jueves, 30 de junio de 2022

Torres-vigía en la costa de Cádiz


Las torre-vigía eran construcciones que se diseminaban por el litoral, Las que vamos a ver son las construidas entre Chiclana de la Frontera y el faro de Trafalgar en la costa atlántica de Cádiz, conocida en el siglo XVI como costa de Andalucía. Para introducirnos en su historia voy a transcribir el texto que sobre ellas se hace en el cartel informativo que hay al pie de la torre del Puerco, o torre Cabeza de Puerco, en Conil de la Frontera: "La importancia de estas torres estribaba en los avisos que se enviaban entre torre y torre cuando se acercaban los piratas a la costa. El sistema era sencillo: se encendían hogueras en la parte superior de la atalaya, con mucho humo durante el día y mucha llama si era de noche". 

Faro de Trafalgar y a su derecha los restos de la torre de Trafalgar

Para conocer mejor la construcción de estas torres, seguiremos el excelente trabajo de Alicia Cámara Muñoz (1990) sobre las torres de litoral en época de Felipe II en la costa de Andalucía, como se conocía la costa comprendida entre la frontera portuguesa en Ayamonte, la torre de Pino Seco, y la torre de Chullera en Gibraltar.  En total se construirían cuarenta y cinco torres de las que ya existían diecinueve cuando "Felipe II envió a D. Frances de Álava, capitán general de Artillería, a visitar la costa", debiendo ir acompañado por el comendador Luis Bravo de Lagunas y el ingeniero Antonelli. Las obras las llevará a cabo, según un informe de Francés de Álava "un montalvan que reside en Sevilla y un Juan cornejo en Gibraltar, a quienes se a encomendado la esecuçión de las torres de la costa de andaluzia". Desde diciembre de 1586 se encargó Montalbán de las obras hasta 1588 que cae enfermo y es sustituido por Juan Pedro Livadote, por lo que probablemente fuese éste y no Antonelli quien acompañó a Francés de Álava a reconocer la costa.

Imagen la torre de Meca en el horizonte desde el faro de Trafalgar. La torre
 de Meca está a 160 m. de altitud  en el interior y dista 2.3 km de la torre y
 faro de Trafalgar

La construcción de las torres tenía como causa los continuos desembarcos de piratas berberiscos y turcos en las costas españolas y, sobre todo, el temor a una invasión desde el norte de África. En tiempos de Carlos I el pacto entre Francia con los turcos facilitaba este tipo de piratería y en tiempos de Felipe II, tras la revuelta de los moriscos en Granada (1586), se temía que éstos facilitasen desde el interior una invasión desde el Magreb. Cámara hace una breve e interesante relación de los ataques de turcos y piratas en las costas españolas, desde Gerona a la costa de Andalucía, eran ataques rápidos cuyo objetivo era el robo de bienes y el secuestro de personas con el fin de solicitar su rescate; en ocasiones algún morisco se unía a los piratas retornando con ellos al norte de África, "el hecho es - comenta Cámara- que las costas del sur y este peninsulares se vieron constantemente atacadas por piratas y corsarios, y que fue necesario adaptar esas costas a dicha realidad".

Pieza de artillería en la playa de La Barrosa (Chiclana de la Frontera)

Las torres tenían distintas formas: cilíndricas, cuadradas y en raras ocasiones poligonales, en función del ingeniero que la diseñase. Destacar que en el siglo XVI las torres van a sufrir algunas variaciones constructivas respecto a las anteriores, se reduce su altura para hacerlas menos vulnerables a la artillería y se reforzó su interior puesto que, en algunos casos, se incluía alguna pieza de artillería. La mayoría se levantaba sobre un plinto o base sobre el que se asentaba un primer cuerpo macizo; sobre éste se abría la puerta a la que se accedía mediante una escalera de mano fácil de retirar. Disponían de una o dos estancias abovedadas, y una escalera de caracol embutida en la pared que permitía acceder a lo más alto, lugar donde podía ubicarse la pieza de artillería. 

