martes, 11 de febrero de 2025

El castillo de Trevejo


Llegamos a Trevejo después de visitar los restos del castillo Eljas. Ambas poblaciones de Cáceres distan poco más de 18 km. tomando la CC102 hasta San Martín de Trevejo, tras unos tramos sinuosos por la carretera CC104 y CC105 llegamos hasta Villamiel para desviarnos hacia el sur por la CC106, a unos 3 km., contemplamos el castillo roquero de Trevejo elevándose sobre un cerro en las estribaciones occidentales de la Sierra de Gata, dominando a sus pies el caserío. 

Vista general de entrada elevada al castillo protegida con un matacán

Junto al castillo hay una cartela que a grandes pinceladas nos ofrece una descripción de la fortaleza y su historia: "De origen musulmán anterior al siglo XII hoy podemos contemplar las ruinas de la fortaleza erigida entre los siglos XV y XVI. 
Desempeñó un importante papel durante los años de la Reconquista. Habitualmente fue ocupado por los caballeros de S. Juan de Jerusalén, aunque esporádicamente fueron moradores las Órdenes de Santiago y Alcántara.
En el año 1474 fue tomado por el bandolero Fernán Centeno, apodado El Travieso. 
En el exterior de la torre se conserva el escudo del comendador Juan Piñero. Aparecen un árbol flanqueado por sendos gallardetes con cálices y aspas cobijados por el yelmo de nobleza y Cruz de Malta.

Fernán Centeno fue un personaje real que vivió envuelto en un aura que confunde la historia con la leyenda. Se hizo con los castillos de Trevejo y Eljas, apoyó a los Reyes Católicos frente a Juana La Beltraneja y Alfonso V de Portugal. y fue protegido del duque de Alba. Según unas fuentes fue un caballero justo y otras fuentes lo tachan de tirano como veremos más adelante.


EL CASTILLO

El castillo de origen musulmán sufre diversas modificaciones hasta llegar a su estructura actual, de los siglos XV y XVI. El conjunto se compone de un recinto amurallado en lo más alto del cerro, que se asocia a la torre del homenaje que constituye el castillo propiamente dicho. A una cota inferior se construye una barrera a modo de barbacana que circunda por completo todo el conjunto aunque de ella sólo se conserva la parte meridional donde se abre la puerta de acceso al recinto.

Puerta de acceso de la barrera. En el dintel se lee la fecha de construcción 1706

Lo más interesante del castillo es su torre del homenaje, aunque se ha perdido su mitad oriental debido a una posible voladura del ejército francés durante la Guerra de la Independencia. Su construcción no estuvo exenta de problemas como nos detalla Cooper, a los que hubo de enfrentarse su constructor, el comendador Juan Piñeiro, para mantener la sede de la encomienda y la posesión del castillo de Trevejo frente a las aspiraciones de Villamiel. que había solicitado la propiedad e incluso el derribo de la fortaleza. Piñeiro precisaba de todos los recursos de la bailía para llevar a cabo la obra, por lo que mientras había recurrido la sentencia favorable a los vecinos, se estaba apropiando de la madera que según un vecino opositor dice haber "vido mucha madera en la fortaleza e que desya que era de los castaños asy acortaba" para las obras de la fortaleza que según el comendador era para leña de Navidad; o la obligación de los vecinos de trabajar en la construcción, "quando se fazia la fortaleza de Trevejo cierta obra que se fasya en ella el dicho comendador daba mandamientos para los alcaldes de esta villa que prendiesen al vezino que no fuese allá a trabajar con grandes penas la meytad para la obra de la fortaleza" y, la otra mitad para la Iglesia, y sugiere Cooper la posibilidad de que Piñeiro lo que pretendía era apropiarse de la encomienda para convertirla en señorío dada la extensa relación de parientes en puestos relevantes a su servicio. Tras estos pleitos, Cooper afirma que en agosto de 1491, año en que los vecinos lograron la sentencia favorable de propiedad, las obras aún no se había iniciado, y que habría que esperar a 1514 para que estuvieran en marcha. 

