miércoles, 1 de junio de 2022

Fuerte de Carbajales de Alba


Llegamos a Carbajales de Alba poco después de la hora de la comida. El calor intenso del mediodía lo atenuaba un viento suave. Habíamos salido de Castrotorafe y nuestro destino era Alba de Aliste. Tomamos la N-630 y N-631 y, por un pequeño entramado de carreteras locales, llegamos a Carbajales de Alba por la ZA-P-2439 que nos deja junto al Fuerte de Carbajales de Alba o Fuerte de San Carlos. Fue una parada que no habíamos previsto, por lo que no llevábamos información sobre el fuerte. Del conjunto fortificado quedan los restos de tres baluartes pero aún sorprende su silueta y su trazado de tierra que nos permite ver sus cuatro baluartes: uno original, dos reconstruidos y del cuarto sólo el trazado, aunque fácilmente reconocible.

Vista cenital del Fuerte de Carbajales de Alba. Imagen de Rafael Moreno

EL FUERTE

Junto al lienzo Este hay una cartela que cuesta leer porque está quemada por el sol. En ella se cuenta brevemente algunos aspectos del fuerte, un texto que es un resumen de la memoria de las obras de restauración que se llevaron a cabo en el verano de 2000: 

"El Fuerte de Carbajales se corresponde con un fuerte abaluartado de planta cuadrangular, delimitado por cuatro cortinas o lienzo de muros defendidos por otros tantos baluartes. Estos se sitúan en cada una de las esquinas y son de planta pentagonal en "punta de diamante" . Cada uno de ellos cuenta con su nombre propio, a saber: baluarte de San Amaro, al noreste, de Portugal al noroeste, de Peña Corona al suroeste y de Santa Engracia al sureste. La estructura se completa con un foso perimetral defendido por cuatro revellines y dotado además de un camino cubierto y de un paseo fusilero, protegido por parapeto continuo.
Construido a mediados del siglo XVII se encuentra prácticamente desmoronado cien años después. La recuperación arqueológica y arquitectónica realizadas, han permitido documentar la cimentación de dos baluartes de la cortina que los une, así como el puente de acceso y una canalización subterránea que recorría parte del foso".

Baluarte de Portugal al NO. Imagen de Rafael Moreno 

Cobos y Castro (1998) detallan algunas reformas que se llevaron a cabo en el fuerte. Éste estaba construido en 1647 aunque de él, comentan, solo se conservaba un baluarte y la traza de tierra. La fortificación cercaba la parroquia de San Pedro, -este edificio fue de los primeros que se expoliaron para reutilizar sus piedras en construcciones del pueblo- "en 1707, se reconstruye y en 1714 se estaban agrandando los baluartes por ser 'corta' la obra." En esta fecha estaba trabajando en su reparación el ingeniero y coronel de Infantería Bruno Caballero Elvira. Éste había sido promovido por Verboom al Cuerpo de Ingenieros, y le había solicitado su ayuda durante el asedio a Barcelona ese mismo año durante la Guerra de Sucesión.

Baluarte de Portugal desde la coronación o punto más alto del glacis

Siete años después, en 1721, Carlos de Robelin hace un plano y remite un informe negativo del fuerte en el que asegura que "se halla en muy mal estado, y fortificado sin inteligencia, ni puede servir para defensa, ni hacer resistencia, y que así sería gasto inutil, el hacer reparos o obas en el siendo de parecer que se obligue al lugar de Carbajales a demolerle dejando den beneficio de los vecinos las piedras de las fortificaciones". En 1740 "La Combe propone construir un fuerte en un cerro a mitad de camino entre Carvajales y Alcañices, pero no se hace. En 1770 ya está arruinado y los del pueblo se llevan las piedras de la iglesia.".