Perfil de la torre que se ha de hazer en el puerto de Morayra y
la ysla de Benenidorme, costa del Reyno de Valencia (ca. 1596)
Firmado Cristóbal de Rada Antonelli

Los municipios y señores donde se ubicaran las torres se encargaban de financiar su construcción. Si se construían en lugares de señorío serían financiadas a medias entre el señor y los vecinos; y si eran en tierras del rey, sería a medias entre el rey y los vecinos donde se levantasen. De tal manera que en Tarifa el Duque de Alcalá construyó tres torres a su costa; en el término de Gibraltar se construyeron cuatro a cargo del Rey, mientras que una construida en el término de "Vegel" corrió a cargo de la villa a medias con el Duque de Medina Sidonia. La importancia de las obras queda patente por el peligro que representaban los actos de piratería. En 1608 se hace una consulta y se detalla que entre 1585 y 1588 "se pararon las obras (no debieron ser todas, a pesar de lo que dice esta consulta, pues en ese año se envía al ingeniero Livadote a ocuparse de las torres de la costa de Andalucía) hasta el de 1595, pero incluso el año que se hace la consulta quedaban varias por acabar y estaban sin guarda ni artillería, lo cual era muy perjudicial, como lo demuestra el hecho de que ese año se hubieran llevado cautivas cincuenta personas de esa costa".


TORRE BERMEJA

Iniciamos nuestro recorrido por Torre Bermeja, en Chiclana de la Frontera. La torre, que ha sufrido una reciente transformación, se encuentra sobre un pequeño acantilado al inicio de la playa de La Barrosa, en una propiedad particular -de hecho el mapa que facilita el ayuntamiento no la recoge-. Se encuentra completamente enfoscada y pintada de color ocre claro; de ella tan sólo destaca el detalle de un esgrafiado que simula una almena y rompe la monotonía del color. Se encuentra en zona privada, una urbanización que tiene restringido el acceso. Aproveché para entrar que estaba la puerta abierta y al instante se acercó una persona que, muy educadamente, me señaló la salida asegurando que no podía hacer fotografías de la torre ni siquiera acercarme a ella, y si quería fotografiarla debía rodear la valla que la separa del pinar periurbano de La Barrosa o desde la playa.

Torre Bermeja desde la playa


TORRE DEL PUERCO

Siguiendo la costa hacia el sur, a poco más de 5,5 km., en el otro extremo de la playa de La Barrosa se encuentra la torre del Puerco o Cabeza de Puerco. La cartela que hay junto a la torre nos recuerda que la situación estratégica de Cádiz, entre dos continentes, ha propiciado que sea objeto de invasiones. La torre del Puerco "está situada estratégicamente entre los términos de Conil y Chiclana de la Frontera". La torre se construye en el siglo XVI para la vigilancia militar; se encuentra situada "sobre un terreno plano que le aportaba un amplio campo visual, esta atalaya consta de una planta redonda con el interior abovedado y está construida a partir de ladrillos, tejas y desechos de cocción del alfares" y servía, como otras, para "avisar de la llegada de corsarios moriscos".

Torre del Puerco o Cabeza de Puerco

También junto a la torre hay una lápida que, además de definir de nuevo la utilidad de la torre, nos recuerda un hecho de la Guerra de la Independencia: "La torre del Puerco es un ejemplo de las torres almenaras que se levantaron desde la Edad Media y que sirvieron de puesto de defensa y de vigilancia. Situada en un lugar privilegiado esta torre fue testigo de excepción de la Batalla de Chiclana, librada el 5 de Marzo de 1811 entre las tropas aliadas, españolas y angloportuguesas, contra el ejército francés".

Torre del Puerco. Puerta en altura y el muro un grosor de un metro


TORRE-FARO DE ROCHE

A 4,4 km. al sur de la torre del Puerco se encuentra el faro de Roche, antigua torre transformada en faro. A diferencia de las dos anteriores, circulares, la torre-faro de Roche es cuadrada, se encuentra en el Cabo de Roche y domina el Puerto de Almadraba, al norte de Conil de Frontera. Según la cartela que hay junto a ella y desde donde se ve una espléndida panorámica del puerto, la torre mide unos 20 metros de altura; está construida en el siglo XVI y forma parte del sistema defensivo de la costa frente a las incursiones de piratas. En 1983 se reconstruye y reforma para convertirla en faro para la navegación. Para ver la morfología de la torre conviene recurrir a la torre de Trafalgar, que, aunque incompleta, tiene la misma estructura, una base cuadrada alamborada y, como las que hemos visto hasta ahora, la entrada en altura.