Restos de la torre del homenaje

La torre tiene forma pentagonal y está construida con sillares bien escuadrados. A ella se accedía por una puerta protegida por un foso y contaba con puente levadizo. La torre está distribuida en varias plantas a partir de un sótano con bóveda de cañón; sobre el sótano se distinguen dos pisos con dependencias, en una de ellas hay una chimenea francesa y ventanas con poyos o cortejadores, combinando de esta manera lo palaciego con elementos militares, algo habitual en la época, como troneras, matacanes y garitas que defienden las esquinas y una ladronera sobre la puerta. En el interior del recinto se conserva un aljibe cegado en la actualidad.

Interior del castillo con ventana y cortejador

A inicios del siglo XVIII debieron hacer algunas obras más según se desprende de la inscripción que puede leerse sobre la puerta de la barrera, grabada de forma muy tosca en 1706. El conjunto contaba también con una tercera cerca situada en la zona nororiental, hacia el caserío, aunque sólo puede apreciarse en unos planos del siglo XVIII realizados por el Servicio Geográfico del Ejército cuando los ingenieros militares Antonio de Gaver (1750) y Martín Gabriel (1765) redactaron varios proyectos para reforzar la capacidad defensiva de la fortaleza. Como hemos comentado, a principios del XIX, durante la Guerra de la Independencia debió ser volada parte de la torre del homenaje por el ejército napoleónico.

Escudo de armas del comendador de Trevejo Juan Piñeiro

En el exterior se conserva un gran escudo heráldico labrado en la sillería del muro de la torre del homenaje, son las armas del comendador Juan Piñeiro, las que también se pueden ver sobre la entrada principal del castillo y en su interior, aunque aquí de manera más esquemática sin el yelmo, las banderas y la cruz de la Orden de San Juan de Jerusalén.



CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Nos recuerda Mogollón que, como todos los castillos de la Transierra, el de  Trevejo sufrirá un constante cambio de manos, pues durante la segunda mitad del siglo XII en la zona occidental de la sierra fueron frecuentes los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes hasta que quedó definitivamente fijada la frontera en el Tajo; y aunque Alfonso VII conquista Alcántara en 1122 no será hasta inicios del XIII, en 1213, cuando el rey leonés Alfonso IX la recupere definitivamente. No obstante, con anterioridad, Fernando II en 1182 había cedido la fortaleza de Trevejo a Pedro Arias, éste fue prior de la orden del Hospital de San Juan de Jerusalén entre los años de 1169 y 1185. Trevejo se  convirtió en cabeza de la Encomienda.

Ventana vista desde el exterior

El prior hospitalario tuvo gran influencia tanto en la corte de Fernando II de León como en la de Alfonso VIII de Castilla, manteniendo a su vez relaciones con el resto de órdenes como la del Temple y la de Santiago. A esta última precisamente fue entregada la fortaleza en 1186, el prior Pedro Arias debió morir al año siguiente, en 1187; aunque como comenta Mogollón, la orden de los santiaguistas "al parecer no llegó a tomar posesión del mismo". Desde entonces el castillo y sus tierras pasaron sucesivamente a las manos de la orden de Santiago y de Alcántara, y a manos privadas. Según apunta Barquero, uno de los éxitos de Arias, sobre todo en lo económico, como prior de los hospitalarios "fue la concesión de tenencias vitalicias de diversas propiedades de la Orden a miembros de varios linajes nobiliarios", lo que le granjeó el apoyo de la aristocracia castellana. Tras estos vaivenes vuelve a poder de los hospitalarios que lo mantendrán hasta el siglo XVIII. Apunta Mogollón que mediado el siglo XV la fortaleza estuvo involucrada en las luchas entre el Clavero y el Maestre de la Orden de Alcántara.

Estructura y grosor de los paramentos de la torre del homenaje

En la torre del homenaje podemos ver el escudo de armas del Comendador de Trevejo, entre 1492 y 1524, Juan Piñeiro, que lo era también de Portomarín. Debajo del escudo, comenta Cooper, hay una inscripción con letra gótica a la que le falta la parte del sillar anterior, en la que puede leerse (ARMAS) DEL COMENDADOR / (JUAN) PIÑEIRO GALLEGO, y señala cinco marcas de cantero que pueden verse en el edificio. Juan Piñeiro tuvo, desde la toma de posesión de la encomienda de Trevejo, como hemos comentado, un enfrentamiento con los vecinos de Villamiel por la posesión del castillo, pues éstos habían conseguido una sentencia en 1491 contra el alcaide del castillo y sus funciones como alcalde mayor, en ella le quitaba "la tenencia de la fortaleza de Trevejo al dicho comendador e ge la diese a ellos o se derrivase". No obstante las influencias de Piñeiro lograron que por ejecutoria de la Corona de 1501, el comendador administrase justicia y "que la dicha fortaleza hera aparejo para fazer la justicia estando en manos de dicho comendador".

