domingo, 5 de mayo de 2019

Ermita de San Esteban de Ávila


La ermita de San Esteban de Ávila se encuentra intramuros de la ciudad, bajando la calle Vallespín, y, siendo uno de los edificios románicos más antiguos de la ciudad, quizá sea un olvidado a la hora de programar visitas. El edificio ha sufrido intervenciones desafortunadas a lo largo de su historia, mantiene parte de su estructura original. Algunos autores fechan su construcción entre 1091, que se corresponde con la reconstrucción de la ciudad y el alzado de la muralla, aunque otros como Gómez Moreno la sitúan"muy a comienzos del siglo XII", anterior a la construcción de las iglesias de San Andrés y San Segundo, ambas extramuros. Nosotros vamos a seguir a Mª Margarita Vila da Vila que en su Ávila Románica, opina que "el estilo del ábside, que sitúa a la iglesia en el segundo cuarto del siglo XII, y no en el primero", y cita como primer documento en el que se hace referencia la iglesia en 1250.


El edificio sufre reformas en el siglo XVI afectando a la pared meridional, donde se encuentra la portada que fue remodelada aprovechándose parte de las dovelas originales, así como la apertura de dos ventanas adinteladas, éstas de más reciente apertura, y la adición en el extremo sudoeste de una espadaña.


En el interior del templo se modificó el presbiterio -el edificio original sólo debía tener una nave-, y se añaden dos naves laterales, muy estrechas, dejando la zona semicircular del ábside en su estado original: "dos tramos, separados por semicolumnas que apéan un arco fajón análogo al de la entrada" -similar a la de San Nicolás- y tiene capiteles decorados "con cabezas entre hojas, águilas y personajes".


En el exterior, el ábside está dividido en tres paños por dos semicolumnas "alzadas sobre un pódium escalonado" y rematadas con capiteles "decorados con helechos y un grifo y un áspid". Esta iconografía lo relacional con San Isidoro y San Segundo. La cornisa está decorada "con series de billetes superpuestos entretanto que sus erosionados modillones muestra figuras geométricas -rollos y nacelas- y zoomórficas".


De sus fachadas destaca la meridional, la que fue reformada, toda vez que la septentrional aun siendo de época románica "carece de interés al presentar una superficie lisa" sin vanos ni marcas. La meridional fue rehecha en el siglo XVII dotándola de una portada que carece de columnas apoyándose el arco en dos jambas de granito sin decoración. El arco se rehizo aprovechando algunas dovelas de la portada original decoradas con flores "tetrapétalas", para culminar rematándo el edificio hacia el SO con una moderna espadaña que, junto a las dos ventanas adinteladas, dan al conjunto "un penoso efecto", no en vano, "se comprenderá que la iglesia pase desapercibida y que sea de las pocas románicas no declaradas monumento histórico-artístico".


Propone Vila da Vila, por la homogeneidad de la fábrica, que la ermita se levantase en una sola campaña y que en ella debieron intervenir dos talles; el primero, encargado de la construcción del ábside que tendría "un origen cántabro comparte con la iglesia de San Segundo algunos motivos de impostas y capiteles". Y el segundo, un taller distinto al que se le atribuiría la construcción de la portada, relacionándola en este caso a la iglesia de San Andrés "única que, junto con la que nos ocupa, presenta flores de cuatro pétalos en sus arquivoltas". Con estas coincidencias -concluye- "permite situar al final de las obras a mediados del siglo XII".

Detalle del arco reconstruido aprovechando material del original.
Ávila Románica: Talleres Escultóricos de Filiación Hispano-LanguedocianaVila Da Vila, Mª MargaritaInstitución Gran Duque de Alba, Ávila, 1999.

Detalle de las arquivoltas de la portada sur de San Andrés a las 
que se hace referencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario