jueves, 10 de abril de 2014

El Toro de Salamanca

Catedral de Salamanca
Salamanca tienes muchas visitas y una de ellas, obligada para mi desde hace años, es al toro de piedra que está al principio del Puente Romano. Es un espléndido ejemplar de verraco vetton, del siglo IV a.C. y aunque está bastante deteriorado, mantiene su porte majestuoso. En su día fue destruido, como algunos ejemplares, y luego fue recuperado y reconstruido, aunque quedó incompleto. En la actualidad se encuentra sobre un pedestal, junto al puente de piedra que cruza el Tormes, y es uno de los verracos que mejor documentado está junto con los de Guisando.

Verraco costado derecho mirando al puente
La descripción del toro que hace Guadalupe López Monteagudo, es la siguiente: "El estado de conservación de esta escultura, conocido desde antiguo con el nombre de "Toro de la Puente", no es bueno, ya que además de faltarle la cabeza, hay que añadir la mala calidad de la piedra en la que está esculpida. Consta de peana de la misma pieza que el resto del animal. Conserva el cuello y la papada. En el dorso se advierten varias cazoletas y una oquedad de 14 centímetros de diámetro por 9 centímetros de profundidad, hecha en tiempos modernos para encajar seguramente una columna o una cruz. El cuerpo está partido en dos trozos, rotura que se continúa en la peana. Se aprecia el sexo". Añade que el toro se encuentra en "el centro del puente romano". La bibliografía que he consultado ubica al toro en el centro del puente, lugar donde sería trasladado después de su restauración, aunque en la actualidad esté en la orilla del río próxima a la ciudad y fuera del puente, al menos desde 2007 cuando tomé las fotografías que ilustran esta entrada. A continuación de la descripción López Monteagudo enumera los textos en los que el toro es citado y son los que busqué para documentarme.

Verraco desde el costado izquierdo
 La primera referencia al toro la encontramos en El Lazarillo de Tormes. Cuenta Lázaro al inicio de sus andanzas cuando entra al servicio del ciego:

"Salimos de Salamanca, y, llegando al puente, está a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y allí puesto me dijo:
-Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro dél.
Yo simplemente llegué, creyendo ser ansí; y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una tal calabazada en el diablo del toro que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:
-Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo."

Verraco cuartos traseros
La segunda cita, y la más antigua, es la que hace referencia al toro en el Fuero de Salamanca, del siglo XIII. En el Título XCVII, página 33, sobre el límite que han de observar los asistentes a ejecuciones:

"Del prezo quien ovier aiusticiar el ome.
Quando las iusticias de Salamanca ouieren ladrón ó traidor á enforcar, ó quando lidiar caballero ó peón, ningun ome pase del Toro de la puente adelante é de la oriella del rio como tien desta parte, si non fuer alcalde ó escribano de conçeio ó andadores ó sayones é quien alende pasar sobre este vedamiento peche un maravedí."

Puente romano de Salamanca
En la nota a este Título se nos cuenta un poco de su historia y los destrozos que sufrió el verraco: "El toro, y no cerdo como han creido algunos, estaba á la entrada del puente hasta el año de 1836 en que se derribó por creerlo señal degradante para Salamanca. El año pasado fué extraído de entre los escombros por la Comisión provincial de monumentos; fáltale la cabeza, que parece está empotrada en el pretil de dicho puente". El libro fue escrito en 1870, por lo que es de suponer que el toro se restauró en 1869. Como pequeña anécdota apuntar que tanto en López Monteagudo, como en Álvarez-Sanchís, el Título al que se refieren es el XLVIII. Para terminar Álvarez-Sanchís comenta que "conserva el tercio delantero del pedestal original", lo que se aprecia en la reconstrucción.

Verraco costado izquierdo
La tercera y última referencia está en el Acto II de El mejor maestro, el tiempo, de Lope de Vega del que no he encontrado un ejemplar para documentarme.

Para preparar mis visitas sobre la cultura celtibérica y los vettones utilizo la siguiente bibliografía:
Los Vettones, Álvarez-Sanchís, Jesús R., Real Academia de la Historia, Madrid 2003.
Esculturas zoomorfas celtas de la Península ibérica, López Monteagudo, Pilar. CSIC, Madrid, 1989.
   Y para esta entrada he utilizado las siguientes ediciones:
La vida de Lazarillo de Tormes, Ed. Castalia, edición Antonio Rey Hazas, 1989, pág. 69.
Fuero de Salamanca, edición Sánchez Ruano,. J.; Imprenta D. Sebastián Caezo, Salamanca, 1870.

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