Vista panorámica del castillo

El problema de venía de 1480, cuando Fernán Centeno se había adueñado del castillo de Trevejo cobrando las alcabalas de la encomienda que correspondían al gobernador de Ciudad Rodrigo don Diego del Águila, a la vez que apresaba a los vecinos que no le prestaban servicios y "que les haseys llevar presos a las fortalesas del dicho Trebejo y las Eljas et los echays segund disen en grillos en las dichas fortalesas en los algibes de ellas..." . Esto generó que vecinos de Trevejo se refugiasen en Villamiel incrementando el censo y el poder de ésta. A Centeno lo instaló en Trevejo el clavero de AlcántaraAlonso Monroy, no obstante "este se contentó poco tiempo con la autoridad de Monroy y se le arrebató la encomienda".  El 1474 Alonso Monroy puso cerco a Trevejo y Eljas "causando el incendio del pueblo sanjuanista y su despoblación (...) hubo después una segunda asolación por el mismo Centeno, en 1476 o 1478, cuando Bernal intentó recuperar la encomienda"; este Bernal, apunta Cooper, había hecho causa común con Alonso Monroy, aunque fue a él a quien Monroy quitó la encomienda para ceder Trevejo a Centeno. El despotismo de Centeno con los habitantes de Trevejo fue tal que "hasta setenta prisioneros suyos gemían en el aljibe del castillo a diario. El mismo, sin embargo, supo escapar del asedio de Trevejo de abril y mayo de 1480 llevado a cabo por los habitantes de la encomienda bajo Diego del Águila". Aún hubo un intento de recuperar el castillo por parte de Centeno, aunque no personalmente, sino a través de un Alfonso de Chaves en 1486. Desalojado Centeno de la encomienda y para compensar la despoblación que se había producido, Piñeiro repobló Trevejo con personas traídas de Galicia, probablemente de su encomienda de Portomarín.

Campanario de la iglesia de San Juan del siglo XVI a los pies del castillo

El viajero antes de partir puede contemplar la iglesia de San Juan Bautista y su espadaña a cuyos pies encontrará un grupo de tumbas antropomorfas. Y después de nuestra visita seguimos nuestro camino rumbo a Santibáñez el Alto.

Para esta entrada he consultado además de la cartela informativa junto al castillo, la siguiente documentación:

Baquero Goñi, Carlos, Pedro Arias, ficha de Historia-Hispánica.rah.es/biografías 
Cooper, EdwardCastillos Señoriales en la Corona de Castilla, Junta de Castilla y León (1991)
Mogollón Cano-Cortés, Pilar, Castillos de Cáceres, Ed. Lancia (León 1992).
Navarreño Mateos, AntonioCastillos y Fortalezas de Extremadura, Caja Duero (1998)


Plano del castillo y los recintos de la cartela informativa

miércoles, 5 de febrero de 2025

Felipe II. Heráldica

AYUNTAMIENTO DE BAEZA (JAÉN)

Escudo de armas de Felipe II. Ayuntamiento de Baeza (Jaén)

Escudo en la fachada del Ayuntamiento de Baeza. El edificio se construye en1520 reinando y a instancias de Carlos V para albergar la cárcel de la localidad. En 1559 el edificio se amplía con la Casa del Corregidor. El escudo de armas de Felipe II está flanqueado por los emblemas del corregidor Juan de Borja y el de la propia Baeza. Junto a las armas de Aragón se incluye Jerusalén y Navarra, y el escusón con Flandes y Tirol en las armas de la casa de Austria. Aún conserva parte del colorido original; por ser anterior a 1580 aún no se ha incorporado Portugal.

