miércoles, 15 de junio de 2016

San Isidoro de Ávila en el Retiro de Madrid


Entrando al parque del Retiro de Madrid por la calle O'Donnell con Menéndez Pelayo se encuentran los restos de una iglesia románica, parte del ábside y los restos de un muro con una puerta. Son, según el cartel informativo que hay junto a ésta, las ruinas de la iglesia de San Pelayo o San Isidoro, "son restos de una iglesia románica que constaba de una única nave cubierta con armadura de madera y con un ábside semicircular realizado en el siglo XI. La construcción es de mampostería ordinaria y fábrica mixta de piedra arenisca roja de ÁvilaDesde el año 1062, las Ruinas de San Pelayo de Ávila pasaron a llamarse también Ruinas de San Isidoro debido a que el cuerpo de este Santo descansó en ella cuando era trasladado desde Sevilla a León. El edificio era una pequeña ermita situada extramuros de la ciudad castellana junto al margen derecho del Río Adaja, en la divisoria de los barrios judío y moro".


Imagino que en aquella época el edificio estaba completo y en uso, por lo que es muy adecuado calificarlo como Ruinas de San Pelayo o Ruinas de San Isidoro. La primera noticia, no obstante, del edificio y el cambio de advocación de uno a otro santo, la encontramos en la Historia del Padre Ariz que en 1607 escribe: "Tengo por fin duda, que la antigua Yglesia de San Pelayo, que oy se llama San Isidro Pontífice. Fue parrochia en aquellos tiempos, y del letrero de una de las dos campanas que tiene, manifiesta ser de más de quinientos años. Y en una piedra que está en una pared, dize: In honorem S. Mariae, Deo Christi, Pelagio Ipseme Pedro Abulense quedámq; varones vere Christiani confirmavit atq; conferavit Ecclesiamq, Reducta est Isidorum, Chalendis nobembris. Era 1.270. año 1232. Et in hionorem Divi Mariae fecit consecrare hanc Ecclesiam cuius animae Requiescat impace, Amen. Anejose a la Catredal".


Bartolomé Fernández Valencia, en su Historia publicada en 1676, también nos habla de la iglesia, y tras referirse también a la inscripción de las campanas añade sobre el cambio de advocación y nombre de la ermita; "la primera fue a honor de san Pelayo mártir, natural de la ciudad de León, que padeció en Córdoba en edad de trece años y medio a 26 de Junio año de 926 en la persecución del rey Abderramén. La segunda advocación se la puso a esta iglesia a honor del doctor de las Españas san Isidoro. Y hay tradición de que este nombre se la dio por haber estado allí por espacio de una noche el cuerpo de este santo doctor, trasladándose desde Sevilla a León año de 1062".


Sobre las fechas que estamos viendo, Mª Margarita Vila Da Vila, en su Ávila Románica, las pone en duda basándose en la similitud de estilos escultóricos "que mantiene con San Andrés, San Pedro y San Vicente... no es posible que la fábrica de San Isidoro se empezara antes de 1135, pudiendo haberse concluido a mediados de tal centuria"; y añade: "Es poco lo que se conoce sobre la iglesia hasta el siglo XVII, en el que se reedificó su fábrica" pasando a detallar los episodios que desde esa fecha concluyeron con los restos del edificio en el parque del Retiro de Madrid, y que paso a relatar de forma muy breve.


En su excelente trabajo Vila Da Vila señala que San Isidoro había dejado de ser parroquia en el siglo XVI y fue anexionada a la cercana de San Nicolás, según se desprende de unas reparaciones que se llevaron a cabo en ella entre 1656 y 1662. A principios del siglo XIX la iglesia está en buen estado, sin embargo, en 1872 se hace referencia al estado de la "ermita. actualmente ruinosa de San Isidoro", que venía sufriendo desmoronamientos desde 1854 según la Asociación de Labradores de Ávila a cuyo cargo estaba la ermita. Se propuso su arreglo y tras una demora de casi 15 años, durante la cual continuó degradándose el edificio con el peligro de venirse abajo, hasta el extremo de que en 1874 se pide a los Labradores su demolición. Aunque ésta no se lleva a cabo, se desmontaron algunas piedras bajo la dirección de un arquitecto hasta que en 1876 es desamortizada por el Estado, y aunque era propiedad de la Asociación, es vendida a un particular "que utilizó algunos de sus sillares para nuevas construcciones y revendió el resto" a un anticuario. El nuevo propietario trasladó los restos a Madrid para ofrecérselos al Estado en 1893, quien acabó comprándolos para montarlos en "los jardines del Museo Arqueológico". Una vez comenzados los trabajos se concluyó que se trasladaran los restos a El Retiro ya que en dicho parque "veía el arquitecto mayores posibilidades de que la iglesia se reconstruyese para ser abierta al culto según el rito mozárabe", un emplazamiento ideal en el que se podría contemplar y admirar "una de las preciosidades que a Ávila pertenecieron y que ésta no supo o no quiso guardar". Con la muerte de Cánovas, defensor del proyecto (Cánovas del Castillo muere asesinado en 1897), las obras se paralizan y en 1915 aún se podían ver "las piedras diseminadas por el suelo". En 1916 se presenta un nuevo proyecto de reconstrucción que es desestimado por el elevado coste y por la falta de elementos que hacían de la obra más una reconstrucción que una restauración del edificio. Así permaneció hasta 1958 fecha en que se desmonta lo ya construido para trasladar la ermita a la Ciudad Universitaria, proyecto éste que tampoco se llevaría a cabo. Concluye Vila Da Vila en su trabajo, presentado en 1990: "En la actualidad, lo que ha subsistido de la iglesia después de tanta desidia se amontona en el parque del Retiro madrileño. De la iglesia original sólo se mantiene en pie los muros del ábside y la portada meridional. Todavía hoy pueden contemplarse, tirados por el suelo, diversos fragmentos de cimacios e impostas. Ante tan desolador espectáculo, hubiese sido preferible que las ruinas de San Isidoro agonizasen en Ávila".


Continuando con la explicación que da el cartel informativo que hay junto a los restos, "En 1999 se procedió a la restauración y consolidación de las ruinas", más de un siglo después de la llegada de los restos a Madrid, consistiendo dichas ruinas: "De un paredón recto de mampostería de ladrillo visto con un arco de medio punto y otro paredón circular de las mismas características con dos capiteles tallados. Se conserva la puerta de tres arquivoltas planas de medio punto sobre columnas y jambas y el ábside con sus ventanales y columnas adosadas". Y en un párrafo anterior se nos informa que, no obstante su origen, dichas "ruinas existentes hoy en día en el parque del Retiro forman parte del Patrimonio Histórico Artístico de Madrid".


Para esta entrada he consulta adem´ñas del cartel informativo que hay junto a las ruinas, la siguiente documentación:
Historia de las Grandezas de la ciudad de Ávila , de Fray Luis Ariz, 1607 ed. Facsímil. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, Ávila, 1978.
Historia de San Vicente y Grandezas de Ávila, Fernández Valencia, Bartolomé, Ed. Institución Gran Duque de Alba y Caja de Ahorros de Ávila, Ávila, 1992.
Ávila Románica: Talleres Escultóricos de Filiación Hispano-Languedociana, Vila Da Vila, Mª Margarita, Institución Gran Duque de Alba, Ávila, 1999.


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