fuente de suministro que fuese apropiada, debía estar en un lugar elevado, que el agua fuese pura y el caudal abundante, preferentemente un manantial, aunque este estuviese alejado. Como ejemplo comenta la localización del manantial ubicado en Tempul que surtía a Gades (Cádiz) , éste se situaba a 60 km. de distancia lo que su traída de agua lo convertía en el de mayor longitud de Hispania.

Gráfico de la cartela informativa con el trayecto de la conducción de agua
de Ucero a Uxama y la sección del túnel.

Durante el trayecto, continúa Búrdalo, se debían salvar diferentes barreras orográficas como elevaciones del terreno, depresiones, valles, ríos, etc., que se salvaban con la construcción de diferentes estructuras como acueductos, sifones y túneles, y siempre que fuese posible, que el canal estuviese enterrado para preservar del ambiente y la luz la pureza y calidad del agua. En el caso de tener que atravesar elevaciones que no podían rodearse, se optaba por perforar túneles que cruzaban la elevación de parte a parte. La construcción de estas galerías se acometía en varios puntos a la vez; "eran registrables gracias a la apertura de lumbrales o pozos de inspección (putei) que servían para sacar los escombros durante su construcción y después para facilitar el aireamiento y limpieza".

Concluye Barrow, que el transporte de agua, el acueducto, era un servicio público que precisaba de mantenimiento estando éste a cargo de empleados del Estado o del Municipio. Nuestra visita fue breve y consistió en recorrer el túnel en su totalidad y, tal como detalla la cartela, comprobar su trazado y el rectificado de su trayectoria. Una vez en el interior nunca se pierde de vista una de las bocas de la mina. En las paredes pueden apreciarse pequeños huecos que pudieron ser utilizados para colocar lucernas. En nuestro paseo encontramos un sapo como único habitante del túnel por lo que conviene extremar el paso para no molestar ni dañar a cualquier habitante en este medio, sapo o murciélago.


Para esta entrada he consultado, además de la cartela que hay junto a la entrada de la galería, la siguiente documentación:

Barrow, R.H., Los Romanos, Fondo de Cultura Económica, México 1995.
Búrdalo, Soledad, Las venas del agua en Ingeniería Romana en España, Revista del Ministerio de Fomento, nº 564, 2007

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