UNIVERSIDAD DE SANTA CATALINA DE EL BURGO DE OSMA (SORIA)

Escudo de armas de Felipe II. Universidad de Santa Catalina en  El Burgo de Osma

El escudo de Felipe II campea sobre la fachada de la Universidad de Santa Catalina en El Burgo de Osma. Institución fundada a iniciativa del obispo de origen portugués Pedro Álvarez de Acosta, cuyos escudos flanquean al del rey, que fue autorizada en 1550 por el papa Julio II por lo que adquirió el carácter de Pontificia a la vez que Real tras recibir la protección del rey Felipe II. El edificio se terminó de construir en 1549 y acogió  la universidad hasta 1751. Respecto al escudo anterior han desaparecido las armas de Jerusalén y Navarra.  


PUERTA DEL ALCÁZAR DE LA MURALLA DE ÁVILA

Puerta del Alcázar (Ávila) 1596

Este escudo se encuentra sobre la puerta del Alcázar en la muralla de Ávila. Según García-Olmedo, está atribuido a Felipe II aunque tiene varios errores heráldicos que a continuación enumera, "parece tratarse de un antiguo escudo de los Reyes Católicos que existió en este lugar y que por su deterioro fue aprovechado para labrar éste, puesto que el águila nimbada de Sam Juan, y el yugo y las flechas es símbolo de los Reyes Católicos".


La primera mitad del escudo o partido primero, sí corresponde a las armas de Isabel y Fernando a falta de la granada que se incorporó al escudo real en 1492, con la reconquista de Granada y conservado hasta nuestros días.

En la segunda mitad, primer cuarte, aparecen tres fajas que sin duda quieren interpretar Austria, sin conseguirlo correctamente (...) en el siguiente aparecen tres flores de lis, en lugar de sembrado de lises; si querían interpretar las armas de Borgoña antigua, que es lo que le corresponde a Felipe II, también podían ser las armas de la casa de Inglaterra, juntamente con el arto cuartel en que se ve una especie de león o uno de los leopardos puestos en palo que podrían ser armas de María Tudor, segunda mujer de Felipe II, lo que no sería correcto puesto que murió en el año 1558 y el escudo está hecho en 1596.

En el tercer cuartel de la misma partición, Borgoña, debería llevar una bordura de gules, y para terminar faltan las armas de Portugal que incorporó Felipe II por herencia en 1580, y que duró hasta la separación de dicho Estado en tiempos de Felipe IV.

Lo más acertado podría ser atribuido  a Dª Juana "La Loca" puesto que conservo las armas de su madre Isabel La Católica, en la primera mitad de su escudo, y en la segunda las armas de su marido el Archiduque de Austria Felipe I "El Hermoso". Es muy posible esta suposición puesto que este arco perteneció al antiguo Alcázar o palacio de Dª Juana "La Loca".

En conclusión creo que es un escudo típico de los Reyes Católicos cuartelado en cruz y contra cuartelado de Castilla León y Aragón Dos Sicilias al que se le ha quitado la segunda mitad y aprovechada para implantar de una forma un tanto arbitraria las armas de Felipe II.

García-Oviedo Tapia, José M., Heráldica Abulense, Caja de Ahorros de Ávila, Ávila, 1992

lunes, 3 de febrero de 2025

Torre del Calabozo en Cervera del Llano


Después de la visita a la Torre Vieja de San Clemente, nuestro siguiente destino por tierras de Cuenca fue la Torre del Calabozo, en Cervera del Llano, aunque alejada de la población, a unos 3 km. al norte a través de un camino rural, se alza en un alto que apenas sobresale del terreno. El edificio se encuentra a 888,80 metros de altitud, y si seguimos la opinión de Cooper, que hace un pobre balance de su ubicación, "el emplazamiento carece de valor militar y hasta de atractivo ambiental". Nosotros llegamos un poco antes del atardecer por lo que la caída del Sol nos proporcionó una agradable luz crepuscular.

Fachada Sureste donde se abren las dos puertas de acceso

LA TORRE

Siguiendo los comentario de Cooper, la torre se ubica en un lugar de escaso valor estratégico, en un baldío junto a la Cañada Real de los Chorros entre los ríos Záncara al oeste y Júcar al este, en el ramal de Poniente de la cañada, posición identificada como La Aldea, por lo que su misión pudiera ser controlar la cañada. "Los restos existentes consisten en un maltratado torreón, totalmente aislado" aunque hay que destacar de su construcción la bóveda "esquifada peraltada" similar a la que hay en la torre del homenaje del castillo de Alburquerque, "es decir, una obra de principios del siglo XIV". Salas retrasa, sin embargo, su construcción a finales del siglo XII y la atribuye a Alfonso VIII, y propone que su construcción esté relacionada con la repoblación y la trashumancia. Otros autores fechan la torre en el siglo X.

