jueves, 23 de octubre de 2014

Ávila: La leyenda de los orígenes de la ciudad

Escultura que representa a Sofonisbo sobre la entrada del Palacio de Valderrabano
Escribe Antonio Veredas en su libro Ávila de los Caballeros sobre la fundación de la ciudad: "Cuanto se diga de Ávila, acerca de sus orígenes, ha de carecer de fundamento, pues se ignora el verdadero nombre que pudo ostentar en tan remotos tiempos", y añade siguiendo la Historia  de Ávila del Padre Ariz: "Ptolomeo la llama Obila, Prisciliano y San Jerónimo la denominan Abila, en el cronicón de Idacio se la cita Abula y en los concilios de Toledo es nombrada Abela". A esto hay que añadir que existen varias ciudades con el nombre de Ávila, la de los vettones que se identifica con la actual Ávila; "Ávila de los Bastitanos, Ávila de las Biñas , en Palestina, citada por San Jerónimo y Josepho, y Ávila, columna de Hércules, en el Estrecho de Gibraltar, de la cual se ocupan Pedro Alpiano en su Cosmografía, y el Obispo Poza Primo, en el Martirilogio romano",

Verraco celtibérico junto al palacio de los Verdugo
Esta última versión mitológica es la que nos cuenta Eduardo Ruiz Ayúcar en su Historia de ÁvilaAbyla y Calpe, eran dos promontorios a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar que quedaron como restos de la cadena montañosa que Hércules desgarró para unir el Mediterráneo y el Océano Atlántico. Abyla era también el nombre de la mujer de Hércules con quien tuvo a Alcideo, Continúa la leyenda que Alcideo se lanzó a conquistar el centro de la Península y la primera ciudad principal que fundó la nombró Abyla en honor a su madre.

Cubo de la muralla en el lienzo norte.
Pero vayamos al Padre Ariz que nos cuenta cómo Alcideo, hijo de Hércules y Avila arriba a Cádiz desde África junto a sus tropas y su ayo Sofonisbo. Allí fueron rechazados por los griegos que habitaban la zona y los emplazaron a abandonar el lugar en tres días. Siguiendo los augurios, viajaron hacia el norte llegando al cabo de treinta días a un Collado. En el Collado vieron un gran número de palomas, que según los augurios indicaba que aquél era el lugar donde debían asentarse. Aquí decidió entonces asentarse Alcideo con los suyos, a los que reunió y les habló diciéndoles que allí acababan sus trabajos y en aquel Collado sería el lugar que debían poblar; y diciendo esto besó la tierra en señal de posesión e hizo sacrificios al Sol, matándole un toro y una vaca blanca.

Puerta de San Vicente intramuros

Tras la llegada de los africanos, los hispanos habitantes de la zona se organizaron y los atacaron cuando estaban descuidados. Sofonisbo les salió al encuentro y fue muerto por una flecha. Alcideo, enterado de la tragedia cargó con furia a los hispanos matando e hiriendo a muchos. Recuperado el cuerpo del ayo, lo hizo quemar y lo sepultó en la ladera del Collado. Los hispanos, temerosos de la furia de Alcideo,le presentaron dones, ganado y comida. Hicieron alianzas con Alcideo y se mezclaron en matrimonios mixtos. Cultivaron la tierra, domesticaron ganado y poco a poco hicieron sus casas. Alcideo mantenía la paz y ellos le obedecían como a un señor y otras poblaciones se avinieron a ser sus vasallos sujetos a sus leyes.

Lienzo norte de la muralla  desde la puerta del Mariscal
A los siete años de la llegada de los africanos, y mezclados con los hispanos que eran mayoría, Alcideo los juntó a todos y les habló de la necesidad de construir una defensa, cercar con fuertes murallas la población y pidió la ayuda de todos para llevar a cabo el trabajo. Se iniciaron las obras al octavo año, y tardaron otros trece años en terminarla los muros. Y por ser hijo de la noble Ávila, Alcideo "puso a la tal población su propio nombre de Avila".

León custodiando la Catedral frente al Palacio de Valderrábano
En la Historia de Ávila III, Carmelo Luis López nos cuenta resumida esta historia en la que el protagonista es Esferio Galates, y añade que Sofonisbo, una vez muerto en la lucha contra los hispanos fue incinerado y enterradas sus cenizas en el lugar donde hoy se encuentra el palacio de Valderrábano; y según la Segunda Leyenda, "Para representar este hecho, se puso aquel bulto (escultura) de piedra que está sobre la puerta de la calle (del Palacio de Valderrábano) con una lança o dardo en la mano como tenía Sofonisbo) cuando murió".

Para esta entrada he consultado la siguiente bibliografía:
Avila de los Caballeros, Veredas, Antonio, Librería "El Magisterio" Adrián Medrano, Ávila, 1935.
Historia de las Grandezas de la ciudad de Ávila , de Fray Luis Ariz, 1607 ed. Facsímil.
Castilla y León - Ávila, Ruiz Ayúcar, Eduardo, Editorial Mediterráneo.
Historia de Ávila, Tomo III, . Institución Gran Duque de Alba de la Diputación de Ávila. Caja de Ahorros de Ávila. Artículo de Luis López, Carmelo: Mitos, leyendas, tradiciones y hazañasÁvila,