Torre-faro de Roche. Reformada tiene su entrada en altura


TORRE DE CASTILNOVO

La torre de Castilnovo se encuentra a 2 km. del arranque del puente que cruza la desembocadura del río Salado en Conil de la Frontera. Para llegar hasta ella tan sólo hay que seguir el camino que comienza al pie del puente. No se trata de una torre-vigía como la que hemos visto hasta ahora, sino que, como nos indica la cartela que hay junto a ella, se trata de los restos de una pequeña fortificación: "En su origen fue una pequeña fortaleza con una pieza de artillería para defender la costa. A su alrededor se edificó un cercado, aún se ve su perímetro, que servía de alojamiento tanto para los trabajadores de la almadraba como para los mercaderes que venían a comprar el atún. La fortaleza tenía alcaide con voz y voto en el cabildo de Conil, y estuvo vigente hasta el terremoto de Lisboa de 1755 que provocó un maremoto que la destruyó, quedando sólo la Torre de Castilnovo".

Torre de Castilnovo cara oeste 

La torre, abandonada tras el terremoto de 1755, fue restaurada y consolidada en 1995 para evitar su derrumbe. Cuenta con tres plantas según los mechinales que se observan en su interior, y una altura de unos 23 metros. Construida en mampostería tiene reforzadas las esquinas con sillares, la parte superior está retranqueada y posiblemente tenía, en el ángulo Sureste del interior, una escalera de caracol. El acceso se hace por la cara Este en altura, Los únicos vanos de la torre, menos la puerta de acceso, se abren al Oeste. Como curiosidad en ella anida una especie de ibis en peligro de extinción: ibis eremita por lo que no conviene estar mucho tiempo junto a la torre.


TORRE DE TRAFALGAR

La torre de Trafalgar se encuentra a escasos metros del actual faro. Fue mandada construir por el duque de Medina Sidonia para proteger sus pesquerías en la zona. La torre fue derribada parcialmente en 1860 para reutilizar sus materiales en la construcción del faro moderno. Construida en mampostería con sillería en las esquinas. Tiene planta cuadrada con la base alamborada sobre zapatas de sillería. Su fisonomía, como dijimos, es similar a la torre-faro de Roche.

Torre de Trafalgar derribada en 1860 para reutilizar sus materiales en la
construcción del actual faro

Para esta entrada he consultado además de las cartelas informativas que hay junto a las torres, la siguiente documentación:

Cámara Muñoz, A. (1991) Las torres del litoral en el reinado de Felipe II: una arquitectura para la defensa del territorio (I). Espacio Tiempo y Forma. Serie VII. Historia del Arte, (3). https://doi.org/10.5944/etfvii.31990.2155
Perfil de la torre... ACA, Consejo de Aragón, legajos 0560, nº 037,5 en web.
Torre y Faro de Trafalgar, en Andalucíarustica.com

lunes, 13 de junio de 2022

Torres de Quart


Una de las visitas más interesante en la ciudad de Valencia son Las Torres de Quart, restos de su muralla medieval. Espléndidas, más sobrias que las Torres de Serrano aunque, como indica Ruibal, "más altas y fuertes". Están construidas en mampostería y tapial "salvo los ángulos y cuerpos superiores que son de sillería". Habría que añadir que tampoco tienen la visibilidad que las de Serrano que se encuentran frente al Turia, éstas están encajonadas entre la calle Quart y la calle de Guillem de Castro y carecen por tanto de vista panorámica.

LA TORRES

En la escasa información que nos ofrece el folleto turístico que nos dan en la entrada, podemos leer que "las Torres de Quart formaban parte de la muralla medieval que rodeaba el casco antiguo de la ciudad y tuvieron un importante pasado en la historia de Valencia ya que su función principal era defender la ciudad de posibles ataques enemigos. Fueron construidas entre 1441 y 1460. De estilo gótico ojival, las Torres de Quart están hechas de cal y canto mediante encajonadas, utilizando la piedra tallada sólo en los ángulos, arcadas y cuerpos volantes. En su fachada exterior se aprecian marcas de proyectiles lanzados contra la ciudad en diversos asedios. Las torres de Quart eran, por excelencia, la entrada a Valencia desde el Reino de Castilla, y en la actualidad continúan indicando al visitante el lugar donde comienza el centro histórico de la ciudad".