Esquina Norte y cara noreste con la escalera metálica

La torre está construida en mampostería y tiene las esquinas en sillería, así como los vanos, ventanas, puertas y la escalera que nos lleva a la planta superior; añade Salas, que en la parte baja de las esquinas se aprecian sillares que podían ser piezas reutilizadas de origen romano. Sus esquinas están orientadas a los custro puntos cardinales y tiene unas medidas de 9.30 metros cada lado y por su interior 5,50 en su base y en el piso superior de 5.64 lo que nos indica que según se eleva sus muros adelgazan; la altura media del edificio es de 12 metros, aunque "quedan restos por encima de esta cota" que dan a entender que debió poseer al menos un piso más.

Esquina Oeste  y los dos vanos noroeste y suroeste

La puerta de la planta inferior, tiene un arco apuntado, es de buena sillería, una altura de 3,20 metros y 1,57 metros de ancho. Como es de suponer esta puerta se abre con posterioridad a la construcción de la torre toda vez que la entrada original es la que se abre en el primer piso donde arranca la escalera embutida en el muro que según Cooper, de ella "lo más sorprendente es la calidad de las bovedillas escalonadas de la escalera de acceso a la planta". Ésta construida en piedra arenisca y tiene arco de medio punto. Como singularidad, señalar que debía contar con dos puertas, una puerta inferior al principio y otra superior que cerraba el acceso a la planta; la estructura de la bóveda de la escalera es idéntica a la de los peldaños, lo que le confiere esa singularidad que comentaba Cooper.

Esquina Sur con vano suroeste y sureste. A la izquierda los restos de la puebla

Respecto a la bóveda de la planta baja, Salas discrepa de Cooper, cree que el modelo constructivo se basa en la torre de Cervera, y cita a Rodríguez Zapata que describe su construcción con piedra de sillería y alcanza 6,33 metros de altura, "esta bóveda asciende ojivalmente con cuatro diagonales formando en el centro un cuadrado en cuyo centro se remata con una piedra-clave del hueco central que serviría de comunicación con el piso superior".

Cúpula de sillares del piso inferior

El lado sureste, donde se encuentra la puerta de acceso, presenta tres ménsulas que pudieron ser el soporte de un cadahalso o cadalso por los tres mechinales en la parte superior de estas ménsulas. Por el lado NE podemos ver "una especie de mechinal corrido que sería para colocar las vigas del cadalso al que se accedía desde el primer piso". La primera planta hay el noroeste y suroeste se abren dos vanos de sillería y cuenta con dos asientos de piedra o cortejadores, desde donde se tiene una amplia visión del territorio. La torre debió tener su propio recinto con muro de escaso grosor de los que apenas quedan restos de su ruina.

Cara Suroeste con vano superior y aspillera inferior

CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Tenemos escasas noticias del poblado que perteneció a una aldea "que se denominaba Villanueva del Palomar", y que previamente se denomina la Aldehuela, según cita Salas, según se desprende de la compra que hizo Alonso Álvarez de Toledo a Teresa Fajardo en 1426.

Bóveda de la escalera al piso superior

Respecto a Alonso Álvarez de Toledo, Parada y Luca de Tena detalla que era judío converso y fue "uno de los contadores mayores de Castilla que junto a otros tuvieron al mismo tiempo los Reyes". Añade "Cuyo primogénito de un primer matrimonio de la conquense conversa de judíos Aldonza Fernández de Valera". "El Contador parece se convirtió al cristianismo junto a sus padres, Garci Álvarez de Toledo, Fernández de Toledo y señor de Casas Buenas, según algún documento, y María Álvarez, Mayor Fernández de Toledo en los papeles que disimulan su verdadera ascendencia, naturales de Toledo como él".  En 1787, según el censo de Floridablanca, Villanueva del Palomar tenía una población de 47 personas; y en el mapa de Ramón Domínguez de 1885, figura como despoblado.

