lunes, 23 de abril de 2018

Torres por tierras de Salamanca

Panorámica de Villares de Yeltes
En esta entrada comento la visita a cinco fortificaciones de Salamanca que se encuentran dispersas en el terreno y de las que no he encontrado prácticamente información. Para estas visitas, que no se puede considerar ruta, he seguido el libro de Jaime Pinilla González, Castillos de Zamora y Salamanca, muy interesante sobre todo por las fotografías -edición de 1995- algunas de ellas son más antiguas para comprobar cómo han evolucionado en este último cuarto de siglo. Las visitas las hicimos aprovechando una estancia en el Balneario de Retortillo; la cercanía de algunos lugares al balneario y otras excursiones nos permitió visitar brevemente la torre de Tamames, la torre de El Cubo de Don Sancho, la torre de Villares de Yeltes, el castillo de Cerralbo y la torre de El Tejado, eso sí, complicandose las visitas algunas veces a causa de la lluvia. En lo posible, intentaré hacer entrada aparte a cada una de las fortificaciones con datos más actualizados.

Torre de Tamames
La visita a Tamames no estaba programada y aprovechamos el viaje de vuelta de la Sierra de Francia donde habíamos visito los castillos de Miranda del Castañar y de San Martín del Castañar. La torre de Tamames se encuentra aislada, al norte del pueblo, y no pude acceder a ella, pues se encuentra cercada y en un prado anegado. Según Pinilla González es una torre probablemente en el siglo XIII. La puerta de acceso a la torre tiene dos dinteles superpuestos y está decorada con círculos y florones, lo que puede indicar una construcción anterior a la actual torre. Consta de tres plantas de la que únicamente la segunda recibía luz por su cara este que debe ser el vano que se aprecia a la derecha. Carece de almenado y presenta saeteras.

Cubo con tronera y restos de baluarte del castillo de Cerralbo
Dos días más tarde, también un día lluvioso, tras la visita a los castillos de San Felices de los Gallegos y Sobradillo por la carretera de Vitigudino, pasamos por Cerralbo, cuyo castillo apenas se distingue desde el pueblo. Como llovía con fuerza desistimos de la visita toda vez que el edificio no se apreciaba apenas en el horizonte no sabíamos si la visita valdría la pena. Unos días después, ya con buen tiempo realizamos la visita. La duda continúa al incluirlo en esta entrada toda vez que se trata de un castillo y no una torre. El castillo, en efecto, está prácticamente arruinado; tiene planta rectangular con cubos en los ángulos; tanto los muros como los cubos están construidos en mampuesto y revestidos al exterior con sillares de granito, y ambas estructuras presentan grandes troneras. Por la abundancia de troneras y presentar forma abaluartada su construcción se fecha entre finales del siglo XV y comienzos del XVI. Parte del edificio está rodeado de corrales que dificultan su visión desde el exterior. El interior del mismo está enterrado y en él se han practicado catas donde afloran varias estructuras por lo que será interesante profundizar en la puesta en valor del castillo.

Torre de El Cubo de Don Sancho
Una tarde soleada aprovechamos para hacer dos visitas: la torre de El Cubo de Don Sancho y el castillo o torre de Villares de Yeltes. La primera visita fue a la torre señorial que se levanta justo en el centro de El Cubo de Don Sancho. Construido entre finales del siglo XIV o principios del XV, está bastante modificado por las construcciones que se han adosado a él desde entonces, así como y las de su interior, -hay al menos tres nuevos vanos abierto recientemente-. Destaca un matacán defensivo en una de sus caras. En el siglo XVIII pertenecía la marquesado de Cerralbo y en la actualidad se usa como dependencias municipales.

Torre de Villares de Yeltes
A escasos kilómetros, dirección oeste, se encuentra Villares de Yeltes a donde se llega desde Pozos de Hinojo. El trayecto se hace por una carretera estrecha entre fincas ganaderas de espléndidos encinares y robledales. De esta torre, según nuestra guía, solo se sabe que en el siglo XVIII pertenecía al conde de Canillas.; tiene forma rectangular, construida en mampostería y sillería de granito en las esquinas; cuenta con cuatro plantas, su acceso, adintelado, se abre en la cara norte y está formado por jambas de tres piezas y dos ménsulas soportan el dintel en una disposición similar a la de Tamames. Probablemente sea obra del siglo XV y el remate de almenas piramidales denota símbolo de jurisdicción.

Torre de El Tejado con fábrica de ladrillo
El día de nuestra despedida aprovechamos para desviarnos en Calzada de Don Diego, A-62 dirección Madrid a unos 10 kilómetros de Salamanca, a El Tejado por un camino agrícola de 6 kilómetros de tierra que se encontraba en mal estado debido a las lluvias de días anteriores. El Tejado es un lugar singular, se encuentra dentro de una explotación ganadera y se tiene la sensación de estar en un lugar privado sin que llegásemos a ver a ninguna persona. La torre pertenece a la casa de Alba, aunque según Pinilla González, ni en los archivos de ésta hay referencias a su historia. Su interés radica en ser la única de la zona construida en ladrillo, es un rectángulo de 14 x 9 metros con muros de 1,50 metros, A la altura de la penúltima planta se abren una serie de vanos de medio punto a modo de galería que debieron abrirse cuando se le adosó a finales del siglo XV una casa palacio en la cara norte .

Para esta entra he consultado únicamente el siguiente libro:

Castillos de Zamora y Salamanca, Pinilla González, Jaime, Ediciones Lancia, 1995