Torres con la base alamborada de sillería sobre la que se levanta en tapial
el cuerpo de la torre. En ellas se aprecian varias aspilleras y una tronera
de cruz y orbe así como varios impactos de artillería y fusilería.

Amador Ruibal precisa sobre su construcción que ésta la emprende Pedro Bonfill en 1444. Se compone de dos torres, "semicilíndricas tienen la base alamborada que encuadran la entrada". Están rematadas por un cinturón de matacanes que son independientes entre sí y del que existe y defiende la puerta de acceso a la ciudad. Esta última cuenta además con una zona superior, también almenada, que comunica ambas torres. Ésta es una de las diferencias, nos recuerda, que tiene con las de Serranos. La entrada está formada por un gran arco de grandes dovelas en las que se observan varios disparos de artillería.

Puerta de acceso a la ciudad de grandes dovelas con impactos artilleros

El acceso a las torres se hace por la parte trasera, por una escalera desde el interior de la ciudad. Esta puerta de acceso está rematada con alfiz y se encuentra a gran altura, En el lateral de esta puerta se encontraba a su vez el acceso al adarve. Llama poderosamente la atención las bóvedas, unas de sillares y otras de ladrillo correspondiéndose las primeras a lado recto de la torres y las segundas con el lado curvo. También son de destacar las marcas de cantero y algún graffiti que se observan en los muros y unos dibujos esquemáticos que no supieron explicar y que se han mantenido tras la restauración y limpieza del edificio.

La torres desde el interior de la ciudad

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Comenta Ruibal que las torres además de su carácter defensivo pronto tuvieron otros fines. En el siglo XVII sirvieron de prisión de mujeres. A tal fin se realizaron obras que modificaron su estructura interior original para ser usadas también,  más tarde, como prisión militar. Esta última función se mantuvo hasta el primer tercio del siglo XX.

Torre norte en la parte inferior se ve la puerta de acceso al adarve

Tuvo especial protagonismo durante la Guerra de la Independencia cuando resistió el asedio con el que el mariscal Moncey pretendía someter a la ciudad y del que se conservan las marcas de los proyectiles, tanto de artillería como de fusilería, que pueden verse en toda la fachada y que se han mantenido tras la restauración de ambas torres. El episodio al que se refiere Ruibal es del inicio de la Guerra de la Independencia tras el alzamiento de mayo de 1808 en Madrid. Tras reprimir el levantamiento en Madrid, el mariscal Moncey es enviado a Valencia donde llegó a principios de junio al frente de 11.000 hombres y algunas piezas de artillería, para sofocar el levantamiento en Valencia. La defensa de la ciudad corrió a cargo del mariscal de campo Felipe Augusto Saint Marcq, en aquel momento el oficial de mayor rango en la ciudad, que contaba con 4.000 hombres para su defensa. Tanto la defensa organizada por Saint Marcq como la llegada de refuerzos desde el norte, obligó a Moncey a retirarse sin lograr su objetivo. Desde entonces pueden verse las marcas del asedio a la ciudad.

Matacanes de la torre norte, bajo el bocel  de los matacanes se puede ver
la construcción en tapial y mampostería del lado curvo de la torre

Para esta entrada he consultado, además del pequeño folleto de información turística del Ayuntamiento de Valencia, la siguiente documentación:

Isabel Sánchez, José Luis, Felipe Augsuto de Saint Marcq y D'Ostrel, en Real Academia de Historia en dbe.rah.es
RuibalAmadorCastillos de Valencia, Ed. Lancia, 1998

Coronamiento de matacanes de la torre Norte, el paso superior almenado 
que comunica ambas torres y la puerta de acceso a la torre

Bóveda del primer piso de la torre Sur construida en sillería, corresponde
al lado recto de la torre

Bóveda del primer piso de la torre Norte construida en ladillo, corresponde
 al lado curvo de la torre