Planta superior, los dos vanos dotados de asientos y la esquina Oeste

Salas en su publicación comentaba que se había licitado la consolidación de la torre. Nosotros llegamos con la obra ya terminada y habría que destacar la accesibilidad que existe hoy a las plantas de la torre lo que ha provocado un sinfín de intervenciones con grabados y grafitis de viajeros no deseados y que, según se desprende de los textos consultados, en algunas zonas  intervenidas se dificultan la identificación de algunos detalles del edificio, como mechinales y marcas de cantero.

Marca de cantero en la escalera

Para esta entrada he consultado las siguiente documentación:

Cooper, Edward.La fortificación de España en los siglos XIII y XIV, Ministerio de Defensa y Marcial Pons Historia, Madrid, 2014.
Domínguez y Alonso, R., Mapa, itinerario, estadístico, eclesiástico y postal de la provincia de Cuenca y su obispado, Cuenca, 1885.
Parada y Luca de Tena, M. de, Apuntes para una bibliografía de la noble y leal ciudad de Huete, PDF, pag 513, Madrid, 2019
VV.AA., Cuenca, castillos y fortalezas, Coord. Salas Parrilla, M. Diputación de Cuenca, 2019

Ventana del lado Suroeste y arranque de escalera a un piso superior 

Dominio visual del territorio Este desde la torre

domingo, 5 de enero de 2025

Murallas de Jorquera


Tras la visita a la cueva de Garadén nuestro siguiente destino era Jorquera. Desde Alcalá del Júcar cruzamos el puente romano, para tomar a nuestra derecha la carretera AB-209. En el mapa tan solo teníamos que remontar el cauce del Júcar unos 8 km en línea recta que, a través de las hoces que excava el río, se convierten 14 km. Llegados a Jorquera el lugar sorprende por su belleza, a la hoz que forma el río en un meandro cerrado al que se une por el norte el arroyo Albengibre, convierte el cerro donde se asienta la población prácticamente en una isla, un cerro con un desnivel de 110 metros desde su punto más alto hasta la ribera del río. Nosotros, no obstante pudimos disfrutar poco del paisaje, una tormenta de ráfagas intensas, nos impidió en muchos momentos la visita panorámica de la villa y convirtió la visita en un paseo entre torrentes de agua por el interior del pueblo.

Vista de Jorquera desde el Este

Comenta Ruibal que, tal como habíamos relatado en Garadén y Alcalá del Júcar, "debe destacarse que Xorquera es la auténtica llave de esta tierra", la población se extendía por más de 15000 metros cuadrados, poseía un doble cinturón de murallas siendo el núcleo urbano más poblado. Su posición privilegiada la hacía fácilmente defendible, y por sus características defensivas un núcleo estratégico, "un cruce de caminos, pues comunica Castilla y Valencia con Granada y Murcia".


LAS MURALLAS

El acceso a la población se realiza por un puente que desemboca en una explanada situada a los pies de la torre de doña Blanca, donde hay inscripciones del año 923. Esta torre, con forma pentagonal se encuentra situada sobre una roca; parece cristiana aunque probablemente se trate de una torre musulmana reaprovechada. Era la defensa avanzada de un recinto inferior del que sólo quedan restos en torno a dicha torre, aunque hubo otras defensas situadas a inferior altura, como se puede observar desde el puente, que protegían las zonas accesibles de las laderas.

Lienzo entre las dos torres que encierran el cementerio

Las defensas de Jorquera debieron ser de gran complejidad pues parece ser que hubo un recinto inferior tras la torre pentagonal y un gran recinto superior donde se ubica el actual cementerio, además de otras defensas, tal vez avanzadas, como en otras poblaciones como Alcaraz, en función de las características estratégicas del lugar. Muchos de los restos de fortificación conservados, especialmente en la parte alta, parecen datar de comienzos del siglo XIII de época almohade.

Esquina suroeste de la muralla del recinto superior

En las relaciones topográficas hechas por Felipe II para conocer el estado del reino, se nos dice que hubo dos fosos, aunque en la actualidad desaparecidos El trazado del recinto superior, que se adapta a la con figuración del terreno, es bastante regular. Su aspecto es el de un óvalo con una longitud de unos 500 metros en su perímetro, lo que supone una superficie de unos 5000 metros cuadrados. El aspecto es semejante, aunque de mayores dimensiones, al de Baños de la Encina, con torres rectangulares espaciadas, conservadas fundamentalmente en la zona norte, pues en otras partes se pierden entre las casas.