Puente sobre el foso en el lienzo N donde se estaba la puerta del fuerte entre
los baluartes de San Amaro(NE) y Portugal (NO). Imagen de Rafael Moreno

Hervás y Retuerce, autores de la memoria de intervención de 2000 que hemos citado, detallan en ella  aspectos del fuerte que por espacio, imagino, no se mencionan en la cartela que hay junto al lienzo Este. En dicha memoria citan el texto anterior de Cobos y Castro, además indican que el fuerte se concibe como una pequeña plaza de defensa de la frontera con Portugal, durante la guerra de independencia portuguesa o Guerra de Restauración contra la monarquía hispánica (1640-1668). En 1647 el fuerte ya estaba construido aunque debía tener escaso valor defensivo toda vez que entre 1702 y 1707 hubo de reformarse. De esta reforma son los restos que se conservan en la actualidad.

Baluarte de San Amaro al NE, reconstruido

El fuerte consta de cuatro baluartes que miden en sus lados largos, la proa del polígono, entre 35 y 32,4 metros, en tanto que los lados cortos entre 9 y 11 metros. Son de fabrica trapezoidal con la cara exterior abaluartada y tienen un espesor de entre 1,7 y 1,2 metros; están construidos en mampostería de pizarra trabada con argamasa de cal y arena. La diferencia de esta pizarra con la que se extrae al excavar el foso hace pensar que se trajo de otro lugar puesto que la extraída del foso no es apta para la construcción, utilizándose ésta última para macizar los baluartes y las cortinas. En las esquinas se usarán los bloques de mejor calidad. Los muros o cortinas del lado sur, señalan, son de menor entidad que las del lado norte, teniendo en su base un espesor máximo de apenas 75 cm. En el centro de la cortina norte se ubicaba la única puerta de entrada al fuerte al que se accede por un puente que permitía salvar el foso; ambos, puerta y puente, estaban protegido por el revellín norte.

Foso y trazas de los baluartes San Amaro y Santa Engracia en la cortina E
De la obra exterior destaca el foso, excavado en la roca viva. El camino cubierto está trabajado en lo más superficial de los estratos geológicos, tiene una anchura máxima de 9 m. y mínima de 4 m. Su trazado se ajusta prácticamente al perímetro de los baluartes y cortinas y está ligeramente inclinado hacia el foso. Cuenta con un paseo de fusileros, un pasillo de 1,65 m. de ancho que está encajado entre la coronación del glacis y el camino cubierto. El revellín norte que protegía el puente y la puerta de entrada, en la actualidad está muy erosionado y ha perdido parte de su definición.

En primer término trazas de tierra del baluarte Santa Engracia al SE


CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

Como hemos comentado Cabajales sufrió los ataques de las tropas portuguesas durante la Guerra de Restauración portuguesa contra la corona Hispánica, lo que propició la construcción del fuerte que ya estaba operativo en 1647. Durante la Guerra de Sucesión debió tener algún protagonismo, según detalla Manzano Ledesma, puesto  que el 23 de marzo de 1711 tropas portuguesas ocuparon las últimas plazas fuertes que aún mantenían las tropas borbónicas en la raya con Portugal: Alcañices, Puebla de Sanabria y Carbajales; consolidando los portugueses sus posiciones en 1712, Carbajales sería recuperada antes de 1714 fecha en la que el ingeniero Bruno Caballero se encuentra reparando el fuerte. Los portugueses se mantendrían en algunos de estos lugares hasta marzo de 1715, fecha del Tratado Hispano-luso de Utrech.

Lado largo del baluarte Peña Corona, reconstruido, al SO

Para esta entrada además de la cartela informativa que hay junto al lienzo Este, he consultado la siguiente documentación:

Carrillo de Albornoz y Galbeño, Juan, Bruno Caballero Elvira, en ficha de la Real Academia de la Historia, en dbe.rah.es.
Cobos Guerra, F. y De Castro Fernández, J.J.Castilla y León. Castillos y fortalezas, Edilesa, 1998
Hervás Herrero, M.A. y Retuerce Velasco, M., Intervención arqueológica en el Fuerte de Carbajales de Alba (Zamora), Instituto de Estudios Zamoranos "Florián Ocampo" (C.S.I.C.), 2000.
Manzano Ledesma, Fernando, La guerra de Sucesión en la provincia de Zamora y la Paz Hispano-lusa de Utrech de 1715.

Plano de Carlos de Robelin (1721) En la parte superior el perfil del fuerte
y en la parte inferior el plano del fuerte y casas del pueblo.
Imagen de la publicación de Hervás y Retuerce

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