Pintura en el interior de los laterales de la torre Sur

Marca de cantero y pintura en la torre Sur

Tronera de cruz y orbe sobre el bocel del alambor de la torre sur

miércoles, 1 de junio de 2022

Fuerte de Carbajales de Alba


Llegamos a Carbajales de Alba poco después de la hora de la comida. El calor intenso del mediodía lo atenuaba un viento suave. Habíamos salido de Castrotorafe y nuestro destino era Alba de Aliste. Tomamos la N-630 y N-631 y, por un pequeño entramado de carreteras locales, llegamos a Carbajales de Alba por la ZA-P-2439 que nos deja junto al Fuerte de Carbajales de Alba o Fuerte de San Carlos. Fue una parada que no habíamos previsto, por lo que no llevábamos información sobre el fuerte. Del conjunto fortificado quedan los restos de tres baluartes pero aún sorprende su silueta y su trazado de tierra que nos permite ver sus cuatro baluartes: uno original, dos reconstruidos y del cuarto sólo el trazado, aunque fácilmente reconocible.

Vista cenital del Fuerte de Carbajales de Alba. Imagen de Rafael Moreno

EL FUERTE

Junto al lienzo Este hay una cartela que cuesta leer porque está quemada por el sol. En ella se cuenta brevemente algunos aspectos del fuerte, un texto que es un resumen de la memoria de las obras de restauración que se llevaron a cabo en el verano de 2000: 

"El Fuerte de Carbajales se corresponde con un fuerte abaluartado de planta cuadrangular, delimitado por cuatro cortinas o lienzo de muros defendidos por otros tantos baluartes. Estos se sitúan en cada una de las esquinas y son de planta pentagonal en "punta de diamante" . Cada uno de ellos cuenta con su nombre propio, a saber: baluarte de San Amaro, al noreste, de Portugal al noroeste, de Peña Corona al suroeste y de Santa Engracia al sureste. La estructura se completa con un foso perimetral defendido por cuatro revellines y dotado además de un camino cubierto y de un paseo fusilero, protegido por parapeto continuo.
Construido a mediados del siglo XVII se encuentra prácticamente desmoronado cien años después. La recuperación arqueológica y arquitectónica realizadas, han permitido documentar la cimentación de dos baluartes de la cortina que los une, así como el puente de acceso y una canalización subterránea que recorría parte del foso".

Baluarte de Portugal al NO. Imagen de Rafael Moreno 

Cobos y Castro (1998) detallan algunas reformas que se llevaron a cabo en el fuerte. Éste estaba construido en 1647 aunque de él, comentan, solo se conservaba un baluarte y la traza de tierra. La fortificación cercaba la parroquia de San Pedro, -este edificio fue de los primeros que se expoliaron para reutilizar sus piedras en construcciones del pueblo- "en 1707, se reconstruye y en 1714 se estaban agrandando los baluartes por ser 'corta' la obra." En esta fecha estaba trabajando en su reparación el ingeniero y coronel de Infantería Bruno Caballero Elvira. Éste había sido promovido por Verboom al Cuerpo de Ingenieros, y le había solicitado su ayuda durante el asedio a Barcelona ese mismo año durante la Guerra de Sucesión.

Baluarte de Portugal desde la coronación o punto más alto del glacis

Siete años después, en 1721, Carlos de Robelin hace un plano y remite un informe negativo del fuerte en el que asegura que "se halla en muy mal estado, y fortificado sin inteligencia, ni puede servir para defensa, ni hacer resistencia, y que así sería gasto inutil, el hacer reparos o obas en el siendo de parecer que se obligue al lugar de Carbajales a demolerle dejando den beneficio de los vecinos las piedras de las fortificaciones". En 1740 "La Combe propone construir un fuerte en un cerro a mitad de camino entre Carvajales y Alcañices, pero no se hace. En 1770 ya está arruinado y los del pueblo se llevan las piedras de la iglesia.".