Torre pentagonal de Doña Blanca

Al aproximarse el viajero a sus murallas éstas parecen completas, aunque están deterioradas. Parte del recinto es hoy cementerio, conservándose aquí una gran extensión de muralla con sus cortinas y torres de las que se aprecian hasta seis, que mantienen las almenas unidas por tramos de cortinas. Estos son los restos musulmanes que están construidos en "tabiya" (tapial), mientras que los escasos vestigios del recinto inferior, hecho en mampostería, se aprecian en algunos puntos siendo la torre de doña Blanca  una muestra de las modificaciones cristianas, así como la iglesia y el palacio del corregidor, llamado del "Marqués de Villena".

Muralla y torres en el ascenso a la plataforma medieval

La fortaleza poseía un profundo pozo excavado cerca del adarve, en la calle del mismo nombre, que abastecía de agua a la población. Otros vestigios de torres y cortinas se aprecian a la entrada, a la derecha del puente, donde hay dos torres que guardan el camino en zig-zag que bajaba al río. El mejor punto de vista para observar las fortificaciones está en la carretera de Mahora, antes del puente, que permite al viajero apreciar tanto la altura del emplazamiento como su trazado.


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Se menciona en las crónicas la presencia del Cid en su entorno, pues en Xorquera se refugió el rey Lunes perseguido por el héroe castellano, aunque la villa no pudo conquistarse hasta el siglo XIII. La conquista se llevó a cabo tras los acuerdos entre Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón en 1211 para combatir en común a los almohades. Para su conquista el rey castellano acudiría con gentes de Madrid, Guadalajara, Huete, Cuenca y Uclés, tomando Jorquera y otras plazas de la zona, aunque perdería parte de lo ocupado ante un ataque de los musulmanes de Ayora, Cofrentes y Requena, por lo que habrá que esperar al año siguiente, en 1212, para ocuparlas de nuevo.

Lienzo y torre almenadas

En el año 1243 la plaza es cedida a Pedro Núñez de Guzmán, rico hombre y Adelantado Mayor de Castilla, participó en la conquista de Sevilla y del Reino de Murcia, por el príncipe don Alfonso, quien en 1257, siendo ya el Rey Sabio, la incluye en el Reino de Murcia convirtiéndola en cabeza de un extenso territorio al que pertenecen Alcalá, Ves, Fuentealbilla, Carcelén, Boniches y otros lugares. Alfonso X le concederá el villazgo en 1266, reforzándose las relaciones de estas tierras con el reino de Aragón en el siglo XIV, cuando pasan a manos de don Juan Manuel. Precisamente don Juan Manuel, que residió en la villa en diversas ocasiones, le concedió en 1309 los fueros y privilegios de Chinchilla, integrándose en el gran territorio del Marquesado de Villena. Los Reyes Católicos la recuperarán, tras la Guerra del Marquesado, pasando de nuevo a ser posesión real.

Almenas desde el interior del actual cementerio

Durante el siglo XIX el castillo sufrió los embates de las guerras de la Independencia y sobre todo de la primera Guerra Carlista, aunque sólo afectó ésta última, tal como indica Simón García, a las defensas del recinto superior para defender "la población con unas pequeñas reparaciones y adaptaciones de la cerca, como la apertura a pico de fusileras en los muros islámicos".

Muro y almenado interior del recinto superior en su lado septentrional

Para esta entrada he consultado la siguiente documentación:

Amador de los Ríos, R.Catálogo de los Monumentos  Históricos y Artísticos de la Provincia de Albacete. Facsímil Manuscrito (1912), Biblioteca Digital de Albacete "Tomás Navarro Tomás", (2005)
Cooper, E.Castillos Señoriales de la Corona de Castilla y León Junta de Castilla y León, 1991.
Ruibal Rodríguez, A.Castillos de Albacete, ed. Lancia, León 1994.
Simón García, J.L., Castillos y torres de Albacete, Instituto Estudios Albaceteños, 2011

Panel de azulejos con el plano y la ubicación de Jorquera