Puente sobre el foso en el lienzo N donde se estaba la puerta del fuerte entre
los baluartes de San Amaro(NE) y Portugal (NO). Imagen de Rafael Moreno

Hervás y Retuerce, autores de la memoria de intervención de 2000 que hemos citado, detallan en ella  aspectos del fuerte que por espacio, imagino, no se mencionan en la cartela que hay junto al lienzo Este. En dicha memoria citan el texto anterior de Cobos y Castro, además indican que el fuerte se concibe como una pequeña plaza de defensa de la frontera con Portugal, durante la guerra de independencia portuguesa o Guerra de Restauración contra la monarquía hispánica (1640-1668). En 1647 el fuerte ya estaba construido aunque debía tener escaso valor defensivo toda vez que entre 1702 y 1707 hubo de reformarse. De esta reforma son los restos que se conservan en la actualidad.

Baluarte de San Amaro al NE, reconstruido

El fuerte consta de cuatro baluartes que miden en sus lados largos, la proa del polígono, entre 35 y 32,4 metros, en tanto que los lados cortos entre 9 y 11 metros. Son de fabrica trapezoidal con la cara exterior abaluartada y tienen un espesor de entre 1,7 y 1,2 metros; están construidos en mampostería de pizarra trabada con argamasa de cal y arena. La diferencia de esta pizarra con la que se extrae al excavar el foso hace pensar que se trajo de otro lugar puesto que la extraída del foso no es apta para la construcción, utilizándose ésta última para macizar los baluartes y las cortinas. En las esquinas se usarán los bloques de mejor calidad. Los muros o cortinas del lado sur, señalan, son de menor entidad que las del lado norte, teniendo en su base un espesor máximo de apenas 75 cm. En el centro de la cortina norte se ubicaba la única puerta de entrada al fuerte al que se accede por un puente que permitía salvar el foso; ambos, puerta y puente, estaban protegido por el revellín norte.

Foso y trazas de los baluartes San Amaro y Santa Engracia en la cortina E
De la obra exterior destaca el foso, excavado en la roca viva. El camino cubierto está trabajado en lo más superficial de los estratos geológicos, tiene una anchura máxima de 9 m. y mínima de 4 m. Su trazado se ajusta prácticamente al perímetro de los baluartes y cortinas y está ligeramente inclinado hacia el foso. Cuenta con un paseo de fusileros, un pasillo de 1,65 m. de ancho que está encajado entre la coronación del glacis y el camino cubierto. El revellín norte que protegía el puente y la puerta de entrada, en la actualidad está muy erosionado y ha perdido parte de su definición.

En primer término trazas de tierra del baluarte Santa Engracia al SE


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Como hemos comentado Cabajales sufrió los ataques de las tropas portuguesas durante la Guerra de Restauración portuguesa contra la corona Hispánica, lo que propició la construcción del fuerte que ya estaba operativo en 1647. Durante la Guerra de Sucesión debió tener algún protagonismo, según detalla Manzano Ledesma, puesto  que el 23 de marzo de 1711 tropas portuguesas ocuparon las últimas plazas fuertes que aún mantenían las tropas borbónicas en la raya con Portugal: Alcañices, Puebla de Sanabria y Carbajales; consolidando los portugueses sus posiciones en 1712, Carbajales sería recuperada antes de 1714 fecha en la que el ingeniero Bruno Caballero se encuentra reparando el fuerte. Los portugueses se mantendrían en algunos de estos lugares hasta marzo de 1715, fecha del Tratado Hispano-luso de Utrech.

Lado largo del baluarte Peña Corona, reconstruido, al SO

Para esta entrada además de la cartela informativa que hay junto al lienzo Este, he consultado la siguiente documentación:

Carrillo de Albornoz y Galbeño, Juan, Bruno Caballero Elvira, en ficha de la Real Academia de la Historia, en dbe.rah.es.
Cobos Guerra, F. y De Castro Fernández, J.J.Castilla y León. Castillos y fortalezas, Edilesa, 1998
Hervás Herrero, M.A. y Retuerce Velasco, M., Intervención arqueológica en el Fuerte de Carbajales de Alba (Zamora), Instituto de Estudios Zamoranos "Florián Ocampo" (C.S.I.C.), 2000.
Manzano Ledesma, Fernando, La guerra de Sucesión en la provincia de Zamora y la Paz Hispano-lusa de Utrech de 1715.

Plano de Carlos de Robelin (1721) En la parte superior el perfil del fuerte
y en la parte inferior el plano del fuerte y casas del pueblo.
Imagen de la publicación de Hervás y Retuerce